Capítulo XV

Desperté sobre una cama.

¿No estaba yo muerta? ¿Qué hago en una cama?

-¡Despertaste! -dice Alek feliz.

¿Alek? ¿Despertarme?

-Voy a llamar a Derek. -Jacob se va corriendo.

Entonces lo recordé.

-¿Dónde está Máx? ¿Y Ashley? ¿Qué ha pasado? -pregunto sentándome rápidamente en la cama.

-Tranquila, todo está bien.

-¿¡Cómo que tranquila!? ¡Que yo recuerde Máx estaba a punto de comerme!

-Y yo curé tus heridas por completo. De nada. -señala Dustin.

¿Qué hace Dustin aquí?

-Has estado tres días ahí, eres una floja mujer. -dice ahora Connor.

-¿¡Tres días!? ¿¡Qué me ha pasado!? ¿¡Por qué no estoy muerta!?

-Derek apareció contigo hecha un desastre en brazos  y gritando como loco. Collin se enfadó porque te trajo en su coche y se manchó todo de sangre, pero él decía que no quería traerte a pie por si te lastimadas más.

-Y no tienes ni idea de lo difícil que fue tratar de no morderte, ya sabes... Luna llena, vampiros, sangre...

-¡McKenzie! -mi salvador entró a la habitación aplastándome en un abrazo. -¡Estás bien, estás viva!

-Tendrías que haberlo visto, "no te vayas, quédate conmigo, no te mueras" -Jacob trató de imitarle. -Casi nos vuelve loco a todos.

Derek me soltó para pegarle en la cabeza y luego me volvió a mirar aliviado.

-Vamos, dejémoslos a solas. -dice Alek empujando a todos fuera.

-¡Pero yo quiero ver! -se queja Connor.

-¡Muévete Connor! -Alek lo empuja y cierra la puerta.

-Estás viva...

-¿Qué ha pasado?

-Cuando llegué estabas en el suelo inconsciente y Máx estaba apunto de morderte. Al ver la puerta abierta salió corriendo y mierda había sangre por todos lados, cuando me acerqué y te vi casi me da un infarto. Te traje aquí y entonces llegó Dustin para curar tus heridas pero no despertabas, yo me quedé aquí contigo todo este tiempo esperando a que despertases pero entonces pasaron tres días y...

-Oye respira. Estoy bien, estoy aquí. -digo cogiendo su cara.

-¡Me diste un maldito susto! ¡No vuelvas a hacer eso nunca más! ¡Casi muero! -vuelve a abrazarme.

Estoy realmente confusa con tanta muestra de afecto.

-Espera, si llevo aquí tres días ¿Qué ha pasado con Máx y Ashley? ¿Y por qué tres días?

-Llamé a tu amiga para decirle que te quedarías en mi casa, y ni sé ni me importa lo que haya pasado con ese chucho, lo mataré cuando le vea. El sótano tenía paredes y techo de metal, tal vez eso te debilitó más, no sabemos.

-¿Entonces viniste a por mí aún si tenías que enfrentarte a un lobo? -sonrío.

-Claro que sí, cuando dije que te protegería de todo era cierto. -contesta mirando a otro lado avergonzado.

-Aww, que bonito.

-Ya bueno, deja de mirarme así. ¿Qué quieres hacer? Es tarde para ir a clases.

-Voy a ir a casa de Máx. -digo completamente segura.

-¿Qué? No. No vas a ir a casa del perro pulgoso.

-Sí iré, si no sabe nada de mí y ha visto sangre en su casa pensará que me asesinó, ¡Hasta podría estar en depresión!

-No te llevaré.

-Pues iré andando.

-Por el amor de Satán, ¡acabas de despertar y ya me estás dando problemas!

{…}

-¿Crees que estará en casa? Lo mismo ha ido a clases. -pregunto dudando mientras nos acercamos en coche.

-Puedo oírle llorar desde aquí. -dice. -Me parecería hasta divertido de no ser por las ganas que tengo que matarlo.

-Ya basta Derek, no sabía lo que hacía.

Bajamos del coche y llamo a la puerta.

-No abrirá. -concluye después de unos minutos esperando.

-Ayúdame a entrar.

-¿Acabas de recuperarte de una casi muerte y ahora te crees ninja?

-Tú solo súbeme a tus hombros, me colaré por esa ventana.

Se agacha para que me pueda subir camuflando una sonrisa.

-¿Sabrás hacerlo? -me mira desde su posición.

-Tú lo haces cada vez que te cuelas en mi casa y soy animadora. No será tan difícil.

-Yo soy un vampiro cariño. -se ríe.

Vale, ignoraré el hecho de que me acaba de llamar así y entraré antes de que un vecino nos vea.

Como soy torpe por excelencia caí al suelo.

-Auch. -susurro sobando mi pobre trasero herido.

-¿Quién está ahí? -se oye la voz de Máx. -¿¡Mc!?

-¡Hola! -exclamo moviendo la mano.

Antes de poder decir nada estaba abrazándome tan fuerte que casi ni podía respirar mientras se largaba a llorar como nena.

-¡Estás viva!

-Sí, suelen decírmelo mucho últimamente.

-Ash dijo que estabas en casa de los Blackwell pero no me lo creí porque cuando desperté y volví a casa encontré todo manchado de sangre y parte de la tela de tu pantalón y entonces pensé que te había asesinado y casi me suicido porque no te quiero perder... -se calla y me abraza otra vez.

¿Todo manchado de sangre? Qué exagerado.

-Suétala de una vez, la vas a matar por falta de oxígeno chucho. -habla Derek detrás de mí.

-¿Cuándo entraste? -pregunto.

-¿¡Qué haces tú aquí!? -grita Máx señalándole.

-Deberías agradecerme maldita bola de pelos, si no hubiera llegado a tiempo aquí ella estaría ahora mismo en tu estómago. -contesta tratando de no tirarse encima a golpearlo.

Mi amigo palidece por completo.

-¡Derek! -lo regañé. -¡No le digas eso hombre! Ya dije que no es su culpa.

-Como sea, ¿Nos podemos ir ya? Si estoy aquí por más tiempo acabaré golpeándolo. -me interrumpe al ver que voy a contestarle. -Y no, no voy a dejarte sola con él. -se cruza de brazos.

-¡Pero...!

-No importa, después igual iré a tu casa para estar con Ashley, he estado evitándola estos días.

-Bueno, entonces nos vemos allí. -le sonrío.

-¡Te quiero, te quiero, te quiero! -grita abrazándome de nuevo.

Veo como Derek frunce el ceño e inmediatamente me aleja de Máx cogiéndome como saco de papas.

-Nos vamos ya.

-¡Prometo compensarte de alguna forma! -exclama antes de que salgamos por la puerta.

-¡Derek, no soy un saco de papas! ¡Si vas a llevarme que sea al menos como a una dama! -me quejo pataleando y provocando que apriete su agarre.

-Pero así tengo mejor visión de tu bonito trasero. -dice justificándose. -¿Puedo tocarlo?

-¡Ni lo intentes maldito pervertido!

-Mira quién fue a hablar. -Ríe caminando conmigo como si la gente no nos estuviera mirando raro.

-La gente nos mira...

-Así sabrán que eres mía.

-¿Qué? -pregunto con la esperanza de no haber oído mal.

-Dije que así sabrán que tú eres solo mía. -repite.

No respondo y sonrío como idiota, tal vez lo haya dicho por el pacto, pero estoy extrañamente feliz.

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