Parte 2.
Ese par de ojos rojos le miraban tan fijo que un cosquilleo se hizo presente en su vientre, era agradable. Mordió sus labios apoyando una de sus manos sobre el pecho firme del grifo, el mismo que tocó suavemente la curva de su cintura haciéndole estremecer.
ChanYeol no pudo evitarlo, una de sus manos fue directo a la mejilla ajena, acarició la misma, suave y lento haciendo que el más bajo cerrara sus ojos por un momento. BaekHyun era hermoso, debía admitirlo. Ese rostro pequeño tan fino llamaba su atención y las ganas de protegerlo. Se relamió los labios y su mano tocó con sus pulgares los finos belfos rosados del dios.
Un simple toque y una corriente eléctrica recorrió ambos cuerpos. Ambos par de gemas se miraron con sorpresa, ChanYeol lo pensó un momento, pero, fue acercándose lentamente hacia el rostro ajeno, sus respiraciones se topaban entre sí haciendo denso el momento entre los dos.
Apenas el roce de sus labios fue corto cuando BaekHyun reaccionó y alejó al más alto de su cuerpo con un duro golpe a mano extendida contra su mejilla. ChanYeol quedó con el rostro volteado sin atreverse a ver a ese Dios.
—¡Qué te pasa, estúpido grifo! —Le gritó furioso, ChanYeol se sobó la barbilla mirando al Dios que tenía los ojos inyectados de furia, muy contrarios a los ojos azules apacibles que le vieron antes cuando lo tuvo entre sus brazos—. La próxima vez que intentes acercarte de más, te mataré.
ChanYeol sonrió ante la amenaza de ese chico. Para cualquier otra persona o ser podría ser la amenaza más fuerte que pudieran escuchar. Pero a él esa amenaza no le importaba en lo más mínimo.
Impuso su altura contra la de BaekHyun, desafiándolo con la mirada.
—Entonces, máteme —pidió tomando entre sus manos la cintura ajena con firmeza y lo pegó a su cuerpo sellando sus labios en el beso que desde un inicio quiso darle.
BaekHyun entró en shock los primeros cinco segundos para cuando ChanYeol impuso demanda entre sus bocas. El más bajo terminó cediendo. Los labios de ambos se rozaban entre sí, suave y profundo que sus respiraciones se iban haciendo más y más pesadas.
El grifo empujó al más bajo paso a paso hasta que ambos estuvieron entre las grandes rocas del río besándose como si no hubiese un mañana.
Las palmas suaves de BaekHyun recorrieron los brazos desnudos del más alto hasta subir hacia su cuello cerrando sus brazos alrededor de este. ChanYeol, mordió sus labios, los chupó, jugó con su lengua en la boca ajena mientras sus amplias manos apretaban la menuda cintura de BaekHyun.
El ambiente entre ambos era denso. Sus respiraciones chocaban entre si haciendo del momento más tenso. ChanYeol bajó una de sus manos por los glúteos ajenos y apretó robándole un gemido al menor al pegarlo a su cuerpo frotando sus pelvis. BaekHyun sentía que sus piernas iban a rendirse en cualquier momento.
—Vaya, vaya.
Ambos chicos se separaron en busca de aquella voz que había hablado. El rostro de ChanYeol se volvió tosco resguardando el cuerpo de BaekHyun detrás suyo al ver a dos individuos a metros de ellos. BaekHyun miró a los intrusos reconociendo de inmediato a su amigo. Quiso sonreír pero, KyungSoo no se veía nada amigable en ese momento. Se relamió los labios sintiéndo aún un sin fin de emociones viajar por su cuerpo.
—Soo…
—Querido Baekkie —saludó el de ojos grandes formando una pequeña pero notable sonrisa mórbida, BaekHyun se sorprendió de eso, esa expresión no era de su mejor amigo—. Vine a buscarte pero no pensé que iba a interrumpir tu momento candente con —se detuvo mirando ChanYeol de los pies a la cabeza, esto molesto al más alto—. Esto…
Las mejillas de BaekHyun se sonrojaron mas no dijo nada. Solo se acercó a su amigo. Al lado de KyungSoo se encontraba a aquel chico de piel canela que antes se lo había llevado. Todo eso y la forma en la que KyungSoo vestía tambien le corroboraba que no era un sueño.
