Capítulo 6 Venganza
-¿De dónde sacó esa ropa?- preguntó el de azul con un gesto de rareza
-Aish, se la di yo, ya te dije- respondió Stten a la vez que limpiaba la mesa- pero no preguntes cómo la conseguí- se adelantó a decir
El mutante lo miró con cierta sospecha.
-Necesitaba un cambio urgente, además de que no pensaba dejarla dormir así de sucia, mañana lavaré su ropa- dijo logrando confundir más a Leo
Se sentía como si se hubiera perdido de algo importante.
-No entiendo ¿Karai fue a dormir?- preguntó volviendo a mirar en dirección a donde se había ido su amiga
-Claro, ya le dije que ustedes se quedarán aquí mientras arreglo su nave- avisó encargandose de quitarle hacia la última mancha a la madera
-¿Qué nosotros qué?- preguntó mirándolo con rareza
-A menos que quieras quedarte con Linzi y su grupo de amigas- se giró para mirarlo y alzó una ceja
Su contrario se mantuvo pensativo unos instantes en su intento por recordar quién era Linzi y no tardo en hacerlo sintiendo un horrible escalofrío en el proceso.
-Para nada, me gusta la idea de quedarme aquí- aseguró con una sonrisa nerviosa acariciando su brazo
Minutos después, Leonardo fue hacia donde estaba Karai pero se detuvo bajo el marco de la puerta observándola acomodar la cama.
Sonrió un poco, ella se veía adorable con ese atuendo y solo quería poder mirarla un poco más.
Hace tan solo unas cuantas horas había confesado que aún estaba enamorado de ella pero a la vez estaba confundido, parecía pelear por algo que era imposible y aun así estaba seguro de que valía la pena.
-¿Ya irás a dormirte?- decidió hablar
Ella se giró y al mirarlo prefirió seguir en lo suyo.
-¿Por qué me haces la ley del hielo? ¿Estás enojada?- frunció el ceño en un gesto de confusión
No obtuvo respuesta nuevamente.
La kunoichi tiró un par de colchas y una almohada al piso mientras el mutante observaba intrigado sus acciones sin obtener una sola explicación al respecto.
-¿Hice algo que te molestó?- preguntó pero de nuevo se hizo el silencio
Karai simplemente se metió en la cama improvisada que había hecho en el suelo y soltó un pesado suspiro.
-Oye, no me gusta que me ignores- dijo acercándose para ponerse de cuclillas frente a ella- ¿Te pasó algo hoy? ¿Puedes decirme si estás así por mi culpa? Necesito que digas algo aunque sea- dijo mientras le retiraba los moñitos del cabello
Ella era consciente de que Leonardo no tenía la culpa de nada pero no quería hablar porque sabía que al hacerlo podría soltar lo que sentía y no era nada sencillo, tal vez se arrepentiría.
-Descansa, la cama es tuya- las palabras apenas salieron de su boca
-¿Qué?- miró hacia la cama y luego nuevamente hacia la chica- ¿Tú dormirás aquí?
La pelinegra asintió con la cabeza.
-Yo propongo que, si vamos a quedarnos aquí, podríamos alternarnos para dormir en la cama, un día tú, un día yo, ya sabes- se encogió de hombros restándole importancia
-Me gusta la idea- esbozó una tenue sonrisa- Ya descansa- dijo con un tono suave
Él devolvió la sonrisa y se levantó para ir hacia la cama y recostarse.
-Leo- lo llamó al cabo de pocos segundos de silencio
-Dime- respondió con los ojos cerrados
-Pásame la sábana que dejé al pie de la cama- pidió girándose para mirarlo
El de azul se reincorporó sobre la cama para alcanzar lo que su amiga le había pedido y dárselo antes de volver a recostarse.
-Leo- volvió a llamarlo después de unos instantes
-¿Qué?
-Olvidaste apagar la luz- le recordó señalando el foco del techo
El mutante se levantó para ir hacia el interruptor que estaba al lado de la puerta, seguidamente apagó la luz y volvió a la cama.
-Leo
-¿Queeé?- preguntó arrastrando la última letra algo irritado
-¿Me traes un vaso con agua?
Leonardo suspiró, se levantó nuevamente, prendió la luz y fue a la cocina por el vaso con agua.
Stten lo vio pasar y lo siguió con la mirada al percatarse de la ligera molestia en el semblante del adolescente.
