seis: miedo al comando.
━━━━━━━❪❄️❫━━━━━━━
Una ráfaga de viento nocturno transportó a Jack hasta la ventana de Sophie. Entró y llevó a la niña a su cama, deseándole un placentero descanso, la arropó y la acomodó, pero la niña se giró y se cayó del colchón haciendo un ruido sordo al golpearse, Jack hizo una mueca y solo atinó a dejarle caer una cobija encima.
—¡Jack! —lo llamó el eco de una voz femenina.
Escucharla provocó que entrara en alerta, su piel se erizó y empezó a sudar frío. Se detuvo un segundo a mirar confundido a hadita en su hombro por un segundo, buscando consejo, pero de nada sirvió, pues antes de siquiera dejarle responder se lanzó completamente acelerado directo a donde provenía.
A pesar de la insistencia de la pequeña en regresar, voló hasta un sospechoso túnel. Al encontrar el final, se topó con cientos de jaulas colgadas conteniendo a todas las hadas que no se encontraban seguras con Pegaso en el palacio de Freyja.
—¡Jack, Jack! —insistía.
Tras un par de segundos, se hallaba sobre un montículo de cajitas doradas, cada vez sintiendo que el llamado se apoderaba más y más de sus acciones; como una hipnosis. Hadita chillaba frenética, tratando de hacerlo entrar en razón.
—¿Estás buscando esto? —escuchó la voz de Pitch y se giró sobresaltado.
Sin pensarlo dos veces, le atacó con un rayo de su cayado y se abalanzó sobre él, sin éxito, pues Pitch se escabullía ávidamente entre las sombras. Estaban jugando en su casa esta vez y estaba seguro de que ganaría.
—No tengas miedo, Jack. No te haré daño —le aseguró al verlo aún con los hombros tensos y el cayado en mano.
—¿Miedo? No te tengo miedo.
—Tal vez no, pero le tienes miedo a algo.
—Con que eso crees, eh.
—Lo sé —canturreó socarrón—. Es algo que detecto todo el tiempo; los temores de la gente, el tuyo es que nadie jamás crea en ti. —Jack gruñó y le lanzó un rayo azul que solo alcanzó a rozarlo—. Y lo peor de todo es que te aterra que nunca sepas porqué. ¿Por qué fuiste elegido para vivir así? —Pitch acorraló a Jack hasta dejarlo completamente a su merced y cuando llegó el momento de dar el golpe final, le extendió la caja con sus recuerdos—. La respuesta está aquí. Tómalas, Jack, son tus memorias.
El muchacho lo miró boquiabierto un par de segundos sintiendo que el pecho se le comprimía. Trató de arrebatarle la caja dorada, pero Pitch, de nuevo, se escabulló. Una risotada hizo eco en toda la cueva y Jack se aventuró tratando de seguirla.
—Todo lo que quieres saber está en esta cajita. —Se apareció de nuevo la sombra del coco y Jack se dedicó a perseguirla—. ¿Por qué terminaste así; invisible y sin poder comunicarte con nadie? Bastante has esperado para saberlo qué quieres tomar los dientes y salir volando. —Jack miraba como las sombras de Pitch daban vueltas alrededor de él y le dificultaban el mantenerse sereno y concentrado—. Oh, pero tienes miedo de lo que dirán los guardianes, temes decepcionarlos. —El rey de las sombras estaba disfrutando completamente jugar con la desesperación del joven, como un indefenso ratoncito entre las garras de un gato—. Pues déjame aclararte una cosa: jamás te aceptarán, no del todo.
—¡Ah, ya basta! —gritó. Se agarró la cabeza que ya comenzaba a doler; preso del estrés.
—Además —rio y se mostró finalmente—, no eres uno de ellos.
—¡Tú no sabes lo que soy!
—¡Por supuesto que lo sé! ¡Eres Jack Frost —se inclinó entonces a su altura, buscando que le mirara fijamente— Tú causas problemas por todos lados. Y lo estás haciendo ahora.
Pitch le lanzó finalmente el objeto con los dientes y Jack hábilmente la atrapó. Levantó la mirada cuando la última frase resonó en su mente.
—¿Qué hiciste?
—La pregunta importante aquí es, Jack: ¿Qué hiciste tú?
