III




    En cuanto me dejó en mi casa bajó para entrar al baño he ir a tomar un poco de agua, pero antes de irse revisó su mochila y por supuesto que se encontró otra carta escrita por la chica anónima. La empezó a leer y vi que se le formaba una pequeña sonrisa.

-¿Otra carta de tu admiradora secreta?-pregunté intentando parecer curiosa, caminé hacia él y me la mostró.

-Pensé que solo era una broma y que no recibiría más-dijo guardando la carta con cuidado en la mochila- , me gustaría saber quién es. Se siente extraños saber que una persona piense así de ti.

-Tal vez algún día lo sepas-respondí elevando los hombros y ambos nos quedamos viendo en silencio.

Se despidió dándome un beso en la mejilla y quedé sola en la casa gritando como una loca, me hice algo de comer y guardé para cuando llegara Elliot.

Estaba muy cómoda viendo mi serie cuando mi hermano entró a la casa con una sonrisa gigante por todo su rostro y al verme acosada en la sala se subió  arriba de mí dándome besos por toda la cara indicando que estaba demasiado feliz. Lo aventé al suelo, pero ni si quiera se molestó por eso, se quedo viendo al techo.

-Elliot-Lo llamé y volteo a verme-¿Qué rayos pasó en la cita?

La cita con Katherine y Elliot había salido demasiado bien, así que terminando la escuela nos iríamos a nuestras casas a cambiarnos he ir a la feria.
Elliot y Katherine como pareja.
Johan y Jema como amigos, era triste decir eso.

No tenía ganas de comer nada, así que solo me compré unas Sabritas sin importarme los reproches de mi hermano para que comiera ya que lo único que había desayunado era un pan con mermelada.
Le saqué la lengua como si fuera una niña pequeña y seguí comiendo lo que había comprado, él negó con la cabeza.

Sonia pasó a un lado de nosotros y vi como Johan se le quedaba viendo con tristeza, aún no sabía la razón de porque habían terminado. A él todavía le importaba y eso no era nada bueno para mí.
En cuanto se dio cuenta que lo miraba desvío la vista de su antigua novia y se concentró en su comida, miré a mi amiga y ella me observó con tristeza.

Nos despedimos de los chicos y fuimos a clases de deportes, cuando todos los alumnos estuvimos presentes el profesor avisó que traería al grupo donde se encontraba mi hermano y Johan para jugar un partido de futbol, me emocioné ya que pensé que nosotros nos podríamos unir al equipo de ellos, pero no era así, competiríamos contra ellos y los ganadores saldrían con diez en esa materia.

Yo era bastante buena gracias a ellos, pero competir contra las personas que me enseñaron a jugarlo era totalmente distinto.

Los esperamos y cuando los vi entrar les sonreí.

Elliot sería el capitán de su grupo, mientras que yo sería el del mío, solo jugarían los que quisieran y los demás estarían apoyando a su equipo favorito.

-No podremos ganarles-dijo Carlos mirándome preocupado- , estamos compitiendo contra los dos chicos que mejor juegan.

-Y también tienen a su equipo a la chica que mejor juega-Le dije y mi amiga me apoyo.

Teníamos que ganarles porque si no lo hacíamos ellos me lo recordarían para toda la vida, torturándome con eso.

El partido comenzó, estaba bastante nerviosa y más al ver las sonrisas arrogantes que tenían Elliot y Johan, tenía que demostrarles que era mejor que ellos.

Íbamos empatados, uno a uno y solo quedaban cinco minutos de juego para ver quién iba a hacer el ganador.

Johan tenía la pelota y cuando la traía nadie quería atreverse a quitársela, pero yo no permitirá que nos ganara. Corrí hacia él y logré tenerla en mi poder, se la pasé a Katherine haciendo que los del otro equipo fueran contra ella, pero logré alcanzarla para que me la pasara. Era ahora o nunca intentar meter gol.

«Por papás»
Me dije a mi misma y el balón entró a la portería, el tiempo llegó a su fin y habíamos ganado. Todo mi salón bajó de las gradas corriendo a felicitarnos emocionados, los demás nos veían sin poder creer quién eran los ganadores.

Elliot me miraba sonriendo, orgulloso de mí y Johan hacía lo mismo. Ninguno se encontraba molesto.

-Soy mejor que ustedes.-Me burlé cuando íbamos saliendo del gimnasio juntos.

-No lo eres-negó Johan riéndose- , te dejamos ganar.

-Sigan diciendo eso para ver si ustedes se la creen-dijo Katherine guiñándole un ojo a mi querido hermano.
Algo sucedió entre ellos que no me había enterado, miré a Johan para ver si sabía algo y se encontraba del mismo modo que yo.

