Hoy, es lo que quiero. Y no quiero una vida lejos de ti


Notas autora: Han pasado tantas cosas, perdonar toda la ausencia. Pero ya estoy de vuelta, sí, Dope es prioridad, pero dejo esto aquí, y subiré nuevo capítulo esta semana. Me voy a dedicar a hacer nuevos Fics, de Boku no hero, y algún otro anime. Si alguien tiene peticiones de fics de parejas de , Dragon Ball, Boku no hero, Owari no Seraph, Mistyc messenger, alguna otra cosa, dejarlas por Inbox, las leeré encantada y me pondré a trabajar en ello. Lamento la ausencia de nuevo,  pero ya al fin, me siento más yo, más realizada, muy real, con fuerza. ¡ Volví! Disfrutar esta pequeña lectura- besos-


 


 

Ya había pasado un año desde aquel acontecimiento. Bulma embarazada, la madre de Vegeta disgustada, y el padre de Bulma queriendo agarrar el cuello de Vegeta. Pero sí, así fue. Vegeta cada día recordaba la frase de la boca de Bulma en su casa, después de hacerse la prueba: ' estoy embarazada ' , después todo su mundo se vino abajo. Volvamos al pasado en un breve resumen. Aquel día...Bulma Briefs, ella tenía 17 años, adinerada y bastante inteligente, aparte de hermosa. Vegeta Ouji,él tenía 19 años, bastante atractivo, inteligente y con una futura importante empresa que heredar en sus manos. Una breve diferencia de edad les separaba, aún así, cuando conoció a esa inocente y sonrojada chica peli azul de 14 años, no pudo evitar poner su atención en ella. Un joven Vegeta de 16 años, se pasaba el día mirando a esa peli azul en los patios, observándola en los pasillos, ya que iban a clases diferentes. Pero su orgullo y arrogancia, le impedían por completo acercarse a ella, y menos a una cría de 14, ¿sería inmadura, como las demás? y cabe decir que él estaba acostumbrado a tener a miles de mujeres de cualquier edad detrás. Por casualidad, su hermano de 14 años coincidía en algunas clases con ella, y le tocó hacer un trabajo de física con aquella peli azul. Tarble la invitó a casa, y cual fue la sorpresa de Vegeta al ver a esa chica entrando ahí. Poco a poco se convirtió en una buena amiga de su hermano pequeño, y así, tuvieron una oportunidad para conocerse un poco más. No tardó mucho en ver su carácter acompañado de su enorme seguridad, y con una sonrisa arrogante él pensó ' vaya... ella, es diferente'. Para un tipo arrogante como él, esa era la personalidad perfecta que compenetraba como un puzzle con él. Y entonces, pasó. Cuando menos se lo esperó, esa peli azul de 14 años ya estaba conversando con él en su habitación, acompañándole por los pasillos, y pasando los patios a su lado. Sí, demasiadas chicas celosas se preguntaban como podía ser que Vegeta fuera atraído por una mocosa de 14 años, pero eso solo eran habladurías sin importancia. Con 15 años y medio, la joven Bulma perdió su virginidad junto al chico con el que llevaba un año saliendo, a pesar de que Vegeta la había perdido a los 15, (al ser bastante atractivo con una chica mucho mayor que él), se sintió como si fuera la primera vez que de verdad hacia eso con cabeza, sintiendo cosas que nunca había sentido, y maldición... esa peli azul se había comido todo su corazón. Poco a poco, se sentían más unidos y enamorados, discutían de vez en cuando, pero eso era natural. Pero nunca esperaron estar tan unidos, como lo que pasó. Parece ser, que en uno de sus aniversarios, Vegeta decidió llevarla a un viaje como regalo, con un hotel a pie de playa. Parece ser que la excitación era tan enorme, que en la suite que Vegeta contrató, por la noche, se les olvidó usar el famoso preservativo. Y así fue como ahora se encontraban con un niño en sus manos. Gracias a Dios, ambos pudieron conseguir una casa con grandes lujos, ya que tanto Bulma como Vegeta eran muy adinerados por las empresas de sus padres. A sus padres no les quedó otro remedio que aceptar todo aquello... cuando el pequeño nació a ambas madres, ( mamá de Vegeta, y mamá de Bulma) se les cayó la baba con su hermoso nieto, así que olvidaron todo lo malo y lo aceptaron sin problema. El padre de Vegeta se encontraba algo decepcionado y avergonzado, al igual que el padre de Bulma, el cual solo quería estrangular a Vegeta por tocar a su pequeña y dejarla embarazada, pero ambos no podían evitar estar enamorados y orgullosos de su nieto.Ya había pasado un año desde entonces, ahora Bulma tenía 18 años, Vegeta 20, y su pequeño era un hermoso bebé de 13 meses, al que decidieron llamar Trunks.

