tal vez... solo tal vez...
Sé que te estarás preguntando... ¿Qué sucedió después con nuestros pobres corazones rotos? ¿Dónde estará aquel humano que cayó perdidamente enamorado de un ángel?
Bueno... Dejame contarte que fue lo que sucedió...
Dias después de lo ocurrido.
──Hyung, te juro que lo que sucedió fue real... ── insistió con la voz rota debido a su llanto ──Era real, lo vi, lo toque y lo besé...
──Tal vez fue un sueño, JungKook... ── respondió su mejor amigo acariciando su espalda.
El castaño negó y se levantó del sofá observando a su Hyung a la cara ──No, no era un sueño, recuerdo haber estado junto a YoonGi Hyung antes.... antes de que sucediera... ── habló entre su llanto desconsolado ──En serio, Jin Hyung... Preguntale... Creeme... Necesito encontrarlo...
Su mejor amigo, SeokJin, suspiro suave, sentía una gran pena por JungKook, cuando el castaño le contó acerca del misterioso chico con el que había pasado la noche, JungKook le había contado la maravillosa experiencia que habían pasado.
Todo era relatado con amor, sus ojos brillaban en alegría y podía sentir el aura de enamoramiento en JungKook.
Pero cuando le preguntó sobre el paradero del chico... Comenzó a llorar.
Porque JungKook no sabía que había pasado con el hermoso joven de alas blancas y rizos dorados, y eso le rompía el corazón.
SeokJin se levantó del sofá, apresando a JungKook entre sus brazos y dejando suaves palmadas en su espalda ──Está bien, te creo... Te creo... ── aceptó en un susurro tratando de calmar a su mejor amigo ──Buscaremos a ese chico, ¿okey? ── propuso cuando vio al castaño dejar de hipar ──No nos detendremos hasta encontrar al amor de tu vida ¿bien?
El de piel nivea saco su cabeza del cuello del azabache y lo miró con los ojos llenos de lágrimas brillantes ──Sí, Hyung...
SeokJin frunció el ceño ──Dilo más alegre, JungKook, así no funciona. ── animó.
El castaño sonrió ──¡Si, Hyung! ¡Buscaremos a TaeHyung!
──¡Claro que sí!
Y los días pasaron...
Lentos y tortuosos para JungKook.
Pero... ¿Qué podía esperar? No tenía datos suficientes de aquel joven.
Nadie parecía conocer a TaeHyung.
Y a pesar de que JungKook trataba de describirlo de la forma más detallada posible no lograban hallarlo.
Él mismo había dibujado el rostro de TaeHyung, colocando todo con sumo detalle y precisión. Era tan perfecto que parecía una fotografía.
Y al final nada, nada resultaba y eso lo ponía mal.
Recorrieron parques, vecindarios, barrios, mercados, incluso universidades y preparatorias, pero nada.
Preguntaban cada día a cada persona que miraban en la calle, el rostro de TaeHyung yacía por casi todo Seúl.
Y nadie parecía conocerlo.
JungKook comenzaba a desanimarse y deprimirse, su corazón se rompía poco a poco.
Pero contaba con el apoyo de SeokJin y eso le bastaba, su Hyung le creía y lo apoyaba en todo.
Estaba para él en cada momento y cada segundo.
Ayudándolo, cuidándolo y sobretodo apoyándolo, estaba junto a él cada día, lo acompañaba a todos lados y salía con él a preguntar por las calles.
O bueno, lo hacía... Hasta que un día...
JungKook decidió dejar la búsqueda...
El castaño había entrado en una fuerte depresión cuando se dio cuenta que no encontraría a su amado.
Algo dentro suyo le decía que dejara de buscarlo porque no daría frutos.
Dejó de buscar por las calles, dejó de preguntarle a las personas e incluso dejó de dibujar el rostro de TaeHyung.
Pasaba todo el día llorando en la oscuridad de su habitación, lamentándose por no haber tomado a TaeHyung de la mano y hacer que se quedara con él.
Su alimentación había decaído, su peso bajaba cada vez más y sus mejillas se veían huecas.
Su familia estaba preocupada por él, vivía en Busan e intentaban llamarlo pero el joven no respondía.
SeokJin comenzaba a preocuparse, llamaba a su puerta y a su celular pero el castaño no respondía.
──¡Amor te digo que no contesta! ── exclamó con severa preocupación.
──Relajate... Sabes que JungKook está pasando un mal momento... ── trato de calmar a su novio ──Tal vez solo quiere tener su espacio.
──NamJoon te digo que esto no es normal. ── Contradijo manoteando al aire ── ¡JungKook jamás se aislaría de las personas sin avisar!, ¡Su familia me ha estado llamando! ── insistió alzando la voz, sintiendo sus ojos picar mientras su respiración se desnivelaba ante la presión esu pecho.
──Y ¿Qué piensas hacer? ── cuestiona ──¿Llamar a la policía? Sabemos que JungKook esta ahí y está vivo... ¿Qué vas a hacer?
