—Rub.—Saludo ella sonriente al verme.

Mire a Mangel nuevamente en busca de fuerza pero sin embargo no pude contener mi sonrisa, sé perfectamente que la idea era contarle la verdad y hablar seriamente sobre lo que sucedió... Mangel había ido para detener a Isma en otro intento para atacarla y ella le había disparado, claro que sigue sin culpa de nada, ella no tenía forma de saber lo que realmente sucedía y menos que aquel lobo era Mangel.

—No puedo decirle.—Le dije en noruego a Mangel, note en su mirada algo de pena, sé que también aquel sentimiento habitaba en mi mirada.

Jamas me sentí tan débil frente a alguien.

Ella camina hacia nosotros frunciendo el ceño con su mirada en Mangel, su cara de preocupación me resulta tan bonita...

Debo protegerla.

Su pelo pelirrojo se mueve mientras camina, huelo su leve aroma a rosas desde donde estoy y me resulta exquisito... Creo que mi corazón se está acelerando.

Ella no puede enterarse.

—¿Qué le paso a tu amigo?—Pregunta ella con preocupación señalándolo—¿Rub?—Me concentro en calmar mis latidos, aunque el que ella tome mi brazo no ayuda para nada—¿Ruben?

Al final termino conectando mis orbes verdes a sus hermosos azules y por más que me gustaría admirarlos sacudo mi cabeza para mantenerme en la realidad.

—¿Ella te gusta?—Pregunta Mangel enojado cosa que me sorprende—¡Tu pulso se acelero no puedo creer que te guste!

—¡No me gusta! ¿Mangel que dices?

—¿Llegue en un mal momento?—Pregunta ella y yo niego para esbozar una sonrisa que rápidamente se ve apagada por Mangel.

—¡Entonces dile!—Me desafía logrando que me muerda el labio.

—No me hagas elegir.—Le pido y él sólo me mira con el ceño fruncido.

  Mangel se acerca a mí apuntándome con su dedo indice.

—No deberías elegir.

Él se aleja y yo luego de unos segundos vuelvo mi mirada a la pelirroja, quien me mira preocupada.

—¿Por qué no vas por él?—Me pregunta ella preocupada y sólo logra provocarme ternura.

Algo dentro mío se remueve, como un cosquilleo que se extendía a lo largo de mi cuerpo. Entonces sentí su aroma como el más exquisito que jamas allá detectado y cuando ella tomo mi mano, entrelazando nuestros dedos y yo la vi a los ojos, lo supe.

Mate.

Ella es mi mate.

—Esta bien.—Me hundo en hombros mientras sonrío al mirar nuevamente nuestras manos entrelazadas y tomo la otra—¿No iba a enseñarte algo de noruego?—Pregunto levantando una ceja y ella sonríe para luego asentir.

Comenzamos a caminar de la nada y por más que me siento mal por como se fue Mangel, todo mi ser me dice que elegí lo correcto.

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Matt en noruego significa mate.