Con garras y dientes
Ary entro a la casa sin poner mucha atención a su alrededor. A penas entro al cuarto y vio la cama fue directamente hacia ella. Se dejó caer sin siquiera quitarse las botas.
Despertó al día siguiente al oír voces en el pasillo.
El sol entraba con todo su esplendor al cuarto. Se sentía tan bien el sol en el rostro era tan cálido. Se estiro y se dio vuelta de un lado a otro en la cama. Estaba totalmente repuesta de aquel cansancio.
Se puso de pie y empezó a mirar el cuarto. Era bastante grande y elegante. Había una chimenea, una cómoda con un florero y varios adornos a su alrededor.
Había una gran alfombra que cubría todo el cuarto. A los pies de la cama había un baúl en el que su maleta y su bolso estaban apoyados.
Fue a mirar el ropero que había en el cuarto y tenía bastante espacio para sus cosas.
Saco su bata de la maleta luego ordeno su cama. Se puso las botas y salió para conocer el resto de la casa.
Se topó con Carmina a la salida. Ella la llevo al baño donde la esperaba una tina con agua más caliente que tibia tal como a ella le gustaba, pero le dijo que no se acostumbrara. En aquel lugar tenía que seguir siendo tan responsable por sus cosas como lo había sido en la otra casa.
Ary no tenía problemas con tener que preocuparse de sus cosas, de hecho lo prefería. Sentía que así había menos compromiso entre ella y estos hermanos que a pesar de preocuparse por ella y cuidarla, no eran su familia y aunque no lo decían sin duda ella sabía que no era libre de irse cuando quisiera, y quizás su madre tampoco era libre de ir por ella.
Era una prisionera aunque ellos trataran de no hacerla sentir de esa manera.
Después de meditar sobre estas cosas en la tina hasta que se enfriara el agua se alisto para bajar pero no sin antes echarle una mirada al baño.
Las patas de la tina eran de cobre y relucían. Había un hermoso cuero bajo el asiento del tocador. Al lado del lavamanos había dos jarrones de porcelana y un colgador en forma de escalera echa con palos de un árbol donde colgaban las toallas al otro lado del lavamanos.
Había una pequeña ventana que Ary no alcanzaba a simple vista. Tuvo que subirse al taburete y luego al mueble donde habían guardadas toallas, perfumes cepillos de peinar, joyeros y peines.
Una vez que se hubo afirmado bien abrió la ventana despacio por si es que alguno de los hermanos estaba en el segundo piso.
Se podía ver el campo y gente yendo de un lado a otro. Aquí también había una viña pero no tan extensa como la de la otra casa. A continuación de la viña se veían unas casas y tras ellas muchos árboles. Al ver a Tristán pasar hablando con Janosh y otro hombre se agacho en seguida y bajo de aquel mueble.
Al mirar con atención las toallas vio que estaban bordadas con las iniciales de los hermanos. Se preguntó si esas cosas eran de cuando ellos habían sido humanos, si así era. Estaban en perfectas condiciones.
Ary estuvo al menos una hora en el cuarto de baño. Carmina le golpeo la puerta y pregunto si estaba bien. Ary corrió en seguida a abrir la puerta, Carmina vio porque demoraba tanto y le dijo que le mostraría es resto de la casa así es que mejor se apurara pues aún no tomaba desayuno, inmediatamente vio una pequeña mueca en el rostro de Ary y el pensamiento de que prefería no comer nada. Esta inapetencia de Ary ya había llamado la atención de los hermanos. Ella era muy pequeña para su edad y muy delgada y estos problemas para alimentarse se habían iniciado una vez que ella dejara la hacienda Leppala.
Bajo unos minutos después vistiendo uno de los vestidos nuevos que Carmina había mandado a hacer para ella. Era la primera vez que usaba un vestido con corsé, era incomodo, tosco, no le gusto para nada a pesar de haberse mirado al espejo y ver que se veía bien. Bajo a tomar desayuno en compañía de Carmina por la escalera "chica" como ella y sus hermanos le decían.
Al llegar a la cocina quedo maravillada, tenía ventanas por todo el rededor excepto en el lado que conducía al comedor y la escalera por la que había bajado hacia solo un rato.
