002
—¿Ye Won? -repitió- “¿la persona que huele a oro?” -preguntó un Jin Woo bastante confundido.
—Nunca he olido o escuchado de algo así. -afirmó Moon Bin bastante consternado.
—¿Existe algo de lo que ni siquiera tu conozcas? -cuestionó Jin Woo con burla en sus ojos.
—Estoy realmente seguro. -afirmó San Ha, captando la atención nuevamente- “Ye Won”. En cualquier caso, esa chica... podría ayudarnos a encontrar la flor. Tenemos que encontrar a Ye Won.
Dicho esto ambos asintieron para desvanecerse en el aire y desaparecer, dejando a un solo personaje sentado, pensativo al respecto.
[....]
Enfrente de aquella institución casi desierta, se encontraban aquellos dos jóvenes a la par.
—Parece que ya se han ido todos. Oye, ¿este es el lugar? -preguntó Moonbin.
—Eso creó. Vamos a esperar un poco más. -afirmó Jinwoo.
—¿Qué es esto? -un atento custodia vió dos espaldas desconocidas enfrente de su colegio- ¿Quiénes son ustedes? -y tomandoles a ambos por los hombros reprendió- ¿Qué estan haciendo enfrente de la escuela? -ambos muchachos sarandeados con reprensión voltearon a verlo—¿Jin Woo?, ¿Moon Bin?
Ambos jóvenes se miraron entré si para volver hacia Myung Joon.
—¿Maestro? -cuestionaron al unísono.
[....]
—¿Así que finalmente San Ha esta buscando convertirse en el señor? -él mayor sonrió como buen padre orgulloso de su primogénito- Pero la flor no aparecerá por más que él la busque.
—Aun no estamos seguros, pero creemos que una chica llamada “Ye Won” podría ayudarnos a encontrarla. -respondio Jinwoo.
—Él dijo que el aroma de ella era de “oro” y que sabe mucho sobre flores. -comentó Moonbin con certeza.
—Ya veo. -sonrió Myungjoon.
—¡Oye!, ¡Kim Ye Won! -los tres voltearon ante tal grito- Kim Ye Won, ¡dije que nos íbamos juntos! No me escuchas... -Changsub llegó hasta ella quitándole un aurícular de la oreja- ¡Oye! Siempre haces esto, por eso no escuchas cuando te...
Suspiro rendido ante el semblante de ella, alzo el rostro y sonrió estirando el auricular en su propia oreja.
—¿Qué estas escuchando?, Yewon, ¿qué tal si voy a comer a tu casa? -siendo este arrebatado de un solo tirón por la contraria.
—Estas loco... -se adelantó ignorandole.
Cada parte de su cuerpo era lentamente analizada por esos dos jóvenes. Su rostro, sus ojos, el cabello corto, su estatura y medidas; claro que la placa de su nombre en aquél uniforme sobresalía, por debajo de aquella actitud que portaba.
Ambos asintieron al unísono para voltear ante su mayor.
—Nos iremos primero. -confirmó Jinwoo acompañado de una reverencia por parte de ambos y asi, marcharse.
—Finalmente, la búsqueda de la flor a empezado. -sonrió Myungjoon.
[....]
Aquel pie era una oposición severa ante el deseo furtivo de cerrar la puerta.
—Te lo estoy diciendo en serio, ¡vete!
—¿No pueden los amigos comer en la casa de otros amigos?, ¿por qué estas tan a la defensiva conmigo?
—¿Por qué tratas de entrar a la casa de una chica sola? ¡Vete de una vez!
—¡Por eso mismo! ¿qué pasa si te encuentras con un vampiro?
—¿Qué?, ¿un vampiro? ¡Eres más peligroso que uno!
—¡Yahh! -ambos forcejeaban por no ceder ante esa puerta.
—¿No planeas irte? realmente voy a cerrar esta puerta, no sera mi culpa si se rompen tus manos, ¿entendido?
—Espera...
