Día 7: Problemas
Hermione terminó por resignarse a sentir "amor" por Draco Malfoy, la magia del anillo era tan antigua como ella y por ende la única solución era que él le quitarse el anillo. Descansaba cómodamente en el sofá de cuero negro del salón en la residencia de Theodore Nott.
— ¿Quién está ahí? — Inquirió Theodore en medio de la oscuridad del salón, las cortinas de los ventanales estaban cubiertos y la luz solar no llegaba a iluminar nada. Escuchó sonidos extraños, por lo que se vio obligado a salir de su despacho.
— Dijiste que siempre sería bienvenida en tu corazón — Hermione chasqueó los dedos para encender las luces, vio la expresión aterrada del hombre por ello le sonrió de tal manera que les mostró sus colmillos. Él era muy apuesto, tenía el cabello castaño un tanto revuelto y sus ojos de color verde podrían hipnotizar a cualquiera. — De esa manera me diste acceso a tu mansión.
Theodore quiso darse de topes contra la pared, había invitado a un predador a su casa sin darse cuenta. ¿Qué iba a hacer para mantenerse con vida? Así comiera muchos kilos de ajo no tendría ningún resultado, ella era inmune a todo e incluso la luz solar no era muy efectiva, a excepción por las mañanas y al mediodía. Sería muy evidente si trataba de liquidarla de esa manera.
— No te asustes, estoy aquí como la novia de Draco Malfoy. — La vampiresa le mostró su mano izquierda donde el ópalo del anillo resplandecía — Ya recibió el castigo que querías, casi se lo come un hombre lobo y un Kelpie, así que lo dejarás tranquilo o de lo contrario te cenaré.
— No haré nada, ya se me pasó el rencor, Mione. — Alzó las manos en señal de paz. — Es más voy a ayudarte en todo lo que quieras... mi casa es tuya... — El mago quiso morderse la lengua por las últimas palabras.
— Te tomo la palabra, ahora necesito que me lleves a Malfoy Manor, a Draco se le olvidó invitarme directamente — Hermione estiró en el sofá, era mucho más suave que el interior de su ataúd. — Ayer por la tarde peleamos porque al parecer tiene una prometida y por ello decidió no otorgarme acceso a su hogar.
Theo vio su oportunidad para seguir inundando de problemas a Draco, una manera de castigarlo por ser un jodido playboy, su lado malvado no tardó en florecer y con una inmensa sonrisa en los labios accedió —: Bien, te ayudaré e incluso te presentaré a tu rival. La prometida es Astoria Greengrass, suele actuar como una mujer dulce, pero que no te engañe es una serpiente astuta.
Draco maldecía su suerte en cada bocado que le daba a su gulash, estaba almorzando en compañía de la que pronto sería su familia política, los Greengrass, esperaba el momento adecuado para finiquitar el compromiso. Envidiaba la suerte de su hermano Armand, que estaba en el colegio y no tenía que soportar el ridículo chismorreo de Astoria.
— Señor, el señorito Nott la llegado con compañía. — Un elfo le habló al oído a Lucius Malfoy, pero fue escuchado por los presentes.
— Hazlos pasar, los recibiré en al jardín trasero. — Anunció el patriarca Malfoy.
— Yo iré, después de todo no puedo comer más la carne, está demasiado cocida. — Draco se puso en pie, hizo una rápida reverencia de disculpa. — Fui lastimado por un hombre lobo y prefiero mis comidas más crudas.
Se retiró con una sonrisa en los labios, eso sería suficiente para hacer desistir a los Greengrass del compromiso. Caminó apresurado hasta el jardín trasero, iba a romperle la cara a su amigo de toda la vida por enviarlo a morir a Valle Normal, pero escuchó voces a medida que se acercaba, debía ser la compañía con la que vino.
— Aún no ha perdido la apuesta. — Estaba seguro de que se trataba de Hermione. — Ha pasado días enteros en mi mansión, puede regresar a dormir y seguir pasando el mes conmigo y los seres que habitan a los alrededores de Valle Normal, es probable que esos le asunten más que yo.
Al llegar al jardín observó a la vampiresa sentada sobre la hierba apoyando su espalda contra la de Theo, usaba una sombrilla celeste para cubrirse de los rayos solares.
— ¿Cómo te enamoraste de él en menos de una semana? — Theodore la cuestionó mientras observaba una banda de palomas — Pensé que lo asustarías en el primer día y regresaría llorando a pagarme los tres millones de galeones.
Hermione alzó la mano donde reposaba el anillo — No lo comprenderías, sucedió tan rápido que ahora moriré si no estoy con él. — Aspiró el aroma y de inmediato supo que ya no estaban solos, se puso en pie. — Ha llegado mi serendipia.
Draco tuvo que caminar hasta ellos. — ¿Cómo es que estás en el sol y no te has convertido en cenizas?
— Soy resistente con esta sombrilla, Adonis — Le dio un guiño. — Te preocupas por mí, ahora vamos de regreso a mi mansión... — Le tomó de la mano para hacerlo desaparecer, pero de inmediato fue expulsada por los aires hasta estrellarse contra un árbol.
