Parte 6.

—¡Amo,  debe de calmarse!  —pidió JongIn mirando como KyungSoo,  su dios, despontricaba su furia contra su reino.

Todos temblaba escondiéndose en sus rincones al ver como los ojos de su amo se llenaban de lumbre en su interior ante lo molesto que estaba.  KyungSoo tomó un látigo de cuero y pedazos de púas,  el mismo que azotó contra su siervo más cercano reventando su piel.  Kai no se inmutó ante eso,  solo la sangre brotaba de la zona lastimada.

—¡Los voy a matar! Ese bastardo rompió su promesa.  ¡Merece morir!  —gritó rabioso.  JongIn se acercó a él y tomándole su mano quitó ese látigo tirando el mismo lejos.  Tomó a su Dios por la cintura y le besó los labios tomando por sorpresa a Kyungsoo,  el mismo que por rabia correspondió el beso con deseo y posesión llevando al moreno a su alcoba.  La forma en la que su sirvo lo calmaba era única,  y por un instante podría pensar en dejar pasar lo que le dolía pero,  no, Baekhyun iba a pagar muy cara su traición.

[>>>]

La música era alta en ese lugar, los tragos eran súper buenos y él estaba ahí nada más viendo como su mejor amigo bailaba junto con sus demás compañeras.  BaekHyun acababa de cumplir los quince años y estaba poniéndose cada vez más hermoso.  Llamaba la atención de muchos en especial la de chicas de grados mayores y el chiquillo era tan inocente como para darse cuenta.

Cuando vio que un chico se acercaba a Baekhyun y lo tomaba por la cintura pegándolo a su cuerpo se puso de pie y fue hasta ellos alejando a ese tipo.  Con quien de no haber sido por los brazos de Baekhyun en su cuello y bailando para él hubiesen iniciando una pelea.

Salieron de la pista y fueron al cuarto del menor.  Baekhyun estaba tomado,  podía verlo claro.  La forma en la que se reía y decía las cosas se manera arrastrada le comprobaban.

—¿Baek por que dejas que esos chicos te coqueteen?  No me gusta.

—A mi tampoco,  solo me gustas tú —dijo el menor con una sonrisa boba en sus labios.  Fue que Kyungsoo lo supo,  era su oportunidad.

—Promete que no vas a fijarte en nadie más,  que seremos novios cuando tengas 18 y,  serán mías todas tus primeras veces —le pidió tomando su rostro entre sus manos,  Baekhyun miró a su amigo y  asintió susurrando un "lo prometo" Cuando sus labios se unieron en un ligero y suave beso.

[>>>]

Baekhyun no podía borrar la sonrisa de sus labios mientras descansaba su cuerpo en el amplio lomo del grifo.  Chanyeol lo estaba llevando de vuelta a casa.  Cuando aterrizaron Chanyeol tomó su forma semi humana y sujetó la mano de Baekhyun a quien le regalo una sonrisa amplia.

—¡Amo!  —Ambos escucharon la voz de JaeJeong quien corría hacia ellos con apuro y se quedó parado ante los dos jadeando—. ¿En donde estaba que no sabíamos nada de usted?  Pensamos lo peor.

Los ojos de JaeJeong viajaron del rostro de su joven amo hacia las manos unidas de los dos frente a él.  ¿Era lo que estaba pensando? No podía ser.

—No debes preocuparte.  Estoy bien,  Chan estaba conmigo —respondió el Dios con tranquilidad sonriendo a su grifo.  Chanyeol asintió observando los ojos recelosos de JaeJeong—. Quiero que prepares la habitación que está continua a mi cuarto.  Es para Chanyeol.

—¿Qué?  —JaeJeong no daba créditos a lo que escuchaba—. Amo usted...

—Es una orden —dijo el más bajo de todos jalando a Chanyeol con él al interior del templo.  Ambos caminaban hacia la habitación del Dios donde una vez adentro Chanyeol tomó posesión de los labios del rubio. 

Baekhyun enredó sus brazos en el cuello ajeno mientras su boca se acoplaba a la ajena uniendo sus lenguas y mordidas al paso de esa danza.

