Capítulo XVIII
-McKenzie... ¡McKenzie despierta!
Abro los ojos y veo tan cerca a Derek que al retroceder caigo al suelo.
-Auch.
-¿Estás bien? -pregunta riendo.
Levanto el pulgar y tiro de las sábanas para seguir durmiendo en el suelo.
-Vamos McKenzie arriba, hay clases.
-No quiero.
-No me hagas levantarte.
-Adelante.
-A ver, ¿Cómo hacen esto en las películas? ¿Debería besarte o...? -dice divertido.
-¡Estoy despierta! -me levanto rápido del suelo. -¡Vamos Derek! ¿Qué haces ahí aún? ¡Llegaremos tarde!
Él me mira sonriente negando con la cabeza.
{…}
-¡Mc! ¿Has oído lo que dicen? -pregunta Mandy.
-No, ¿Qué pasa?
-¡El profesor de biología ha traído conejos para la clase de hoy!
-¿Y qué con eso? -dice Connor a mi lado.
-¡Dicen que tal vez lo utilicemos para disecarlos!
-¿¡Qué!? ¡No! ¡Hay que hacer algo!
-He reunido a un pequeño grupo para que nos ayude, vamos al campus. -dice arrastrándome.
-¡Yo digo que nos neguemos! -grita una chica.
-No creo que nos escuchen, si es lo que tienen planeado para hoy no lo van a cancelar. -responde otro chico.
-¡Pero hay que hacer algo!
-¿Y si no nos presentamos a la clase?
-Igual lo dejarían para otro día.
-¿Y si los robamos del laboratorio y los dejamos en libertad? -hablo bastante segura.
Por Dios, Connor es mala influencia.
Al final todos estuvimos de acuerdo y creamos un plan. Esperaríamos hasta la hora de descanso y mientras un grupo mantenía a los profesores lejos del aula, Mandy, una chica y yo sacaremos a los conejos de allí para luego llevarlos a la tienda de animales en la moto de otro chico.
-¡Ya está todo listo! Empecemos, no creo que puedan entretenerlos mucho -afirma la chica llegando hasta nosotras.
Corrimos al laboratorio.
-¡Esperad! -susurro. -¿Qué hace el profesor ahí dentro? ¿Y ahora qué?
-¡Yo lo sacaré de ahí! Tú y Mandy llevaos a los conejos.
En menos de dos minutos ella salía jalando al profesor del brazo haciendo todo un drama por una pelea inventada en el otro lado del centro.
-¡Ahora! -asentimos y entramos a por los conejos.
Había muchos así que cargamos con los que pudimos, luego tendríamos que volver a por los demás, es más fácil ocultarlos así que correr por los pasillos con una jaula llena de bolitas blancas.
Recorrimos los pasillos todo lo rápido que pudimos y los dejamos en la moto, luego corrimos de vuelta a por el resto.
-¿McKenzie, qué diablos? -pregunta Derek con cara de confusión total al vernos correr como locas.
-¡Ahora no Derek! -le grito sin parar de correr.
Cogimos al resto pero a mitad de camino Mandy me para.
-¡Falta uno!
-¿¡Cómo que falta uno!?
-¡Sí! ¡Quedaban seis y solo llevamos cinco!
Justo aparece la chica que entretenía al profesor.
-¿Qué hacéis aún aquí?
-¡Toma! -le doy mis conejos. -¡Iré a por el que queda!
-Tienes que darte prisa, no creo que el señor Brown tarde en volver.
Corrí como nunca antes lo había hecho y busqué al conejo por todos los rincones del aula.
-¿Dónde estás conejo?
Lo encontré bajo una mesa y justo cuando iba a salir escucho al profesor cerca.
¡Mierda!
Miro a todos lados y me escondo con el animal en una taquilla llena de escobas. El señor Brown entra y se pone a escribir en su mesa. Por suerte no notó que faltaban los conejos.
Diablos, ¿Y yo ahora como salgo de aquí?
Cinco minutos después se va y salgo de la taquilla, cuando creo que todo ha terminado resulta que la puerta estaba cerrada con llave.
