23| El baile I

Capítulo 23: El baile I

— ¡Dios! Faltan menos de dos horas para el baile y tu aquí ¡Leyendo! —grita Jazmín con desesperación—. Tengo que peinarte, vestirte, maquillarte… ¡Oh santo cielo!

Blanqueo los ojos.

— ¿Quieres calmarte?

— ¡Como quieres que me calme! Si el evento está casi a nuestros pies y ¡tú aun sigues en pijama!

Quiero protestar pero Jazmín llega y me quita el libro de las manos. — ¡A ver, que tanto lees!

— ¡NO!

Ella me mira extrañada y me levanto de un salto para quitarle el libro antes de que vea la portada. Ambas caemos al suelo y aprovecho para quitárselo.

— ¿Por qué has hecho eso?

Me levanto y deposito el libro en la gaveta de mi armario dejándola con llave.

—No ha sido nada —mascullo indiferente, cojo una toalla y entro al baño a ducharme.

—Más  vale que te des prisa —Es lo último que escucho antes de cerrar la puerta.

🌹 🌹 🌹

El olor a cabello quemado es lo primero que percibe mi nariz al entrar a mi habitación. Amarro bien mi bata rosa y me encamino al armario para sacar mi vestido.

—Ven acá  —dice Jazmín con su pelo perfectamente alisado.

Me siento en la silla enfrente del tocador, Jazmín se coloca detrás de mí y empieza a desenredarme el cabello.

—No entiendo porque lo alisaste —reprocho—. Tu cabello se veía divino siendo rizado.

—Deja mi cabello en paz y preocúpate por el tuyo.

Blanqueo los ojos ante su respuesta tan brusca.

Al cabo de una hora llena de gritos, tirones de pelo y muchas quejas de mi parte, Jazz termina mi peinado y me observo en el espejo.

Me ha elaborado un moño demasiado elegante y sofisticado, dejando parte del flequillo de fuera y algunas ondulaciones en mi lado derecho. El moño está sujeto con dos horquillas blancas, una arriba y la otra abajo, y dicho objeto, está lleno de incrustaciones de diamantes que brillan en la oscuridad

—Bien, vamos con el maquillaje.

Cierro los ojos y empieza a aplicarme base y luego polvo.

—Mantén los ojos cerrados que voy aplicarte rímel y delineador —Exige con voz autoritaria.

Asiento y ella empieza a aplicarlo.

—No te vayas a pasar —digo con miedo.

—Sé lo que hago.

Cinco minutos más tarde ha terminado.

—Bien, ahora solo falta el labial pero creo que puedes sola con eso.

—Gracias —musito asombrada al verme en el espejo.

—Es un placer  —Me guiña un ojo y empieza a maquillarse.

Me aplico el labial color rojo y voy en busca del vestido.

Al cabo de unos minutos grito: — ¡Necesito ayuda con el cierre! —Trato de subirlo yo sola pero un golpe en mi mano me detiene

—Lo vas a arruinar —Sube el cierre y me doy media vuelta.

Jazmín ya está con su vestido rosado, sus uñas brillan de un color plateado y el calzado que utiliza la hace ver deslumbrante.

—Estás hermosa —Sonrío.

—Lo sé —Canturrea para luego dar una vuelta sobre sí misma—. Ven, vamos a sacarnos selfies.

—Espera —digo colocándome los tacones color rojo, tacones que considero unas armas mortales para mis pies.

Cuando ya estoy lista nos sacamos muchas selfies y luego nos dirigimos hacia su auto.

Esta noche será muy larga.

🌹 🌹🌹

— ¡Katara, que guapa estás! —exclama Hardin besando ambas mejillas de mi mejor amiga. Esta frunce el ceño al escuchar que la llama por su primer nombre.

—Gracias  —susurra, luego me mira y se dirige al chico cabeza hueca—.  Bueno se han visto muchas veces pero no he tenido la oportunidad de presentarlos formalmente así que... Hardin, te presento a mi mejor amiga Kiara, Kiara el es Hardin.

Hardin eleva una de sus cejas y yo hago lo mismo.

—Mucho gusto —Extiende su mano.

La agarro y solo me limito a sonreírle.

—No es por ser descortés —Habla con desprecio—, pero ¿Y tu pareja?

Mi sonrisa fingida se desvanece y frunzo el ceño.

—No es nada que te importe ¿Acaso soy una carga para ti? —Inquiero. Hardin abre la boca para contestar pero yo lo corto—. Pues te digo esto, porque que yo sepa he venido con Jazmín y me iré con ella, tú no me has recogido de casa ni mucho menos me iras a dejar. Simplemente eres su pareja y eso no te da derecho a insinuar que…. —Jazz me tapa la boca con su mano.

—Vale, creo que ya entendió ahora cierra la boca, Kira —Sisea.

Aparto su mano bruscamente.

—Solo quiero dejarle en claro a tu amiguito que no solo porque no tenga pareja voy a estar pegada a ustedes como una lapa. No quiero ser de mal tercio y ni mucho menos voy a poner ojos de cachorro y humillarme para que este estúpido mal teñido quiera bailar conmigo.

Jazmín me mira boquiabierta y Hardin solo esboza una sonrisita aunque se nota que está un poco aturdido.

—Con permiso —Paso en medio de ambos y empiezo a caminar dirigiéndome a ningún lado.

El baile se está dando en el gimnasio del instituto, y en las aulas ubicadas en frente están los puestos de bebidas y algunas botanas. Pienso seriamente en ir por una bebida, pero un chico de cabello castaño me coge el brazo y me invita a bailar. Un poco cohibida acepto, me lleva hacia la pista de baile y empezamos a movernos como si no hubiera mañana. Otros chicos me invitan, y yo acepto. Paso casi la mitad de la noche bailando con diferentes chicos olvidándome por completo de mi soledad y de mis ganas por beber.