Chanyeol pensó en quitarle la ropa al Dios pero una fuerte y sonora cachetada le hizo alejarse.  Baekhyun había alzado su mano contra él.  Sus ojos brillaban más azules que nunca,  casi llegando a ser una nube blanca sin hilo. La expresión serena que le había mostrado el chico esos días había desaparecido,  ahora sólo había una sonrisa cínica y unos ojos llenos de rabia hacia él.

—¿Baek?

—Bastante bueno el juego,  ¿no? —preguntó Baekhyun,  pero Chanyeol podía ver algo diferente en su voz—. Pero esto se acabó,  te haré entender cual es tu lugar —dijo acercándose al chico y lo empujó con fuerza haciendo caer al grifo al tomarlo por sorpresa.

¿De dónde había sacado tanta fuerza el más pequeño?  Chanyeol estaba estupefacto.  Quiso ponerse de pie pero la vara de plata algo flacida que Baekhyun hizo detenerse cuando este le dio un fuerte golpe en los brazos quemándolo.  Chanyeol gritó de dolor. La Plata quemaba su piel al tocarla.  El Dios dio nuevos azotes haciendo que Chanyeol se retorciera de dolor.

—Agh...  Baek...  Qué te pasa —cuestionó con la piel lesionada,  Baekhyun tenía la sonrisa más malévola que Chanyeol haya visto antes.

—Esto es lo que eres,  tu no eres nada para mí,  para nadie.  Eres solo una mascota,  una bestia que debe obedecerme y entender que no debe...

«¡Detente!  No lo lastimes» los sollozos del humano retumbaron en su cabeza haciéndolo desorbitarse. «Deja de lastimarlo»

Chanyeol apenas y podía moverse, las quemaduras eran demasiado dolorosas,  sentía morirse.  Pero podía ver como los ojos del Dios brillaban y se apagaban mientras se tocaba la cabeza con fuerza.

—Estúpido,  humano.  Solo desaparece —dijo el Dios,  Apolo había tomado el control del cuerpo de Baekhyun sacándolo de él y enviándolo a lo más oculto de su subcontinente,  donde no pudiera salir jamás pero,  el humano era demasiado fuerte.  Estaba luchando contra él.  No podía ser—. Solo muere.

«No, este cuerpo es mío.  Esta vida es mía y no me iré,  ¡No hagas más daño a él! » gritó Baekhyun dentro de su cabeza haciendo que el Dios se esfumara en ese momento volviendo su control sobre su cuerpo. Sus ojos volvieron a ser solo las dos gemas azules.  Cuando vio a Chanyeol de esa manera varias lágrimas se escurrieron de sus ojos.  Sabía muy bien que el alto podía defenderse a sí mismo,  podría haber acabado con Apolo,  pero no le hizo daño.

Se acercó a él,  Chanyeol intentaba sentarse pero sus piernas quemadas dolían.  Baekhyun miró a todo su alrededor buscando con que ayudar a su grifo,  a su Chanyeol.  Cuando iba a ponerse de pie la mano amplia del más alto detuvo su movimiento.  Baekhyun estaba llorando.  Su expresión era la misma que le regalo cuando hicieron el amor.

—¿Por qué me has hecho daño?  —preguntó el más alto,  no había odio en sus palabras pero Baekhyun se sentía el ser más despreciable—. Baek...

—No fui yo —lloró,  ¿cómo podía justificar cuando Chanyeol al que vio fue a él golpearlo de esa manera?  Sabía que no lo creía por esa sonrisa ligeramente divertida.  «Te odio,  Apolo» pensó queriendo que ese dios imbécil lo escuche—. En verdad,  no fui yo,  yo no quería hacerte daño...  Yo...  Te amo.

Chanyeol se quedó con los ojos bien abiertos.  Sus manos temblaron levemente ante las palabras ajenas,  más el dolor era demasiado que cayó dormido.  Baekhyun lloró y se puso de pie yendo a buscar corriendo a JaeJong.  El mismo que fue con él al cuarto ayudándolo con Chanyeol a llevarlo a la cama amplia del Dios donde lo dejaron acostado.  El siervo buscó plantas medicinales y cosas para curar a Chanyeol.

—¿Por qué está con estás quemaduras?  —preguntó el siervo a su amo, el mismo que solo bajó la mirada—. ¿Usted las hizo?