-¿Ahora sí se pelearon?- se atrevió a preguntar
-No, pero voy a matarla en cualquier momento- dijo dirigiéndose a su habitación otra vez
El hombre frunció el ceño confundido, no había podido distinguir si eso había sido una broma.
-Gracias- dijo ella al recibir el vaso y luego de tomar todo el contenido volvió a dárselo a su amigo, quien esperaba pacientemente
Este llevó el vaso a la cocina y luego regresó para acostarse.
-Leo- lo llamó por cuarta vez
-¿¡Qué!?- exclamó
-¡Se te olvidó apagar la luz de nuevo!- respondió con el mismo tono
-¡Agh!- se levantó a regañadientes y fue a apagar la luz de un manotazo- ¡Ya! ¿¡Algo más querida reina!?- preguntó sentádose en su cama cruzando los brazos
-Nope, buenas noches- dijo con una sonrisa
El líder se relajó, soltó un suspiro pesado y se acostó para intentar dormir.
Esta vez se hizo el silencio y para el mutante no había nada mejor, era un perfecto momento de paz que quería usar para tomarse un merecido descanso antes de volver a la preocupación de la situación en la que estaban atrapados.
Pero antes de que pudiera conciliar el sueño, el silencio volvió a romperse.
-Leo- se escuchó la voz de la pelinegra
Y la paciencia de su amigo se rompió.
-Ay ¡Me cansaste!- se levantó con una almohada en su mano para ir directamente a apalear a Karai con esta
-¡Aléjate de mi maníaco!- se cubrió con sus brazos y no pudo evitar reír tanto como su contrario
Al menos había valido la pena su pequeña venganza.
🍂
Al día siguiente, ambos amigos se encontraban en la sala desayunando, no habían visto a Stten en toda la mañana pero al despertarse se encontraron con un plato que contenía algo que era totalmente desconocido para ellos y al lado tenía una nota.
"Buenos días tortolos, aquí está su desayuno, provecho.
-Stten"
Con curiosidad y algo de miedo, se atrevieron a probarlo descubriendo un sabor dulce y suave que no tardaron en disfrutar.
-No, no, estoy segura de que es como budín con mermelada- aseguró la pelinegra
-Nope, es como un malvavisco con crema- opinó el mutante mientras masticaba
Habían estado al rededor de 10 minutos debatiendo a que se parecía lo que comían.
-Budín- insistió ella
-Malvavisco- mantuvo su opinión
-Ok, ok, es ambas- dijo para terminar con el tema
El mutante la miró extrañado.
-¿Cómo va a ser amb....?
-¡Oye!- lo interrumpió- No me has dicho nada, ayer ustedes se veían como la pareja ideal- aquello le costó decirlo- ¿Cómo te fue en esa cita?- preguntó ladeando la cabeza luego de morder otro bocado
-Bien- respondió despreocupado- Ehh.. -hizo una corta pausa- Ella es genial pero no seguiré con esto, no funcionará- admitió
-¿De qué hablas? ¿Qué pasó?- torció los labios y frunció el ceño en un gesto preocupado
-Nada, nada- no pensaba decir la verdad- Solo lo decidí así, tenemos cosas más importantes que necesitan nuestra total atención, quiero salir de aquí y ya- se sinceró
El silencio se apoderó de la instancia por cuestión de segundos.
-¿Estás bien?- preguntó ella porque la tensión al rededor de su amigo era evidente
Él volteó a verla y el recuerdo de sus últimos minutos en la Tierra fue más fuerte en su cabeza.
-Claro que si- le dedicó una suave sonrisa y puso su mano sobre la suya
Karai devolvió la sonrisa, quería saber lo que realmente pasaba por la cabeza de Leonardo pero se conformaba con su mirada tan sincera que le daba seguridad de que todo estaba bien y que no debía preocuparse.
Ella también recordaba a la perfección ese último momento en la Tierra.
-¿Qué te pasaba ayer?- preguntó él, había estado muy intrigado desde que la vio con los moñitos
-¿A qué te refieres?- alzó una ceja- No me pasó nada
-No, digo- sacudió levemente la cabeza- Tu forma de comportarte, estabas extraña, tenías moñitos en la cabeza y no me digas que no recuerdas todas las veces que hiciste que me levantara para no dejarme dormir- la miró incrédulo
-¿Para no dejarte dormir? Esa no fue mi intensión- alzó ligeramente el mentón desviando la mirada con orgullo
-¡No lo niegues!- la apuntó con el dedo mirándola de forma acusadora- Incluso me hiciste la ley del hielo
-Soñaste- rodó los ojos con una sonrisa
Leo lo procesó por unos segundos pero estaba seguro de que aquello no había sido un sueño.