Se paró frente al lavaplatos y vio en la parte de afuera un pequeño jardín en el que había una pileta y un asiento al lado de un jazmín. Un poco más a la izquierda estaba el lavadero. Había una artesa de color rojo y un par de baldes apilados al lado. El lugar por el que corría el agua de la artesa estaba marcado por un una tupida maleza que dejaba ver el camino que seguía el agua hasta perderse bajo la muralla.
El mueble de la cocina se extendía de un extremo a otro quedando en el medio el lavaplatos. En los espacios de los lados seguramente había ollas y utensilios de cocina.
Al otro había una puerta abierta pero el interior de este lugar era oscuro. Fue a ver que había allí y en medio de este cuarto había una cocina de 6 fuegos y en la pared del fondo leña apilada. El piso era totalmente de piedra y las ventanas que había no eran de vidrios, sino de madera. En el techo sobre esta cocina había un respiradero para que saliera el humo y no había más que un mueble apoyado al lado de la otra muralla donde se debían poner las ollas una vez que los alimentos estaban cocidos.
Volvió a la iluminada cocina y siguió mirando todo lo que había a la vista. En medio de la mesa de diario que estaba en el centro había una frutera llena de naranjas, a Ary se le hizo agua la boca.
Tomo una naranja y la empezó a pelar con la mano. Sobre el mueble del otro lado había otra frutera, una canasta con huevos y en el suelo un canasto grande con verduras. Al ver las acelgas no pudo evitar recordar lo sucedido con Tristán.
Movió la cabeza como tratando de quitarse este recuerdo y miro hacia fuera. En este lado había un patio techado enorme, terminaba en una muralla altísima y en el medio de esta un portón de hierro de más de dos metros. El piso de este lugar era igual que el del cuarto con la cocinilla y las murallas estaban cubiertas por enredaderas.
Fuera de este portón podía distinguir varios naranjos y más al fondo paltos. Se oía voces al otro lado, seguramente estaban cosechando.
Carmina le pregunto si quería comer algo más aparte de la naranja pero Ary no quiso.
Carmina tomo el brazo de Ary y lo paso bajo el suyo, le dijo que continuarían con el recorrido al interior de la casa.
Ary ya conocía el pasillo a mano izquierda que daba a la escalera del segundo piso. El otro palillo frente a la cocina era más amplio y tenía uno que otro mueble.
A mano derecha de este pasillo había varias perchas y un asiento. En la esquina había un paragüero que aparte de paraguas tenía varios bastones.
Al seguir por este pasillo también seguían las ventanas, era hermoso el paisaje que se veía desde allí.
El largo pasillo terminaba en una puerta doble.
Carmina abrió las puertas y al entrar Ary se quedó con la boca abierta. De cierta manera este comedor se parecía al de su antigua casa pero este era más iluminado.
El comedor era para doce personas, había un mueble grande de color caoba tallados en sus puertas y patas. Había un espejo colgado a la muralla que tenía el mismo largo que este mueble y el marco era de fierro con formas de flores.
Sobre el mueble había una serie de candelabros de plata de diferentes formas pero todos en pares.
Delante de los candelabros varias figuras de porcelana y otros adornos. Sobre la mesa una carpeta color café y una frutera de plata con un candelabro a cada lado. Al fondo del comedor en cada esquina había un macetero de greda con una planta alta de hojas grandes y en el centro la puerta doble para pasar al living.
Aquí no había tanta luz, solo una ventana en medio de la muralla con cortinas oscuras que hacían juego con los tres sillones frente a la chimenea y las poltronas de las esquinas. A cada lado del gran sillón había una mesa redonda con mantel y en ella un florero con fresias y varias fotografías de personas que ella no conocía.
La mesa de centro tenía varios ceniceros y varias cajas de madera de distintos portes. Lo que le llamo la atención de Ary fue un adorno de porcelana que parecía ser un animal pero era muy extraño. Tenía orejas enormes y en vez de hocico tenía otra cosa. Y sobre él había un hombre con un turbante. También tomo otro animal que tenía un cuello muy largo y otro que tenía un cuerno en medio del rostro, era muy feo.
Sin pedir permiso o preguntarse si Carmina se enojaría, los tomo con mucho cuidado para observarlos más de cerca.