—Yo...  No quería —dijo intentando no entrar en detalles,  era imposible estar ocultando que tenía una lucha interna con su otra parte en el juego.  JaeJeong no dijo más,  solo se dedicó a ayudar a su amo a curar las heridas de Chanyeol.

Baekhyun no supo cuando tiempo realmente estaba pasando,  solo sabía que pasaba día y noche cuidando de las heridas de su Chanyeol,  el mismo que seguía dormido.  Sus heridas iban cerrando,  incluso las fiebres que había cogido el grifo habían cesado.  Baekhyun solo la vivía cuidando del más alto,  al pie de su cama procurando que esté bien.

Esos días Apolo no apareció ni para molestar. Estaba todo tranquilo en su cabeza,  pero no en su corazón.  Él no iba a perdonarse haberle hecho eso a su grifo.  Cuando el galopar de unos caballos sonó cerca se puso de pie.  Se acomodó sus prendas y caminó fuera de sus aposentos.

Frente a él bajó su hermano del caballo.  Chen se veía tan perfecto como siempre,  Baekhyun se acercó a él y sin esperar más se abrazó del mismo.  El Dios de la Luna se quedó un momento estático hasta que lo escuchó sollozar.  Intuía que algo malo había pasado. 

—Le hizo daño a Chanyeol,  yo no quería y él...

—Vamos,  ya me explicas —dijo Chen jalando a su hermano hacia dentro del santuario.  Baekhyun estaba un conmocionado por todos los sentimientos que tenía en su corazón—. Tengo unas cosas que preguntar, Baek.  ¿Podrás responder con sinceridad?

—Sí —hipeó y sorbió su nariz limpiando sus lágrimas.  Ambos se detuvieron en el centro de aquel gran salón el mismo  que causaba el eco de sus voces.  JongDae estaba ahí por una sola razón,  sabía lo que se avecinaba cuando el cielo seguía oscuro desde hace días—. ¿Qué pasa?

—¿A dónde fuiste al desaparecer?  —preguntó el contrario acomodando su cabello platino hacia atrás, Baekhyun mordió sus labios—. ¿Qué hiciste con ChanYeol?

—Yo...  —Las mejillas del más bajo se tiñeron de rojo al pensar en todo lo que había hecho con él—. Fui a ver a mis padres.  Y...  También,  bueno,  pasé...

—¿Fuiste al mundo de los humanos?  —preguntó sin sorpresa el chico.  Lo sospechaba,  sabía que pasaría tarde o temprano pero tenía que corroborarlo—. No puedes hacer eso nunca más.  Ellos,  no deben saber lo que somos y existimos —reprendió observando las expresiones apenadas del más joven.

—Lo siento...  Chan solo quería ayudarme a sentirme mejor...  Y. —Mordió sus labios abrazándose a sí mismo,  sintiéndose tan miserable de haberlo herido—. Chen...  ¿Es malo que me atraiga ChanYeol?  Yo nunca he estado con alguien más y...  ChanYeol es...

—Lo sé,  y no.  No es malo mientras puedas entender lo que sientes pero,  ¿qué tuviste que ver con tu amigo KyungSoo?

La pregunta de Chen le sorprendió demasiado.  No la entendía,  KyungSoo solo era su mejor amigo,  nada tenía que ver fuera de eso con él.  La confusión en su rostro le dio la respuesta al chico.  Sabía que nada iría bien.

—No entiendo,  ¿por qué preguntas eso?

—No importa,  vamos con ChanYeol,  lo curaré —le dijo con una sonrisa amplia en sus labios.  Los ojos de Baekhyun brillaron se alivió y lo llevó corriendo hacia su alcoba.

Baekhyun se quedó mirando como las manos de Chen tocaban las quemaduras ajenas borrando por completo estas,  sus manos eran curativas ante los ojos de Baekhyun.  Quien más agradecido no podría estar con él.

Cuando Chen se fue solo le dio indicaciones para cuando ChanYeol se despertara.  Baekhyun lo acompañó afuera,  donde el cielo estaba más oscuro de lo normal y las estrellas no aparecían.  Hizo una mueca cuando se vio solo en medio del jardín hasta que JaeJeong se acercó a él.

—Amo,  es un presagio,  la guerra se está acercando.  Los días van pasando y pronto se cumplirá la guerra Santa como siglos atrás,  usteded debe estar listo —informó el siervo.  Baekhyun le miró y asintió—. Tenemos a todos los soldados de guerra listos,  incluso las musas están preparadas para defenderlo y...  ¿Usted luchará con el grifo?