-¡Es verdad! ¡Lo recuerdo bien!- replicó
-¿Crees que deberíamos ir a buscar a Stten?- preguntó Karai luego de aclarar su garganta
-¡Hey! No cambies el tema, dime por qué estabas molesta- reclamó
-¡Oblígame!- exclamó
-¿¡Entonces lo admites!? ¡Si estabas molesta!- se levantó apoyándose en la mesa para inclinarse sobre esta un poco en dirección a su amiga
La pelinegra soltó un largo suspiro y acarició su frente en señal de frustración.
-No estaba molesta- mintió- Solo estaba un poco cansada- respondió esperando que eso sonara convincente
Por dentro salía que efectivamente había estado molesta pero no con Leonardo o Alu, sino consigo misma pero no quería hablar de ello.
-Te he visto cansada y sé que...-
-Buenos días niños- Stten entró a la casa interrumpiendo la réplica del mutante
Su llegada fue la perfecta salvación para Karai, quien no pudo evitar sonreír al verlo.
-Necesito su ayuda- dijo el hombre- Estuve arreglando el panel de control en la nave y todavía no termino pero al menos ya enciende y reacciona a lo pedido- informó para la alegría de ambos- Ahora necesito que me ayuden a armar la parte trasera de la nave, tal vez no terminemos hoy pero es mejor empezar ahora para terminar cuanto antes- propuso mientras se quitaba el polvo de encima
-Por supuesto, andando- dijo el de azul poniéndose de pie casi al mismo tiempo que su amiga
El jiliviano los guio hacia el taller y les indicó que hacer en cada momento. Tal vez los jóvenes no eran los mejores en lo que respectaba a la mecánica pero para la suerte de Stten, aprendían rápido, se esforzaban y no hacían un mal trabajo después de todo.
También era divertido, le gustaba poder molestarlos de repente y no se sentía tan solo como de costumbre, sin mencionar lo mucho que le gustaba ver aquella química entre ambos chicos que estaba presente siempre que hacían algo juntos.
Aquello le recordaba a su juventud, tal vez no fue la mejor pero si la pudo disfrutar en grande.
-Creo que saldré a dar una vuelta esta tarde- avisó la pelinegra buscando una pieza entre todo el montón- Me gustaría conocer más el planeta
-Yo puedo ir contigo- dijo la tortuga mientras sostenía una pieza junto a otra a pedido de Stten- Alu me mostró algunos lugares y deberías conocerlos, hay uno que parece un laberinto y otro que...
-No me hagas spoilers, querido- lo interrumpió
Ambos rieron al unísono.
-Ok, ok, pero te gustará- dijo él
-Mmm- fingió pensarlo- No lo sé, últimamente tienes gustos muy raros- sonrió de forma burlona
-Te refieres a Alu ¿cierto?- preguntó entrecerrando los ojos
-No precisamente- se encogió de hombros en un gesto despreocupado- O ¿Tal vez si?- preguntó para dejarlo en duda
-Agghh- se quejó- Era por eso que estabas molesta ¿Verdad? ¿Te molesta Alu?- preguntó a pesar de tener algunas dudas al respecto
Stten se limitó a escuchar, no quería meterse en la conversación por el momento, solo recopilaba información y conocía un poco más las personalidades de los adolescentes.
-¡Ya deja de preguntarme por qué estaba molesta!- exclamó la pelinegra
-¡Lo dejaría si me dijeras el por qué! ¡Y no digas que era cansancio!- demandó con el mismo tono
-No diré nada, jódete- apretó los labios indicándole que no pensaba hablar
-Oh vamos- insistió entre una queja
Sin saberlo, cierta persona los observaba aprovechando que el portón del taller estaba abierto hacia la calle dejando ver lo que sucedía en su interior.
-Hmm- mantuvo su mirada en Leonardo y luego examinó de arriba a abajo a Karai- Aww, eres muy linda, lástima que tendré que hacerte a un lado, tu noviecito es un excelente partido y no pienso desaprovechar eso- dijo con seguridad la castaña
Una sonrisa se formó en sus labios pues estaba dispuesta a lo que fuese, sabía que al final conseguiría justo lo que quería, siempre había sido así y esa no sería la excepción, en su opinión.
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Continuará...
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