Capítulo 2: Planes de un dragón.


En el mismísimo castillo de Carterlot mientras los guardias hacían sus rondas, la princesa de la noche hacia sus actividades reales y el resto de los ponis dormían alguien permanecía despierto. Aun siendo un invitado de la misma princesa y asistente de su alumna, era relegado a dormir en una mísera canasta como si de un perro se tratase. La oscuridad y el silencio de la habitación eran su cómplice, justo lo que necesitaba para aclarar sus ideas.

Pensó en Joe, no solo como un amigo sino como un aliado. La idea de tener un sequito que cumplieran con sus órdenes le parecía algo exquisito y algo que facilitaría su llegada a ser algo por encima de MUDA.

Luego fijo su pensamiento en su señor, evidentemente DIO es más fuerte e inteligente que él y el pequeño dragón tenía que estar a la altura de su Dios. Decidiendo entonces que le pediría ayuda para superarse y estar más cerca de él, había un montón de cosas que podría aprender y con ello llegar a su objetivo. Y una de esas cosas era conseguir esa extraña habilidad que DIO poseía, hasta el momento él no le había revelado que era pero estaba más que decidido a mostrar su valía ante él y con ello, conseguir un poder para ascender las escaleras del trono.

Aun así, algo le hacía falta, y no era muy difícil de deducir. Era el dinero, eso era lo que le faltaba, no podía ser alguien poderoso sin riquezas ya que incluso a su corta edad era consciente de que este movía al mundo. Si lograba acumular un gran botín podría utilizar sus ingresos para esparcir su dominio no solo sobre el reino sino también sobre el mundo. Por el momento, la única opción viable era trabajar, posiblemente en Canterlot donde la alta alcurnia vivía y quienes le darían una buena paga por sus servicios. Luego cuando tuviera más poder podría deshacerse de dichas ataduras y conseguir capital de otro modo.

La idea de tener un alto ingreso económico lo hizo fantasear con una gran mansión, rodeado de yeguas que lo complacían hasta con el más mínimo capricho. Así fue como recordó lo que le había prometido a su señor, un lugar al cual llamar hogar, uno no solo habitable sino digno de la presencia del gran DIO. Si, encontrara un lugar así lo compraría para hacerlo suyo y de su amo.

Por ultimo su mente recordó los elementos de la armonía, aquellas reliquias místicas son increíblemente poderosas por lo cual tendría que mantenerlas intactas y solo en el momento en que decidiera sobreponerse a Celestia tendría que destruirlas. Sus portadoras por otro lado, eran algo muy distinto, cada una tenía sus habilidades pero tres de las seis miembros las consideraba una amenaza verdadera. Fluttershy con su "mirada" era capaz de paralizar a cualquier animal, quizás una habilidad algo tonta pero que la más tímida de las portadoras pudiera frenarlo era algo molesto. Después de ella, venia Twilight, si hubiera un concurso de sabiondos ella ganaría por amplio margen y debido a ello también era alguien a tener en cuenta. Sus extensos conocimientos tanto sobre la magia como general, la volvían alguien muy difícil de combatir o engañar. Pero ninguna de las dos podría compararse con Pinkie Pie, ella podía ser descripta como una amenaza completa a sus planes en letras mayúsculas. El destino mismo, anticipándose a él o por mero capricho, la había dotado con una capacidad de romper barreras tanto físicas como lógicas. Un claro ejemplo de ello era su así llamado "Pinkie Sentido" o las innumerables veces que logro actos que ningún poni podría. Por lo tanto, con eso en mente, ya sabía que hacer... ella sería la primera en ser eliminada.

El dragón entonces se acomodó y se tapó para dormir plácidamente, preparándose para la llegada de otro día y con ella otra oportunidad de superarse. La mañana empezó con el desayuno, algo que al dragón le desagrado, debido a que era algo molesto para el que sus ex amigas estuvieran en su presencia. Después de llenar sus estómagos, el grupo se despidió de las princesas para tomar rumbo a ponyville mediante un viaje en tren. La estación de tren estaba bastante concurrida, por lo cual, Spike dio un chequeo rápido a su entorno para buscar algo con que entretenerse. Y ahí lo diviso, un puesto de periódicos, nunca antes habría leído uno por cuenta propia pero ahora tenía una motivación para ello. El conocimiento es poder dictaba un viejo refrán, así que el estar al tanto de la situación del mundo en que vivía sería de gran ayuda para planes futuros.

_Twilight ¿me prestarías algunos bits para comprar un periódico?_

_Claro, aquí tienes. Ya decía yo que en algún momento brotaría tu amor por la lectura._

Fue caminando hasta el puesto y compró el periódico del día, decidiendo que lo leería durante el viaje en tren. Para cuando se reunió nuevamente con el grupo, el tren ya había arribado y el pitido del avisador anunciaba que partirían en un rato. Spike decidió sentarse unos asientos alejados de las chicas para leer en paz el periódico pero no pudo evitar escuchar cierta frase que había dicho su compañera de cuarto y hogar. La cual consistía en lo alegre que estaba que su hermanito estuviera leyendo y que esperaba que en algún momento le agradeciera todo lo que había hecho por él.

_El único mérito que tienes es el de haberme enseñado a leer, maldita hipócrita. Y ni pienses que te daré un gracias por utilizarme como tu mayordomo durante una gran parte de mi vida._ Pensó para sus adentros.

Enfoco su atención en las noticias financieras de Equestria, por el momento el mercado parecía ser bastante estable con algún que otra subida del valor del bit. Entre otras noticias como apertura de nuevas tiendas o eventos de interés público algo que no llamaba la atención de nuestro dragón. Pero había una en especial que si presto atención, una sección que ocupaba toda una página, la cual mencionaba como una modelo famosa tenía intenciones de hacer su vida de casada en Canterlot.