—Sí,  lo haré a su lado.  No debes preocuparte por eso.  Solo mantente con vida —le pidió.  Por primera vez JaeJeong se sintió importante para su amo.  En toda las vidas que había compartido con él siempre fue un simple siervo sin sentir un poco de aprecio—.  ¿Sabes en donde queda el Reino de Hades?  —preguntó Baekhyun sabiendo que era necesario visitar a su amigo.

—Lo sé,  pero no hay forma de que entre a él sin morir antes,  amo —dijo JaeJeong con la mirada aterrada,  sabía lo que significaba la palabra morir—. Es casi imposible.

—Entonces,  ¿debo morir primero para ver a Hades?  —preguntó haciendo una mueca.  JaeJeong asintió.  Él no podía morir.  No quería morir cuando tenía a ChanYeol—. Entiendo,  iré a descansar,  por favor avisame cualquier cosa

—Como ordene amo.

[>>>]

KyungSoo miró a través del paso con lava,  la misma que dejaba ver un enorme espejo donde podia ver el mundo de los humanos y parte del Olimpo.

—Ya deja eso,  ¿realmente piensas hacer un lío por un amorío de años atrás?  —preguntó incrédulo mirando el cuerpo de su amo,  el mismo que se había encargado de recorrer días atrás y que ya conocía tan bien—. Evitemos más problemas.

—Escúchame bien,  Kai.  —Lo miró severo,  sus ojos estaban inyectados de furia—. A mí nadie me hace una promesa y la rompe nada más porque sí,  ¿lo entiendes?  Soy Hades,  el Dios de la muerte.  Quien decide quien vive y quien no,  así que..

—Amo,  usted...

—Se acabó el tema.  Vamos,  tengo que visitar al traidor —indicó cortando los reclamos de su siervo,  Kai solo negó con su cabeza y sin más que poder hacer se dirigió al lado se su amo hacia la salida de su reino.  Sabían bien que nadie podía ir a verlos ahí.

[>>>]

Abrió los ojos y pudo darse cuenta de donde estaba.  Conocía bien ese cuarto,  la forma del mismo la había aprendido de todas esas veces que observaba en silencio a su amo.  Se removió un poco cerrando los ojos al pensar que dolería,  pero su sorpresa fue otra cuando su cuerpo estaba totalmente limpio.  ¿Habia sido un sueño?  No,  no podía ser.  El dolor había sido mucho cuando esa vara tocó su piel.

Se sentó sobre la cama abriendo un poco más sus ojos cuando vio al Dios sentando en el suelo,  con la mitad de su cuerpo apoyado en la cama y la otra en el piso.  Se había quedado dormido ahí,  cuidando de él.  Chanyeol sonrió y acarició los cabellos rubios del Dios. Baekhyun se removió un poco mas no despertó.  Chanyeol podía jurar que su amo se veía tan hermoso así,  dormido,  con su expresión Serena y sus labios entre abiertos.  Quiso besarlos pero solo los tocó con la yema de sus dedos.  Se puso de pie y cargó con cuidado el cuerpo de su amo.  Lo acostó sobre la cama y lo arropó,  se veía agotado.

Chanyeol salió de la habitación.  Miró a todos los soldados que había en el jardín,  no había luz solar,  solo estaba la oscura mañana, empañando la belleza de ese jardín.  Su mirada conectó con la de Jaejeong.

—¿Y nuestro amo?  —preguntó el siervo acomodando su espada en su cinturilla.  Chanyeol no dijo nada—. ¿En dónde está?

—En su cama dormido.  —Siguió caminando.  JaeJeong no pensó en detenerlo.  A unos cuantos metros lo vió explayar sus alas y comenzó a volar  por los cielos. 

Las nubes espesas no le permitían ver bien por lo cual comenzó a volar más rápido para llegar a su destino.  Cuando llegó a las montañas bajo al suelo y comenzó a caminar dentro de estas.  Pronto estuvo frente a su manada.

—ChanYeol —dijo uno de los suyos,  su mejor amigo,  HyungWo—.  ¿En dónde diablos te has metido? El cielo está demasiado oscuro,  la guerra se acerca,  no queremos bajas.