-¿Enserio? -digo.
¿Por qué los conejos siempre me meten en líos?
La ventana. Miró hacia abajo y hay un par de metro hasta el suelo. No es la mejor opción pero...
Paso por ella tratando de agarrar bien al conejo y salto.
-Aquí tienes, es el último. -se lo entrego a Mandy.
-¿Qué te pasó? -pregunta al verme toda llena de tierra.
-Pues llegó Brown y cerró la puerta antes de irse, y tuve que salir por la ventana.
-Eres toda una heroína. -me sonríe el chico de la moto, Jake.
-Gracias. -le respondo chocando los cinco.
{…}
Me siento en la mesa de la cafetería junto a los Blackwell.
-¿Qué...? -le paro antes de que siga.
-No preguntes, larga historia.
"Señoritas McKenzie, Mandy y Melody, a mi despacho ahora" habla el director por megafonía. "Usted también Jake"
Todos en la cafetería nos miran, Derek me dedica un ceño fruncido al oír el nombre del chico, maldigo por lo bajo y salimos.
-¡Cómo se atreven a robar en el centro! ¡Denme una buena razón para que no los expulse en este momento! ¿¡Acaso no saben que hay cámaras de vigilancia en todas las aulas!?
-¡Nos dijeron que los disecaríamos!
-¡No podíamos matar a unos pobres conejos!
-¡Por eso nos los llevamos de allí! -nos apoya Jake.
El director suspira cansado.
-¿No podían simplemente quejarse? Además, no eran para eso, solo íban a estudiarlos en casa por un tiempo, por eso había uno por cada alumno.
-Ah. -fue lo único que salió de nuestras bocas.
-No los expulsaré, pero limpiarán el gimnasio como castigo.
-Solo nos cayó un castigo, ¡Nadie puede con el trío M! -grita Melody alzando la mano. Melody y yo la imitamos riendo.
Al final éstas animadoras me van a caer bien y todo.
-Mi primer día aquí y ya me castigan, ¡soy todo un experto hombre! -dice Jake orgulloso mientras coge una fregona.
-¡Sabía que no te había visto antes! -le señalo con un trapo en las manos, él ríe.
-Mi primo se enfadará mucho cuando se entere de que falté al entrenamiento por esto.
-¿Tú primo?
-Sí, es el capitán del equipo.
-¿¡Máx es tu primo!?
{…}
-¿Quién era ese chico que te trajo en moto?
-¿Qué haces aquí?
-¡Yo lo invité! -dice Ash. -Nos ayudará con la limpieza.
-¿¡Limpieza!? Ay no. Ya limpié el gimnasio hoy. -me quejo cogiendo la fregona que me tira.
-También vendrá Máx.
-Tengo que hablar seriamente con Máx ahora que lo mencionas.
-¿Por qué? -pregunta al unísono.
-Cosas, cotillas.
-¿Por qué estabas toda llena de tierra y por qué te ha traído ese chico tan sexy?
-Sí, ¿Quién era ese intento de bad boy?
-¡Derek! -le regaño.
-¡Ya llegué chicas! -Máx aparece por la puerta.
-Ya llegó el perrito faldero. -suelta el vampiro a mi lado.
-¿¡Qué haces aquí!? ¿Cuántas veces tengo que decirte que te alejes de esta casa y de Mc? -grita precipitándose hacia él.
-¡Máx no vayas tan rápido, el suelo está...!
Antes de acabar la frase resbala cayendo sobre Derek, Ash y yo gritamos, ellos se miran con los ojos como platos y se alejan escupiendo como locos. Sus labios se habían rozado por accidente.
-¡Alguien que me de lejía! ¡Ashley bésame! ¡Necesito quitarme ese recuerdo de la memoria!
-¡McKenzie tráeme ácido ahora!
-¡Oye Mc! ¿Está aquí...? -Alek que entraba por la puerta se calla cuando ve a los dos escupir y tratando de limpiarse como si hubieran besado a un sapo. -¿Qué ha pasado aquí?
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