Parte 9.
Hola. Aquí una nueva actualización. Las cosas se ponen intensas ajdkd gracias por los votos y leer.
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El cielo no dejaba de tronar. Los rayos estaban alumbrando en la obscuridad que había caído sobre el lugar una semana atrás. Sabían bien que Zeus era quien estaba haciendo todo aquello, que era él quien estaba mandando todas aquellas señales de que algo no andaba bien sobre su cielo.
Hades sabía bien que era lo que tenía que hacer, pero, su sed de venganza solo le hacia desear una cosa. Que finalmente las celdas que mantenían cautivos por años a los Titanes fueran abiertas, así puedan cobrar su venganza contra su Zeus y sus hijos. Él quedaría fuera de eso, lo sabía. Tenía el control sobre los muertos, nada podía pasarle.
Con una sonrisa retorcida en sus labios se levantó de su trono. Miró a lo lejos a su siervo Kai, el mismo que hablaba con sus demás secuaces. Caminó con cautela hacia el interior del Inframundo, el camino hacia las celdas en el centro de la tierra sería complicado y largo, quizás un par de días. Pero valdría la pena, el Olimpo arderia y con ello también Baekhyun. Eso era lo que más le interesaba.
Baekhyun sintió una nueva punzada en su pecho, dolía cada vez más al punto que podía perder el conocimiento en cualquier momento. No temía realmente a la muerte, pero sí a no ver más a ChanYeol.
El grifo se había estado preparando con sus soldados y las musas, las mismas que usaban arco y flechas, unas las arpas y otras cuantas más las lanzas. ChanYeol le había dicho que no debían preocuparse, que los grifos pelearían con ellos en el momento que fuera necesario, pero él no se confiaba de eso.
JongDae lo había estado visitando con más frecuencia, así mismo traía con él a Minseok a quien tenía todavía como su aprendiz en el arpa. Como en ese momento que le enseñaba algunos acordes mientras el Dios de la Luna se encargaba de curar a los soldados que tenían heridas leves.
—Amo, ¿puedo preguntar algo? —pidió Minseok con curiosidad, Baekhyun le miró y asintió con su cabeza manteniendo su atención en él—. ¿Usted no tiene miedo de lo que puede pasar en esa guerra?
—No realmente —confesó sincero. Sabía que era con era en cada una de sus batallas sería ganada, porque era el Dios de las plagas, enfermedades y la desgracia, lo tenía bien consciente, así mismo como un Dios que sabía las cosas con precisión, pero para ello, tenía que ser uno mismo con Apolo, su otro yo—. Todo estará bien, al fin de cuentas, las batallas solo son con los hijos de los que con Artemisa hemos matado. Es normal que quieran cobrar venganza en cada reencarnación.
—Es verdad. Cloris ha sido una molestia siempre, tras la muerte de su madre y todas sus hermanas y hermanos ha sido muy resentida —dijo Minseok con una mueca en sus labios, el solo era la reencarnación de una de las musas del templo de su dios—. ChanYeol es muy importante para usted, ¿verdad?
—Más de lo que te puedes imaginar, Minseok —dijo BaekHyun con una sonrisa en sus labios poniéndose de pie de aquella fuente sobre la que había estado sentado, JongDae se acercó a su hermano y le sonrió—. Falta poco tiempo, debes estar listo y tomar la medicina que te he mandado. Por favor, habla con él y háganse uno mismo. Es la única...
—No. Quiero conservar mi corazón humano hasta el último de mi aliento —dijo Baekhyun decidido. Lo que más temía era perder su humanidad para siempre, ser solo ese Dios despiadado que era su otro yo—. Nos vemos pronto. Por favor cuida bien de Minseok.
—Lo hago, no debes de preocuparte por eso —dijo el Dios de la Luna con una sonrisa coqueta en sus labios, Minseok se sonrojó dejando que su ahora amo lo llevase de vuelta a su templo.
ChanYeol se acercó a su amo y aunque quería abrazarlo y comerle la boca a besos mantuvo su distancia. Baekhyun le sonrió cuando lo tuvo cerca caminando con él por los jardines de su templo.
—¿En qué piensas, Baekhyun? —preguntó el grifo pegando su mano a la del más bajito, rozando con sus nudillos los ajenos, Baekhyun sonrió por ello—. Dime, te noto pensativo.