—Estuve con... —dudó en hablar, no podía simplemente decirles que estaba enamorado del dios que mató a mucho de sus familiares siglos atrás—. He escogido mi pareja de vida.

—¿Qué?  —escuchó una voz extra.  Sabía que ahí estaría el problema.  Aquella grifa que siempre estuvo detrás de él—. ¿A quién has elegido como tu pareja?

—Joy, lo siento —se disculpó haciendo una venía,  HyungWoo el hermano de Joy hizo una mueca—.  Es un inmortal,  lo conocí hace poco tiempo,  con él he estado todo este tiempo,  él es mi amo.

—¿Tu amo?  —insistió Joy hundiendo el ceño.  Esa relación era prohibida por donde le vieran—. ¿Te has enamorado de la persona que te venció para que seas su mascota?  ¡Has enloquecido!

—¿ChanYeol eso es verdad?  —Los tres jóvenes se quedaron callados cuando vieron al líder de su manada, un grifo adulto,  con las pezuñas bien puestas y las alas más grandes que han visto nunca.  El grifo más poderoso,  arriba incluso de ChanYeol—.  ¿Quién ha vencido al futuro líder de la manada?

Chanyeol tragó saliva,  era humillante saber cómo fue vencido,  pero no era eso de lo que había ido a hablar con su manada.  Sino,  hablarles de la persona que gobernaba ahora sus sentidos.  Hizo una reverencia y agachó sus alas.  El líder observó aquella posición de perdón.

—Me he enamorado de la persona equivocada.  Lo aceptó.  Él es el ser que he despreciado por muchos años.  Desde la muerte de mis padres no volví a amar a nadie y a nadie odie más que a él.  Espere su llegada por mucho tiempo con la sola idea de arrancarle la cabeza —confesó. Joy y HyungWoo se quedaron estupefactos—. Pero,  él...  él tiene algo que no puedo ignorar,  algo que me atrae a el como un imán,  su olor,  sus ojos,  su cuerpo. 

—¿Apolo?  —preguntó el líder con voz neutra.  Chanyeol asintió y esperó lo peor. Pero el silencio fue lo único que recibió—. ¿Y qué has venido a buscara aquí?

—Como futuro líder de esta manada.  Vengo a pedir su apoyo para la guerra que se avecina —solicitó mirando a los ojos al actual líder.  La respuesta estaba clara,  pero tenía que intentarlo—. He consumado el amor que siento por el Dios,  soy correspondido,  su piel y su alma me pertenecen.

—No ChanYeol,  el Dios no te pertenece.  Es ese ser humano sobre el que ha nacido. —Batió sus alas y gruño.  Sus ojos rojos brillaron—. Te ha venido a buscar,  está en la entrada.

—¿Qué?  —ChanYeol se puso de pie y buscó con su mirada a su Dios.  Sus ojos rojos se encontraron con las gemas azules de su amo.  Baekhyun observo a todos los grifos ahí,  todos le miraban con ganas de saltarle encima y decapitarlo.

ChanYeol se iba a acercar a Baekhyun pero Joy fue más rápida y corrió hacia el Dios con su espada desfundada, tenía toda la intención de matarlo.  Baekhyun estaba mirando fijamente a ChanYeol que apenas pudo esquivar el golpe que Joy le aventó,  la espada pasó a rozar su brazo haciéndolo sangrar.  Baekhyun miró sorprendido a esa grifa,  era hermosa,  no podía negar y esos brillando oscuros por el odio que sentía hacia él llamaron su atención.

ChanYeol iba a meterse pero su líder lo detuvo.

—¡Lo matara!  —gruñó queriendo safarse  el líder lo sujetó más fuerte.

Baekhyun intento seguir esquivando los goloes que Joy trataba de darle.  Las batidas de espada estaban a nada de acertar contra él.  Baekhyun miraba como ChanYeol quería ir a ayudarlo y ese grifo se lo impedía.  No quería hacerle daño a nadie.  Él solo quería ver a ChanYeol.

—Detente —pidió a la mujer pero esta enfureció más atacando con más rabia y rapidez.  BaekHyun no entendía porque el odio de esa mujer hacia él—. No quiero hacerte daño,  detente.