-¡ Vaya! os habéis levantado antes que yo, oh dios, ven aquí mi amor - Bulma andaba por el salón, hacia su hijo, que estaba en el sofá con Vegeta. Su pequeño agitaba los brazos sonriendo y haciendo pedorretas, y Bulma lo agarró en sus brazos abrazándolo con fuerza- buenos días cielo - le dio un enorme beso en sus gorditas mejillas- y buenos días a ti también cariño...- se acercó a Vegeta dándole un suave besos en los labios, mientras él renegaba de mala gana. No le gustaban esos motes pero bueno... digamos que a ella se los tenía que consentir por narices. Bulma dejó al pequeño Trunks en la alfombra, dejandole jugar con sus juguetes de bebé, y se sentó en el sofá acercándose a Vegeta. - Lo de anoche estuvo muy bien...- acarició sus pectorales bajo la camisa y bajó su mano acariciando por encima su entrepierna, y besó su mejilla- no me dejaste respirar ni un momento...- La llama de Vegeta se encendió. ¿por qué esa mujer siempre hacía eso? como si tuviera un poder tremendo sobre él, bueno... él sabe que lo tenía. Trunks estaba demasiado cerca de la tele, embobado con un programa infantil donde bailaban dinosaurios. Vegeta agarro las muñecas de Bulma con fuerza y la miró fijamente a sus azulados ojos.

- Que morro tienes... anoche no parabas de provocarme aposta, y veo que hoy pretendes lo mismo. No te saldrás con la tuya... esta noche yo te gobernaré ...- esbozó una arrogante sonrisa, planeando ciertas cosas en su cabeza. Bulma esbozó una pequeña risa. Es cierto que era un hombre tremendamente orgulloso y arrogante, pero bastaba que Bulma se pusiera un conjunto sexy para tenerlo a sus pies, descontrolado y con ganas de hacerla suya. Y eso era algo que le encantaba. La cara de Vegeta cambió completamente entonces recordando algo. - oye, tomaste...¿la píldora, no? ¿ te acordaste? - bueno, desde el 'accidente' aquel, vivia un poco traumado con esas cosas. Bulma le acarició la mejilla con suavidad.

-No te preocupes... la tomé antes de dormirme, pero debemos ir a la farmacia, ya solo queda una o dos...las agotamos demasiado rápido...-

-No me importa, por mucho que compremos, así lo prefiero..., - cabe decir que no soportaban el preservativo, y a pesar de que la píldora podía dar unos efectos secundarios, a Bulma no le importaba, Vegeta había hablado con ella , pero ella prefería seguir tomándola igualmente - bueno, para una vez que queríamos usar un preservativo y nos olvidamos de él - comenzó a reír. Ella tomaba la píldora desde la primera vez que lo hizo con Vegeta, y raras veces usaban el preservativo, estaba acostumbrada.

-Sí... y que lo digas, para una vez, y salió ese mocoso...- dijo señalando a Trunks, que estaba intentando imitar el baile de los dinosaurios dando palmas. Bulma comenzó a reír y se levantó para agarrar a su pequeño en brazos.

-Ah, no seas malo Vegeta...- comenzó a besar a su pequeño, el cual no le hacía caso, mirando la tele embobado- además, aunque en aquel momento nos asustáramos... ha sido una enorme alegría... y es lo mejor que ha ocurrido en mi vida... - y así es. Ahora tenía a su novio, su hijo, aquella casa con piscina y jardín, y ya que ambos eran inteligentes no les faltaba trabajo, y a Vegeta no le quedaría mucho para gobernar la empresa de su padre. Se sentía enormemente bendita y afortunada. Lo que parecía horrible, aquel embarazo tan joven, ahora era su razón de existir, su felicidad. Vegeta gruñó como de costumbre. Bulma sabía de sobra que sus sentimientos eran difíciles pero no le cabía duda de que él se sentía igual de bendito que ella. Entonces el teléfono sonó.

