No me das miedo
Cap. 36 (No me das miedo)
— ¿Entonces qué quieres hacer? — Pregunta al otro lado de la línea.
Río y doy vuelta a la página del nuevo libro que estoy leyendo.
— No lo sé, estoy bien cómoda en mi casa leyendo.
— Puedo imaginarlo. — Responde riendo.
Es último día de vacaciones y todos los chicos están desesperados por aprovechar el último día de descanso al máximo. Y bueno, luego me encuentro yo, la chica que desde que regreso de Teversham no ha dejado su zona de confort, en otras palabras, su casa.
— ¿Quieres ver una película?
Su pregunta me desconcentra de la lectura. Cierro el libro y doy vuelta sobre la cama mirando directamente hacia el techo.
— ¿Película?
— Sí, ya sabes lo que hacen todos los jóvenes adolescentes normales.
— Claro, porque tú eres muy normal. — Río.
— De hecho... — Guarda silencio por breves minutos — Intento ser normal por ti.
Algo dentro de mí se rompe.
— Sabes que te acepto tal y como eres — Mascullo intentando disimular el nudo en mi garganta. — No es necesario que hagas eso... por mí.
— No Kiara, no... no lo tomes de esa manera. — Varios murmullos se escuchan al otro lado de la línea. — ¡Joder! ¿Ves a lo que me refiero? Estoy más que seguro que te he hecho sentir mal y ahora tú...
— ¡Terry! ¡Terry! Calma — Pido deseando estar con él. — No te pongas histérico, fue mi error decir eso y... — Me callo al ver que esta conversación no nos llevara a nada. — Solo llévame a ver la película ¿Vale?
Intercambiamos algunas palabras más y corta la llamada.
Emito un largo suspiro.
— Siempre tienes que meter la pata, Kiara. Siempre. — Murmullo buscando ropa para llevar a la salida.
Encuentro unos jeans negros ajustados junto con un crop top blanco y decido complementarlos con mis converse blancas. Cuando me paro frente al espejo sonrío al ver mi reflejo; Hago de mi cabello una coleta y tomo mi bolso, donde solo cargo mi celular y un poco de dinero.
— ¿Dónde estás? Ya estoy lista C:
— En cinco minutos estoy ahí :)
Bloqueo mi móvil y salgo al patio de la casa. Segundos después, un auto negro aparece y se detiene en frente. Sonrío y camino hacia la ventanilla del auto.
Desde que paso el incidente en la cita de Ian, soy más cuidadosa. Digo, no quiero volver a ser raptada por un vampiro maniático y si lo soy, pues al menos que sea con mi gusto.
— ¿Es usted señor Sullivan?
La ventana se baja mostrándome a Terry blanqueando los ojos.
Ojala y le queden torcidos.
— Anda, sube.
Río y cuando estoy dentro, pone el auto en marcha. Durante el camino el ambiente se siente tenso e incomodo. Saco mi móvil en un intento para obviar la incomodidad que siento; de reojo observo a Terry pero este se mantiene concentrado con su vista fija en la carretera.
Emito un sonoro suspiro y miro por la ventana, dándome cuenta de que no nos dirigimos al centro de la ciudad, más bien nos dirigimos a la zona donde se encuentran las casas más lujosas de Cambridge.
— ¿A dónde me llevas Terry? — Cuestiono con desconfianza.
— A ver una película — Responde sin ninguna emoción.
— Esa era la idea, genio. Pero este no es el camino al cine.
— Nunca dije que te llevaría al cine. — Esboza una sonrisa. — Dije que te llevaría a ver una película pero nunca mencione donde.
Abro mi boca en un intento de parecer indignada más sin embargo, parezco pez boqueando en busca de agua lo que causa que Terry rompa a reír alivianando un poco el ambiente con su sonora risa.
