CII - Luces Rojas

Jonathan terminó en medio de un gemido ahogado, a la vez que mordía el hombro de Michael para tratar de callar el sonido.
Se quedó abrazado a su novio un momento, después salió de su interior, lo acomodó en la cama y lo cubrió con las sábanas, debía de ir a tirar el preservativo. 
Al volver su novio lo miró ansioso, quería tenerlo una vez más.

—Ven, cariño —le llamó—, amor, sube a la cama, quiero abrazarte.

—Tienes que dormir y no quiero lastimarte, no puedes tener nada pesado encima, tampoco debes hacer esfuerzos. 

—Tú nunca me lastimarías, ven ponte encima aunque no te pegues a mi cuerpo, quiero tomarte de la cintura. 

—Michael, amor mío, no hay nada que no haría por ti. 

Volvió a subir, le dió un casto beso, después lo miró con devoción, y el abogado terminó de poner sus manos sobre su pecho, para después entrelazar sus dedos en su cabello. 

—He estado soñando contigo, he tenido mucho tiempo para dormir. 
Te he visto sin camisa en mis sueños —dijo con voz suave a la vez que volvía a darle otro beso—. Te veo con el saxofón encima, en un sitio lleno de luces rojas.
Es verte a través del agua, pero no sé porque no puedo tocarte, no soy capaz de llegar a ti, Jon. 
Si no puedo tocarte en mis sueños, quiero hacerlo aquí, no sabes lo atado que estoy dentro de ése lugar —suspiró y volvió a tocarlo—, especialmente cuando se trata de llegar a ti.
No hay gran cosa que hacer ahí, sólo estar suspendido ahí con hilos rojos, es algo raro y extraño a la vez —suscitó con apenas un hilo de voz, luego lo besó—. Me hace falta dormir junto a ti, a tu lado me siento tranquilo, tengo buenos sueños.

Al abogado aún se le dificultaba hablar con normalidad, apenas estaba recuperando la movilidad de sus cuerdas vocales.
Por lo que a Jonathan era un tema que le preocupaba, sin embargo, también estaba consciente de que su novio recién estaba entrando en recuperación. 

—No estoy tan lejos, estoy del otro lado de la puerta, solamente voy a casa a ducharme, pero no tardó en regresar. Puedes decir mi nombre y entraré a verte para tomarte de la mano, no dudes de ello.
Y escucha, amor —le dijo amorosamente tomándolo del mentón—, siempre seré  tuyo en esta vida y en la próxima, si no es en tus sueños, puedes tocarme aquí.
Tus caricias y tus besos son maravillosos para mí.
Michael, mi vida, también extraño que duermas conmigo, no he tenido noches tranquilas desde que no estás en casa.

—Ya sé que debes irte pronto, pero antes haz lo de siempre, arrúllame en tus brazos, quiero soñar contigo y tal vez esta vez pueda tocarte.
Hay una última cosa que quiero pedirte, no importa que esté dormido cuando vengas a verme, háblame.
Amor, tú mejor que nadie sabe que no despierto sólo, estoy acostumbrado a oírte. Recuerda que eres mi despertador humano ¿Lo has olvidado?

—No, mi amor. Te amo.

—Y yo a ti, Jonathan.

Lo besó, después se levantó de la cama, al estar a su lado le dió un beso en la frente, para posteriormente abrazarlo. 

Ahí estuvo acariciando su cabello, besándolo en la frente y arrullandolo para hacerlo dormir. 
Lo dejó dormido, sólo que antes de irse le dió un último beso y postró uno más en su mano, debía dejarlo descansar.
Observó el color de su rostro y su tranquilidad, se acercó una vez más a su pecho y escuchó su corazón latir, aquél sonido le hacía tener la certeza de que seguía con vida. Él estaba vivo.

Al ver el anillo en su mano recordó el tema de la boda, había olvidado comentarle a Michael acerca de ello, pero es que él tampoco le dió oportunidad, no dejó de besarlo desde que lo vió, luego ambos hicieron aquello, imposible mencionarlo.

Se quedó en la sala de espera, ahí aprovecho a ver los folletos que le trajo Frederick, tal vez debería hacerle caso y gastar su energía en otra cosa.
Con haber tenido un poco de su novio, su alma se sentía mucho mejor, le había rehabilitado el oírlo hablar y liberarse dentro de su interior. 
Fue tan efímero, pero valió totalmente la pena, porque pudo tenerlo una vez más.

Hoy era un día más en el que hablaba con Cherry a través de videollamada, extrañaba pasar más tiempo con ella, por eso esperaba que dieran de alta a su pareja para irse a casa. 
Despertó a su pareja como solía hacerlo antes, despertandolo con un beso y hablándole al oído. 

Sólo que agregó algo más, al ver sus ojos aqua abrirse; optó por tocarle una canción en el sax, esta vez fue “Do Me, Baby - Prince”
Al terminar le dió un beso en la frente y se hincó ante él, estando ahí tomó su mano en dónde tenía el anillo de compromiso, se sentía emocionado de pensar en su significado, esperaba que pronto ésa promesa de matrimonio se hiciera realidad. 

Lo miró a los ojos y le habló.

