Parte 11.
Hola. Aquí la nueva actu. Espero la disfruten.
Nota: En este capítulo hay muerte de personajes, escenas quizás un poco perturbadora o fuertes, depende de como lo consideren, pero se advierte que si eres sensible y crees que todos los personajes deben de vivir porque sí, no recomiendo leer.
Fuera de ello, si estas listo a leer se ha dicho.
[>>>]
Era bien conocido que en sus manos poseía la tempestad encarnada. Él podía poner al mundo de cabeza en cualquier momento con solo desearlo. Sus conocimientos era bastante amplios y en ese momento que su recipiente se había ido podía sacarlo a luz fácilmente.
Los cielos se oscurecieron y comenzaron a tronar. Sabía que su padre los estaría viendo, siendo testigo de la masacre que llevaría en ese momento en sus manos. Tomó su arco y flechas, sus poderes iban más allá de lo que solo mostraba como un humano joven y débil.
Cloris hundió el ceño ante la actitud prepotente de a quien creía se trataba de Apolo. Ese joven de cabellos rubios se veía menos fiero que en décadas pasadas, era una lastima que tenía que acabar con él. Alzó su espada y con un movimiento firme ordenó a sus vasallos que atacarán. Estos corrieron feroces hacia Baekhyun, con espadas desfundadas blandiendose para acabar con él, flechas siendo lanzadas, pero nada de eso inmutó a Baekhyun, nada de eso le tocaría.
Estuvo a punto de hacer desaparecer a esos estúpidos humanos que se atrevían a pelear contra él pero lo que no esperó fue ver a ChanYeol meterse a la pelea.
—¡Qué mierda! —gruñó el Dios.
ChanYeol se había transformado en su bestia. Sus garras aplastaban a los humanos, los decapitaba con su pico y sus chillidos se escuchaban por todas partes, el aleteo de sus enormes alas desviaban con el viento las flechas impidiendo que llegase a él o a su amo. Su propio instinto hizo que atacara, él no podía permitir que a su amo le pasará algo.
Cloris enfurecida fue quien decidió tomar la distracción de Apolo con el grifo y corrió hacia Baekhyun con toda la intención de atravesar su cuerpo con su espada. Jaejeong apenas pudo reaccionar cuando vio a la mujer correr hacia su amo. ChanYeol estaba peleando con aquellos hombres que les superaban en número y Apolo parecía ajeno a lo que sucedía a su alrededor.
"¿en dónde estoy?"
Preguntó Baekhyun. Una neblina espesa era lo que lo rodeaba, se sentía fría y bastante nostálgica. Su pecho dolía demadiaso y sus ojos se sentían húmedos.
«Cállate. Solo duerme para siempre, tu momento se acabó» Ordenó Apolo observando la palea, él como todos se mataban entre sí, como aquel grifo peleaba por defender a alguien que ya no existiría más. «Solo duerme, ya no hay nada que tengas que hacer aquí»
"ChanYeol, ¿dónde está Yeol?"
Preguntó Baekhyun. Apolo podía escuchar esa voz bastante baja, agotada. El humano ya no tenía las fuerzas para luchar contra él y regresar. Su mejor amigo Kyungsoo había hecho un trabajo magnífico al debilitarlo con su maldición. Sonrió por eso, ChanYeol había terminado de decapitar a otro soldado de cloris.
«Cuidando de su amo, ahora cállate de una vez que debo hacerme cargo de esto» ordenó, no podía concentrarse con Baekhyun en la cabeza aún, era molesto. Cuando escuchó el gritó de Cloris era demasiado tarde, la tenía bastante cerca pero lo único que la espada de Cloris atravesó fue el cuerpo del fiel siervo de Baekhyun. JaeJeong escupió sangre por la boca, sus ojos ambar se oscurecieron. Cloris sacó la espada del cuerpo de JaeJeong mirando a Apolo, demasiado tarde. Una flecha atravesó su cabeza dejándola sin vida sobre el suelo.
JaeJeong bajó la mirada hacia su abdomen, la mujer había dado justo entre su pecho y abdomen del cual la herida comenzaba a sangrar demasiado manchando su traje y armadura. Alzó su mirada hacia su amo quien lo recibió en sus brazos cuando se desvaneció.
"No"
Sollozó Baekhyun. Él no quería que nadie muriera, no quería que eso sucediera pero Apolo lo bloqueó. Los ojos azules oscuros del Dios miraban como su siervo se estaba desangrando en sus brazos manchando su ropa blanca pulcra. ChanYeol terminó con el último de los vasallos de aquella mujer. Haber peleado contra Cloris era sencillo, esa mujer para Apolo no era una amenaza. Ninguno de sus hombres debía morir. Pero no había nada que pudiera hacer por su siervo.
—Amo —susurró Jaejeong en su último aliento—. Era mi deber protegerlo. Fue un honor morir por usted. Nos veremos en nuestra próxima vida —susurró JaeJeong con una débil sonrisa en sus labios tratando de tocar por única vez el rostro perfecto de su amo, manchando el mismo con un poco de sangre cuando su mano cayó sin vida al suelo.
[>>>]
JongIn corrió con todas sus fuerzas cuando vio a aquella amenaza resurgir del Tártaro hacia el exterior. Su amo había ido hacia a aquel sitio, ¿qué Diablos había pasado? Corrió con todas las fuerzas que sus piernas se lo permitieron pero tuvo que parar en seco cuando vio el puente completamente roto. Por ahí debió de haber escapado esa amenaza, era lo que pensaba. Buscó la forma de cruzar pero se sintió quizás un poco más aliviado al ver a su amo aparecer al otro extremo, por la entrada del Tártaro.