Sobresaltado, corrió atrás de él para atacarlo. Pero tan inútil como siempre, decidió dejarlo y buscar la salida. Fue cuando se dio cuenta de que faltaba la pequeña hada. Se topó con pared y la golpeó con el puño aún cegado por la adrenalina. Fue cuando no pudo abrirla que se giró.
—Felices pascuas, Jack.
Los huevos estaban destrozados.
━━━━━━━❪❄️❫━━━━━━━
Conejo miraba con angustia desde atrás de los arbustos como los niños buscaban. Cada minuto parecía ir más y más lento. Y entre más corrieran los interminables segundos, mayor era el vacío que se le formaba en el estómago. Hada tuvo la intención de tranquilizarlo; decirle que todo iba a estar bien, pero ni ella misma lo creía en ese punto, así que solo le apretó el hombro cariñosamente. El guardián no aguantó mucho más escuchando los lamentos de los niños y brincó fuera.
—Busqué en todas partes... —decía decepcionado un chiquillo.
—¡Oye, niño! —llamó el australiano.
—Y no hay nada —respondió otro más.
—¡Claro que sí! —rio nervioso—. Tal vez no in mis mejores huevos, pero no están mal...
—¡No es posible! —exclamó otra niña.
—Ya sé... —Se sonrojó un poco el guardián.
—No existe el conejo de pascua.
Entonces sintió como los niños lo atravesaban dejando en su vientre esa sensación horrible de vacío y ese dolor fantasma que Freyja conocía perfectamente bien. Volteó a verla aún recostada sobre el tronco de ese manzano y con las manos vendadas. Le lanzó una mirada lastimera pues más no pudo hacer.
—Jack, ¿dónde estabas? —llamó su atención Norte con la voz ronca y seria de un abuelo molesto. Tuvo que parar y apoyarse en su espada que ahora usaba como bastón. Agarró aire antes de hablar—. Las pesadillas atacaron los túneles y aplastaron todos los huevos, las canastas hechas pedazos. Nada subió a la superficie.
—¡Jack! —exclamó Hada y voló hacia ellos tras escucharlos, inmediatamente abrió los ojos y la boca indignadísima—. ¿De dónde sacaste eso? —El muchacho tartamudeó tratando de excusarse—. Oh, Jack, ¿qué has hecho?
—¿¡Estabas con Pitch!? —acusó Norte embravecido. Freyja frunció las cejas y volteó a verlo con una mezcla de dolor y confusión. No quería creerlo. La deslealtad era algo que nunca había experimentado, ¡y cómo estaba doliendo!
—¡Tiene que irse! —demandó Conejo saltando hacia él—. ¡Nunca debimos confiar en ti!
Jack se estiró para ver, detrás de Conejo a Freyja en el Manzano. La chica se levantó con ayuda de Pegaso y caminó un par de pasos, Hada voló hasta tomarla del otro brazo.
—Frey...
—Mi protección mágica solo funciona cuando tengo puesta la armadura completa. —Le mostró las manos vendadas, de las que se asomaban moretones y cortes.
Jack notó sus brazos desprotegidos y se dio cuenta de que todo había sucedido en cuestión de instantes. Ella no tuvo tiempo de ponérselas de nuevo, así que se arriesgó a pelear como estaba. Subió la mirada preocupada y Freyja tartamudeó, se odiaba sí misma por haber sido tan torpe y haberse dejado llevar por los sentimientos del momento. Esto era lo que pasaba cuando se descuidaba, por eso debía ser siempre tan estoica. Escondió las manos y desvió la mirada al suelo. Hada le sobaba la espalda con cariño.
—Además... ya es muy poderoso y estoy... fuera de forma. —Admitió con una enorme vergüenza. Sus cejas se encontraban dolorosamente contraídas, sus ojos cristalizados y su labio tembloroso contenían sus irrevocables ganas de llorar—. Lo intenté. Lo siento.
—Pascua es... —se lamentó Conejo— un comienzo, nueva vida. Pascua es esperanza, esperanza que ya no hay.
━━━━━━━❪❄️❫━━━━━━━
Holaa, venía viendo que Valkiria llegó a sus 2k, muchas gracias! Gracias especialmente a los que votan y comentan, me alegra mucho el corazón leer que les está gustando.
Con mucho cariño, la Peps.
❅
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top