silencio de una estrella.

Mi castigo por tus sueños, fue mi silencio.

Mi condena por tus deseos fue verte en sufrimiento.

Mi pecado fue amarte, y alejado de tu cielo me resigne a no adorarte.

Mi firmamento se volvió gris al escuchar tu llanto y los colores de mi vida se fueron opacando.

Con cada lágrima tuya me sumergía en un infierno.

Un infierno que para los dos parecía eterno.

Pero como todo no es eterno; poco a poco la luz empieza a alumbrar. Y tu sonrisa, esa hermosa sonrisa hacia que mis colores volvieran a brillar.

Su llanto empezó a desaparecer junto a aquel gris que me rodeaba en una nube de tortura al verte sufrir.

Confinado en un firmamento lleno de lamentos por tus sueños, pero todos valieron la pena por esa hermosa sonrisa.

Esa sonrisa que a la distancia ilumina mi vida, que era suya desde siempre.

Aunque no lo sabías.

Una pequeña hada que con un loco deseo me atrajo a su mundo, sin pensar que su vida eternamente sería mi mundo.