—¿Tú haz estado bien, KyungSoo? —preguntó preocupdo mirando a su amigo, no espero a que respondiera sino que lo abrazó sin mas reparos—. Estaba tan preocupado por ti.
Kyungsoo miró a su acompañante indicándole con una sola expresión que se retiraran de ahí, quería estar solo con su amigo. ChanYeol se mostró reacio a alejarse de su amo pero BaekHyun no le estaba prestando atención.
KyungSoo apartó de forma sutil el cuerpo de su amigo y le sonrió. BaekHyun mordió sus labios.
—He estado bien, Baekkie. Por lo que veo tú también. —Miró de reojo hacia donde se había ido su siervo y ChanYeol, BaekHyun se sonrojó—. No sabía que tan pronto encontrarías amor con una bestia como él.
—Eso que viste no fue nada… KyungSoo. ¿Qué piensas de todo esto? Aun sigo pensando que es un mal sueño y en cualquier momento voy a despertar, quiero hacerlo —expresó angustiado. Sus facciones caídas y sus ojos desesperados le decían a KyungSoo cuanto anhelaba eso su amigo. Pero tenía que romper su deseo.
—No es un sueño, BaekHyun —aclaró cruzándose de brazos mientras comenzaba a caminar por la orilla del rio, así mismo tambien BaekHyun lo hacia—. En un inicio pensé lo mismo, pero cuando desperté rodeado de seres que no eran humanos y me llamaban amo, entendí que en efecto, soy el señor del inframundo. Mi lado oscuro no era casualidad.
BaekHyun se quedó callado. Recordaba tambien las palabras de JongDae, no quería que eso pasara. El no podía dejar que su alma desapareciera.
—KyungSoo, él… Apolo se está apoderando de mí. Voy a desaparecer —dijo con el miedo vivo en su voz. Kyungsoo no le miró nada sorprendido.
El chico de piel canela miraba como ChanYeol quería saltarle encima a KyungSoo cada que este tocaba el cuerpo del otro dios, le daba gracia. Se cruzó de brazos y con su sonrisa de lado en un tono divertido habló:
—No tienes que preocuparte por tu amo, el mío no le hará nada. Eran buenos amigos en su mundo humano —informó el siervo de Kyungsoo. ChanYeol le miró con una ceja Alzada—. Soy Kai, y si me permites decir… Te aconsejo que no vayas a enamorarte de un dios, mucho menos de Apolo, ese tipo no tiene corazón.
—Él no, pero BaekHyun sí.
Fue lo único que dijo ChanYeol observando como su amo sonreía feliz con ese otro dios que le tenía harto.
En cuanto estuvieron en el santuario BaekHyun bajó del lomo de su grifo con toda la elegancia posible. JaeJeong al darse cuenta de su presencia se acercó a el saltándole con un sin fin de preguntas que a BaekHyun le causaron un dolor de cabeza terrible. Una sola mirada filosa y JaeJeong se quedó callado.
Sin decir nada BaekHyun se dirigió hacia su alcoba.
El sirviente de Apolo miró al grifo y tomándolo desprevenido ordenó a las musas cercanas que le pusieran la misma cadena de antes. ChanYeol gruñó y quiso saltarle encima a JaeJeong pero este ni siquiera se inmutó. Odiaba a esa bestia.
—Suéltame, estúpido. —Gruñó al más bajo, el chico de cabellos rubios sonrió incrédulo—. Un día de estos te voy a despedazar.
—Te tengo una mala noticia, mi querido animal —dijo con arrogancia en su voz caminando alrededor de ChanYeol como si fuera un depredador asechando a su presa—. Todo en ti grita proteger a tu amo Apolo y todo lo que le pertenece, y en eso entro yo, jamás podrás tocarme como deseas porque soy de tu amo.
Diciendo esto se echó a reír y desapareció dejando a un ChanYeol bramando, tratando de quitarse esa cadena.
BaekHyun miraba desde su gran ventanal como el grifo trataba se soltarse de la cadena que lo apresaba. No había ordenado que lo apresaran de nuevo pero tampoco estaba haciendo algo para liberarlo. Se tocó los labios con la yema de sus dedos recordando lo que había pasado horas atrás con el grifo. ¿Qué había sido todo eso que había sentido? Se había sentido bien, le gustó y, ¿estaba bien sentirlo? Él nunca había besado a alguien, mucho menos de esa manera, ¿era correcto?