Hay un momento en que pasamos dando vueltas frente a Hardin y Jazmín, y este al verme, solo aprieta sus nudillos. No puedo evitar esbozar una sonrisa.

La canción termina, le doy las gracias al chico y empiezo a caminar hacia el aula de enfrente, pues tengo sed y me apetece beber algo. A medida voy cruzando el gimnasio, los silbidos por parte de los alumnos de tercero, se escuchan a mí alrededor. Blanqueo los ojos y apresuro el paso. Voy tan absorta en mis pensamientos que no me fijo en la chica que viene hacia mí y sin querer choco con ella  derramando su propio jugo en su fino vestido blanco.

— ¡Perdón! —Chillo alarmada y casi al borde del pánico.

Miro los rasgos de la chica: es delgada, no muy alta, tiene un cuerpo de súper modelo;  su cabello lo lleva recogido en un chongo muy elegante y es negro como el carbón. Su piel es pálida y sus ojos son azules, pero en seguida noto que son lentillas las que utiliza, pues son de un azul tan fuerte que cuando la luz se reflejan en ellos parecen de un color purpura.

La chica me esboza una sonrisa y no puedo evitar que me recorran escalofríos en todo el cuerpo.

—No te preocupes, yo también venía distraída.

El pánico aun sigue en mi cuerpo, ya que he manchado su precioso vestido blanco

—Lo siento —Me disculpo de nuevo y esta vez tratando de sonreírle.

La chica asiente y se aleja de mí, dirigiéndose hacia los baños de damas.

Seguramente me está maldiciendo en su interior.

Suspiro y me quedo parada en medio de todos los estudiantes bailando.

¿Y ahora qué?

Alguien me agarra del brazo y me da vuelta quedando a centímetros de su cara.

— ¿Bailas conmigo, señorita guapa?

Una risita nerviosa sale de mí.

—Claro.

Ian envuelve sus manos en mi cintura y yo pongo las mías alrededor de su cuello. “Someone Like You” de Adele empieza a escucharse por todo el gimnasio y todas las parejitas de novios empiezan a moverse hacia la pista de baile.

Empezamos a movernos al compás de la música y siento la necesidad de apoyar mi rostro sobre el pecho de Ian pero me contengo. Este mantiene una sonrisita y poco a poco acerca sus labios a los míos.

Lo detengo.

— ¿Por qué fue eso? —Pregunta extrañado.

—No puedes besarme porque se te pegue la regalada gana —Le reprocho.

—Está bien —reniega.

Seguimos moviéndonos y la canción termina dándole paso a otra. Al parecer Ian quiere seguir bailando conmigo pues no me suelta. A medida pasan los minutos mi cuerpo se libera y siento fluir la música en mi cuerpo.

—Bailas bien —Escucho una voz ronca a mi espalda. Una voz demasiado reconocible para mí.

Ian se tensa y presiona su agarre sobre mí.

—Salgamos —implora en mi oído.

— ¿Puedes prestarme a la señorita? —pregunta Terrence rápidamente—. Y no te atrevas a decirme que no, pues que yo sepa ella no es tu pareja.

Ian me mira con ojos de cachorro para que salgamos pero yo me niego.

—Lo siento —susurro.

El bufa y aprieta sus nudillos. —Sal fuera después, quiero hablar contigo —Es lo último que dice antes de dejarme en manos del vampiro.

Terry agarra una de mis manos y me mira fijamente.

—Estás muy guapa.

—Gracias —susurro indiferente, aunque en realidad el también está demasiado guapo. Lleva un traje negro que resaltan sus ojos verdes.

— ¿Hasta cuándo dejaras de odiarme?, es más ¿Por qué me odias? —Inquiere.

París  de — The Chainsmokers Empieza a sonar y Terry solamente me coge ambas manos, mientras se mueve de un lado a otro.

—Te odio por lo que eres —respondo sin pensarlo—. Quizás nunca deje de odiarte, has puesto mi vida en riesgo….

—Muchas veces —Me corta.

Sonrío pues esa frase ya está demasiado trillada por mí.

—Tú lo has dicho —murmullo.

Sus manos pasan a mi cintura y yo rodeo su cuello. Empezamos a dar vueltas.

—Ya te he dicho que lo siento. No está en mis manos hacerte daño.

Me eleva del suelo, dando una vuelta completa conmigo en los aires.

—Sé mi amiga, Kiara. Por favor.

Un nudo se forma en mi garganta. Mientras me deposita en el suelo.

—No puedo prometértelo…

La canción termina y me abraza con fuerza.

—Atrévete a conocerme, luego decides si quieres estar conmigo o no.  

Me suelta, no sin antes dejarme un beso en la mejilla y luego se va.

¿Por qué todo en mi vida tiene que ser tan complicado?

Salgo del gimnasio y me dirijo hacia la zona verde. Vislumbro un bulto negro y puedo ver que es Ian apoyándose en el tronco de un árbol.

—Pensé que no vendrías —habla tomado una postura recta y un poco ¿Alerta?

Le sonrío. —Nunca rompo mis promesas —Me mira extrañado—. Y bien, ¿De qué querías hablar?

Se acerca con paso firme hacia mí. Su mirada es oscura y su rostro está demasiado lúgubre.

Retrocedo hasta que siento mi espalda chocar contra un árbol.

Sonríe.

—Ven vamos al bosque, necesito aclarar mi mente para poder decirte.

Toma mi mano sin mi permiso y me hala con él, internándonos en las profundidades del bosque.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top