Día 25: Zombi

Fabio y Farid quedaron más que sorprendidos al darse cuenta de la existencia la sucursal de Sortilegios Weasley, había tantos artefactos mágicos, dulces, colores y objetos voladores. Jamás en su vida habían visto tanta magia y alegría junta, siempre les había causado curiosidad la tienda, pero parecía que muchos habitantes no la tomaban en cuenta por ello nunca tuvieron el valor de ingresar hasta que su madrina los llevó para conseguir un par de disfraces para su Halloween muggle.

Draco por su parte corrió al estante de dulces para comprar más de un paquete de paletas con sabor a sangre, además de un par de piruletas de mora para Theodore que lo miraba furioso por "abandonarlo" en la mansión el día anterior, tenía que buscar calmarlo como si fuera un niño pequeño, desde que tenía memoria siempre metía la pata y tenía que inventar mil maneras para conseguir una disculpa o el perdón.

Realmente odiaba pedir disculpas, pero lo hacía porque siempre metía las cuatro juntas, por eso estaba comparando paletas sangrientas, si supiera conectar su lengua al cerebro no estaría en una situación tan penosa. ¡qué había hecho? Decir que estaba dispuesto a hacer lo que fuera con tal que Hermione lo aceptara y sumado a ello dijo que le importaba una mandrágora que en menos de seis días ella desaparecería como un fantasma. No se arrepentía, pero hubiera deseado ser menos impulsivo y haber evitado besarla delante de los niños. ¡Había logrado avergonzar a la vampiresa! Ella lo estaba tratando con indiferencia hasta que consiguiera el autógrafo de los Gemelos Weasley, asimismo debía de lograr obtener un vale gratis y vitalicio en productos de la tienda. ¿Así o más difícil? ¡Los gemelos no le obsequiarían ni una piruleta! Iba a tener que usar sus habilidades animago y seguro que lo convertirían en su hurón mascota si deseaba conseguir cualquier beneficio gratuito.

Al salir de la tienda puso en brazos de Theodore los paquetes de dulces. Si no lo hacía hoy, probablemente huiría para arrepentirse por el resto de su vida, se despidió y fue por su automóvil, tenía que salir de Valle Normal para ir hasta la tienda central de S. W. Estaba tan enojado que cuando llegó a las riberas del lago no dudó en tratar de arrollar al maldito Kelpie que quería hipnotizarlo para comérselo, no iba a caer de nuevo en ese truco y menos cuando no tenía manera de llamar a Hermione.

Fred y George quedaron perplejos al ir el pedido de Draco Malfoy, estaba dispuesto a convertirse en la mascota de la tienda. ¡Era muy tentador! Iban años pidiéndole que lo fuera, pero este no cedía con nada, así que no iban a aceptar el trato que pedía a cambio tan fácil.

— No, ya tenemos un zombi de mascota — George señaló la entrada en la que un muy bien maquillado Lee Jordan recibía a los clientes.

— El zombi les servirá hasta Halloween, luego me necesitarán. — Draco estaba a punto de hincarse de rodillas, pero decidió apelar al lado humano de los gemelos Weasley, iba a manipular los sentimientos como buen Slytherin que era — En Valle Normal hay dos niños pelirrojos que perdieron a su madre, son huérfanos y apenas hoy conocieron las bromas de Sortilegios Weasley... ni siquiera todo el oro del mundo puede compararse con la felicidad que irradiaban sus ojos...

— Malfoy — Fred lo miró a los ojos tratando de encontrar algún rastro de falsedad o duda, pero estaba seguro que Malfoy ocultaba algo más — ¿Cómo se llama la mujer de la que estás enamorado?

— Hermione Granger, pero eso no tiene...

— ¡Un vampiro! — los gemelos corearon a la vez.

Draco quedó perplejo al darse cuenta de que hasta ellos conocían a la vampiresa con la que quería formalizar. — Sí una vampiresa que es un ser muy atractivo... y.... — Los vio ir a la trastienda para luego regresar con varias cajas que tenían la etiqueta "Vampiro" con las firmas de los gemelos — ¿Qué es eso? No me digan que la conocen muy bien...

— Lo haces por ella, ¿Qué más te pidió? — George preguntó mientras buscaba dentro de la caja. — ¿Esos niños son hijos de ella?

— Son sus ahijados y casi míos si consigo el vale de productos gratis de por vida... — Vio las inmensas sonrisas en los rostros de los magos, estaban disfrutando verlo enamorado, sabía que estaban pensando en que ese romance era lo mismo que ver a un tigre enamorarse de un león. — ¿Ve van a ayudar?

Fred le acercó la caja — Solo queremos que le lleves estos productos, queríamos lanzarlo para los vampiros y si ella los aprueba pensaremos en darte...

Los gemelos vieron al mago salir corriendo de la tienda, claro que si la vampiresa lo aprobaba ellos iban a convertir a Draco en su hurón mascota por un par de años, debió quedarse a escuchar el resto del trato. 

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