3.

Las tardes se hacían más cortas y los días menos largos, a la pequeña hada le costaba separarse de su estrella, y lloraba cada vez que esta se marchaba y aunque le dejaba un poco de su escarcha, no era suficiente para esta.

Volar era lo que quería y aquella estrella le daría eso y más si ella lo soñaba.

Acrab

Pertenezco a ti...

Sin importar las distancias...

Soy parte tuya desde el primer día en que te vi, enlazando mi corazón con el tuyo sin que te dieras cuenta, uniendo nuestros caminos así sea a la fuerza, tratando de alcanzarte desde esta tierra, desde este lugar simple y plano, vacío e incomprendido.

Soy parte tuya desde aquel instante donde nuestras manos se enlazaron, donde mis pies dejaron de correr para aprender a volar con tus labios, desde el primer momento en que tu luz ilumino mi oscuridad, desde el instante donde tú me enseñaste a volar sin alas solo con el alma, una pequeña alma que se hizo fuerte, que me hizo ser tuya sin oponerme...

Soy tuya desde el primer segundo en que pisaste la tierra...

Soy vuestra desde que me llevaste a conocer las estrellas...

Y ciento cuarenta y dos años no son nada, solo es un número que nos separa físicamente mas no por la eternidad.

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