Cuentan las estrellas, que hace ya varios años una de ellas un llanto logro escuchar.

Cuentan los luceros, que el más indefenso de los destellos, bajo de los cielos para sus deseos poder hacer realidad.

Aquella estrella que parecía no iluminar en el firmamento, en esa tierra iluminó todo un firmamento.

Cuentan los astros que una pequeña hada se enamoró de aquel lucero, y le pidió poder volar alto, tan alto para poder estar junto a él en ese firmamento.

Lo que no sabía la pequeña hada, es que no siempre los deseos de las estrellas se hacen realidad.

Y a ella le toco pagar muy caro su deseo de poder volar.