—Morirás,  ChanYeol es mío —dijo ella dando una vez más con la espada en el cuerpo de Baekhyun,  la espada cortó un poco su hombro.  Baekhyun gruñó.  Sus ojos se pusieron azules.  Baekhyun recordaba esa expresión en su grifo.

—¡Joy,  corre!  —le gritó a la chica.  Estaba aterrado.

Baekhyun se miró la mano,  estaba llena de su sangre.  Esa mujer se había atrevido a gritar que ChanYeol era de ella.  No era posible.  Empuñó su mano y de esta apareció su Arco,  el brillo del mismo alarmó a todos.  Era plata pura.

—¡Eso es!  —el líder se alarmó.  Baekhyun apuntó contra la chica,  sus ojos cada vez estaban más azules,  ChanYeol se safó del agarre de su líder y corrió hacia donde estaba Joy,  Baekhyun estaba a punto de disparar pero al ver a ChanYeol frente a él se detuvo en seco. 

—No dispares —suplicó el más alto.  Baekhyun hiperventiló—. Detente.  La matarás.

—¡Es verdad lo que ella dijo!  —reclamó. Sus ojos eran demasiado azul.  ChanYeol temió a eso. Baekhyun mantuvo firme su Arco y flecha—. ¡De quién eres,  ChanYeol!

—Tuyo —respondió caminando hacia dónde estaba el dios,  Joy quiso detenerlo tomando su mano pero la flecha que aventó Baekhyun paso cerca de su mano asustándola—. Baekhyun,  guarda eso.

—Aclarale a esa tipa a quién le perteneces —le ordenó.  Joy gruño.  ChanYeol sonrió acercándose por completo a su amo.  Le tomó ambas manos e hizo que bajara sus armas.  Baekhyun bajó la guardia mirando solo los ojos rojos de su grifo,  ChanYeol le tomó la barbilla y besó sus labios frente a todos.  Joy quiso matarlo pero HyungWoo lo evitó sujetandola por la cintura.

—Tranquilo. No es necesario sentir celos —le calmó.  Baekhyun guardó sus armas dejando que ChanYeol lo abrace.  El grifo miró a su manada—. Estoy con él, ¿van a darme la espalda?

Su líder solo miraba la tranquilidad con la que ese Dios estaba en los brazos de ChanYeol.  Había en él algo que ChanYeol no vía aún,  el Dios sangraba,  el Dios sentía dolor,  por una espalda tan común como las que ellos usaban,  el Dios,  no era un Dios completo.

—Ve a casa ChanYeol,  pronto tendrás noticias nuestras —ordenó el grifo mayor.  ChanYeol hizo una mueca pero no insistió.

Tomó la mano de Baekhyun y lo sacó de ahí bajo la mirada de toda la manada. Cuando bajaron a la pradera ChanYeol llevó a Baekhyun al lago.  Limpió la sangre de su cuerpo con agua.  Baekhyun se quejó,  ardía. 

—¿Por que viniste a buscarme?  —preguntó el grifo preocupado por lo que pudo haber pasado.  De nuevo la mirada de Baekhyun era suave,  sus labios tenían un ligero puchero—. Pudo haber pasado una desgracia.

—Pensé que habías huido de mí,  yo —los labios de ChanYeol lo callaron con un beso corto—. Yeol.

—No huiré nunca de ti,  no debes tener eso —le aseguró,  Baekhyun sonrió y lo abrazó por el cuello,  el cuerpo del grifo se sentía tan bien en sus brazos—. También te amo,  Baekhyun —susurró el grifo recordando las palabras de su amo noches atrásatrás.  Baekhyun sonrió amplio al escuchar eso y abrazó más a su ChanYeol.

—Miralos,  tan románticos abrazados —dijo KyungSoo mostrando asco en sus palabras.  JongIn rodó los ojos—. Sería una lastima que fue el último abrazó que compartieran,  ¿no lo crees,  Kaisshi?

—Amo,  no haga eso —pidió el de piel morena viendo como su amo hacia que una nube negra se instalará sobre el par a unos metros de distancia de ellos.  KyungSoo le miró y sonrió maquiavélico,  alzó su mano y una sombra fue apareciendo,  arrastrándose por la tierra rumbo a ChanYeol.  Kai sabía lo que eso era,  no podía detenerlo—. ¡Amo!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top