28| Es hora de perdonar.
Capítulo 28: Es hora de perdonar.
— ¡Gertrude! —Alza la voz el joven de porte altiva y arrogante—, ¿Cómo puedes echar así a la pequeñuela? El dueño de esta propiedad no eres tú. ¿Dónde ha quedado la hospitalidad que se debe dar en esta casa?
Todos los mozos y demás personal guardan silencio. Y algunos incluso jadean cuando por fin conocen al afamado señor William, incluyéndome.
Creo que todos se esperaban a William como un señor ya avanzado de edad pero con mucho dinero, pero no, William es muy joven. Es más, demasiado joven.
Un joven al que conozco demasiado bien.
El muchacho de camisa blanca pone una mano en el hombro del chico y sacude su cabeza.
—Perdón señor, es que yo... —tartamudea la señora Grounie.
El chico parece querer contestar pero el joven de camisa blanca lo detiene.
—Pasa a mi despacho, Gertrude.
Ella parece gimotear pero obedece desapareciendo por un pasillo.
—Por favor, —habla con una voz suave el chico mayor— vuelvan a sus quehaceres, más tarde haré una reunión de personal para presentarme formalmente.
Todos se dispersan y en la confusión aprovecho para salir de aquel lugar. Aún sigue lloviendo pero son pequeñas gotitas las que caen sobre la tierra ya. Me dirijo hacia los establos y puedo ver a Nieve echada sobre el suelo. Abro el compartimiento y la saco, verifico que este todo en orden con la montura y cuando estoy dispuesta a subir, esa voz inconfundible me detiene.
—Kiara.
—Creí que ya no habrían más mentiras, señor William —digo, sin mirar atrás.
—No hay ninguna mentira, Kiara. Tu solita has sacado conjeturas erróneas como siempre.
Blanqueo los ojos.
—Eres insoportable. —Mascullo dándome vuelta para mirarlo.
Está vestido con un conjunto negro y sus ojos emiten cierto brillo.
—Me llamo Terrence Nathaniel Sullivan.
— ¿Y?
—El otro hombre que estaba a mi par es el señor William Sullivan —responde, esbozando una sonrisa—. No yo.
Un ¡Que! Sale de mi boca.
— ¿Estás bromeando?
Terry tira una gran carcajada.
—La vez anterior que estuvimos por estos bosques, ¿Recuerdas que te mencione que tenía una casa por aquí cerca? —Asiento—. Bien, ahora sabes que no te mentía —Se dirige a uno de los caballos y empieza a preparar su montura—. William es el líder del clan al que pertenezco.
— ¿¡Ese chico sacado de una revista de modelos!?
Asiente haciendo una mueca.
—Tiene treinta y seis años pero ya ves que nuestra situación en algunos casos hace que parezcamos más jóvenes de lo que somos.
Termina de ensillar su caballo y se dirige hacia mí.
—Ven, te acompañaré hasta tu casa.
—Mmm, no es necesario —murmullo montando a Nieve.
—No, pero después de todo tenemos que conocernos más, ¿Recuerdas? —Sube a su caballo.
— ¿Y por esa razón has venido hasta acá?
—Pueda ser —Ladea su cabeza—, o quizás porque quería venir con William, alias mi padre ficticio, a dirigir la granja.
—Esa excusa no es muy creíble. —Salimos de los establos y Nieve empieza a galopar.
—Tampoco lo era la de Coffee el otro día pero te la creíste. —grita tras de mí.
Mi cuerpo se paraliza y sacudo mi cabeza tratando de ignorar lo que ha dicho
En silencio, recorremos todo el tramo que separa la casa de Sullivan con la mía. Al llegar al patio, el chico pelirrojo que ahora sé que se llama Howard sale y toma la rienda de Nieve sin esperar a que yo me baje lo cual me causa un poco de risa.
— ¡Hey! Espera a que me baje —le grito riendo.
Howard parece reaccionar y un leve rubor invade sus mejillas.
—Lo siento, Kiara.
Sacudo mi cabeza riendo y la puerta de la casa se abre. Rápidamente miro en esa dirección pues quiero abrazar a la nona; sin embargo, la persona que está en el umbral de la puerta no es mi dulce Nona, es la persona que desapareció de mi vida durante mi infancia. La persona que me engendró. Aquella a la que una vez llamé papá.
