16.- Aceptación y un corazón roto.
Hola.
Antepenúltimo capítulo.
Créditos de las imágenes a sus creadores.
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Observaba con evidente incomodidad aquella menuda y sonriente chica que charlaba con Milo en el pasillo del supermercado cercano a su casa, Milo sabía que aquella conversación tenía molesto a Camus que aunque no demostraba externamente sabía que lo invadían los celos.
Camus apartado sólo pensaba cómo cobrárselas a Milo cuando llegaren a casa.
La gota que derramó el vaso fue cuando la muchacha en cuestión le entregó un trozo de papel del que supuso era un número telefónico, indignado por el comportamiento de " galán de su futuro novio" dejó en un espacio vacio en la sección de comida orgánica varios vegetales y llamando a todo su autocontrol caminó hasta Milo y la chica que reía tontamente.
-¡ Milo!
Él ladeo la cabeza en dirección a la voz fría de Camus y su brillante sonrisa se heló al reconocer la cólera reinar en los bellos ojos azules de Camus, apartó torpemente la fina y delicada mano de la joven que parpadeó confundida ante el gesto, le estaba empezando a gustar aquel chico de piel morena y ojos celestes por lo tanto no entendía a qué se debía ese intempestivo rechazo. Ignorantes, el resto de clientes del super pasaba a lado de los tres sin imaginar que una tormenta amenazaba con surgir entre los dos muchachos de 17 y 16 años respectivamente.
-¿ lo conoces?-preguntó la joven colgándose de su brazo. La mirada de Camus se tornó más glacial.
-Ca-m-mus-tartamudeó nervioso Milo mientras volvía apartar la diestra de la chica-n-no.....
-¿ es tu amigo?
Al no obtener respuesta alguna de parte del aludido, prosiguió.
-parece que lo es, igual de guapo que tú galán......
Milo se sentía morir, su objetivo inicial no era que la chica terminara por sentirse atraída a él muy a su pesar considerando que tanto él y Camus captaban miradas de chicas y mujeres maduras que les lanzaban piropos descarados que ruborizaban al mayor de los dos. Estaba estúpidamente enamorado del muchacho de cabellos aguamarinas que no admitía un segundo lejos de él.
-yo ya-pero ella lo interrumpe colocándose de puntillas frente a él para besarle en la comisura de los labios. Asustado ve cómo Camus se retira sin decir palabra y se zafa de la chica que confusa se apresta a seguirlo.
-¡ Camus!-lo llama a viva voz, este ni se detiene.
Acelera para evitar que lo alcance, tarea infructuosa porque el menor lo alcanza en menos de lo que canta un gallo; más atrás la chica los seguía sigilosamente cuidando de no ser vista ya que le se pareció extraño la actitud del nombrado como Camus cuando besó a Milo.
Caminaron en un lapso de quince minutos esquivando autos, transeuntes apresurados siempre con la chica detrás. Vencido Camus se detiene a escasas cuadras de su casa, frunció el ceño cuando vio aproximarse a Milo e intenta retroceder evitando el contacto físico. ¡ Cómo osa seguirle después del espectáculo que presenció...! ¿ Se burlaba de él?
-¡ eres un cínico!-escupió con odio las palabras-¡ quédate con tu admiradora!
-sabes que te quiero a ti-estiró su mano y logra su cometido. Camus presa de un súbito deseo que despierta en él la cercanía de Milo queda desarmado y cede a la cercanía de los labios del otro al cual amaba quizá desde su nacimiento.
Un roce suave, sutil y maravilloso que regocija los corazones de ambos chicos en especial de Milo. Poco dispuesto a terminar esa pequeña reconciliación mantiene cerca el rostro del aguamarina gravando cada rasgo y expresión de él. Nadie creería que minutos antes parecían un par de desconocidos que se trenzarían a golpes e insultos zahirientes. Nadie sabía cuanto se querían, cuanto se adoraban y sobre todo..... ¡ cuanto se amaban!
A espaldas de Milo, la chica que inicalmente coquetaba con él en el súper tenía la mirada desencajada, su rostro pálido y su boca en un gesto patético de gritillo silencioso. Profiere gritos aireados señalándolos como un par de depravados en fin despotrica como todo que ignora que el amor no tiene límites, ni fronteras ni leyes inquisidoras.
Camus aún podía percibir el dulce aroma del beso casto que acababan de darse, como podía resistirse a tan abrumador encanto que a sus ojos deleitaba.
-eres un estúpido-murmuró.
Sonriendo como un niño engreído, Milo no tardó en responder a aquel reproche.
-fui firme en mis convicciones, que tú hayas interpretado otra cosa....
-parecías tan metido en tu papel de galán.....
-no seas tonto-volvió a acercar su rostro al de Camus que cerró los ojos-tú eres el único....
Carraspearon, impelidos por una fuerza invisible se separaron pues imaginaron que se trataría de algún vecino. Era Aspros que mantenía una expresión indescifrable al menos para Milo.
-tu madre-se dirigió al peliazul-está histérica porque aún no llegas.