Pasamos hileras de casas lujosas hasta que nos alejamos de todas ellas, a ambos lados pueden verse hileras de pinos exageradamente altos, formando un bosque solo con esta especie de árbol. A medida nos vamos acercando, vemos una casa demasiado grande que resalta entre todas las demás y que al parecer es la ultima de la residencial.
Terry aparca en la cochera de dicha casa y baja del auto. Abro la puerta y hago lo mismo.
— ¿A dónde me has traído? — Susurro contemplando embobada la gran mansión que se alza en frente de mí. Sus paredes son como la de las demás casas, de un color beige suave y una textura un tanto rugosa, aunque tiene enormes ventanas de vidrio completamente polarizados, tanto como en la parte de abajo y en la de arriba. Es el tipo de casa que toda persona quisiera tener, grande, espaciosa y lujosa. Y definitivamente la casa que no se esperaría tendría un vampiro.
Es decir, la casa gritaba ¡Lujo y dinero! Por todas partes.
— Cierra la boca Collins, que entraran moscas. — Dice riendo, le doy lo que parece el intento de una mirada fulminante pero él no se fija. Empieza a caminar hacia la puerta y lo sigo, abre y por si la fachada de enfrente no basta para asombrarse, el interior te deja sin aliento y respiración.
Candelabros cuelgan del techo irradiando una cálida y tenue luz. Muebles hechos de la madera más fina, adornando la habitación y cuadros con pinturas que parecen originales y no copias, cuelgan en las paredes de la sala.
— Bienvenida a la casa de los Sullivan. — Murmura.
Lo miro incrédula. — ¿Aquí vives tú?
Se encoge de hombros. — Ven, te voy a presentar a los raros que viven aquí.
Me toma de la mano sin mi permiso y empieza a caminar guiándome por pasillos que no logro memorizar. En un par de segundos, me lleva a lo que parecer ser la cocina donde se encuentra Ashley con la cabeza metida en el refrigerador, por lo que no logra vernos pero seguramente sí sentirnos.
— Bueno, creo que ya conoces a la rarita de mi hermana: Ashley.
Como olvidar a la chica que empezó a seguirme en Instagram, a la que me amenazó por acercarme a su hermano y también, la que casi me convierte y por su culpa pasé cerca de una semana con mis ojos de una tonalidad naranja. Definitivamente, es imposible olvidar a la rubia de ojos color ámbar.
Ashley sale del refrigerador con dos termos y me mira alzando una ceja. — No entiendo, para que haces presentaciones si ya nos conocemos. — Blanquea los ojos hacia Terrence y de una patada cierra la puerta del refrigerador.
— Se le llama educación, algo que tú — la señala —no tienes.
Resopla y me mira con desdén. — La tengo, solo que no la doy a demostrar con todas las personas.
— No es como si me importara tu educación — Le digo impulsivamente. — Me va y me viene que seas educada conmigo, no vivo de eso y tampoco me interesa.
Ella abre sus ojos atónita y Terrence empieza a reírse por lo bajo.
— Ven Kiara, vámonos antes de que esta situación se encienda más.
Me hala dirigiéndome a la salida de la cocina, volteo a ver hacia atrás y Ashley me muestra sus colmillos y sus ojos brillando en furia.
Revoleo los ojos. — No me das miedo — Articulo y como para ganarme más su odio injustificado, le saco mi dedo corazón y le sonrío como si nada hubiera pasado.
Si me va a odiar que sea por algo.
Me guía por un laberinto de pasillos y cuando estoy a punto de decirle que me quiero sentar, de las escaleras aparece una mujer de algunos 35 años, alta, con una figura esbelta y que además tiene el cabello pelirrojo y sus ojos son de un gris cautivante.
— Oh, qué bien que te encuentro Vera. — Habla Terry — Te presento a Kiara, mi... amiga.
Amiga... eso jodidamente dolió y no tengo ni idea del porque lo hizo.
La mujer baja las escaleras con una elegancia impotente y con un paso tan seguro, que mis vellos se erizan y presiento que si se acerca me sentiré como una hormiga a punto de ser aplastada.
