CXXI - Legal

Michael cada vez más se incluía en la vida de Judy, ayudándole con la tarea, haciéndole el desayuno, almuerzo, lonche, entre otras cosas. 
Por lo que Jonathan tenía un poco más de espacio para realizar sus rutinas de ejercicio. 
El contador había retomado el ciclismo y es que desde que empezó su relación con Michael había tenido que dejar eso de un lado por completo.
Era una de las cosas que más amaba hacer, andar en bici. Y le estaba enseñando a Cherry a andar, fue algo para que su hija se adaptará a la falta de April en su vida. Aunque seguían visitándola o quedándose de vez en cuando en la casa que era de Jon. 
Poco a poco el ex contador sentía que iba recuperando su vida habitual, sus rutinas de ejercicio, el entrenamiento de box a las 05:00 pm, y actualmente también su vida personal era magnífica.

En cuanto a Michael, él tuvo un cambio total en su vida, debido a su permanencia en la vida de Judy, y Jon. 
Debió ajustar sus horarios en lo laboral. 
Y ahora tenía en camino el cumpleaños de la hija de su prometido.
Esperarían a qué la niña cumpliera los siete, y a las vacaciones de verano. Después habían acordado aprovechar el tiempo libre para irse a Louisville, estando ahí los dos se casarían legalmente de forma furtiva, ya regresando a Italia entonces harían una ceremonia social, y celebrarían la unión civil. Aunque ambos sabían que en Italia su matrimonio restaba de validez alguna, sería simplemente un acto simbólico.

Actualmente estaban en casa de Michael, la cual también desde hace tiempo había pasado a ser de Jonathan.
Ya iban a ser las 09:00 pm, Cherry se encontraba en la ducha, preparándose para ir a dormir, en cuanto a Michael y Jonathan se encontraban en la sala, dándose un beso. 

Estaban concentrados en ello, y ya Jon tenía a su novio acomodado de lado, apretándolo por detrás, sintiendo el encaje de su ropa interior por debajo del short.

—Me encanta que uses lo que te compre, es más fácil para mí acomodarme detrás de ti por las noches. 

—Espera un poco más, cariño. 
Ah, querido, me encanta que me toques, tus manos sobre mí son una bendición. 
Usaré cada prenda que me has comprado, ve mirándome, elige el tipo de estilo que te guste, así sabremos que más comprar. 

—Quiero irme a Louisville, me urge verte modelar este tipo de prendas. 
Tendrás frío, mi amor, pero sabré calentarte como es debido. 
Espero con ansias el momento de hacerte mi esposo, seré el hombre más feliz del mundo el día que nos unamos en matrimonio.

Michael abrió suavemente su boca, esperando entrelazarse nuevamente con Jonathan, ambos unieron sus lenguas en una danza interna. 
El saxofonista aprovechó para manosear a su novio, y darle suaves palmadas en la parte de atrás, a la vez que enrollaba cada vez más el short, dejando a la vista la ropa interior ajena. 
Comprarle lencería a su prometido había sido la mejor idea que se le ocurrió, porque podía disfrutar del panorama completo todas las noches.
El abogado por su parte se subió a las piernas de su novio, ayudándole a mantener sus manos sobre su cuerpo, restregándose en él por un momento, mientras Jonathan continuaba apretándolo, deslizando sus manos por toda la zona trasera de su anatomía, buscando aquél punto con sus dedos.
Los dos habían tomado el gusto por darse besos más ardientes, buscando el contacto de la piel del otro, siendo íntimos y sinvergüenzas, amándose sin control.
Se dieron un beso cargado de complicidad, luego Michael se apartó de su pareja, tenían que detenerse por ahora.
Spencer se acomodó de lado en el sofá, mientras mantenía su cabeza en el pecho de su prometido, quién seguía tanteando terreno, usando sus dedos; buscando algo en especial dentro de la ropa de su novio. 
Y esta era lo mejor del día para Michael, el estar con su novio viendo televisión, con Jon acariciándolo suavemente, tal como le fascinaba que lo tocará. 

—Jon, amor, ya casi nos casamos y tengo una propuesta para ti.

—¿Cuál es? Te escucho, mi vida.

—Quiero que invitemos a nuestra boda a todas tus ex.

—Michael, oh bebé, tienes que soltarlo. ¿Qué necesito hacer para qué me creas qué nada más te amo a ti?

—Te creo totalmente, pero necesitamos invitados, al menos para la boda que tendremos aquí.

—Amor mío, lamento decepcionarte, pero no recuerdo a la gran mayoría de mis ex y he perdido el contacto totalmente con todas.
No recuerdo a ninguna en especial antes de Lucía, ah qué puedo decir, e incluso después de ella. La verdad es que solamente busqué chicas con las que tener algo de una sola noche, nada formal. 
Yo tenía esta idea de ser viudo toda mi vida, y eso cambió al conocerte a ti. 

—Hablando de ella, me hace pensar en Judy. 
El tema de la niña… —dudó un poco en continuar—, no sé que piensas…

—¿De? ¿Se ha portado mal contigo?

—No, jamás. Ella es igual a ti, tiene tu carácter, por lo que siempre ha sido amable conmigo, es una niña increíble. 

Michael le sonrió y lo abrazó, Jon le correspondió con un beso, mientras seguía masajeando suavemente las posaderas de su prometido. Haciendo pequeños círculos sobre su piel. 