—Alexandra. —articula y sus ojos transmiten sorpresa.
Solo me limito a mirarlo, ya que, ni siquiera puedo mover ni un músculo pues los recuerdos de ese día azotan con fuerza mi mente.
Yo regresando de comprar helado para aliviar la tristeza de mamá, los sonidos extraños que se escuchaban en el cuarto de mis padres. El momento en que mi hermano entra a casa con su balón de futbol y seguido de él entra mamá.
Recuerdo cuando me preguntó qué hacía con un helado derritiéndose en mi mano y yo lo único que pude responderle es que había sonidos extraños allá arriba.
Mi cabeza duele.
Veo a mamá subir las escaleras y me veo a mí y a mi hermano ir tras ella. Puedo escuchar el grito de mamá cuando abrió la puerta de su dormitorio. De ella sale nuestra niñera prácticamente desnuda. Siento las manos de mi hermano sobre mis ojos tratando de que no vea de más. Escucho el llanto de mamá y sus gritos, papá no dice nada. Papá solo guarda silencio. Cuando crecí me di cuenta que, papá le había sido infiel a nuestra madre...
— ¿Kiara? —Alguien me sacude fuertemente—. ¿Kiara, estás bien?
Parpadeo y en mi visión interfiere el rostro de Terry.
— ¿Estás bien?
Asiento.
Su mirada se dirige hacia mi papá y luego hacia mí.
— ¿Necesitas que me quede?
Niego con la cabeza.
—Estaré bien, puedes irte. —Es todo lo que puedo decir.
Es hora de enfrentar mis miedos.
Empiezo a caminar y puedo escuchar como los cascos del caballo de Terry se alejan.
Papá empieza a caminar también.
Nos separan unos cuantos metros y el los atraviesa para luego abrazarme. Me quedo estática, no me muevo y ni siquiera me atrevo a devolverle el abrazo.
—Te extrañé mucho, Alex —susurra—. No sabes cómo me puse cuando no te encontré en ningún rincón de Cambridge.
Me limito solo a mirarlo.
—Sé que me odias, cariño —Sigue hablando—. Yo también me odio por haber cometido la peor estupidez del mundo. Pero por favor, no puedo vivir sin ustedes. Tu madre, tu hermano y tú son lo único que tengo.
—Tenías —hablo por primera vez—. Mamá te detesta, Landon se fue de casa y yo... yo no te quiero. Marcaste mi infancia. No sabes lo que es vivir sin el consuelo de un padre.
Me deshago de su abrazo y empiezo a caminar en dirección a la puerta.
—Hija... no te vayas. ¡Las he buscado porque quiero arreglar las cosas! —Grita.
Me detengo.
—Tuviste nueve años para hacerlo —Es lo único que digo antes de entrar a casa y cerrar la puerta.
🌹🌹🌹
A veces en la vida suceden muchas cosas que a lo largo del tiempo te van marcando, pero que una parte de de nuestro ser las esconde hasta que llega un momento en que explotas y todo sale a luz.
No importa si son cosas que sucedieron hace muchos años atrás, si lo hizo una persona que estimabas y querías mucho, al recordarlo, eso siempre dolerá.
Y es ese dolor, el que al ya no poder soportarlo se va convirtiendo en odio y amargura. Y quizás también en tristeza.
Pero también se encuentran esas ansias de querer perdonar, más no lo hacemos, porque el odio y resentimiento se encuentran ahí todavía.
Y eso es lo que en estos momentos me sucede.
Quiero perdonar a mi padre, quiero perdonar el dolor que nos causó. Pero recordar el rostro de mi madre en esa época, verla demacrada, ojerosa y con los ojos hinchados de tanto llorar hace que retroceda.
La pantalla de mi móvil se enciende y una melodía se escucha por todo mi cuarto. Lo tomo entre mis manos y observo que el número que está llamando me es desconocido.
— ¿Si?
—Hola hermanita. —Canturrea una voz profunda y ronca.
— ¿Disculpa? —Pregunto escéptica.
— ¿Es que no te acuerdas de mí? —Lloriquea la voz—, ¿No recuerdas a tu querido hermano Landon?
Mis ojos se abren debido a la sorpresa y suelto un grito.
— ¡Maldito Landon! ¡Te odio! —grito con las lágrimas rodando por mi rostro.
—Qué hermoso este recibimiento.
