Día 28: Camino
Theo saboreaba una piruleta con sabor a mora, cortesía de su mejor amigo. Estaba concentrado observando un programa muggle, la TV resultaba ser más adictiva de lo que pudo haber esperado nunca, en especial por el deporte muggle que conocía como fútbol, ni siquiera estaba enterado de las reglas, pero rápidamente se hizo fanático del Liverpool, probablemente era por el color rojo de su uniforme. Le encantaba el color rojo y le daba igual si era el color de la casa rival de Slytherin, no era un niño para creer que un color era su enemigo (o el de su casa). Era divertido ver correr a los muggles, mucho más divertido que ver a Draco y Hermione zurciendo disfraces de Halloween para los niños.
Ian no podía creer que Theodore le fuera al equipo rival (cuando le había asegurado que no sabía nada de deporte), él era fanático acérrimo del Arsenal, pero rio al oír la vaga explicación sobre el color. Se dedicó a acariciar al gato fantasma que parecía haberle tomado mucho cariño, ya que no dejaba de ronronearle y mecerse en sus piernas.
—Necesito un dedal o me quedaré sin dedos — Draco comentó, luego de darse cuenta de que no tenía talento para el arte de la costura. La sangre fluía poco a poco y Hermione parecía no darse por aludida, el efecto de los arándanos debió haber pasado hace mucho tiempo, pasó su mano delante de la nariz femenina — ¿No se te antoja?
Ella estaba concentrada en la costura que la sangre le daba igual, además ya había comido suficientes dulces. — No como porquerías.
— ¿Porquería yo? Soy el mago más guapo de mi edad según la revista Corazón de Bruja — Respondió indignado.
— Un mago que olvidó que puede usar la magia para coser...
Fabio y Farid rieron por lo bajo mientras cortaban la tela a través del patrón que su madrina les había dado, era mejor que intentar coser para fallar estrepitosamente como su padrino. La escuela muggle les pedía asistir a la escuela con disfraces, así que en cuanto le dijeron a su padre este quiso comprarlos, pero la vampiresa se opuso rotundamente y lo envió a comprar los materiales para elaborar los trajes. A penas estaban a la mitad, faltaba un largo camino por recorrer para convertir los retazos de tela en los perfectos disfraces de Jack Skellington y Beetlejuice, ambos eran personajes excéntricos que encajaban perfectamente en la cultura de los magos.
Halloween sería una fecha importante ya que querían incitar a su madrina a pelar la manzana del amor frente al espejo, asimismo querían tomar el elixir de bruja que su madre dijo haber aprendido de su amiga vampiresa.
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