—Dime. ¿Qué quieres hablar con respecto a Judy? 

—¿Sí sabes qué en caso de qué tú no estés o April, la custodia de la niña pasa directamente a sus abuelos, cierto? 

—Sé que tú no dejarías sola a mi hija, así que estoy tranquilo con ese tema.

—Legalmente no podría, y si tus ex suegros se quedarán con la custodia, no creo que me permitan acercarme a ella. 

—Lo arreglaremos, no te preocupes.

El abogado se subió nuevamente a las piernas de su novio y lo besó, para después hundirse en su cuello… llenándolo de besos.
Si algo adoraba Michael de Jon era la forma en la que lo sostenía cuando estaba encima de él, no había mejor sensación que sentirlo. 
Estaba locamente enamorado de él, por lo que haría lo que fuera para hacerlo feliz. 

—Hablé con Riley hace tiempo acerca del tema, me dijo que lo ideal sería esperar hasta que Judy tenga 12, para iniciar el proceso de adopción.
También mencionó que podríamos intentarlo antes, solamente tendríamos que demostrar que tenemos una relación sólida.
Y la resolución puede tardar un tiempo, tal vez años, es complicado. Es probable que sea negado —murmuró—, pero creo que vale la pena intentarlo. 

—La relación sólida la tenemos, y aunque no tengamos un papel de por medio, te siento mi esposo desde hace tiempo. 
No solamente eres mi hombre, eres un sexy padrastro, al que amo infinitamente. 
Bien, amor mío, iré a preparar la mochila de la niña, luego lo mismo de todas las noches, le contaré un cuento. Y al terminar, vuelvo contigo, amorcito.

—Sí, cariño.

Antes de que Jon se levantará del sofá, ambos se dieron un beso de piquito, casi fugaz. Y su pareja fue a lavarse las manos.

Michael observó a Judy salir de la habitación con el cabello mojado y el peine. 
Luego la niña se despidió del abogado, era hora de dormir.
Su padre al verla la cargó entre sus brazos, le ayudó a peinarse y le contó un cuento.

El abogado por lo pronto, esperó a su novio en la cama, antes de entrar se deshizo del short y de la camisa, para posteriormente recostarse sobre la cama, cerró los ojos por un rato, tratando de buscar el sueño.
Sintió a su novio entrar a la habitación, se deshizo de sus prendas, y finalmente se unió a él en la cama, abrazándolo por detrás, acomodándose cómodamente en una posición de cuchara, restregándose un poco, buscando la posición perfecta

—Gracias por complacerme, no sé cómo pude dormir todo este tiempo sin ti. 

—Tú también me complaces, cariño. 

—Michael, gracias por llegar a mi vida —mencionó con voz suave a la vez que besaba su espalda—. Me haces inmensamente feliz con tu presencia. 

El abogado suspiró al sentir a su novio besarlo y acariciar sus piernas.
Finalmente lo había dejado sin ropa alguna, y ahora solamente le cubría la sábana de encima. 
Mientras que el hombre de ojos avellana se acomodó nuevamente, restregándose un poco detrás de su novio, para finalmente darle un beso, se sentía cómodo al no tener nada estorbandole a la hora de dormir y darse calor con su amado.
Y así durmieron el resto de la noche… abrazados en ésa posición.

Por otra parte, la vida de Patrick Riley últimamente era un tanto ajetreada, había estado evitando a Michael en el trabajo, pero por fortuna el hombre al estar pegado en el teléfono con Jonathan, no sentía su ausencia. 
Riley, estaba debatiendo internamente con el tema de Sara, por ello había visitado a Carnaghi. 
Su compañero del área penalista suspiró pesadamente al verlo, realmente no quería saber más de él.

—Te prometo que nadie se enterará.

—Pasa. 

Riley le agradeció y al cerrarse la puerta, abrazó a su compañero de trabajo.

—Cállate, déjame quedarme aquí por esta noche, me iré temprano, antes de que salga el sol.

—Sinvergüenza. 

—Vamos, no quiero discutir esta noche. 
Necesito un amigo con quién hablar o de lo contrario me hundiré. 

—¿Por qué no vas y buscas a Spencer? 

—No quiero incomodarlo, sabes que él vive con su novio. 
Es medianoche, y tienen una niña, no es correcto que los visite a esta hora. 

Carnaghi rodó los ojos, como siempre la “amistad” de estos dos seres era unilateral. 
Al ir a la sala de estar, Riley observó que Andrés tenía varios documentos regados. 

—¿Y esto?

—Es sobre el caso de Bettley, y el acuerdo fuera de tribunales. Me ha enviado el abogado de Sara una contraoferta. 
Ella esta dispuesta a pagarle la compensación económica a Jonathan y un poco más, pero se niega a ofrecerle una disculpa pública o retractarse de sus acciones. 
Y el que dice ser mi cliente —mencionó con ironía—, como sabes, él prefiere la disculpa pública antes que el dinero, porque al estar saliendo con el heredero de la Familia Spencer… lo que le sobra es el dinero, sobre todo el estatus social.

—¿Por qué no hablas con Frederick y dejás qué él se encargué?

—¿Crees qué no puedo con éste caso? 

Riley levantó las manos en son de paz, lo que menos quería era que Carnaghi lo echará.

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