4.1
Había sido un largo día para mí. Darme una ducha después de cenar me ayudó a despejarme un poco. Cuando ya estaba lista para meterme en la cama, mi madre entra en mi cuarto.
— Stephanie, se me olvidó decirte que hice una tarta. ¿Quieres un poco?
—Ahora no, gracias. Guárdala para mañana.
Y para celebrar todo lo tremendamente bueno que me ha pasado, como perder a mi única amiga, va mi madre y me prepara una muy oportuna tarta. Ag.
—Como quieras. ¿Cómo está Laura?
— Se está recuperando.
—Me alegra escucharlo. Tu compañía le hizo bien.
—Supongo que sí.
Ay, ingenua mamá...
—Eso es bueno, las amistades deben ser cultivadas.
Y tanto, Laura y yo somos una sandía.
Mi madre me dio las buenas noches y se fue. Yo cerré la puerta de mi cuarto y me quedé esperando a Diego. Una llamada, algo. No sé por qué tengo tantas ganas de verle una última vez, pero es cierto que solo puedo pensar en que él venga ahora. Pero no creo que eso vaya a suceder.
Decido dormir.
Estaba soñando que corría hacia mi casa, pero cuanto más corría, más lejos parecía estar la casa.
Me despierto y siento que mi corazón palpita como loco. Me levanto para beber un vaso de agua y miro el movil mientras tanto. En las notificaciones, veo mensaje no leído de Diego, sobre las once:
«Stephanie, esperame esta noche. D»
¡Al final sí que vendrá a despedirse!
Son casi las dos de la mañana, le diré que estoy despierta. No creo que le moleste a estas horas, los vampiros no duermen, ¿no?
Regresaba de la cocina, y cuando estaba en las escaleras vi a alguien entrando en mi habitación. Me llevo un puño al corazón y subo.
Entro y le veo...Está muy tranquilo y parece seguro.
Sin decir nada, viene hacia mi y envuelve sus blancas manos alrededor de mi cara, haciendo que nuestros ojos se encuentren. Trato de decirle algo, pero no puedo hacer ni un sonido. ¿Por el shock, quizás?
—Vine tal y como lo había prometido.— se retira un poco.— Puedo sentir que estás nerviosa.
Ni me molestaré en preguntarle cómo ha entrado. Ser un vampiro tendrá sus ventajas.
—Ya...Eh...
—Nunca es tarde para cambiar tu destino. Solo debes desearlo. Si te entristece no poder volver a vernos ni a Laura y a mí, hay una solución...
—Eso no se puede decidir así como así.—le corto firmemente.— De todos modos, nunca me convertiría en vampiro, Diego.
—Siento vacilación en tu voz. ¿Sabes para qué estoy aquí esta noche?
—Para decir adiós...
—Sí, por eso. Y también tenía algo más en mente.
Aparta el pelo de mi hombro y acaricia mi cara. Primero, me besa la frente, luego mi mejilla, y luego se acerca a mi cuello. Tengo que pararlo.
—¡Te dije que no!
—No tengas miedo, Stephanie.
—Esto no está bien.
—Eso es lo que piensas, pero yo sé lo que realmente quieres.
—No, no quiero convertirme en vampiro.
—No era eso, no iba a convertirte. Solo te demostraba mi afecto. Nunca dije que necesitaras ser vampiro para venir con nosotros, y lo que quieres, es que yo te pida que vengas con nosotros.
—Nunca esperé tal oferta. Es prácticamente imposible.
—Como desees. Es solo tu elección. Sé que tienes grandes planes con Jorge y piensas que lo que tienes es amor, pero te equivocas.
—Jorge y yo nos queremos de verdad.
—La vida es mucho más que eso. Ven conmigo y te mostraré el mundo. Estarás segura conmigo para siempre.
—¿Quieres que decida ahora mismo si voy a abandonar a mi familia así?
—Sí. Por favor, Stephanie, piénsalo bien. Me iré en exactamente tres horas y no me verás nunca más. Nunca.
—Lo pensaré, pero debes dejarme sola ahora.
—Te esperaré, Stephanie.
Cuando se fue, me sentí tremendamente aliviada.