Después de mirarlos un rato se volvió hacia Carmina y le pregunto que eran y si realmente existían.
Carmina la miro sorprendida, pues realmente no sabía que animales eran esos.
Se sentó a su lado en el sillón y le hablo acerca de los elefantes, las jirafas, rinocerontes y otros animales que había en el continente africano y en otros lugares del mundo.
Ary miraba el adorno del elefante y trataba de imaginarse a este enorme animal y a ella sobre él.
Carmina miraba a Ary y cada vez que se topaba con su mirada se divertía con sus pensamientos. Ary se preguntaba si es que algún día ella podría ver a estos animales de cerca o al menos tener una vida normal.
Carmina la dejo soñar un rato y luego le dijo que le mostraría el resto de la casa.
Ary dejo los animalitos en la mesa y siguió a Carmina. Cuando vio el piano al final del living corrió hacia él y se sentó pero sin tocar las teclas, solo paso sus dedos sobre ellas. Miro a Carmina pensando que Janosh podría seguir enseñándole a tocar piano.
En la esquina del otro lado estaba la escalera "elegante" como se habían acostumbrado a decirle ellos cuando eran chicos.
Ary se paró y fue hacia un pasillo que había bajo la escalera. Carmina la guió por este pasillo. La primera puerta pertenecía al cuarto de los padres de ellos y estaba siempre con llave y al lado estaba el cuarto de Carmina y al fondo de este pasillo el baño.
Se devolvieron hacia la escalera y ciertamente era muy diferente a la otra. Cada escalón estaba alfombrado y los bordes eran de una madera tan blanca que no daban ganas de tocarla para no ensuciarla.
Carmina le dijo que subiera pero Ary la miro y negó con la cabeza. La vampira le dijo que no se preocupara, podía subir y bajar por esta escalera todas las veces que quisiera a la hora que quisiera.
Ary la miro agradecida pero dudaba que Tristán pensara igual y no quería que la golpeara de nuevo.
Carmina se inclinó hasta llegar a la altura de su rostro y le dijo que su hermano no volvería a lastimarla pues ellos ya habían hablado con él y él había prometido comportarse.
Ary recordó el gesto de Tristán al ayudarla con su maleta y pensó que quizás Carmina tenía razón. Sonrío ante la posibilidad de que él ya no la odiara tanto, pensó que tal vez Tristán la podía querer algún día.
Al llegar al segundo piso el cuarto que había frente a la escalera era el de Tristán. Al lado izquierdo de la escalera había una salita con una puerta de pequeñas ventanas de vidrio. En la mañana cuando paso al baño que había al fondo del pasillo no se había fijado mucho en esta sala o la escalera.
En la salita había sillones floreados y varias plantas. Había un estante lleno de libros y varios más en una mesita al lado de los sillones.
El cuarto de Janosh estaba frente a esta salita y al lado de su cuarto estaba el de invitados que era el que ocupaba Ary.
La niña estaba realmente impresionada con la casa que tenían los hermanos Dávalos.
El libro que había leído estaba bastante lejos de la realidad. Ellos no olían a muerto como ahí decía, tampoco dormían de día en un ataúd o en una cueva para salir en las noches a matar. Esto último era cierto solo hasta cierto punto.
Ni si quiera lo de no poder estar al sol porque se quemarían era cierto. Hasta ahora lo único real era que se alimentaban de sangre y aunque no era algo menor por alguna razón a Ary no le afectaba tanto.
Ary volvió a su cuarto tratando de no pensar en su antigua casa y todo lo que había vivido allí. No le hacía bien pensar en estos recuerdos, la ponían muy triste, le parecía que nunca superaría la muerte de su padre.
Carmina vio sus pensamientos y sintió lo agitado de su corazón pero no le dijo nada, la dejo sola para que desempacara sus cosas y luego bajara a almorzar.
A penas estuvo lista bajo por la escalera chica hacia la cocina y se quedó mirando a la mujer que estaba dándole morocho a las gallinas y a unas niñas de unos siete o nueve años jugando a pillarse. Ambas tenían una muñeca de trapo y corrían de un lado al otro del patio.
Ary fue riendo hacia la puerta para ir a conocer a estas personas pero antes de salir Tristán la detuvo. Ary se alejó en seguida de él parándose al otro lado de mesa. Tristán le dijo que fuera a su cuarto y bajara cuando le avisaran.
