Macaque #2
Espero que les guste~
Nota: Se me corto la luz y se me apago la computadora ¿Saben lo que significa? ¡Se me borro todo! ¡Tuve que reescribir todo esto! T-T
MK no puede ignorar el desconocido y extraño olor medio escondido que el mono tiene. Quiere saber que significa, quiere saber cual es la causa pero no se atreve a preguntar, dejando que el mono disfrutara de su gelatina con tranquilidad mientras él mismo calmaba su hambre con un gran vaso de sangre. Esta agradecido que el otro no se le quedara viendo, a veces se siente cohibido de tener que consumir pero le gustaba hacerlo en compañía, un poco contradictorio.
-...tengo sueño...- bostezo, amplio y lleno de cansancio repentino. Tenía la panza llena, estaba dentro de su hogar y ya era mediodía, era hora de la siesta.
-Ve a dormir- bufo, divertido al verlo. Para ser un vampiro, seres poderoso y capaces de tragarse hasta el ultimo litro de sangre de cualquier criatura que quisieran, este en particular se veía demasiado amable y manso.
-...ok...- bostezo nuevamente y se levanto pero en vez de irse a su cuarto para subirse a su hamaca y acurrucarse junto a su peluche, se acerco al mono y antes de que este pudiera reaccionar, se transformo.
-¡O-Oye!- se sobresalto ante el ligero peso que ahora podía sentir sobre su cabeza. Se gano suaves y adormilados chillidos, el ahora murcielago moviéndose para acurrucarse, tarareando ante el suave pelaje y el intenso olor a fruta que ahora inundaba su nariz, cerrando los ojos y durmiéndose sin mucho problema. -¿Soy una cama ahora?- decidió ignorar el extraño giro que dio su día y se concentro en su gelatina, comiendo con tranquilidad.
Y así se quedaron por unos minutos, las orejas del mono agitándose apenas ante el sonido de la puerta principal abriéndose, logrando ver de reojo a la recién llegada. Los ojos dorados se encontraron con los verdes, ambos demonios viéndose fijamente y casi analizándose entre ellos, el murciélago demasiado entretenido como para prestar atención.
-Vaya...- Midori dejo escapar un largo y cansado suspiro, rompiendo el silencio que se había formado. No va a mentir, ya no esta sorprendida a estas alturas, aunque empieza a preocuparse un poco por su hermano y sus raros encuentros con demonios fuertes. -Hola, mala hierba-
-Tu eres verde y tienes poderes de plantas pero, ¿yo soy la mala hierba?- Macaque enarco una ceja, divertido ante la expresión llena de cansancio y resignación que ella tenía.
-Mi casa, mis reglas- bufo, sabiendo que el demonio mono que tenía en frente era aquel que todo lo veía y escuchaba, así que no le sorprendía mucho que supiera sobre sus poderes. -Así que si, eres mala hierba- se acercó y despeino el pelaje oscuro del mono con una de sus manos, dejándolo un poco más esponjado que ante e ignorando la mala mirada que se ganó a favor de revisar su heladera. -Por cierto...tienes un murciélago en la cabeza- hizo un gesto, enarcando una ceja con algo de burla ante la vista del pequeño murcielago acurrucado sobre la cabeza del mono.
-Soy muy consiente de eso- bufo, mirándola de reojo. Tenía la sensación de que si se movía, el menor se iba a caer. -¿Te lo llevas o no?- hizo un gesto. Ella se le quedo mirando por unos segundos, analizándolo, acercándose luego de unos segundos para acunar al pequeño animal entre sus manos y sacarlo de su lugar, arrullando suevamente ante el ligero chillido que se gano. Macaque iba a irse, en serio que si, pero un dedo se engancho en su bufanda y de repente, tenía un pequeño cuerpo acurrucado contra su cuello, oculto por su bufanda roja. -¿Qué rayos...?- la miro, molesto, sintiéndose casi traicionado pero relajando su cuerpo, el pequeño cuerpo removiéndose solo para acomodarse en su lugar.
-Se durmió contigo, despertara contigo- sonrío, llena de burla y diversión, sin sentirse intimidada ante la mala mirada que se gano.
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