»Ni siquiera lo pienses«
BaekHyun se detuvo a mitad de camino hacia la puerta. ¿Quién había hablado? Miró en toda la habitación, estaba solo. Quiso seguir caminando para ir hacia donde se encontraba ChanYeol pero esa voz de nueva cuenta lo aturdió.
»¿A dónde vas? No hagas más estupideces.»
—¿Quién eres? —preguntó a la nada tocándose su cabeza por las sien.
»Soy tú, Apolo.»
—¿Apolo? —Cuestionó dudoso de eso. Debía estarse volviendo loco si escuchaba una voz y no había nadie en ese sitio.
»No estás loco, soy yo desde tu interior. Necesito que desaparezcas para siempre »
—¡No! —gritó aterrado el rubio abrazándose así mismo, él no quería desaparecer. No iba a permitir que alguien se quedara con lo que él era—. Desaparece tú. Busca otro cuerpo. Yo no…
»No seas estúpido. Tú nunca haz existido. Solo eres un recipiente que esta siendo un problema para mí. Solo resignate y deja que tome control del cuerpo»
—No lo haré. Este cuerpo me pertenece, este es mi cuerpo humano y no te lo daré.
»Me adueñaré de él en cualquier momento. Así que alejate de ese grifo, deja se engañarte con esas sensaciones humanas que solo me estás estropeando mi despertar»
BaekHyun se quedó serio, pensando en lo que Apolo había dicho. La cercanía de ChanYeol le permitía seguir siendo él.
—Por eso lo repudias. Porque el me mantiene sintiéndome humano —dijo sintiendo que las cosas cuadraban mejor—. Ahora se que debo hacer…
»No. Alejate de él.«
—No lo haré. Ten por seguro que no dejaré que me consumas —aseguró saliendo del cuarto.
Trataba con todas sus fuerzas de callar la voz de Apolo en su cabeza, este era persistente. Al llegar a donde se encontraba el grifo miró como este se había sangrado su tobillo por jalar de la cadena.
—JaeJeong —llamó con voz tranquila. El aludido apareció con una reverencia ante él—. ¿Por qué haz atado a mi grifo?
JaeJeong miró a su amo sorprendido. Bajó la mirada apresurado y negó sin saber que responder. Chanyeol solo miraba lo que el dios y su siervo hacían.
—Desátalo —ordenó. JaeJeong asintió sin decir más y liberó a Chanyeol de la cadena—. Retirate.
—Sí, amo —dijo y se alejó de ahí no sin antes mirar de forma despectiva a ChanYeol.
—Ven conmigo. —Le indicó con su mano que lo siguiera mientras caminaba al interior de su santuario, pero ChanYeol no se movió de su sitio.
BaekHyun regresó a mirar y rodó los ojos al verlo solo de pie sin moverse ningún centímetro. Se acercó a él tomándole la mano y lo jaló consigo hacia el interior del santuario. ChanYeol iba con las facciones de su rostro totalmente tensó. En cuanto estuvieron en al alcoba del dios BaekHyun lo soltó y entró al espacioso baño. Salió poco después llevando en sus manos un poco de agua en un recipiente redondo y unos paños blancos los cuales dejó al pie de la cama. ChanYeol solo le observaba.
—Sientate, te curaré ese pie —le pidió señalando la cama, ChanYeol no dijo ni hizo nada—. Yo no ordené que te ataran, ¿acaso me escuchaste hacerlo?
—¿Quién es ese tipo que te abrazaba y tocaba antes? —preguntó el más alto con voz seria, tan profunda que causó en el más bajo un escalofrío que recorrió su espalda—. Responde.
—A ver —dijo BaekHyun apuntando al chico más alto, ChanYeol torció el gesto—. No sé en dónde tengas esa cabeza tuya pero, que te quede claro que tu amo soy yo, lo que quiere decir que no, yo no te doy explicaciones —aclaró—. Ahora, sientate que voy a curar esa herida que te haz hecho.
—Serás mi amo, pero me correspondiste, te estremeciste en mis brazos y eso en mi raza significa una sola cosa.
—¿Qué? —preguntó altanero tratando de evitar que se notara lo avergonzado que estaba por las descripciones ajenas.
ChanYeol sonrió y ladeó la cabeza tomando de la mano a BaekHyun al mismo que jaló hasta pegarlo a su cuerpo. BaekHyun fruncio el ceño mordiéndose los labios. Ambos se miraron retadores.
