16| Gracias por salir conmigo.
Capítulo 16: Gracias por salir conmigo.
—Bien, tenemos solo esta tarde para encontrar ese vestido —dice Jazmín viendo su reloj.
Estamos en el centro comercial buscando mi ropa para el día de mañana. Jazmín insiste en que debo utilizar vestido, aunque yo prefiero unos jeans, camiseta y zapatillas; pero mi mejor amiga es amante de lo cliché y ahora andamos en busca del maldito vestido.
Entramos a una tienda y Jazmín saca de varias percheros unos vestidos demasiados ostentosos para mi gusto.
Blanqueo los ojos.
—Pruébate estos —dice tirándome tres vestidos.
Suspiro y entro al probador.
Miro los tres vestidos y agarro uno cuya falda es negra, estilo campana y la camisa es rosada. En la cintura está rodeada por un cincho con incrustaciones de diamantes falsos.
Repito, demasiado ostentoso.
Salgo del probador, aún con problemas en el cierre del vestido y Jazmín pega un gritito cuando me ve.
Exagerada.
— ¡Mírate! —exclama— Estás divina.
Doy media vuelta y me veo en el espejo. La verdad es que me queda bien, pero creo que no es el indicado para una cita adolescente, más bien es para salir a fiestas de galas y todo eso. Aunque sea corto.
—No me gusta —digo mordiendo mi labio—, demasiado ostentoso. Quiero algo casual.
Jazmín ladea su boca.
—Tienes razón, pruébate los otros.
Vuelvo de nuevo al vestidor y me mido los otros.
Pasamos así un largo tiempo, visitamos distintas tiendas pero no encuentro el que me gusta. Finalmente pasamos por un Starbucks y pedimos unos frapuccinos.
—Te lo dije —digo sorbiendo—, es mejor un jeans y...
—Nada de eso —interrumpe Jazmín—, encontraremos el adecuado.
Blanqueo los ojos fastidiada.
Miro a mí alrededor y localizo una tienda con el vestido perfecto para mí.
Es blanco, con tonos entre rosado pálido y naranja suave en la parte de la falda. Tiene un cincho café en la cintura, y aunque en el maniquí se vea demasiado corto, estoy segura que tienen la talla perfecta para mí.
Y lo mejor es que puedo utilizar zapatillas, sandalias o converse. No tacones.
Una sonrisa se extiende por mi rostro.
—Jazmín, creo que encontré el vestido.
🌹🌹🌹
Al llegar a mi casa, pongo las bolsas en mi cama y me voy directo a la ducha. Cuando salgo, me coloco mi pijama y me tiro en la cama. Agarro la bolsa y miro nuevamente el vestido.
Estoy nerviosa.
Tiro la bolsa y esta rebota contra el escritorio donde tengo mi laptop. Del escritorio cae algo. Asustada me levanto pensando en que quizás lo que cayó era mi pobre computador.
El corazón me late a mil por hora y cuando me agacho para ver lo que se ha caído veo que es un libro y no mi laptop.
Suspiro aliviada.
Cojo el libro y veo que es el que venía dentro de la caja con la rosa de regalo. Regalo, que ahora creo que proviene del imbécil de Sullivan.
La sangre me hierve de solo pensar el beso que me dio.
Maldito.
Con el libro en mis brazos, me siento con las piernas cruzadas en el colchón de mi cama y lo abro. Del interior sale volando un pedazo de papel y cae al suelo.
Pongo el libro a un lado y me agacho para recogerlo.
"De sangre me alimento,
Los humanos son mi presa,
De color cambian mis ojos,
Colmillos y garras son mi defensa"
Frunzo el ceño al leer dichas palabras.
Voy hacia mi estante y saco el libro de mitología que pedí prestado en la biblioteca. Lo abro y empiezo a buscar el índice cuando algo hace "Clic" en mi mente.
Un fuerte dolor de cabeza me ataca. Recuerdos vienen a mí.
Sangre.
» Se relame los labios y se lanza hacia mí haciendo que caiga al suelo y el quede encima de mí.
»–No es sangre, es jugo de fresa.
Ojos.
» Tiene los ojos profundamente rojos, las comisuras de sus labios están rojas y su ropa está hecha jirones.
Colmillos.
»Terrence posa su boca sobre mi herida y lame...
...Se dirige hacia mi cuello lamiendo y puedo sentir como algo picudo quiere traspasarme la piel
Agarro mi cabeza pues el dolor es insoportable. Las definiciones de los distintos seres mitológicos que leí vienen a mi mente.
»Unicornios: Caballos con un cuerno en la frente.
»Vampiro: Mamífero Quiróptero... Criatura de la noche... Su vida es a base de sangre humana...Principal característica: Ojos rojos...
»Sirenas: mujeres mitad peces, que cantan a los marineros...
Sangre, Ojos rojos, Criatura de la noche...
Salgo del trance en el que me encontraba y miro el libro de donde provenía la nota.
Criaturas de la noche.
—De sangre me alimento —murmuro leyendo la nota—, los humanos son mi presa, de color cambian mis ojos, colmillos y garras son mi defensa...
—Vampiro —musito sintiendo mi rostro pálido— ¡Me besó un maldito vampiro! —grito espantada.
Me relacioné con un vampiro... Lamió mi sangre un vampiro...
¡No, no, NO! Voy a volverme loca.
— ¿Kiara estás bien? —grita mi madre desde el otro lado de la puerta.