—No es nada, ChanYeol —dijo el Dios caminando con tranquilidad al lado del grifo. Cuando estuvieron solos lejos de la vista ajena ChanYeol se acercó a su amo y lo abrazó con suavidad—. ¿Qué pasa Yeol?
—Siento que me has estado ocultando algo... Tengo miedo de que algo malo llegue a pasar —dijo el más alto. Baekhyun suspiró y abrazó al mayor acariciando suave sus alas cafés. ChanYeol disfrutó del toque—. No vas a dejarme, ¿verdad? —preguntó temeroso.
Baekhyun mordió sus labios apretando sus manos contra el cuerpo de ChanYeol. ¿Cómo iba a decirle que quizás su cuerpo nunca iba a desaparecer pero sí su corazón? Era tan difícil tener que decirle que aunque no quisiera ellos dos iban a separarse. No respondió nada, solo tomó el rostro de su amante entre sus manos y le besó los labios con suavidad, dejando que sintiera todo el amor que por el tenía dentro de ese corazón que estaba muriendo.
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Minseok dejó caer su cuerpo contra el colchón cuando JongDae llegó a su orgasmo dentro de su cuerpo. Ambos estaban sudorosos y jadeantes. El Dios se acostó a su lado y lo atrajo a su cuerpo dejándolo descansar sobre su pecho, Minseok lo abrazó con suavidad mirando su rostro desde su posición.
—Amo —susurró el chico, JongDae le miró dándole a entender que tenía toda su atención—. ¿Por qué el amo Baekhyun se niega a unir su alma con la de su hermano? —No lo entendía y deseaba comprenderlo.
JongDae miró el techo blanco de su templo. Mordió sus labios buscando la respuesta correcta que pudiera explicar el sentir de ese joven humano. Negó con su cabeza y besando la frente de Minseok acarició su espalda desnuda.
—Baekhyun es un humano muy noble, lo puedes ver en el claro de sus ojos y su sonrisa, también, todo su ser emana paz —explicó siguiendo trazando con sus dedos las curvas ajenas—. Pero, mi querido hermano no lo es. La amargura de su vida lo volvió un ser despiadado, más aún desde que murió su amada musa años atrás y está nunca más pudo reencarnar, porque él la mató accidentalmente por ello es que, se alejó de todo sentimiento de amor. Se volvió un ser despiadado, lleno de rencor y odio hacia sí mismo que se prohibió volver a ser compasivo y amoroso. Así que, tener un humano como Baekhyun representa peligro, y lo está viviendo en este momento.
—Quiere decir que... ¿Apolo también siente las emociones se Baekhyun por ChanYeol? —preguntó Minseok sorprendido. JongDae asintió con su cabeza—. Entonces...
—Entonces, Apolo quiere apoderarse por completo de Baekhyun, muy diferente a mí con JongDae quien vive en este mismo cuerpo y somos uno mismo, él quiere que Baekhyun muera y sea solo su recipiente. Baekhyun dejaría de ser humano, todo en él desaparecerá. Y Baekhyun no quiere dejar de sentirse humano, no quiere dejar de ser compasivo y dejar de sentir el amor por ChanYeol.
—Eso es tan triste... Ellos dos...
—Lo sé —aceptó JongDae sentándose en la cama, Minseok también lo hizo, ambos se miraron entre sí—. Y había una pequeña oportunidad de que Apolo cediera y dejara que Baekhyun fuera uno con él, pero... Hades quizo matar a ChanYeol, pero su mortandad cayó sobre Baekhyun y está muriendo lento. Apolo no puede permitir que Baekhyun muera sin poseerlo por completo.
—Pero. —Minseok sintió sus ojos aguarse. Había visto a su amo, como veía con ojos de amor a ChanYeol, no podía creer que la vida los quería alejar de esa manera, por seres egoístas.
—Hades tiene que detener la mortandad en el corazón de Baekhyun, solo así quizás pueda vivir algo de Baekhyun en Apolo y seguir a lado de ChanYeol... Pero, Apolo piensa deshacerse del sentimientos de Baekhyun hacia ChanYeol a como de lugar —explicó lo que su hermano le había dicho días antes cuando tuvieron la oportunidad de hablar.
No había nada que pudieran hacer. Baekhyun moriría en cualquier momento y ese amor que sentía por ChanYeol sería muerto también sin importar qué. JongDae abrazó a su pequeño chico cuando lo vio llorar, sabía que era triste, él lo sentía y deseaba tanto que su hermano recapacitara, porque también quería que él volviese amar y ChanYeol, parecía el chico perfecto para el Dios y el humano en ese cuerpo.