Después de otras tres horas volvimos al gimnasio, pero ahora no me encontraba sola y no sabía como pondría la carta en la mochila del chico.

Elliot le dejó la mochila a mi amiga haciendo que me sintiera confundida y los miré pidiendo explicaciones, algo que no recibí, pero por suerte Johan si me la dejo a mí, tenía la nota en mi pantalón para poder guardarla más rápido, nos fuimos a sentar a las gradas para poder verlos mejor y que mi amiga le sacara fotos a Elliot.

-Si quieres una foto de él pídesela-Le dije burlándome y solo me miró mal.

Ella estaba concentrada en eso, aproveché para guardar la nota en la mochila y en cuanto lo hice rápido la cerré.

Johan:
Lo mejor de escribirte es qué haces que me enamoré más de ti.
Razón No. 3
No importa si alguien te gana en algo, si esa persona lo hizo de forma correcta y honesta lo aceptas, sabes que tienes que mejorar y no te rindes, persigues tus sueños, tus metas sin importarte lo que digan los demás.
¿Aún te sigues preguntando por que te amo?

Pasó una hora y los chicos terminaron, todos subimos al auto de Johan para que nos llevara a mí casa. Llegamos y todos bajamos a excepción de él, tenía que ir a su casa a darse una ducha para volver por nosotros he irnos al parque de diversiones.

Katherine ya traía la ropa que usaría porque se arreglaría junto conmigo, ese día tenía que verme bien, muy bien para que Johan lo notara, aunque sabía que siempre lo notaba.

Hacía bastante calor por eso decidí usar un short con los tennis blancos y una blusa guinda, mi cabellera sujetada en una trenza de espiga y maquillada como siempre.

Dicen que las chicas son las que tardan en arreglarse, pero Elliot seguía sin bajar y Johan aún no llegaba, mientras que yo y Katherine estábamos listas, esperándolos viendo una película en la televisión.

En cuanto Elliot terminó escuché el auto de Johan, entró a la casa indicando que era momento de irnos, me levanté y mi hermano notó que traía short provocando que casi le diera un infarto y que yo me soltara riendo.

-Cámbiate-ordenó apuntando a donde se encontraba mi recámara.

-Estás loco, no me cambiaré así que vámonos ya-Le dije pasando por un lado de Johan para ir a subir al carro. Mi hermano bufó porque no le quedaba otra opción que seguirme.

Me enviaron de copiloto a causa de que la parejita quería estar junta, no me importó en lo absoluto, de hecho me agradó demasiado que lo hicieran.

-¿No te ha llegado otra carta Johan?-preguntó Katherine dándome cuenta que Elliot ya le había platicado.

El chico que iba manejando se quedó pensando mientras le aparecía una sonrisa.

-Si, hoy. No puedo creer que en verdad vaya a escribir las veinte razones.

-Yo si lo creo-murmuré para mí misma, pero creo que Johan logró escucharme ya que volteo a verme sorprendido y solo le sonreí nerviosa.

Era de noche y todos los juegos estaban encendidos, mi hermano volvió a amenazar a su amigo diciéndole que no me hiciera nada y después de eso se fue a pasear con su futura novia.

Lo miré preguntándole a donde quería ir, pero era demasiado indeciso para elegir, quería subirse a todos en el mismo momento. Lo tomé de la mano y lo jalé para llevarlo a la montaña rusa donde apenas se estaba formando la fila, fuimos uno de los primeros en subir.

Al bajar de ahí con toda la adrenalina fuimos por unos algodones de azúcar que él pagó gracias a que no me dejo hacerlo a mí, empezamos a caminar mientras lo comíamos y decidí tomarnos una fotografía con todo el algodón rozado que teníamos. Era uno para cada quien.

-Sonríe-Le dije con mi celular afuera y eso hizo.

Al terminárnoslo nos fuimos a subir a los demás juegos hasta que el hambre nos llamó y la diversión se tuvo que detener. Miramos un puesto de hamburguesas haciendo que los dos saliéramos directo a él.
Siguió sin dejar que pagara nada y en cuanto nos las dieron decidimos sentamos en unas mesas que habían ahí.

Empezamos a platicar diciendo tonterías provocando que me muriera de risa por cada cosa que decíamos.

-Se ven muy bonitos juntos-Una señora un poco mayor se acercó a decírnoslo haciendo que nos incomodáramos.

-Gracias, pero no somos pareja-respondió Johan mirándome directo a los ojos.

-Pues deberían de serlo-habló para luego irse y dejarnos incomoda sin encontrar que decirnos, por suerte apareció mi hermano riendo a carcajadas con Katherine y se sentaron a comer junto a nosotros.

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