Reacciono y hago una bola el papel lanzándolo en algún lado de mi cuarto, tiro el libro y abro la puerta. Ahí está mi madre aún con su bata de doctora y sus lentes puestos.
— ¿Estás bien? Oí gritos y... —Su mirada se detiene en mi rostro— estás pálida.
Asiento asustada y ella me lleva volando hasta su oficina.
Toma mi temperatura y ve que está normal, toma mi pulso y revisa que todo esté bien. Físicamente lo estoy pero ¿Mentalmente? Soy un caos.
—Solo es un dolor de cabeza, mamá —digo hablando por primera vez.
Entrecierra sus ojos y me da un sobre de aspirinas para el dolor. Subo de nuevo a mi habitación y me tiendo en la cama.
›› Vampiro —susurro—, Terrence es un vampiro.
🌹🌹🌹
***—Eres una idiota Kiara Escucho una voz— ¡Cuando aprenderás a mantenerte alejada de los problemas!
Siento como me depositan en algo suave y yo estiro la mano, en busca de algo. Alguien la toma y se la pasa por su rostro. Su rostro es liso, frío y suave.
—Aléjate del peligro, por favor —dice sollozando— Aléjate de mí. ***
Despierto agitada. Otra vez ese sueño... sin embargo, esa voz...
Esa voz es de... él.
—No puede ser —murmuro.
Tomo mi celular y el reloj marca las doce del mediodía. Me levanto y voy directo hacia la ducha, me miro en el espejo y veo unas grandes ojeras embelleciendo y adornando mis ojos.
Nótese el sarcasmo.
Lavo mi cabello, me enjabono el cuerpo y después dejo que el agua me limpie. Tomo mi bata y salgo de la ducha, en el cuarto de mi madre oigo que alguien canta. Me dirijo hacia ahí.
— ¿Mamá? ¿Qué haces aquí?
— ¡Oh! Kiara —sonríe—. Tengo turno en la noche. Veo que despertaste.
—Ajá... oye mamá —Juego con mis dedos—. Yo... Alguien me invito a salir ¿Puedo ir verdad?
Al escuchar mis palabras los celos de mi madre se activan.
— ¿Salida? ¿Quién es? ¿Dónde vive? ¿Lo conozco? ¿No es asesino en serie, verdad? ¿Vendrá por ti?...
Río ante el cuestionario oral que hace mi madre.
—Calma mamá, solo es un amigo —digo.
Un amigo que intentó besarte y tú casi le correspondes.
Shhh, ahora no.
— ¿Nombre? —Alza su barbilla.
—Ian, Ian Lightdale.
—No lo conozco —Cruza sus brazos.
¡Ay no! Si sigue así no me dejará ir.
—Es estudiante de intercambio, vino hace poco. Por favor, Shailene —Junto mis manos y miro a mi madre con ojos de cachorrito abandonado.
Suspira.
— ¿A qué horas vendrá por ti?
Esa es muy buena señal. Si que sí.
—A las cuatro —Empiezo a bailar interiormente.
—Bien, puedes ir pero a las ocho te quiero aquí.
— ¡Yeih! Gracias mami —digo lanzándome hacia sus brazos.
—Si, si ya vete.
Salgo de su habitación y voy a la mía. Solo tengo alrededor de dos horas para alistarme. Seco mi cabello y me hago algunas ondas en las puntas. Me pongo el vestido y agarro una cazadora de mezclilla, miro mis zapatillas y las cambio por unas converse blanca.
Listo.
Miro la gaveta de mi tocador donde se encuentra maquillaje. Dudo si usar o no. Ya que no suelo utilizarlo.
Nah.
Decido que al natural me veo mejor. Sin embargo, aplico un poco de corrector de ojeras bajo mis párpados, pues tampoco puedo ir como un zombie. Termino y reviso mi celular, pendiente de algún mensaje de Ian pero este no da señales de vida.
Suspiro y me dirijo al alféizar de la ventana, viendo hacia la calle. Escucho un ruido y un auto color gris se asoma y se estaciona justo en frente de mi casa.
¿Quién será?
Espero a que el dueño del auto baje pero no lo hace. Me aparto de la ventana y voy a la habitación de mi madre a preguntarle si espera a alguien.
Toco con mis nudillos y espero a que abra. En lo que espero, la melodía de un celular se escucha en mi cuarto, así que, salgo corriendo y cojo el celular pero la llamada ha terminado. Sin embargo, el identificador de llamadas dice que es Ian.
Sonrío, tomo mi cartera y bajo —literalmente— corriendo las escaleras.
— ¡A las ocho, Kiara! —grita mi madre.
— ¡Vale! —contesto.
Salgo a la calle y veo el coche aparcado, con la puerta del copiloto abierta. Una sonrisa de estúpida se plasma en mi cara y corro hacia el auto, apenas toco la puerta mi móvil empieza a sonar. Lo saco de mi cartera y contesto sin ver quien llama.
— ¿Sí? —me adentro al auto sin mirar a mi lado.
—Kiara —Se escucha la voz de Ian agitada.
— ¿Ian? —respondo confundida.
Un escalofrío sacude mi cuerpo, cuando la puerta del piloto es abierta. Dejo de escuchar a Ian porque mi celular ha resbalado de mis manos. Miro hacia mi lado derecho y veo a un chico de cabellera castaña, gafas oscuras y vestido de negro, sentado y sonriéndome maliciosamente.
— ¿Kiara? —Se escucha la voz en el móvil.
El chico se quita las gafas y deja ver sus relucientes ojos color ámbar.
—Gracias por aceptar salir conmigo, Kiara.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top