—Uno, dos, -antes de oir el último número del conteo, Chang no dudo en retroceder, cayendo sobre su trasero- ¡tres!
—Aigoo... -se quejo con un mohin para levantarse del suelo- ¡Que chica tan malvada! ¿por qué es tan obstinada? Ya lo vera, algún día voy a entrar. -sonreía para marcharse.
La pequeña Yewon ganó la batalla. Pero no sabia que tres personas más se encontraban observando la secuencia, esperando que quedará completamente sola a su acecho.
—¿Es la casa de allá? -preguntó Sanha.
—Si. -respondieron ambos.
Yewon se encontraba colocando una curita cuidadosamente en su dedo cuando el timbre sonó, soltando un largo suspiro.
—Ah, ese Lee Chang Sub, realmente te voy a hechar esta vez. -se levantó apresurada para abrir aquella puerta llena de furia—¡Oye...! -quedando estática al ver aquel rostro completamente desconocido para ella- ¿Quien eres tú?
Sanha por el contrario, sólo entrecerraba sus ojos analizandola por completo.
Ella hizo memoria, se forzó en buscar entre sus escasos recuerdos pero lo consiguió. Recordo aquella pelea bajo el túnel de regreso a su casa, ¡bingo! su rostro volvía aparecer.
—El de la otra vez... ¿el de la pelea? -el contrario sonrió para abrirse paso e ingresar a la casa, ocasionando una risa incrédula por parte de de lo que ella veía—Agradezco que me ayudarás la otra vez, pero... ¿cómo encontraste mi casa?, ¿me conoces?
Yewon lo seguia por detrás mientras él coroboraba toda la sala, completamente desordenada, se ha de comentar.
Al notarlo Ye sintió una gran verguenza invadirla sin saber por dónde comenzar.
—Disculpa, ¿podrias por favor quitarte los zapatos?
Sanha levantó del sillon aquel brasier recien comprado, dejando completamente helada a la contraria.
—¡Oye! ¿qué estás haciendo? -quien corriendo se dispuso arrebatar aquella prenda íntima de entre sus manos, sin medir la fuerza y velocidad, tropezando una vez lo consiguió. Él la sujeto evitando dicha caida, dejando reducido aquel minimo espacio personal.
Los ojos del más alto se volvieron rojizos por un momento.
—¿Va-vampiro? -y la dejó caer en aquel sillon- ¿Qui-quién eres? ¿qu-qué crees que haces? -tomo una percha que estaba tirada en los almohadones para defenderse- Vete ahora mismo... o... ¡llamaré a la policia!
Llena de panico quiso tomar su móvil que yacía en la mesa ratonera de a lado, pero este salió disparado a la mano del contrario. Como si se tratara de un imán siendo atraído por el magnetismo de otro.
Yewon se levantó rapidamente para correr hacia la puerta pero él se teletransportó delante suyo, con miedo le esquivó para avanzar lo más lejos que pudo, su habitación, cerrando la misma con traba e intentando recuperar el aliento.
—¿Qué rayos fue eso? -respiraba desveladamente- ¿Él realmente no es humano? él... ¿de verdad es un vampiro? -rapidamente negó con su cabeza- No, no, debo estar loca. -golpeando levemente sus mejillas- Esto no puede ser.
Volteó despacio para ver aquella puerta que los separaba. Tragando con dificultad.
—Realmente eres una mujer problemática.
Asustada, antes de poder intentar correr lejos de aquella situación indeseada e inimaginable; fue sujetada de ambas muñecas siendo lanzada sobre su cama.
—¡Oye! ¡déjame ir! -se sentia realmente perdida- ¿Qué es exactamente lo que quieres?
—Encontrar la flor del vampiro que los humanos robaron hace cientocincuentena años. -su mirada era tan filosa que conseguía realmente intimidar a la pequeña.
—¿La flor... del vampiro?
«Muestrame el camino, por favor, detenme, déjame respirar.»
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