Capítulo 25: Descubiertos
Lisa
—Wow, la novia de Ariana es muy bonita —comentó Kyle, mientras bajábamos del barco.
Habíamos llegado a Isla de Pascua y todos bajaríamos juntos como lo habíamos hecho en Punta Arenas.
Ariana se estaba despidiendo de su nuevo interés amoroso, ya que, no podía bajar del barco.
—No es su novia, solo le gusta —le dijo Shaun—. Todavía puede salir mal.
Le di una sonrisa a Shaun disimuladamente, la cual él respondió con una sonrisa también.
Luego de ver llorar a Elsa, algo que sólo sucedía cada mil años, le había pedido ayuda a Shaun para que entre ambos pudiéramos evitar el tema de la enfermera en el grupo.
Elsa había estado más callada de lo normal y sabía que también se había avergonzado de llorar. Siempre pasaba lo mismo cuando lloraba frente a mí.
Yo sabía que Elsa no lloraba frente a mí no porque no me tuviera confianza, sino porque odiaba que cualquiera la viera. Siempre lloraba sola en su cuarto y se consolaba sola, pero esa vez no había podido aguantar, además de que no tenía un cuarto separado.
Sinceramente, esperaba que el bello ambiente de la isla la ayudara a sentirse mejor, pero por cómo la veía... ni siquiera se percataría de las maravillas que tenía enfrente.
Debido a que la isla era pequeña, era simple poder conocerla casi completa en un día. Empezamos por los dos volcanes, los cuales eran sorprendentes, en especial uno en el que, si te parabas muy a la orilla, sentías que podías caer y morir... sí, una excelente descripción.
Por supuesto, vimos los moáis más importantes. Era sorprendente pensar que algo tan grande y pesado se había construido por personas que ni siquiera tenían un martillo.
Mientras mirábamos unos de los grupos alineados de más moáis llamado Ahu Togariki y Ariana sacaba fotos con su cámara profesional, Amanda habló:
—La mayoría de los moáis se construyeron con piedra volcánica y se construían en la misma cantera, en un punto alto del volcán. Primero se tallaba la cabeza y les daban su forma básica y luego se separaba la pieza de la roca en la que estaban tallados y se trasladaba con cuerdas ladera abajo —comentó—. Ah, y si se caía, no se podía volver a levantar.
—¿Por qué? —preguntó Kyle.
—No estoy segura, pero creo que es porque no es digno o algo así...
Eso explicaba la cantidad de moáis que había en el suelo por varias partes.
Elsa se acercó a mí y susurró:
—No puedo creer que aprenda tantas cosas y aun no sepa la diferencia entre un horno y un tostador.
Yo solo reí. Amanda era un ser humano muy especial, pero eso hacía que me agradara.
Durante todo el día seguimos viendo los moáis y otros lugares importantes, hasta llegó la tarde y fuimos a la playa Anakena.
Anakena era una playa que parecía sacada del comercial de Kem Piña. El agua era tan tranquila, tibia y clara que parecía irreal. Además, había palmeras y un grupo de moáis atrás, los que le daban un toque aún más especial a todo el paisaje.
Cuando estaba parándome de mi toalla para meterme al agua una segunda vez, Shaun se me acercó.
—Dile a Ariana que te saque fotos en el agua, por favor.
—¿Me vas a pagar por ser tu modelo?
—Si tan solo a mí me pagaran por dibujarte, te juro que lo haría.
Le di una sonrisa divertida y fui con Ariana para pedirle unas fotos.
No me molestaba que Shaun me usara de modelo, de hecho, era todo un halago ser la inspiración de un artista medianamente conocido.
Cuando fue la hora de ir volviendo a crucero, le pedí a Ariana que me enviara las fotos lo más pronto que pudiera y así, luego yo se las enviaría a Shaun para que siguiera con sus dibujos.
Cuando estaba en mi cuarto, cambiándome para dormir, un mensaje llegó a mi celular.