—Para mi raza, quiere decir que usted me pertenece por completo si su cuerpo se estremece ante mi cercanía —susurró el grifo ladeando su cabeza para hundir su nariz en el cuello ajeno. BaekHyun tragó saliva mordiéndose los labios. Apolo seguía gritando en su interior que alejara al más alto, pero fuera de ello ladeó su cabeza dejando que los tibios y carnosos labios de ChanYeol besaran la curva de su cuello.
—Para mi raza —habló BaekHyun alejándose del cuerpo ajeno y le barrió con la mirada de los pies a la cabeza con una ceja alzada—. Yo elijo a quien le pertenezco y para eso, la persona que quiera salir conmigo tiene que hacer muchos méritos, ahora siéntate y guarda silencio —le ordenó.
ChanYeol obedeció sin decir nada más en ese momento. BaekHyun se dispuso a curar la herida del grifo mas se sentía un poco incómodo ante la mirada tan profunda del adverso sobre sí.
[…]
Con el paso de los días JaeJeong podía estar de acuerdo en que su odio por ChanYeol iba en aumento. Nunca había sentido tanta rabia por alguien a como lo sentía por él. El grifo no dejaba ni un solo momento a BaekHyun, iba a todos lados con él como una garrapata.
Y él, ni siquiera podía acercarse a más de un metro de su amo. Como en ese momento que su dios se encontraba sentado al pie de la fuente, tocando su enorme arpa una melodía digna de los mismos dioses. ChanYeol se encontraba a su lado, escuchando con los ojos cerrados la melodía que el chico hacía. Sin pensarlo más se acercó a su amo.
—Señor Apolo —lo llamó. BaekHyun le miró con el ceño ligeramente hundido.
—BaekHyun, te he dicho que me llames así —dijo el dios con molestia en su voz, JaeJeong suspiró—. ¿Qué pasa?
—Su hermano, JongDae viene a visitarlo, mandó a su mensajero —informó. ChanYeol al escuchar que alguien más iría a ver a BaekHyun se puso alerta, si era el tipo de la otra ocasión no dejaría que se le acercara a su amo por más de diez metros.
—Excelente. Iré a prepararme, preparen un banquete —ordenó poniéndose de pie, su gran túnica blanca resonó con el viento al caer sobre sus pies al ir caminando.
JaeJeong y ChanYeol cruzaron miradas llenas de odio mutuo. El segundo desvío la mirada para ir directamente detrás de su amo. Siguio con paso sigiloso a su amo pero cuando este entró a su cuarto cerró la puerta. ChanYeol sabía que BaekHyun se bañaría. Sonrió ladino y salió de inmediato del santuario. Sabía que perdería mucho tiempo caminando por la extensión del santuario para dar con la ventana del baño, por ello desplegó sus alas y voló por todo el gran salón hasta ir hacía donde había pensando.
Después de que BaekHyun le dijera que debía hacer méritos lo pensó mucho, BaekHyun sería suyo a como diera lugar. Durante esos días el dios lo dejaba estar cerca de él, BaekHyun le contaba cosas de su vida pasada, conversaban de las costumbres en la tierra y así mismo de su familia, de quien ya no recordaba mucho.ChanYeol había notado que BaekHyun perdía su tranquilidad y su forma amable cuando no recordaba algo, convirtiéndose en alguien totalmente diferente, cruel. Eran esas ocasiones en las que lo encerraba y le prohibía comer, pero eran muy pocos esos momentos. Por ello mismo era que no había podido volver a tocar los labios ajenos, y lo extrañaba.
ChanYeol siempre que estaba con su amo no dejaba de ver esos labios pasteles los cuales le llamaban con fervor, más aun cuando BaekHyun los mordía brevemente. Escondió sus enormes alas una vez estuvo cerca de la ventana, se asomó de forma sigilosa hasta el borde donde pudo ver a BaekHyun, el mismo que se encontraba desvistiéndose con total tranquilidad, sin darse cuenta de que un joven grifo hormonado lo veía.
Nota final:
fue todo de mi parte por este capítulo😋 espero que les haya gustado, poco a poco habra más acercamiento de BaekHyun y Yeol, estoy yendo tranquis para que todo encaje, disculpen los errores orográficos, trato de evitarlos lo mas posible, bueno, chao chao
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