Ary no le contestó nada, solo asintió con la cabeza y obedeció.
Se sentó en el suelo al lado de la cama y por primera vez no lloro ni tuvo ganas de hacerlo, quizás se debió al tono en que Tristán le hablo. No fue agresivo ni tampoco se lo dijo como si fuera una orden. O quizás ya se estaba acostumbrando a ser una prisionera. Pensó que mientras no le pegaran o le dijeran groserías no sería tan malo ser su prisionera.
Carmina entro al rato después y se sorprendió de no encontrarla como ella esperaba. Se sorprendió y entristeció al saber que Ary se consideraba una prisionera y que esto no le importaba en lo más mínimo. Carmina miro hacia otro lado pensando que estaban haciendo mal las cosas con Ary, lo peor de todo era que no tenía idea de que hacer para remediarlo.
Carmina le pregunto si quería probarse alguno de los vestidos que tenía en esta casa, por primera vez Ary contesto que si enseguida pero pensó que hubiese jugado feliz con esas niñas aunque hubiera sido por unos minutos.
Bajaron un par de horas después pero estuvieron solas durante el almuerzo. Carmina leía y a ratos miraba a Ary mientras almorzaba.
La niña le pregunto porque no había podido salir al patio a conocer a esas niñas.
Carmina solo le contesto que no era seguro que la vieran otras personas. Ary quiso saber porque, pero Carmina no le contesto. Cambio de tema preguntándole si quería salir a pasear con ella después de almuerzo. Ary acepto su invitación y le dedico una sonrisa de resignación, bajo la vista hacia su plato y siguió comiendo sin tener realmente ganas de hacerlo.
Recorrieron la arboleda al otro lado del portón donde Ary se comió varias naranjas. Realmente disfruto del pequeño paseo a pesar de no haber tenido muchas ganas de salir en un primer momento. Al volver a casa sintió un agudo e intenso dolor de cabeza que vino de forma tan repentina como se fue. No duro más de un par de segundos pero Carmina se dio cuenta. Le pregunto si quería que la cargara hasta el cuarto para que se recostara un momento pero Ary se negó, ya estaba bien.
Carmina la llevo a su cuarto y le mostró las cosas que había ahí. En su mayoría eran cosas de cuando ellos eran niños y otros recuerdos de los hijos de Tristán, Janosh, su hermano menor y cosas de sus padres. El bastidor en que su madre bordaba aún estaba con el último trabajo que ella había estado haciendo. Eran unas bellas flores en el velo que Carmina usaría el día de su boda.
Ary se sorprendió al oír esto, no tenía idea de que había estado a punto de casarse. Le pregunto si él también era vampiro. Carmina le contesto que no y ya habían pasado muchos años desde esto. Desde hace varias décadas tenía un compañero al que no cambiaría por nada del mundo. Estaba muy enamorada de él.
Ary le pregunto si conocería a su nuevo amor, Carmina le contesto que no sabía. Todo dependía de cómo siguieran las cosas. Una vez más Ary pensó en preguntar qué pasaría con ella en el futuro pero sabía que no le contestaría.
Ary se sentó en la mecedora que había en el cuarto de Carmina y le pregunto a quien había pertenecido.
Ella le contesto que ha Evelyn, la esposa de Tristán. Él había mandado a hacer esa silla para ella antes de que naciera su primer hijo.
Ary se paró enseguida y le pidió que no le dijera a Tristán que se había sentado en la silla. No quería que se enojara con ella nuevamente.
Carmina le dijo que no tenia de que preocuparse él no le haría ni le diría nada, la niña lo pensó durante unos instantes y prefirió sentarse en la cama al lado de Carmina, pero de vez en cuando miraba la mecedora.
Siguieron en el cuarto hasta la hora del té. Al llegar a la cocina estaba muy helada, estaba claro que solo era cálida cuando entraban los rayos del sol. La escarcha se había mantenido durante todo el día en algunos lugares del patio donde no llegaba el calor del sol.
Ary se envolvió en un chal que le entrego Carmina y bajo nuevamente a la cocina para preparar su té y llevárselo a la salita del segundo piso donde la esperaba Janosh para estudiar durante unas horas.