Al parecer, una pareja de viejos amigos de Bulma en el instituto, llamados Jeanne y Paul, los habían invitado a tomar algo en un restaurante al lado de la playa, y así de paso veían al pequeño Trunks, ya de que corría el rumor que era una tremenda dulzura de niño, y guapísimo. Vegeta resopló con rabia, y Bulma le dijo que primero debería hablar con su novio, para tener su opinión en cuenta. Obviamente, Vegeta prefería ver algún partido de fútbol con Goku, su mejor amigo desde la infancia, que por cierto le apoyó muchísimo cuando se enteró de lo del embarazo de Bulma. Pero bueno... Bulma le explicó que también debía de tener en cuenta que él debía hacer un esfuerzo por las amistades de ella, al igual que cuando se iban a cenar con Goku y su novia, y ella se esforzaba por Vegeta. Pues sí, esa era la única pega que podría tener el embarazo. La pobre Bulma con 18 años, era muy madura y mejor madre que otras por ahí mayores y con experiencia, pero ambos sabían de sobra que ella aún era demasiado joven y necesitaba salir, aunque tuviera que llevarse a su hijo a todas partes. Vegeta malhumorado se fue dando pisadas fuertes hacia su habitación, para ducharse y vestirse. Lo peor de todo es que él odiaba a esos dos, y tenía que comer con ellos, eran demasiado finos y odiaba como le restregaban a Bulma su vida de pareja joven saliendo tranquilamente sin responsabilidades, como si ella fuera menos que eso por tener un bebé. ¿Pero como decirle eso a ella? Ella les quería mucho, y no se daba cuenta. Vegeta encendió el agua caliente entrando en la ducha, menudo asco de día le esperaba... bueno, por ver contenta a Bulma, debe callarse. Esperaba que ella apreciara eso en él, porque jamás consentía esas cosas a nadie, ni de coña.

Bulma se duchó con su pequeño, aprovechando que él también necesitaba un baño. Al salir le puso su pañal, y le vistió con un precioso conjunto azul parecido a un peto vaquero para bebes. Obvio no podía faltar su gorrito de 'demonio' con dos pequeñas orejitas en punta y negro. A Bulma siempre le hizo gracia ponerle aquello, ya que para su poca edad no paraba quieto y hacia travesuras.

En fin, primero fueron a la farmacia a comprar un nuevo paquete de pastillas anti conceptivas, y después llegaron al punto de encuentro y Trunks cautivó desde el primer minuto la atención de aquella pareja, pues a Bulma y Vegeta no les costaba reconocer que tenian un hijo bastante destacable, era muy lindo aparte de gracioso y risueño. Comieron en un restaurante situado en un precipicio con hermosas vistas al mar, el pequeño Trunks estaba agobiado en los brazos de aquella mujer, y empezó a gritar y dar patadas. Vegeta por lo bajo se rió y Bulma pellizcó su hombro, haciéndole gruñir de ira y vergüenza. Trunks suplicaba los brazos de su madre y alejarse de esos desconocidos, así que lo agarró y le preparó un biberón y una papilla que traía en el bolso, suerte que en el restaurante se la calentaron un poco en el microondas. La chica miraba todo el rato a Trunks, entristecida de que no quisiera ir con ella. Vegeta comió un trozo enorme de cordero acompañado con una salsa y ensalada, a la vez que comía, no quitaba ojo a lo que ellos hablaban, por si decían algo descortés a Bulma, pero algo le impactó. Esta vez parecía que eran ellos los que estaban entristecidos, miraban a Trunks con envidia, y a la chica se le caía la baba cuando Bulma lo agarraba en brazos y lo mecía para calmarlo. Vaya, quizás se habían dado cuenta de que en realidad, a pesar de tener al mocoso, ellos eran mucho más felices y benditos que nadie, pues Trunks unió aquella relación con más fuerza. Vegeta sonrió con orgullo y arrogancia. Al final, llegó la hora de despedirse. No paraban de mirar a Trunks e incluso le suplicaron a Bulma si podían quedarse con él esa noche y cuidarlo. Bulma se extrañó, no pasó ni un segundo y Vegeta se lanzó a ellos con malhumor, ' mi hijo solamente debe estar con sus padres, adiós' agarró a Trunks arrancándoselo a Bulma de sus brazos y comenzó a caminar hacia el coche lujoso que tenían. Bulma sonrió con aquel gesto de él, pocas veces podía ver cosas así, Vegeta nunca lo agarraba, pero se apenó acordándose de sus amigos, y fue sincera: ' lo siento, su padre es quien debe decidir. Aunque a decir verdad, tiene razón, yo no puedo alejarme de mi hijo ni siquiera un rato' y esbozó una sonrisa agradable, esperando que la entendieran. Dicho todo, se subieron al coche, y conduciendo Vegeta se marcharon de allí.

Trunks pegaba palmas en el coche escuchando su CD de canciones infantiles, Bulma lo animaba y Vegeta se irritaba, pero en el fondo... aquello no estaba tan mal...era su familia. Al llegar, Bulma agarró a su pequeño y le puso un pijama azulado con un gracioso gorro azul sustituyendo esas dos orejitas de demonio por dos pompones blancos. Vegeta odiaba todo eso, pero Bulma es demasiado coqueta y detallista, y así hacía también con los conjuntos de su hijo.¿ Os fijáis que Vegeta no hace más que gruñir y Bulma hacía todo lo que quería? ¿tan dominado lo tenía? empezó a ponerse pensativo. ¿De verdad la tenía tan consentida?