-fue mi culpa-se disculpó Camus emprendiendo el camino a su casa, la mano de Milo lo detiene, ya era hora que los demás se enteresasen de lo que sentían, Aspros sería el primero en saberlo y poco le interesaba si lo aprobaba o no.
-escúchame Aspros-encaró al mayor que alzó ambas cejas-Camus y yo....
-lo suponía-cortó este mientras suavizaba su anterior adusta expresión-muchachos sus muestras de cariño eran tan evidentes, Kardia a pesar de ser muy lista no lo ha notado-palmeó con fuerza la espalda de Camus en señal de apoyo-si te atreves a....
-¡ no es necesario!-intervino Milo abrazando posesivamente a su " novio"-suficiente con que mi madre se transforme en un energúmeno cuando sepa, aunque.....tú la calmarás....
El griego mayor adoptó una expresión de auténtico horror, Kardia no era fácil de manejar, molesta era peor que un león hambriento lista para mandar su zarpaso. Milo se echó a reír con tanta diversión que la situación parecía tan fácil........
Cinco minutos más tarde.
-te dije que no era buena idea-se quejó Aspros tragando grueso.
Camus sin pestañear un poquito permanecía a escasos pasos de la pequeña familia que ya mismito se sacaban los cueros al sol, literalmente. Confesar sus sentimientos le resultaba más burocrático que los trámites en el Registro Civil, Kardia era muy celosa con todo lo que tenía que ver con Milo.
Después de unos eternos y mortificantes minutos, Kardia se dio la vuelta y silenciosa se encaminó a la cocina en la que se encerró dando un portazo.
Se oyó el trasteo típico de la cocina, groserías en griego y pausados silencios que mantuvieron en ascuas a los tres hombres que temían que la bilis de la mujer se disparara por los cielos. Por fin al cabo de media hora eterna, ella salió con mejor semblante, sonriendo maquiavelicamente.
-querida...
-¡ cállate Aspros!-cortó lo que el griego pretendía decirle, su actitud indicaba claramente que podía sacarle los ojos al atrevido que osara alterar lo que tenía en mente. Tomó entre sus manos el rostro de Camus quién se mantuvo altivo y sin seña de flaquear, lo miró tan fijamente hasta que se dio por vencida y flexibilizó su postura.
-estoy segura que serás el mejor de los compañeros para mi manzana-el aludido a oír el visto bueno, se acercó dio un sonoro y caliente beso al otro que se ruborizó hasta las orejas.
-¡ carajo! eso es para cuando sean más grandecitos-espetó la mujer-no me hagan oponerme y ponerles una restriccion por calenturientos.
-¡ mamá!-refunfuñó Milo-así espantarás a Camus.....
-¡ ay amorcito!-lo estrechó contra su pecho tal como en sus tiempos de bebé después del abandono de su madre biológica-sólo quiero que seas feliz, cualquiera que te lastime probará mi veneno.
-espero que no sea cianuro-cuchicheó por lo bajo Aspros.
-¿ qué chinches dijiste?
-nada.
-¡ hazme tonta Aspros!-se abrió paso entre los jóvenes que contuvieron las ganas de reírse por la suerte de Aspros-te has vuelto chistosito.
-bueno Camus-Milo se llevó a rastras a su novio de allí-aquí sobramos....
-seguro que.....
-no te preocupes por ellos-cerró la puerta del departamento, lo acorraló contra la pared contigua dispuesto a robarle un beso-necesitan un tiempo a solas.
Tomados de la mano se perdieron por la ciudad, cuando se aburrieron de merodear se refugiaron en la casa de la madre de Camus quién los recibió radiante. Carrie no nececitó preguntar qué hacián ahí, Kardia de seguro estaba en su momento con Aspros aunque aún ella tenía una vaga esperanza de que su amiga de siempre tendría algo con Dégel.
Hablando de Dégel este aprovechando todavía sus habilidades, faltando pocos años para fenecer el plazo, observaba agazapado desde una distancia prudencial el acto de entrega de su amor prohibido y su rival humano sólo pudo sentir un fuerte dolor, uno que destrozaba sus ínfimas probabilidades. Una marca de fuego que laceraba para siempre su corazón.....
-¡ hasta siempre amor...!-el viento llevó sus palabras inundadas de tristeza-sé feliz......
Quedaban los resquicios de esos días que a pesar de su proclamado fastidio hacia él llegó a fundirse en sus brazos y casi tiene su fruto. Dégel atesoraría esos recuerdos en lo que quedaba de vida.....
" Aunque digas que tu corazón pertenece a otro, nuestro destino está enlazado"
" Velaré a la distancia, me cercionaré que ese hombre te haga feliz"
A fin de cuentas quien ama de verdad deja ir a esa persona con tal de verle feliz así yo quede con esta daga atravesando mi pecho......
Siempre te querré.... y te perdono Kardia.
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Abrazos a quienes aún siguen la historia.
En el transcurso de esta semana finaliza la historia.
Saludos :)
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