-¿Una posible contribuyente a mis planes?... Veré más tarde que se me ocurre contigo.- Fue lo que pensó viendo la fotografía de la yegua junto a su esposo.

Siguió hojeando las páginas hasta que diviso una sección, un apartado con poca información, algo bastante raro e inusual de ver. El enunciado decía: Busco tema de conversación, si está interesado diríjase a la siguiente dirección: Calle 1 e/ Boulevard Night Sky y Calle 4, Nº 7.

-Mmmm... lo tendré en cuenta.- Opino para sí mismo, algo de aquella dirección le parecía familiar, tal vez en algún otro momento se daría a la tarea de ir para allí.

Volvió nuevamente a dar vuelta las páginas del periódico hasta que otro encabezado le llamo la atención, este explicaba una serie de robos en Canterlot. Se sospechaba que el ladrón era un unicornio debido a que muchas de las veces que los guardias acorralaron al perpetrador este desaparecía sin más enfrente de ellos sin dejar rastro.

-Interesante, muy interesante. Jamás pensé leer de un robo y más tan cerca de donde vivo.- Dijo para sus adentros cuando el silbido de un silbato llamo su atención.

-Estación de Ponyville, repito Estación de Ponyville.-

Con aquel aviso tanto el cómo el grupo de la armonía descendió del tren, a medio camino de llegar a la biblioteca Twilight le informo que se iría con las chicas de comprar por lo que se quedaría solo cuidando su hogar. Este solo asintió y fue directo a la casa-árbol para disfrutar de su soledad. Se sentó en un sillón y reflexiono sobre su vida, desde el inicio de esta solo fue el instrumento de alguien más. Su propia concepción solo sirvió para que la unicornio con la que convivía se volviera alumna de su majestad, luego fue criado para ser su asistente... no, su esclavo era la palabra correcta. Aun siendo denominado un "Bebé" este demostraba ser más despierto en asuntos que un joven potrillo, incluso podría compararse a un semental adolescente cercano a la edad adulta... pero no, el siempre sería un bebe a los ojos de las portadoras, alguien indefenso, alguien inútil.

Recordó aquel día, el día en que decidió alejarse de ponyville después de un accidente. Un accidente del cual habían inculpado, esa noche decidió irse de aquel lugar que llamaba hogar. Lo habían traicionado a la mínima oportunidad, ni siquiera sus autoproclamadas amigas lo apoyaron, pero esa noche había conocido a DIO. El único ser que no lo veía como un inútil o indefenso bebé dragón sino como un amigo alguien en que podía confiar, y en este mundo el único ser capaz de posar al lado de un Dios.

-Ahora bien... ¿qué debería hacer con toda esta información que me ha llamado la atención?- Dijo observando el periódico. –Lo mejor que puedo hacer ahora, es investigar... enfrentarme ahora a un posible ladrón o encarar a una celebridad no parece nada conveniente. Supongo que solo me quedas tu dirección misteriosa, en cuanto pueda te daré una visita quien quiera que seas.-

La oscuridad del recinto le permitió pensar a gusto hasta que un escalofrió recorrió su espalda.

-¿Cuánto tiempo ha estado esperando, mi señor?

-Hace un buen par de horas Tatsu, pero eso no importa ahora, puedo ver que no has perdido el tiempo. El periódico es buena fuente de información.-

-Sí, esto me mantendrá al tanto de lo que pasa en el mundo. Mi señor DIO ¿puedo preguntarle algo?-

-Claro que puedes.-

-¿Qué es ese poder que usted tiene?¿Acaso yo puedo tener un poder similar?-

-Tatsu... todo acerca de mi poder será revelado con el tiempo. Pero lo que sí puedo decirte es que cuando demuestres estar listo te otorgare un poder similar.-

-Gracias, DIO.-

Después de aquella pregunta, tanto DIO como Spike comenzaron a conversar hasta que la el sol empezó a descender.

-La noche se cierne sobre nosotros Tatsu, es momento de que me vaya.-

-Entiendo DIO ¿nos veremos en otro momento?-

-No dudes en que así será, joven dragón. Siempre estoy vigilándote, y hasta ahora no me ha decepcionado.- Comento mientras una leve sonrisa se formaba en su rostro.

Y así como apareció, el vampiro se había esfumado. La posibilidad de ser tan poderoso como él lo había incentivado a una sola cosa, debía ser fuerte, ser digno de obtener el favor de aquel secreto, de aquel poder que solo alguien como DIO poseía.

Su compañera había llegado, exhausta por pasar tiempo con sus amigas, el bebé dragón preparo la cena para que ambos luego se fueran a dormir. Nuevamente la ira del reptil se hizo notar en su mirada mientras veía a la unicornio dormir, ella disfrutaba de una cama para ella sola mientras él tenía que acurrucarse en un canasta para poder conciliar el sueño. Recordó entonces cuando aún vivía en Carterlot, como aquellos nobles y ponis que se hacían llamar así misma de culta despreciaban con su mirada a un aún más joven dragón. La presencia del reptil les provocaba asco, muchos se preguntaban como un animal como ese tenia permitido caminar entre ellos. El casi había olvidado ese sentimiento pero ahora era más que vivido en su memoria, sonrió con la idea de ver a esos petulantes ponis besarles los pies mientras el estrujaba sus cabezas contra el suelo. Si, quería sentir aquella superioridad algún día, y ahora más que nunca ese deseo podría cumplirse estando al lado de DIO.

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