ChanYeol miró dormir a su chico. Baekhyun desnudo entre las sabanas blancas de seda era poesía y arte pura. Se puso de pie tomando sus ropas. Las mismas que el Dios le había dado. Se vistió se asomó por la ventana de la alcoba de su amo. Desde ahí pudo ver a lo lejos en una de las montañas cercanas al templo a ese chico. Kai estaba ahí mirando directo hacia ellos.
Salió del templo y batió sus alas volando hasta llegar a donde estaba Kai, quien al darse cuenta de su presencia quiso huir más ChanYeol se lo impidió.
—¿Qué haces aquí? ¿Qué estás buscando? —cuestionó furioso. Recordaba la última vez que los vio y Baekhyun había enfermado considerablemente—. Habla.
—Tranquilo, Bestia. Solo estoy buscando a mi amo —dijo con tranquilidad el de piel más morena encogiéndose de hombros, ChanYeol no se fiaba de eso para nada—. Pensé que estaría aquí, pero ya veo que no es así.
—Tu amo, no tiene nada que hacer aquí —soltó apretando los dientes de solo recordar como ese Dios tocaba y trataba a Baekhyun, como si fuera de su pertenencia, era algo que no iba a tolerar ni una vez más—. Así que, espero que no vuelva a verlos por aquí, o los...
—Guarda tus amenazas. Que si no fuera por Baekhyun, tú en este momento ya estuvieras muerto —aclaró Kai rodando los ojos, sabiendo que el Dios de ese templo estaba muriendo gracias a haber salvado la vida de esa bestia—. Como sea, este lugar apesta a vida, no tengo la más mínima intención de venir a este sitio nuevamente. Pero como te dije, estoy buscando a mi amo. Así que si lo ves, solo grita mi nombre y vendré por él.
Diciendo esto desapareció. ChanYeol gruñó al momento de sentir que su cuerpo se calentaba más de lo normal y sus ojos se ponían mucho más rojos. Volvió al cuarto de Baekhyun, el Dios seguía dormido. Esto le pareció extraño. Se acercó al chico y acarició suave su mejilla, estaba hirviendo en fiebre.
Se asustó por ello y corrió fuera de la habitación buscando a JaeJeong, cuando lo encontró lo llevó prácticamente arrastrando hasta la alcoba de Baekhyun. JaeJeong le indicó que fuera por agua de la fuente y trajera en un recipiente junto con mantas, ChanYeol obedeció sin chistar en ningún momento.
El siervo revisó la temperatura de su amo, esta era realmente alta, sabía que era una enfermedad humana gracias a JongDae que le había aclarado la situación que pasaba su amo. Buscó en el clóset de su amo aquellas medicinas que el mismo hizo, tenía que encontrar algo que le ayudase con la fiebre, lo malo era que él no entendía nada de eso.
—El bote verde que está al fondo.
JaeJeong miró a su amo cuando lo escuchó hablar. Sus ojos eran más azules que lo normal, sabía que se trataba de Apolo no de Baekhyun, asintió con su cabeza y buscó ese bote. En cuanto lo encontró sacó del mismo un par de pastillas caseras. Se acercó a su amo y le tendió las mismas dándole de beber estas con un poco de agua. Baekhyun las tomó sin problema reposando un poco después de esto.
—Amo. —JaeJeong temía hablar con él, no sabía cómo portarse cuando su amo había sido otra persona todo ese tiempo que lo llevó al Olimpo. Baekhyun le miró, seguía teniendo ese color azul intenso de ojos—. ¿Cómo se siente?
—Yo estoy bien, JaeJeong —dijo Apolo con calma. La fiebre estaba bajando, tenía que hacerlo o ese humano moriría ahí mismo—. Pero, mi recipiente está muriendo. Solo dale esa medicina, ¿ok? —dijo antes de cerrar los ojos y perder la consciencia nuevamente.
ChanYeol volvió con lo que JaeJeong le había pedido. Dejó los paños y el agua en la pequeña mesa que había al pie de la gran cama. JaeJeong agradeció y tomó los paños humedeció los mismos colocando estos sobre la frente del joven Dios. ChanYeol sentía la necesidad de comerse sus garras, estaba nervioso y angustiado.
—¿Estará bien? —preguntó el grifo acercándose un poco. JaeJeong exprimió uno de los paños y lo dejó reposar sobre la frente de Baekhyun—. Se ve muy mal.