— Elle est humaine, Terrence. — Es lo primero que dice.
— ¿Eso es algo malo?
La mujer me mira de pies a cabeza y su mirada se torna pensativa.
— Yo la conozco — Me señala — Ella es la chiquilla que fue atacada por Ashley ¿No?
Mis ojos se amplían y acudo a los recuerdos de ese día; sin embargo, no recuerdo haber visto a una mujer cuyo cabello fuera pelirrojo.
— Es un placer Kiara, soy Vera Maxwell la madre adoptiva de Terrence. — Su rostro es severo y su mirada fría y calculadora.
Trago saliva. —Igualmente, señora Maxwell.
— ¡Oh no! Llámame Vera, por favor. — Esboza por primera vez, una sonrisa.
Asiento devolviéndole el gesto y una voz interrumpe la presentación.
— ¿Qué? te sientes muy vieja madre, pero si no pasas de los veinticinco o debería decir ¿Treinta y cinco?
Los tres volteamos a ver al dueño de esa voz. Christopher Sullivan, el otro hermano de Terrence, se encuentra apoyado en el marco de una puerta con sus brazos cruzados en el pecho, haciendo que la musculatura de sus brazos sobresalga.
— Cuida tus palabras, Christopher. — Entrecierra sus ojos.
— Él es Christopher —Susurra Terrence en mí oído — Mi compinche para armar problemas. — Sonríe.
— Un placer, Kiara. — Me guiña un ojo.
Sullivan bufa y me guía hacia las escaleras, Vera me sonríe y con su mano me hace una breve señal de despedida. Cuando doblamos la escalera en forma de caracol me parece ver a Vera lanzándose en contra de Christopher y parece susurrarle algo que hace que el vampiro abra sus ojos alarmado y como si fuera posible, palidece.
Pasamos una serie de habitaciones en la planta de arriba hasta que llegamos al final, donde está la última habitación. Gira el pomo y me hace ademán para que entre.
— Bienvenida a mi santuario de relajación.
Río y lo primero que hago al entrar es tirarme a la cómoda cama que tiene Terrence. Él se sienta a mi par y luego de pensarlo por unos minutos decide acostarse estirando sus largas piernas.
— Hay algo que no entiendo. — Susurro.
— Dilo.
— Sí tienes esta casa, ¿Qué hay del apartamento en donde vive Coffee?
— Es algo complicado. — Se da la vuelta, quedando ambos cara a cara.
›› — No me gusta vivir rodeado de tantas personas, cuando nos mudamos aquí en Cambridge y William compró esta casa, me sentía asfixiado, muchos fantasmas del pasado me atormentaban y sobre todo el ambiente familiar que se respiraba me sofocaba. Me hacía recordar cuando tenía mi propia familia y el rencor de no poder recordar nada de ellos me enfermaba. Por eso decidí comprar un apartamento en el cual podría vivir solo y cuando lo hice, me sentí a gusto conmigo mismo.
— ¿Qué hay de Coffee? ¿Si te gusta la soledad porque tienes un cachorro?
El sonríe.
— Coffee apareció un día en especial — Sus ojos brillan mientras narra — Alguien lo dejo abandonado a media calle, venía del instituto y la rabia me invadía. Pateé sin querer la caja donde él se encontraba, debido al impacto la caja dio vuelta y el logro salir. Luego de eso me empezó a seguir hasta que llegue a mi apartamento. En un principio digamos que fui un poco cruel con él pues cerré la puerta y no lo dejé entrar, pero el animal empezó a rasguñar y a aullar insoportablemente. Me hartó tanto que abrí la puerta y dejé que pasara, cuando consiguió lo que se propuso me siguió hasta la cama y ya ahí se echó junto a mí. Al final, había resuelto regalarlo pero me había acostumbrado tanto a su presencia que termine quedándomelo y por raro que parezca, también queriéndolo.
Emito una larga carcajada. — ¿Quién lo diría? Terrence Sullivan amando un animal.