Bulma sentó a Trunks en su trona y comenzó a preparar la cena. Al rato salió de la cocina con suculentos platos de sopa, ramen y un poco de shushi. El pequeño Trunks gritó de alegría pero Bulma le recordó que aún era pequeño para comer esas cosas. Malhumorado tiró su papilla de verduras al suelo, manchándose entero. Bulma suspiró apenada y intentó darle un yogur, además ahora debía bañarlo otra vez. Besó la mejilla de Vegeta, disculpándose, pero debía cenar solo hoy. Vegeta malhumorado dejó que se fuera a lavar al mocoso llorón. Le dio que pensar... ¿hasta le consentía que no cenara con ella por una travesura del mocoso? No, eso ya no le gustaba, y además últimamente se mofaba de él en la cama... eso debería pagarlo muy caro, debería enseñarle unas reglas que debe cumplir, y no consentirla tanto. Vegeta sonrió con prepotencia mientras se llevaba un trozo de shushi a la boca, esta noche iba a ser muy divertida... Se levantó a dejar los platos en la cocina y abrió la nevera en busca de un último trago. Se fijó en un bol lleno de fresas, y una sonrisa de prepotencia apareció en su cara.

Bulma se estaba poniendo un fino vestido negro de tirantes, de tela fina y bastante corto, con el que solía dormir, por fin pudo dejar al pequeño Trunks en su cuna dormido, aunque no había cenado mucho, solo quiso tomarse un biberón. Se tumbó en la cama con un libro de ciencia ficción. Entonces un malhumorado Vegeta entró por la puerta, llevando solo unos boxers negros bastantes ceñidos, marcando toda su masculinidad. Bulma no pudo evitar apartar la vista de su libro, fijándose en esos músculos y su torso. A veces se sorprendía de pensar que un chico tan atractivo era suyo, pues estaba bastante definido, como si su cuerpo hubiera sido esculpido por dioses, gracias a todos sus entrenamientos y deportes. Vegeta sonrió con arrogancia observando la lujuria en los ojos de Bulma. Se cruzó de brazos, en una pose sexy marcando sus biceps, y comenzó a mirarla de arriba a abajo.

-¿Qué miras tanto, Bulma? - Bulma se sorprendió, entonces bajó uno de los tirantes de su vestido, y se tumbó en la cama de una manera sensual, subiendo un poco más la falda dejando ver el hilo de un tanga negro. Vegeta no pudo evitar abrir sus ojos y morderse su labio inferior.

-¿Yo...? no será...¿qué miras tú? - apretó sus brazos para resaltar sus pechos. Vegeta perfectamente podía ver sus pezones marcados por aquella fina tela, pues bulma siempre dormía sin sujetador. Arrugó sus cejas malhumorado, adivinando sus intenciones.

-Que sepas que tus planes hoy no saldrán bien, te voy a hacer pagar todo lo que hoy te consentí, y aquel pellizco en la comida...- gruñendo salió de allí, dejando a Bulma descocertada. Ella comenzó a reír, pensando en todo eso. ¿qué sus planes no saldran bien? ni se lo cree él. Basta con que se ponga un precioso picardias para tener a Vegeta babeando en el suelo. Tranquilamente continuó leyendo su libro como si nada. Al cabo de unos minutos, la puerta volvió a abrirse. Vegeta entraba con un bol de fresas y un envase de nata congelada en su otra mano. Bulma abrió sus ojos con fuerza, ¿que pretendía con eso?

-Vegeta...¿ a que juegas?- soltó una risa y se levantó de la cama, abrazándolo y pasando sus manos por sus pectorales jugosos y definidos. Abrió el envase de nata y se mojó su dedo índice, para luego lamerlo con sensualidad- Está deliciosa y muy fría... - esbozó un pequeño gemido. Vegeta tragó saliva, y sonrió con arrogancia.

-No creas que esta vez te será tan fácil...- Agarró a Bulma por la cintura dejando la nata y las fresas en la mesilla de noche, y tiró a Bulma a la cama, besándola con excitación, recorriendo todo su cuello con su lengua.

Y así, era un día cotidiano más, en aquella vida, que quizás por accidente, no la buscaran pero, que ahora era lo que deseaban cada mañana al levantarse, sintiendose, totalmente afortunados. Vamos, todos sabemos que Vegeta se despierta más temprano, y se queda admirando fijamente la delicadeza de su hermosa amante, y la felicidad que transmitia su pequeño diablillo dormido. Así era, y así lo amaba.


 

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