—Michael, amor, tienes una promesa que cumplirme y no hablo exactamente de la boda.
Me debes una noche en la camioneta —le sonrió—, no sabes cuántas semanas han pasado, pero solamente te he visto yo y mi suegro, he estado siendo egoísta y lo seguiré siendo. 
Te quiero una semana encerrado conmigo, sin saber nada del mundo. 
Cúmpleme el capricho de estar a solas. 

—Lo haremos, cariño. 

—Dime si hoy amaneciste con ganas de volverme a besar. 

—Sí, querido, hoy también, pero antes ayúdame a levantarme, tengo que asearme primero.

—¿Llamó a la enfermera?

—No, házlo tú, no tengas miedo, confío en ti, además debes de acostumbrarte ¿Cómo planeas llevarme a casa? 
Nadie como tú para cuidarme, Jon. 

Michael divisó mejor el cuerpo de Jonathan al tenerlo en frente de él, ahí pudo notar que bajó bastante de peso.

—Jonathan, no puedes tirarte al abismo en caso de que no esté en algún futuro.

—Ni tú. 

—Touché. Cariño, sabes que algún día debemos hablar sobre ello. 

—Todo lo que sé es que soy mayor que tú, ambos sabemos las probabilidades.
Y he estado empezando a creer que Dios no puede odiarme tanto para hacerme vivir lo mismo. 

—Uh, no. Olvídalo, no quiero pensar en ello.

Jonathan lo levantó con cuidado, y estuvo cuidando de que no cayera, tomándolo por la cintura con delicadeza. 
Así lo llevó hasta el lavabo del baño, estando frente al pequeño espejo le habló de nuevo.

—Michael, mi vida, sé que ninguno de los dos quiere pensar en estos temas, pero es importante que seas consciente de que debes hacer lo posible por mantenerte con vida, te recuerdo que no solamente me tienes a mí, si no que también tienes una niña. 
Así que no pienses ni siquiera en morir, porque nos tienes a nosotros.

—¿Y tú? 

—Estoy en tu misma situación, no pensaré en ello —enfatizó—, no tengo la energía. 
Pero es lo mismo que te he dicho, no puedo pensar en morir porque los tengo a ustedes ¿Lo comprendes, amor?

—Claro, no puedo pensar en morir, menos ahora que estamos por iniciar una familia.

—No, no estás por iniciar, la tienes ya —afirmó con convicción—. Asúmelo de una vez, que es demasiado tarde para retractarse, ya básicamente estamos casados.

—¿Casados? Entonces porque no he oído que me llamen “Sr. Bettley”, dime, querido mío ¿Cuándo tendré el privilegio de usar tú apellido? Cambiemos nuestra historia, Jonathan. 
Te lo he dicho antes, te apoyaré en el cambio de la historia, podríamos fingir muchas cosas, como la fecha de nuestro noviazgo.
Sólo dime ¿Qué fechas tendremos? ¿Cuánto fue nuestra boda?

Michael lo miró expectante, se giró hacía él y lo besó, estando en ésa posición puso sus manos alrededor de la espalda de Jonathan, quién solamente lo sostenía.
Así que retomó el hilo de la conversación.

—Dirás que es una tontería, pero quiero olvidar todo mi pasado, quisiera sólo recordar a partir del día en que nos conocimos.
Tengo una sensación Jon, siempre ha estado ahí, que me dice que has sido mío durante más tiempo, porque no tengo otra explicación para amarte como te amo.
Sé lo que quiero Jonathan —mencionó entre besos—, amor, yo quiero dos fechas. 
Si pudiera cambiar el pasado, te habría pedido salir desde que nos vimos por primera vez, tal vez sí hubiera sido más valiente de aclarar mi situación ante ti, probablemente todo fuera un poco distinto.
Quiero fingir que te he tenido en mis brazos durante más tiempo, imaginar que siempre has estado ahí.
Ahora que te tengo, no puedes alejarte de mí, no puedes irte de mi lado.
Y la segunda fecha, cambiar la propuesta de noviazgo por una de matrimonio.
Hoy tú serías mío de manera completa —dijo en medio de un suspiro, mientras se aferraba a su espalda—, hoy podría portar tu apellido, estaríamos en un punto completamente distinto a este. 

—Y a mí me habría encantado tenerte hace seis años. 
Pero he estado en sitios en los que jamás has estado, imposible conocerte antes. 
Viviendo tanto tiempo en la misma ciudad y nunca te conocí. 

—Vas a reírte de esto —lo besó de nuevo y puso sus dedos sobre su cabello—.
Pero la casa de tus padres queda a dos calles de la antigua casa de mi padre, ahí él vivió en el tiempo en el que se separó de mi madre, fui varias veces a verlo.
Tal vez sí habría escuchado “Wouldn’t It Be Good de Nik Kershaw” en saxofón, habría ido a ver de dónde provenía el sonido. 

—Bien, al menos ya tengo una pista para encontrarte en algún otro plano existencial en dónde las almas se unan, te atraeré con tus canciones favoritas.
No habrá nada que me aparte de ti, no importa dónde estés, voy a encontrarte.
También quisiera olvidar estos últimos seis años, así que te daré gusto, elige las fechas, acompaño tu historia.
Pero aún sin ellas, tú puedes fingir lo que sea, no necesitas de un papel para usar mi apellido, es tuyo y de Cherry. 

Le dió un beso más, para después acomodarlo en la regadera, le ayudaría con el aseo. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top