No puedo volver a la cama ahora y seguir durmiendo como si nada hubiera pasado. Necesito un poco de aire fresco.
†
Estoy caminando por la calle pensando en mi vida. Me siento un poco tonta, porque días atrás le dije a Laura que no hiciera lo que yo ahora.
Entonces, hoy tengo que decidir sobre mi destino...Qué locura. Me parece tan surrealista...¿Estoy satisfecha con mi vida? ¿Realmente puedo abandonar a mi familia y a Jorge así? ¿Es un pequeño sacrificio para la inmortalidad, la juventud eterna, y la libertad? Diego me dijo que no hacía falta ser vampiresa, pero ¿qué sentido tenía estar con ellos sin ser otro vampiro? Estoy segura de que al final acabaría siéndolo, si no, solo sería una carga constante para ellos dos. ¡Pero yo no quiero beber la sangre de las personas!
Profunda en mis pensamientos, ni si quiera he notado que me encuentro cerca de la casa de Diego. ¿Inercia? Tengo miedo...Lo único que necesito es una señal de que lo que estoy haciendo es correcto...¿Tal vez Diego es mi destino?
¡No! ¿Qué estoy haciendo? ¡Esto no es ninguna película! ¡Amo a Jorge y a mi madre, y no permitiré que nadie juegue con mis sentimientos ni manipule! Por muy tentadora que sea la oferta...Prefiero la normalidad. Nada es creíble, Diego me conoce desde hace muy poco, ¿cómo va a estar enamorado de mí?
†
Todo podría haberse torcido esta noche...
Todavía no estoy lista para admitir lo que pasó y cómo podría haber sido fácilmente engañada.
Llaman a mi puerta y entra la doña.
—¿Estás despierta, cariño?
—Sí, mamá.
—¿Por qué no has bajado a desayunar?
—No tengo hambre, eso es todo. Bajaré más tarde.
—Hay algo más que quería preguntarte. ¿Has tenido alguna pelea con Jorge o Laura?
Alarma.
—¿Por qué me preguntas eso?
—Cariño, soy tu madre.
—No, no estoy enfadada con ellos.
—Estupendo. Entonces no te importará que deje a Jorge entrar. Te ha estado esperando abajo por una hora.
Me cago en mi vida.
—¿Y por qué no me has avisado cuando vino?
—Desayunamos y hablamos un poco. Sabes, creo que te quiere mucho.
—¿Por qué lo dices? ¿Habéis hablado de algo?
—Sí, de ti. Vamos, levántate.
—¡Buenos días, dormilona!
—¡Me cago...
Jorge ha entrado en mi cuarto de buenas a primeras. Las lagañas de mis ojos y el gato enfadado que tengo como pelo son los únicos que le van a dar los buenos días.
Mi madre nos deja solos.
—Hola. Joder, Jorge, que no estoy como para recibirte con dignidad ahora mismo.
—¡Pero si hay confianza! Te has vuelto muy tiquismiquis, yo te veré igual de guapa siempre, y lo sabes. Y después de lo que me has hecho esperar...
—¿Qué quieres que haga? No sé por qué mi madre no me ha despertado.
—Parece que tampoco dormiste muy bien anoche. ¿Has soñado con algo malo otra vez?
—Sí, que me iba de casa.
—¿Nos íbamos juntos?
—No, fue en plan pesadilla. Te dejé yo.
—Vaya por Dios, ¿cómo interpreto yo eso ahora?
—Jorge, estoy muy contenta de verte, en serio. Me siento mucho mejor. ¡No, no! No te acerques, aún tengo mal aliento.
—Me da igual, te amo, Stephanie.
Cerré mis ojos y sonreí. Él envolvió los brazos alrededor de mi cintura y me empujó suavemente hacia él. Pasé los dedos por su pelo y acercé su cabeza más cerca de la mía. Sus ojos, sus labios...¿Como no poder resistirse?
—Eres mío— susurro.
El beso que siguió fue el beso de mi vida. El definitivo. El que me indicó que anoche elegí bien.
Siento un escalofrío cuando pienso que podría haberlo perdido.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top