Elsa ya estaba dormida. Debido a que en ese último tiempo no estaba muy animada, cada vez que llegaba a la habitación, no tardaba en quedarse dormida.
Tomé mi celular que estaba sobre mi cama y revisé de que era la notificación que aparecía en la pantalla. Era un mensaje de Shaun: "¿Puedes subir?".
Decidí no responderlo y solo subir a su cuarto.
Salí de la habitación con mucho cuidado para no despertar a Elsa y ponerla de peor humor aun, y caminé por las escaleras y pasillos hasta llegar frente a la habitación de Shaun.
Toqué la puerta despacio, pues no quería llamar la atención de nadie cerca, menos a esa hora.
Shaun no tardó en abrir la puerta y cuando me vio, una pequeña sonrisa se formó en su rostro.
—¿Qué pasa? —pregunté.
—Bueno, quería saber si querías pasar el rato...
Yo lo miré extrañada.
—Creí que lo de la otra vez había sido la primera y última —le recordé.
Desde esa vez no habíamos vuelto siquiera a tomarnos de las manos por accidente.
—Sí, pero si lo piensas bien, cuando bajemos de este crucero nunca nos volveremos a ver —argumentó.
Yo lo pensé un momento. Acostarme con Shaun podía poner en graves problemas mi trabajo, pero si sabía mantenerlo oculto, podría tener sexo gratis y dormir en una habitación mejor que la mía, en donde la marea no se sentía tan fuerte.
—Está bien, pero se acaba el crucero y desapareces de mi vida.
—Y tú de la mía... haciendo a un lado los dibujos.
—Hecho.
Ambos estrechamos nuestras manos y entré a la habitación.
[...]
Cuando desperté en la mañana, me vestí rápidamente y me arreglé un poco el cabello.
Había puesto la alarma más temprano de lo normal para que nadie notara que había dormido en algún otro lugar, además había puesto el volumen no muy alto para que Shaun no despertara.
Yo tenía un muy buen sentido auditivo, por lo que no necesitaba poner una canción estruendosa a un volumen escandaloso, solo debía dejar el celular cerca de mí.
Cuando salí del cuarto y cerré la puerta detrás de mí, lo primero que vi, fue a Kyle con una sonrisa en el rostro.
—Oh, no...
—¡Ja! —exclamó, apuntándome—. ¡Sabía que eras tú!... Shaun me lo negó y dijo que tus piernas eran insípidas y tu trasero escuálido, pero no le creí porque realmente tu trasero no es escuálido, es normal. Y con lo de piernas insípidas —lo pensó un momento—. No tengo idea de a qué se refería con eso...
Yo aún lo estaba mirando con una expresión de sorpresa y horror, pero él no parecía entenderlo porque seguía hablando sin parar.
—La tensión sexual entre ustedes se sentía hasta China, incluso me sentía como si mirara una película. Tan invisible como el público...
—¡Kyle!
—¿Qué?
—¿Qué haces aquí?
—Simple: ayer los vi hablando en el pasillo y los espié hasta que entraste a su cuarto, entonces entre a mi cuarto. Sé a la hora que se levanta la tripulación, por lo que puse la alarma una media hora antes y me quedé aquí esperando —explicó.
—¿Llevas aquí veinte minutos?
—Aja.
—¿Solo para poder encararme?
—Precisamente —sacó su teléfono del bolsillo del pantalón—. Ahora, déjame retratarlo.
Me sacó una foto, en la que además de salir horrible, debí salir bastante borrosa.
—Shaun me las va a pagar —aseguró, viendo la pantalla de su teléfono.
—Bien, ahora tengo que ir a trabajar —dije nerviosa—. No comentes esto con nadie más que con Shaun, ¿sí? Luego hablamos —le dije, comenzando a caminar.
—Claro. Nos vemos.
Sabía que Kyle no era increíble guardando secretos, pero al único ser que se lo podía comentar era a Shaun y bueno, él tendría que soportarlo hablando, no yo.
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