Se fue a su cuarto una vez que terminaron de estudiar, tenía que prepararse para la cena especial que Carmina había estado preparando mientras ella estudiaba, aquel extraño dolor de cabeza volvió nuevamente y tal como antes duro solo unos segundos y después nada ya había pasado.
Se sentó en la silla cerca de la chimenea sin tener realmente nada que hacer, aún era temprano para cambiarse de ropa, faltaban un par de horas para la cena.
En solo unos minutos se quedó dormida.
Empezó a soñar enseguida y como no iba a ser con sus padres si esa casa se los recordaba a cada momento.
Soñaba con su madre pintando un cuadro en el que aparecían lobos sobre una roca y un bello paisaje tras ellos. Su padre la cargaba en brazos mientras miraban como pintaba. Se sentía tan segura en los brazos de su padre. Él las quería tanto, eran tan felices los tres, como era posible que esa felicidad ya no existiera para ella.
Tristán golpeo la puerta varias veces pero ella no contesto, entro en silencio y la vio durmiendo en la silla, se notaba que estaba incómoda, el calor de la chimenea tenía sus mejillas muy coloradas. Considero durante unos instantes si despertarla o dejarla dormir. Finalmente decidió acostarla para que durmiera un rato más mientras Carmina terminaba de preparar la cena. Se había retrasado al ir de casería con sus hermanos.
Tomo a Ary con mucho cuidado para no despertarla. Ella sintió cuando la tomaron en brazos pero seguía soñando. Se abrazó a Tristán y le dio un beso en el hombro.
_ Te quiero mucho papá. Le dijo.
En el mismo instante que termino la frase Tristán se quedó inmóvil, la miro furioso y la arrojo a la cama. Ary despertó antes de caer a la cama asustada y confundida mirando a todos lados, al toparse con la mirada furiosa de Tristán se bajó enseguida de la cama, no era capaz de decir nada o de pedir ayuda, estaba aterrada ante su mirada, sus manos temblaban y apretaba los dientes. Se preguntaba una y otra vez que había hecho para que él estuviera así. En ese momento su padre apareció en su mente y rogó porque él apareciera y la ayudara. Este pensamiento enfureció a Tristán. Se acercó a ella y le grito que como se atrevía a confundirlo con un maldito como su padre, Markkus Leppala y toda su familia no eran más que unos miserables que no merecían existir pues eran peores que los vampiros y cualquier plaga sobre la tierra. Y más encima nunca la había querido realmente ni tampoco a su madre.
Ary estallo en llanto ante sus horribles palabras y negaba con la cabeza herida profundamente por las cosas que le estaba diciendo. Su padre no era nada de lo que él decía, el único monstruo era él pues su padre era su ángel.
No pudo aguantar más las palabras de Tristán, sentía que le quemaban al oírlas, perdió el miedo hacia el vampiro y salió a la defensa de su padre gritándole que era un maldito embustero, un mentiroso pues su padre no era nada de lo que él decía. Su padre la había querido muchísimo y a su madre también y si viviera estaría con ellas.
Ary estaba totalmente fuera de control en ese momento jamás había sentido tanta rabia hacia alguien, el miedo hacia el vampiro había desaparecido por completo pero fue solo por unos instantes. El vampiro se acercó a la cama y con un solo golpe la corrió de su sitio por completo, luego fue hacia Ary que tenía las manos tapando su boca mientras lloraba aterrada al ver como el vampiro había movido de su lugar esa gran cama. "Me va a matar" se dijo aterrada.
No supo cuando dejo de llorar o que paso después de que Tristán fuera hacia ella. Al despertar estaba acostada con su camisa de dormir puesta y podía sentir las apretadas vendas en sus costillas. Sentía mucho dolor al respirar, no podía moverse.
Una vez más Tristán había perdido el control.
Cuando fue hacia Ary la tomo de las muñecas y la empujo contra la muralla sin soltarla. Hizo que presionara sus propias muñecas contra su pecho. Ary empezó a sentirse ahogada, no podía respirar, estaba perdiendo el conocimiento cuando Tristán se detuvo al darse cuenta de que estaba a punto de matarla. La soltó y la sujeto antes de que cayera al suelo. La llevaba hacia la cama cuando Janosh entro violentamente.
