CXXVI - Amores

Jonathan continuó besando a Michael, a la vez que mantenía sus manos debajo de su espalda baja.
Él se las había ingeniado para conseguir un par de fotos con Michael, manteniéndolo con los ojos cerrados, solamente que en la última foto, el abogado se dió cuenta al sentir el flash pegar en su cara. 

—Mírame a mí, Michael, no mires allá. 
Ven, sígueme besando como hace un momento, que quiero volver a probarte. 

—Odio las fotos, las odio tanto, pero una parte de mí quiere estar retratado junto a ti, el amor de mi vida. 

—Ya termine con las fotos —respondió con una sonrisa, luego besó su mano—, tranquilo, amor mío.

—Siempre estoy en paz cuando te tengo cerca, tú me haces sentir protegido, Jon.
Déjame bajar de nuevo la luz, que hay un par de cosas que quiero pedirte. 

Jonathan lo tomó de las mejillas y lo besó, después accedió a bajar nuevamente la luz. Estando a una oscuridad más baja, Michael le susurró a su prometido unas palabras, las cuales eran: «quiero saber lo que es bailar una pieza contigo», luego hundió su rostro en el cuello del saxofonista.

—Para mí será un placer, amor mío. ¿Qué canción quieres bailar conmigo?

—La que sea.

—Elige, tú —dijo con una sonrisa—, sé que tienes una en mente, vamos ponla en el celular, no importa el sonido, te guiaré, Michael.

Jonathan pudo notar las mejillas sonrojadas de su prometido a contra luz, luego se abrazó nuevamente a él, mientras que Michael hundió su rostro en su cuello, y suspiró levemente.
Claramente el hombre de ojos avellana no obligaría a su novio a mirarlo, pensó que había desistido de poner la canción. Después de unos segundos escuchó un sonido en particular, conocía ésa canción, era del año 1985, estaba seguro que era Crazy For You - Madonna”
El hombre de ojos avellana lo llevó hasta la oscuridad, sabía que su prometido se sentiría más libre ahí. 
Bailó con él lentamente, a la vez que le daba besos cortos en la oscuridad de aquél rincón. Abrazándolo y reconfortandolo por completo. 
Terminó la canción, y comenzó otra más, esta vez era “Do Me, Baby - Prince”
Al sonar esa pieza, el abogado besó a su novio, para posteriormente tomarlo de la mano y llevarlo hasta la mesa, estando ahí sacó de abajo un gran estuche, al igual que un oso.

—Sí algo no he podido olvidar durante este tiempo, es la primera vez que salimos juntos, en aquél festival.
Cuando vi este oso en el aparador de una tienda —lo señaló, luego se lo entregó—, pensé en ti. Lo mire, y me recordó a nosotros, así que lo compré pensándote, extrañándote… al igual que todas las mañanas. 
Y del hospital, recuerdo especialmente cuando tocaste Do Me, Baby en el saxofón, aunque no creas, apreció cada canción que escuchó de ti. 
Podría nombrarte cada una de ellas, como Take Me Home Tonight (Be My Baby), entre otras. Jon, aprecio mucho lo que has hecho por mí, haces que me sienta amado como nunca antes. Me haces feliz, cariño.
He pensando mucho en nosotros, y… —suspiró, después continuó—, tienes toda la razón del mundo, tenemos mucho tiempo para seguir construyendo nuestros recuerdos juntos, aunque realmente ya tengo unos recuerdos inolvidables gracias a ti, querido mío.

—Amor, ven aquí, déjame besarte una vez más, quiero seguir amándote.
Todavía nos falta camino, mi vida —le dijo con dulzura en medio de un beso—, pero lo recorreremos juntos, esta vez como esposos, estoy ansioso por el futuro.

—Aún no termino de hablarte, cariño.
Jon, tú eres todo para mí, estoy completamente enamorado de ti.
Eres tú realmente el amor de mi vida, a quién soñé tener durante todos estos años, eres tú a quién buscaba. 
Me haces sentir protegido, deseado, sobre todo amado, estoy feliz contigo, con nuestro amor. 
Bueno, dejando a un lado mis sentimientos, tal vez te estés preguntando que es esto —señaló el estuche, el cual contenía un nuevo saxofón—, es para ti, espero que lo aprecies, tanto como el otro, lamento que aquella persona no grata lo haya roto.

—Eres increíble, amor. 
No hay duda de lo especial y lo hermoso que eres. Gracias por pensar en mí, Michael.
Y claro que apreciaré este saxofón, porque me lo has regalado tú, mi amor.
Me ha encantado todo, estoy feliz, bebé.

Jonathan buscó los labios de su novio y lo besó con pasión, hundiendo por completo su lengua dentro de él, iniciando una danza interna con la lengua de su prometido. Ambos se unieron en un beso largo y húmedo. 
La música seguía reproduciendose, pero ambos estaban concentrados en darse besos, en acariciarse lentamente y morderse los labios suavemente. 
Los dos estaban amándose como solían hacerlo en la intimidad. 
A medida que pasaban los minutos volvían a encontrarse, buscando ése sabor adictivo de los labios del otro

—Vamos a casa. 

—La comida. 