Astoria estuvo observando, conocía a esa mujer, siempre estuvo detrás de Theodore en sus años de colegio y ahora coqueteaba con su hombre, no iba a permitir que le robaran a su prometido, iba a atacar frontalmente desde el principio.
Hermione por su parte reaccionó mal en cuanto sintió el crujido de su espalda tras el golpe, su furia hizo que los cielos se nublaran, se puso en pie, arregló su vestido y sus ojos tomaron un brillo dorado con ellos observó a Astoria que estaba junto a Draco. Sintió mucha más ira al verla sostener el brazo del mago, sentía celos y eso no era nada bueno. Sus uñas empezaron a crecer al igual que sus colmillos.
— Te arrepentirás — murmuró, en cuanto la tuvo delante. — Has cavado tu tumba.
— No puedo moverme... — Astoria se quejó, los ojos dorados estaban en su mente. — ¿Qué eres?
Theodore por su parte estaba alejando a su amigo de las mujeres para que no resultase herido, el rubio estaba sorprendido por el actuar tan feroz de la vampiresa. ¿Iba a matarla? ¿Por qué actuaba así?
— Tu peor pesadilla. — Le mostró los colmillos, la tomó de la garganta y empezó a incrustar lentamente sus garras— y tú eres mi almuerzo.
— ¡Detente! ¡No lo hagas! — Exclamó Draco, una vez fuera de la conmoción, debían ser los celos de la vampiresa. Pensó rápidamente si antes logró llamarla con solo decir "vampiro", era probable que el anillo la obligase a obedecerlo por "amor", por muy aterrado que estuviera era una buena manera de sacarle provecho — ella no significa nada para mí.
La ira de Hermione se vio disipada, parpadeó un par de veces. El anillo la forzó a relajarse y detenerse. ¿Era esclava de un humano? Miró a Astoria los ojos —: Tú no recordarás nada de esto, te heriste sola.
Minutos después Lucius y Narcissa llegaron a los jardines traseros, vieron a Astoria siendo curada por Theodore, mientras Draco estaba siendo sostenido de las manos de una extraña mujer, no tan extraña para el patriarca que al verla sintió deseos de entregarle su corazón por la belleza que irradiaba, 16 años habían pasado y ella seguía tan hermosa como en ese entonces. En cuanto ella lo vio le regaló una sonrisa malvada que fue acompañada con el brillo escarlata de sus ojos, era claro que había elegido como presa a su primogénito. Narcissa supo que algo iba mal en cuanto aquella mujer le regaló una dulce sonrisa, no tenía idea de quien era, pero le hacía temblar con solo verla.
— ¡Suegros, he venido a llevarme a mi futuro esposo! — Hermione anunció en cuanto la pareja de esposo se acercó. — Soy Hermione Granger.
— ¿Futuro esposo? — Repitieron al unísono los presentes.
Hermione miró a los ojos de Astoria alzó su mano izquierda y les mostró el anillo. — Sí, me propuso matrimonio.
— No puede ser, él está comprometido conmigo. — Astoria se acercó a los señores Malfoy mientras presionaba un pañuelo contra su garganta — Yo soy la verdadera prometida y...
— Ha estado viviendo estos días conmigo en mi mansión, me ha ofrecido su corazón incontables veces, me ha dado obsequios deliciosos. — Se relamió los labios al recordar las paletas con sabor a sangre. — Y ya lo he visto completamente desnudo.
— ¡No reveles eso! — Draco le cubrió lo boca, iba a dar a entender otras situaciones. — No es lo que piensan...
— ¡Amo a Draco Malfoy! — La vampiresa lo abrazó y se acercó al oído de este para susurrar — Te dije que no podría manejar mi amor, libérame o de lo contrario te arrepentirás.
Entonces el mago vio su oportunidad perfecta para escapar de todo compromiso y los problemas, su padre sabía quién era Hermione e iba a usar eso a su favor. — Es verdad, le ofrecí mi corazón muchas veces, he estado viviendo con ella durante la última semana y fue quien me protegió del hombre lobo, por todo eso he decidido casarme con Hermione.
La vampiresa asintió una y otra vez, hasta darse cuenta de las palabras del jovencito, estaba feliz de oír esas palabras lo que era debido al poder del anillo. ¿Qué debía hacer ahora?
— Está embarazada. — Draco le acarició el vientre como si en verdad hubiera una criatura ahí. — No podemos ocultarlo más...
Ella alejó la mano — Eso no...
— No digas que no, cariño.
El poder del anillo le causó un fuerte impulso por aceptar lo que él decía a pesar de que era una completa mentira, ni siquiera sabía si su cuerpo podría engendrar algún día. — Es cierto — aceptó.
Lucius se desmayó al escuchar la afirmación, su idea era que Armad se enamorara de la vampiresa para romper la Maldición familiar, mas su primogénito resultó engatusado por ser inmortal chupasangre.
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