Empiezo a llorar y tapo mi boca en un intento de que mis gemidos no se escuchen. Puedo escuchar a Landon preguntarme si estoy llorando pero no le respondo. Estoy demasiado sorprendida.
Tenía bastante tiempo de no saber nada de mi hermano. Cuando él se fue a Canadá a estudiar siempre nos hablaba normalmente dos veces al mes; pero eso cambió el año anterior, dejó de hablarnos y sabíamos que él se encontraba con vida por las pequeñas cartas que recibíamos de su parte. Aunque nunca supimos el porqué de su alejamiento.
— ¿Kiara? Oye maldita deja de llorar...
Río mientras lloro. Es una sensación demasiada extraña.
—Lo siento —digo con mi voz absolutamente ronca—. Es que te he extrañado —Mis ojos vuelven a cristalizarse—. ¿Por qué dejaste de hablarnos?
El silencio se hace presente desde el otro lado de la línea.
—Es algo que no puedo explicarles Kiara —Noto la preocupación de su voz.
— ¿Pasó algo malo?
—Podría decirse que sí... pero bueno olvídalo. El tiempo de aislamiento terminó. Ahora, ¿Cómo has estado durante todo este tiempo, kirara?
Blanqueo los ojos al escuchar ese apodo.
—Deja de decirme así. No soy ningún animal.
—No, pero eres adorable y a la vez una fiera como el verdadero Kirara. —Empieza a reírse fuertemente.
Suspiro.
Mi hermano no ha cambiado en nada.
Empiezo a narrarle todo lo que me ha pasado, claro, quitando las partes en las que casi muero, y de que estoy en proceso de ser amiga de un vampiro, y además de que también soy perseguida por un cazador de vampiros. Termino por narrarle lo ocurrido el día de ayer en la tarde.
— ¿Dices que papá prácticamente pidió perdón? —Un bufido sale de él—. De verdad que esto no me lo esperaba. ¿Qué piensa mamá de esto?
—Este es el asunto, Keith —Me levanto de la cama y camino hacia el alféizar de la ventana—. La Nona aún no le ha dicho a nuestra madre lo que él vino a hacer. Al parecer cuando yo estaba fuera en el bosque, el apareció y barrió con toda la casa tratando de encontrarme. Obviamente Alisha no se lo impidió porque sabía la verdad y por eso cuando yo estaba en la casa del señor Sullivan me pidió que esperara a que pasara la lluvia por completo. Sabía que él se daría por vencido pero para mi mala suerte tuve que encontrármelo en el patio.
— ¿Qué crees que haga mamá?
—No quiero imaginármelo —susurro—. Creo que tiene miedo de que así como la lastimó a ella pueda volver a lastimarnos a nosotros, bueno a mí —Remarco—. Pienso que ese es el motivo del porque me mandó a Teversham. Además, de que el día del baile el hizo destrozos en nuestro jardín porque se encontraba ebrio. Pero además de eso, estoy confundida —Termino confesando.
— ¿Por qué?
Miro por la ventana el exterior.
—Porque algo en mí quiere perdonarlo por todo el daño que nos hizo pero la otra parte, la parte dominada por el odio se niega a hacerlo. ¿Qué puedo hacer?
Le escucho suspirar.
—Haz lo que creas correcto y sobre todo lo que te haga sentir bien. Si piensas que perdonándolo encontraras la paz interior, hazlo. Yo lo perdone desde hace mucho, Kiara. Mamá y tú deben hacerlo también porque no pueden dejar que ese resentimiento se adueñe más de ustedes. A veces es mejor perdonar y olvidar, que odiar y vivir con el recuerdo constante de lo que te lastimó.
N/A:
Se suponía que este era el capítulo del viernes pero me gano más la impaciencia xd. Como habrán visto ha aparecido un nuevo personaje y esta vez es el hermano de Kiara. Su aparición en este capitulo es como una breve introducción, aunque más adelante desempeñará un papel muy importante en esta historia.
Ehhh, ¿Vieron? Inscribí la historia en los #Wattys2017, sé que esta pequeña historia no es famosa como otras, pero vamos a tentar a la suerte xD.
No me canso de decirlo, iGracias por su apoyo!
iNos leemos luego!
Pd: ¿Alguna sugerencia sobre quien quieren que interprete a Landon Keith, el hermano de Kiara?
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