—Regalala al personal del salón. 
Bebé, dime ¿realmente tienes hambre? O prefieres que vayamos a casa para comernos entre nosotros. 
Tengo lo suficiente para satisfacerte esta noche, estoy cargado, amor mío.  
Es bastante para alimentarte hasta mañana, te llenaré bien. 

—Jon, cariño… 

—Van a dar las 07:00, mi amor. Decide. 

—Sí, sí quiero que me llenes, solamente tú calmas mi hambre. 
Pero, quisiera que al menos comiéramos algo de postre antes de irnos.

—¿Postre? Yo estoy viendo al mío justo en frente de mí, envuelto en azul, con un tesoro envuelto en rojo. 
Esta esperando a que le entierre mi pala. 

Michael sonrió por un momento, volvió a abrazar a su novio y él lo tomó por la cintura, bajando después hasta sus posaderas, masajeandolo suavemente a la vez que lo besaba. 

—Jon, no sabes lo mucho que me gustan tus manos. Me encanta estar contigo.

El saxofonista sintió a su novio estremecerse, mordiendo sus labios para tratar de contenerse. Lo conocía bien y sabía que había algo que lo estaba molestando. 

—¿En qué estás pensando, mi vida?

—Le prometí a Judy que en cuanto saliera del trabajo iría por ti, después tú y yo regresaríamos por ella. No quisiera perder su confianza. 

—Entiendo, hagamos algo, vamos a llevarles la cena a mi madre y la niña.
Después dejaré dormida a Judy, de ahí tú y yo nos perdemos por un rato, te prometo que regresaremos antes del amanecer.
Aprovecharé la estadía en casa para limpiar la boquilla del sax. 

Michael giró su mirada hasta la mesa, Jonathan lo entendió así que le dió un beso antes de volver a retomar la conversación.

—No nos vamos sin antes probar el postre.

—Eres el mejor, Jon. 

Al hombre de ojos aqua le hizo feliz el compartir un momento romántico con Jonathan, y el sentir sus besos eran una sensación embriagadora. 
Empezaron por el postre, pero antes de probar bocado, Jon volvió a besar a Michael, y el abogado sintió nuevamente un flash sobre su cara: «te mentí, ahora sí esta es la última foto», Spencer no replicó palabra alguna, solamente unió sus labios nuevamente con los de su pareja.
Cuando terminaron el postre, Michael bailó nuevamente con su prometido, abrazándose a él, sintiendo sus manos sobre su cuerpo, y la calidez de esos besos llenos de amor.

Estaban por salir del lugar cuando Michael detuvo a su prometido por un momento, el hombre se mordió los labios, sus mejillas se tornaron levemente de color carmesí, luego sacó su teléfono. 

—Cariño, mira —le mostró el teléfono y le mostró una foto suya abrazando una chica pelirroja—. ¿Recuerdas está foto?

—Salí con varias chicas que ni siquiera recuerdo quién es ella, lo lamento, amor. 
¿Qué hay con esa foto? ¿Hay algo qué quieras saber en especial? 

—¿Sería demasiado sí te pido qué me abraces igual? 

—No, en lo absoluto, ven. 

Jonathan rodeó a su prometido entre sus brazos, mientras que Michael lo abrazaba por la cintura y ponía su cabeza sobre su pecho. Así se quedaron por unos minutos hasta que Jon le preguntó: «¿quieres una foto igual, amor?», a lo que el abogado respondió que «sí», hundiéndose nuevamente en su pecho. 
Jon lo soltó luego de tomar la fotografía, para ponerse frente a él, estando así volvió a abrazarlo para finalmente unir nuevamente sus labios con los suyos.

—¿Tienes algún otro deseo, amor?

—Sí, cariño. Quiero que sigas besándome al despertar, que me toques, que me abraces todas las noches, y que me ames toda la vida. 

—Te lo prometo, Michael.
Voy a seguirte amando por las mañanas y por las noches, para mí el adorarte es un placer, el amarte es una religión. 
Te amo, mi amor, te amo aún más que ayer, siempre lo haré.

—Y yo te amo a ti, querido. 
Soy todo tuyo, Jon —mencionó con voz suave—, jodidamente tuyo, cariño. 
Use tu traje favorito y traigo tu prenda favorita debajo, me preparé para ti. 
Estoy listo para que me ames, tómame entero como sueles hacerlo. 

—Me fascina lo guapo que te ves, amor mío, amo que el traje combine con tus bonitos ojos. 
Sigues siendo la luz brillante de mi vida, tú mi dulce bebé. 
Vámonos ahora, que me muero por alcanzar la plenitud más tarde, te desenvolveré por completo. 

Se besaron de forma fugaz, Michael encargó que le pusieran cuatro platillos completos para llevar, el resto de comida la dejo al servicio del salón. 
En lo que Jonathan recogía varios globos para Judy, sabía que a su niña le encantarían.

Al subirse ambos a la camioneta, el abogado le mostró las fotos que le tomó a la niña ésa tarde. 

—Me hubiese encantado que te tomarás una foto con Cherry.

—April, lo hizo. Luego le pides las fotos.

—Por supuesto que sí, Michael. 
Nada mejor que tener una foto de mis dos amores. 

Esta vez Jonathan condujo la camioneta, al mismo tiempo que iba acariciando suavemente la entrepierna de su pareja y dándole besos fugaces cuando el tráfico se detenía. 

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