Ary se apretaba el pecho y trataba de respirar sin poder hacerlo. Janosh se la quito de los brazos y llamo a Carmina que estaba en el huerto cortando naranjas para Ary.
La vampira le grito a Tristán que fuera por el medico enseguida. Puso la cama en su lugar y Janosh acostó a Ary. Le abrieron el vestido dejándola solo con el camisón, seguía desesperadamente tratando de respirar, estaba colorada y sus labios se estaban poniendo morados. Ellos no sabían cómo ayudarla. Janosh la examino y le dijo que quizás una costilla estaba presionando sus pulmones.
Tristán llego en solo unos minutos con el medico que quedo aterrado al viajar a cuestas de un vampiro.
Fue al lado de Ary inmediatamente y empezó a quitarle el camisón para examinarla.
Los hermanos salieron del cuarto para que el medico la examinara tranquilamente.
El medico tardo mucho rato. Ary tenía marcas en su pecho y en sus muñecas además de dos costillas fracturadas. Sin embargo nada de aquello explicaba porque no podía respirar bien.
Le llevo casi una hora a Ary recuperar la normalidad en su respiración, el dolor en el pecho y las marcas de las muñecas los tendría por varios días pues eran serios.
Le pregunto a Ary que había pasado y ella se agito nuevamente y empezó a decirle que se estaba sintiendo ahogada de nuevo. El médico le dijo que se calmara, no tenía que decirle nada pero debía calmarse. Después de varios minutos ella empezó a respirar nuevamente bien. Se veía muy cansada y adolorida.
El medico la dejo bien tapada y le dijo que tratara de dormir.
Salió a hablar con los hermanos y antes de que les dijera algo ellos ya sabían el diagnostico, aun así lo dejaron hablar.
Ary había tenido una severa crisis de pánico. La causa tenía que haber sido alguna emoción tan fuerte que ella no pudo manejarla.
Carmina miro a su hermano sin importarle lo que dijera el médico. Tristán dio vuelta la cara y salió de la casa sin decir nada.
El medico les recomendó que hiciera reposo absoluto y estuviera tranquila. Vendría a la mañana siguiente a ver como seguía y le traería algunas hierbas que la ayudarían a estar calmada.
Los dos hermanos vieron que hierbas eran para salir a buscarlas a penas el medico se fuera.
Janosh lo llevo a su casa tal como lo trajo Tristán y después se dedicó a buscar estas hierbas.
Cuando llego con ellas oyó a Tristán y Carmina discutiendo en el living.
Llego justo en el momento en que Tristán la llamaba estúpida por creer realmente que Ary era diferente a la familia de su padre y que no sabía nada acerca de los cazadores. Para él ella era como tantos otros cazadores entrenados desde pequeños para engañar a los vampiros con sus pensamientos y así poder infiltrarse en los pueblos y trabajar en las haciendas donde ellos creían que había vampiros y una vez que lo confirmaban daban aviso a los cazadores y estos venían y mataban a los vampiros y a todos los relacionados con los vampiros.
Carmina le repetía una y otra vez que Ary no tenía nada que ver con los cazadores, ella era inocente y la prueba de ello era que los cazadores la estuvieran buscando tan desesperadamente pues ella parecía tener la habilidad de predecir el futuro.
Tristán seguía insistiendo en que ella estaba fingiendo, para ganarse su confianza y llevar a allí a los cazadores.
Janosh intervino en la discusión y le dijo a Tristán que también estaba convencido de la inocencia de Ary, y debían cuidar de ella para que no cayera en las manos de los cazadores y si eso no era suficiente para él entonces podía verlo desde otro punto de vista. Si ella estaba entre ellos y tenía alguna visión lo sabrían enseguida y verían que hacer con lo que fuera que ella viera.
Esto calmo algo a Tristán pero aun así no confiaba en ella ni en ese tierno corazón que aparentaba tener, no podía ser tan inocente y buena, no era posible que siendo la hija de Markkus Leppala fuera tan buena.
Al Final de la conversación todo había quedado igual. Tristán no confiaba en ellay la odiaba tanto como antes. Mientras que sus hermanos estaban dispuestos a defenderla con garras y colmillos de quién fuera.
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