—Tienes que olvidarte de él, ChanYeol —advirtió JaeJeong con voz tenue. Desde hacía un tiempo se había dado cuenta de la relación que esa bestia tenía con su amo, no le importaba pero, ahora que sabia que era el humano quien amaba a ese grifo le preocupaba, recordaba la ocasión en la que Baekhyun hirió a ese grifo—. Llegará el momento que él no será el mismo.
—El siempre será el mismo, yo lo sé —dijo haciendo una pequeña mueca. Su pequeño Baekhyun no iba a cambiar nunca, lo sabía, estaba seguro de eso.
JaeJeong hizo una pequeña mueca. Si el grifo lo quería ver así no podía hacer nada para cambiar dicho pensar.
Kyungsoo se detuvo a mitad de camino. Estaba bien con eso que iba a hacer. Baekhyun lo había traicionado y una traición en donde sea se pagaba de una misma manera, con otra traición o la muerte.
Sabía bien que Zeus iba a querer matarlo cuando se entere de lo que hará, pero no pensaba dar marcha atrás. En dos días estaría en lo más profundo de la tierra, el Tártaro sería abierto después de millones de años y el alma de los Titanes saldría a la luz en busca de venganza.
Sonrió de pensar en cómo acabaría su querido Baekhyun, aquella batalla de años atrás había sido bastante difícil siendo Hades uno de los partícipes junto Zeus y Poseidón, siendo tres de los dioses como más poder había casi perdido, así que sabía que su querido Baekhyun no podría hacer nada contra ellos él solo y aún cuando JongDae se le uniese como toda la vida no podrían nunca.
Comenzó a caminar nuevamente, el andador era pequeño, una línea delgada de tierra que por debajo de ella solo había penumbra y bajo esta sabía había lava hirviendo. No le asustaba a pesar de lo expeslunante que era ese lugar. Se detuvo cuando el eco de una voz conocida lo llamaba con insistencia.
JongIn lo había ido a buscar. Hizo una mueca. Aun cuando su siervo era magnífico y lo complacia en todo, era un verdadero grano en el culo cuando no compartía sus mismos intereses y pensamientos. Siguió caminando sin importarle nada, deseando que Kai no avanzara más, pero el siervo apareció frente suyo.
—¿Qué estás haciendo, amo? —preguntó preocupado por la obsesión del bajito, esta iba más lejos de lo que creía—. El Tártaro es un lugar peligroso incluso para usted que es el rey de las tinieblas.
—Quítate de mi camino, JongIn —ordenó, más el siervo se mantuvo firme. Podía ver la furia subir a los ojos del chico, no iba a moverse—. Te mataré si no lo haces.
—Usted sabe que ya estoy muerto, así que, no tengo nada que perder —dijo bajo, no tenía miedo a la muerte pero no iba a permitir que el Dios hiciera algo terrible—. No dejaré que cometa esa imprudencia.
—¡Esto no es asunto tuyo! —gritó furioso que la lava se alzó ante su ira haciendo que el calor aumentara aún más en el lugar—. Así que por última vez, JongIn. Alejate de aquí y no te metas.
—Amo. Por favor, se lo suplico. Olvídese de ese Dios, él no tiene nada que ofrecerle a usted —dijo el siervo acercándose a Kyungsoo tomando su rostro entre sus manos. Kyungsoo bajó la guardia, Kai quiso besarlo pero Kyungsoo alejó su rostro—. Amo yo...
—Tienes que entender, que, tengo que cobrar mi venganza o estaré insatisfecho toda la vida —dijo con voz calmada. Kai sintió una corriente fría recorrer su espina vertebral ante los ojos oscuros y fríos de Kyungsoo, era tanto que tuvo que dar dos pasos lejos de su amo. Kyungsoo no estaba mintiendo con decir que lo mataría si no se hacía a un lado—. Regresa arriba, que tengo cosas importantes que hacer como para jugar contigo, Kai.
Soltó el bajito siguiendo su camino pasando por alto al Moreno. Kai apretó sus puños, no había nada más que hacer para entrar en razón a su amo. Solo esperaba que realmente no ocurriese una desgracia.
N/f:
Espero les haya gustado. Vamos acercándonos al final, quizás unos capítulos más, ¿qué estará pasando por la cabeza de Kyungsoo? ¿BaekHyun morirá? ¿Qué pasará con Channie?
Nos vemos en otra actualización
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