El se une a mis risas y luego se calla para mirarme fijamente a los ojos.
— Tengo otra pregunta.
— Dispara.
— ¿Por qué me has traído a tu casa? Me has presentado a toda tu familia y me has contado historias que... las siento muy personales.
— Te dije que quería que me conocieras, Kiara. — Susurra muy cera de mis labios.
— Creo que ya he conocido lo suficiente de ti.
— N0, nunca conocemos verdaderamente a las personas.
— Solo una pequeña parte de ellas. — Concluyo con sus labios a escasos centimetros de los míos.
— Quiero que veas algo — Dice levantándose de la cama rápidamente.
Cierro mis ojos y trato de calmar los latidos de mi corazón. Realmente quería besarlo. Aún quiero besarlo.
Me incorporo y me coloco detrás de él. Tiene una libreta en sus manos.
— Ten.
La pasta del libro es de un color celeste cielo y en el centro tiene una rosa dibujada.
— Se cuanto te gusta dibujar. — Se encoge de hombros.
Abro la tapa y paso las primeras páginas en blanco. A medida voy avanzando veo cinco dibujos que llaman mi atención:
El primero es un retrato de mí con mi rostro serio y muy cerca de él una bola blanca. Sonrío pues es cuando fui impactada por la bola de nieve, la primera vez que lo vi.
El segundo también es un retrato mío. Soy yo sentada en el césped con un libro en mi regazo y sonriendo, a mi par se ve el retazo de alguien hablando conmigo pero su rostro es distorsionado.
El tercero, soy yo con mi cabello hecho una coleta, y lo más llamativo es que mi ojo izquierdo es color ámbar y en mis manos tengo una lentilla.
El cuarto, es una bola de pelos lamiendo mi rostro mientras yo duermo.
Y el último somos nosotros dos, besándonos. El beso que me robó cuando fui atacada por la chica de ojos color violeta.
— ¿Qué insinúas con esto Terry? — levanto mi vista pero el ya no se encuentra frente a mí.
— Sé que no soy lo que muchas llaman Cursi, pero tienes que entender que estoy oxidado en esto de los sentimientos amorosos — Susurra contra mi oído haciéndome cosquillas. — Quiero hacer las cosas formal, he dejado que me conozcas, te he hecho saber detalles de mi vida que nadie más que tú lo sabe, he compartido momentos contigo que han valido la pena... te he confesado mis mayores miedos...
Mi respiración se corta ante su repentina cercanía. Sus brazos rodean mi cintura y su barbilla está sobre mis hombros.
— Estoy listo para esto, pero necesito que tú también lo estés. — Los latidos de mi corazón incrementan. — Sé mi novia, Kiara Alexandra Collins Evans.
N/A:
¡ESTOOOOOOY HIPEEEERVENTILAAAANDOOOOOOOOO!
Jajajaja ¡Hola mis amores! Luego de dos semanas sin aparecer por aquí, hoy vengo con este capítulo de 2,365 palabras xD
Lamento la tardanza pero estos últimos meses que se acercan son un sufrimiento para mi vida, en el mes de octubre se decide si continuaré con mis estudios universitarios o no :O y para ello, necesito estudiar mucho.
En fin...
¿Qué les ha parecido el capítulo?
Este va dedicado a porque querida, déjame decirte que tus comentarios si me hacían reír C: ¡Dios! Enserio prácticamente leer cada comentario en los capítulos y tus reacciones me motivaron a escribir este.
Así que gracias.
También gracias a las nuevas lectoras que se han animado a leerme.
Son puro loff.
Otro punto es, que había inscrito esta novela a los #PremiosWatty lastimosamente, no clasificamos en la lista corta así que me puse re saaad, :( pero la chica que maneja la cuenta de Terry en Instagram me hizo reír y me dio sus ánimos así que intentaremos el otro año.
Sin nada más que agregar, porque esta es la nota de autor más larga que he escrito xD
¡Nos leemos luego!
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