Pero lo que veía no era algo normal. La mirada de su amo estaba más oscura de lo normal, su sonrisa era retorcida y su aura era más pesada.
—¡Amo! —lo llamó. Kyungsoo lo miró y su sonrisa se hizo más amplia—. ¿Qué fue lo que pasó? Jepeto salió de aquí en compañia de otros prisioneros del Tártaro, ¿por qué lo ha permitido?
—Jápeto quiere cobrar venganza contra alguien, solo le dije que Apolo era yo, ¿no es fantástico? —dijo sonriendo y en cogiendo sus hombros. JongIn lo miró incrédulo. No podía creer que su amo estuviera perdiendo la locura—. Solo solté a Jápeto, él hará pagar a Baekhyun por el daño que le hizo a Kyungsoo y Apolo dejará de existir toda la eternidad.
—¿Por qué hace esto, amo? —preguntó Kai, su voz sonó bastante dolida.
El y Hades tenían algo más que íntimo, ¿por qué su Dios seguía aferrado a ese humano que era el cuerpo de Apolo? Si odiaba a su hermano, ¿por qué lo peleaba de esa manera? ¿Él no era nada para su amo?
—Eso no es asunto tuyo —respondió Kyungsoo molesto. Pronto estuvo pasando por el lado de JongIn quien tomó apenas su mano—. ¿Qué es lo que quieres?
—¿Yo no significo nada para usteded? —preguntó Kai con toda la intención de aventarse a las profundidades del Tártaro si era así. Toda su existencia se basaba en buscar el amor de su amo, y si no lo tenía, ¿qué sentido tenía seguir existiendo?
KyungSoo encrespó sus cejas ante la pregunta de JongIn, ¿a qué venía eso? Lo miró de reojo, sus ojos tenían una mirada severa, le señalo con su dedo y llevando este a sus propios labios le hizo la señal de que guardara silencio.
—No estoy de humor para tus inseguridades, JongIn —fue claro al decirlo. El moreno sonrió, ya no tenía más coso seguir detrás del dios—. Tengo que ir a ver como acaba mi plan maestro. Después de eso podré darte el tiempo que necesitas y quieres, ¿puedes soportar eso? Si no es así, no voy a detenerte.
Fue lo último que dijo antes de seguir su camino cuando la mano del moreno lo soltó.
[>>>]
JongDae mantuvo detrás de su cuerpo a su hermoso Minseok. No supo cómo fue que ese Titán estaba ahí, en su Palacio atacando a sus pocos guardias que había dejado con él antes de mandar al resto con su hermano.
—Diablos —se quejó. Sabía que por si solo no iba a poder vencer a ese Titán. Jápeto era uno de los más poderosos que su padre venció con ayuda de Poseidón y Hades—. Seguro fue ese miserable de KyungSoo. Nadie más que él podría liberarlo —gruñó apuntando al Titán a esos monstruos mitológicos con forma de leopardos que liberaba y estaban venciendo a su gente.
Varias flechas fueron liberadas matando a varios de esos seres. El Titán gruñó.
—Chen —susurró Minseok asustado. Todo eso había pasado de pronto, estaban bien, tranquilos disfrutando de una melodía cuando de pronto los comenzaron a atacar—. Debería ir con su hermano y...
—No, ¡no te alejarás de mí! —dijo firme. No podía perder de vista a ese chico. Era suyo y lo iba a proteger.
—Pero...
—¡Señor!
Ambos escucharon la voz de Kiseop, uno de los guerreros mensajeros más confiables de JaeJeong, gente de su hermano. JongDae lo miró, la cosa estaba clara para Kiseop al ver a ese enorme hombre de casi 7 metros. Ese Titán estaba lejos de ser como un humano.
—Habla.
—JaeJeong ha solicitado su ayuda en el Palacio, pero veo que las cosas están peor aquí —dijo asustado de ver como aquel Titán tomaba a uno de los guardias de JongDae y con su sola mano lo hacía añicos—. Cloris atacó a mi amo.
—Lo sé —dijo JongDae pues lo había presentido—. Pero no pude ir, este monstruo nos atacó. Regresa a tu palacio e informa a mi hermano de esto, tiene que venir rápido. Cloris no es una amenaza a comparación de esto —ordenó.
Kiseop asintió y corrió para poder avisar a su amo.
El Titán gruñó derribando una parte del Palacio de JongDae, Minseok se aferró a la espalda de su Dios.
—Jong...
—¡Corre Kiseop! —gritó el Dios.
El Titán pudo ver correr uno de los vasallos de ese dios a quien quería destruir, corrió hacia él, sus pasos eran grandes y pesados que hacían temblar a la tierra a su alrededor llenando al mundo de caos. Kiseop pudo ver a ese Titán correr hacia él. Si seguía así no lo iba a conseguir, no podía llegar con su amo.
Corrió con la rapidez que sus piernas se lo permitían pero el Titán estaba cada vez más cerca de él. Jápeto sonrió cuando con su solo brazo se estiró y con su puño cerrado golpeó la tierra.
Kiseop solo podía ver a ese puño ir contra de su pequeña existencia, la misma que se apagó.
Nota:
Pues que tal estuvo? Las cosas se están poniendo difícil. Espero que sí les haya gustado ;; que pasará en la siguiente actu? No sé jsjsjs nos vemos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top