Capítulo XIX
-¡Oh! Creo que ya está nuestro pedido, vamos a buscarlo Máx. -digo jalando de su brazo antes de que pueda contestar.
Habíamos quedado con Jake y Ashley para que según Máx, él conociera a su novia y su mejor amiga, aunque a mí ya me conocía. Por suerte Derek tuvo que irse por algo urgente de lo cuál no me dijo nada.
-¿Qué sucede?
-Voy al grano, ¿Jake también es lobo?
-Sí... Por algo lo dejé quedarse en mi casa.
-¿Y sabe que yo estoy al tanto de eso?
-Pues posiblemente nos esté escuchando, los vampiros no son los únicos que pueden oír mejor ¿Sabes?
Miré hacia atrás y efectivamente Jake me miraba entre sorprendido y agradecido. Le saludé con la mano un poco culpable.
-¿Cómo te va con tu novio Mc? -pregunta Ashley cuando volvemos a la mesa. -No me hablas casi nada de vuestra relación.
-¿Novio? -dice Jake.
-¿Novio? -repite su primo. -¿Cuántas veces tengo que decirte a ti también que no te acerques a Derek ni a sus hermanos?
-Espera, ¿Estás saliendo con Derek? -ahora Jake también está molesto. Pero bueno.
-Chicos por favor, respetad su decisión. -me apoya Ash.
-¿Y qué hay de malo en salir con Derek? ¿O con cualquiera de los chicos? ¡Son amables y siempre están cuando se les necesita!
-Son peligrosos. -responde tratando de no gritar.
-No, no lo son, son geniales. Ahora si me disculpas se me quitó el hambre. -me levanté de la mesa y casi choco en el camino con los vampiros.
Al parecer acababan de llegar y habían escuchado mi pequeño numerito defendiéndolos, por eso que sonreían más que Cheshire. Los esquivé porque me dió vergüenza y salí dispuesta a ir caminando a casa.
-¡Espera Mc! Yo te llevo. -dice Jake alcanzándome.
-No hace falta. -estaba enfadada y no me iría fácilmente con él.
-Vine en moto.
-¿Dónde dices que la tienes aparcada? -sonríe victorioso.
Puede que sí se me compre fácilmente.
Cuando llegué a casa los Blackwell estaban allí.
¿Qué?
-¿De qué me sirve huir si luego aparecen aquí en mi casa hombre? ¿Y cómo entraron? Todos los seguros llevan plata.
-Le dije a tu amiga que era alérgico a la plata y dijo que los cambiaría.
Maldito Derek.
-¿Qué quieren ahora? Estoy ocupada.
-¿Saliendo con el nuevo perrito? -comenta Connor.
-Iré a sacar a Beethoven. -el nombrado aparece con la correa en la boca.
Al final fue buena idea que Máx le enseñara un par de cosas.
En ese momento suena el teléfono.
-¿Hola, Dustin? -contesto saliendo de casa.
-¡Escapémonos!
-¿Qué?
-¡Vayamos a la ciudad del amor!
-¿Tú sabes que Derek no me deja ir ni al pueblo de al lado?
-¡Pero no es lo mismo! ¡París está más lejos de los rebeldes y estarás más segura! Vamos Mc, quiero ir.
-¿Y por qué tendría que ir yo?
-Porque estar solo en París es deprimente. Además he oído que actúa tu grupo favorito. Vayamos este fin de semana.
-¿Quieres que vayamos dos días a París y crees que los chicos no se darán cuenta de nuestra desaparición?
-¡Por favor! ¿Qué más tengo que decirte para que vengas?
-No, no, ya me convenciste con lo del concierto, pero dudo mucho que Derek me deje ir así como así contigo.
-Por eso he dicho que nos escapemos, así de paso lo ponemos celoso.
-¿Qué te hace pensar eso?
-Qué le gustas y vas a estar con un dios griego en la ciudad del amor.
-Por última vez, yo no le gusto.
-Como digas. Este es el plan...
{…}
Tuve que mentirle a Ashley y decirle que me quedaría en casa de Derek todo el fin de semana, y se lo creyó.
Cuando se hizo de noche bajé y subí a la espalda de Dustin.
-¡Esto es hermoso! -grito saltando por todos lados con unas orejas de Minnie en la cabeza.
¡ESTÁBAMOS EN DISNEYLAND MALDITA SEA!
Contemplaba con una sonrisa enorme a todas las princesas caminar de un lado a otro recordando lo mucho que yo deseaba ser una de ellas cuando estaba en el orfanato.
-¡Mira allí hay un Olaf igualito al de la peli! ¡Vamos a hacernos una foto! -empujo a Dustin.
-Eres peor que una niña pequeña. -dice sonriendo.
-¡Cállate! Cuando estaba en el orfanato para mí el estar aquí era un sueño imposible. ¡Oh mira! ¡Allí puedes hacerte una foto con el príncipe que elijas!
-¿Orfanato?
-Sí, soy huérfana. ¡Awww, ese chico le acaba de pedir matrimonio a su novia!
Arrastré a Dustin a todas las atracciones y castillos que aparecían en mi camino, él solo reía al verme tan emocionada.
-¡Oye Dustin...! -me giro y le veo en el suelo apoyado de una rodilla.
-¡Cásate conmigo! -sonríe. -Ya que estamos aquí vamos a vivirlo todo.
-¿De dónde sacaste los anillos?
-Mientras tú comprabas ese algodón de azúcar, yo fui a una joyería y los cogí.
-¿¡Los has robado!?
-¿Te quieres casar conmigo o no?
-Sí, vale. -me río.
-Ala, pues vamos a hacernos la foto en la cosa que dijiste antes.
El día siguiente la pasamos visitando todos los lugares posibles y comprando todo tipo de recuerdos, luego llegó la hora del concierto.
Cuando estaban haciendo la cuenta atrás para que 1D apareciera en el escenario mi móvil suena.
-¿Hola?
-¿¡Cómo que hola!? ¿¡Dónde mierda estás!? ¿¡No has visto todas mis llamadas perdidas y mis mensajes!?
-Ah, me dejé el móvil en el hotel.
-¿Hotel? ¿Qué hotel? ¿¡Dónde estás y con quién!?
Mierda.
En ese momento Niall aparece gritando, y yo grito de felicidad, soy una directioner cumpliendo un sueño maldita sea.
-¿¡Qué cojones haces está pasando McKenzie!?
-Ahora no puedo hablar, adiós. -dije rápido y colgué.
Sé que hará que me arrepienta de haberle colgado cuando volvamos.
{…}
-¿¡Cómo se te ocurre llevártela a París sin avisar!?
-¿Y por qué no? ¡Fue divertido! ¡Hasta nos hemos casado! -señala nuestros anillos.
-¿¡Qué!? ¿No te bastó con arriesgarte a ponerla en peligro?
-Tranquilo hombre, no estamos casados de verdad. -le digo al ver una venita asomar por su cuello del enfado.
-Tú -me señala. -vas a ir a casa y no moverte en lo que queda de Domingo, ya hablaremos el Lunes. Y tú -señala a Dustin. -ya hablaremos luego.
Después de aguantar todo un drama de camino a casa en el coche, entré a casa buscando paz, pero eso era lo menos que encontré.
-Lo siento mucho. -mi amiga me mira hecha un mar de lágrimas y mi corazón se para al ver detrás de ella una figura que me observaba con una sonrisa que jamás olvidaré.
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