SeokJin miró la puerta de la casa de su amigo, era cierto, sabían que estaba vivo, desde su propio hogar podía ver como JungKook encendía las luces de su casa y las del patio, podían escuchar el sonido de la licuadora y la radio ser encendida, pero aún así, el castaño no respondía ni se asomaba por la ventana.
──Patea la puerta. ── respondió con un tono serio, decidido, ayudaría a JungKook en cualquier circunstancia.
──¿Qué? ── cuestiona NamJoon preocupado ──¿Estás loco?
──Sí ── responde mientras seca las lágrimas de sus mejillas ──Ahora patea la puerta y abrela ── repite con seguridad ──Salvaré a JungKook pase lo que pase y no me interesa nada.
──Bien... ── acepta con temor en la voz, pero preparándose para el latigazo que seguramente recibirán sus músculos al intentar tumbar la puerta.
El más alto alza su pierna y estrella fuertemente su pie contra la puerta, escuchando el sonido de la cerradura ser forzada y repite la acción un par de veces
SeokJin lo mira paciente, preparado para salir corriendo a la habitación del castañito una vez que la puerta se abra.
NamJoon sisea y deja salir una maldición cuando la cerradura aún no se rompe, sigue pateando con fuerza hasta que la madera cruje y la puerta se abre rápidamente, dejando ver el interior de la casa.
SeokJin no lo piensa, se quita su calzado y entra con rapidez dirigiéndose a la habitación de JungKook, donde ahoga un grito al ver a su pequeño amigo rodeado de un charco de sangre.
Estaba inconsciente, con un cuter en su mano y una expresión de tristeza.
──¿SeokJin qué sucede? ── pregunta NamJoon desde la entrada retirándose sus zapatos.
──¡Nam! ¡Llama a una ambulancia!
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Un año después...
Catorce de febrero...
Sin duda había sido un año difícil para JungKook, después de su intento de suicidio y la llegada de SeokJin para salvarlo, el castaño había sido trasladado a la clínica de Seúl, donde atendieron sus heridas y le hicieron una transfusión de sangre.
Recibió apoyo emocional por parte de sus amigos y psicólogico, el que más necesitaba.
Todos estaban para él, pendientes de su salud y apoyándolo.
Y luego de tres años... No estaba en perfectas condiciones...
Pero estaba muchísimo mejor y eso era lo importante, estaba saliendo adelante con el apoyo de muchas personas.
Y tal vez... Solo tal vez... Había olvidado a TaeHyung...
Bueno... no iba a mentir, TaeHyung jamás había salido de su mente, aún seguía ahí y cada vez que pensaba en él recordaba todo lo que le había hecho sentir la primera vez que lo vio.
Pero no se sentía mal, recordaba a TaeHyung como alguien que había dejado una gran huella en él.
Había sentido el verdadero amor y el placer con él...
Y lo extrañaba muchísimo.
Y por más que intento tener otras relaciones amorosas, no funcionó, en su mente solo veía a TaeHyung y todo lo que él rubio le había hecho sentir.
En esos tres años había pasado por muchas cosas.
Rompieron su corazón, pasó por nuevas experiencias sexuales, conoció a muchas personas y nada resultó...
Tal vez el amor no existía para él...
Y por eso, hoy, en el día de San Valentín, JungKook había salido a la calle a disfrutar del día, solo, y eso no le molestaba.
Desde hace una semana se encontraba en Busan, había decidido comenzar sus estudios universitarios y estaba tomando unas ligeras vacaciones antes de empezar sus clases.
Busan se encontraba hermosa como siempre, ese día tenía pensado salir por un parte, alimentar patos y tal vez comer un helado.
En las calles se podía observar a las decoraciones festivas de ese día, todo estaba decorado con colores rojos y rosas.
JungKook soltó un suspiró y salió de la panadería con una bolsa de panes y dulces en sus manos.
──¡Gracias por su compra, señor! ¡Vuelva pronto! ── agradeció la joven en la entrada del establecimiento.
El castaño sólo sonrió y comenzó su recorrido hasta el parque más grande de Busan y su favorito.
Mientras caminaba podía sentir un aura agradable en el aire, se sentía cómodo y bien consigo mismo.
Miró algunas personas pasear de la mano, conversando y coqueteando, y tal vez... Solo tal vez se imagino estar así con TaeHyung.
También habían personas caminando el soledad, como él, pero ellas no se miraban tristes, era como un día cualquier otro para ellos.
──Disfruta este día, Jeon JungKook. ── se dijo a si mismo tratando de alejar los malos pensamientos.
Cuando llegó a la entrada del parque sonrió, todo estaba como lo recordaba, lindo, fresco y alegre.
Se adentro al parque en silencio y se dirigió a su parte favorita, el pequeño bosque que había allí donde había un lago lleno de patos.
El bosque estaba pintado de un bonito verde, lleno de flores silvestres, árboles enormes e insectos diminutos.
Mientras más se adentraba al bosque sentía una chispa encenderse en su interior, y cuando encontró el lago sonrió.
──Hola... ── saludó suavecito a los patos, quienes lo miraron con curiosidad.
Al encontrar un punto cercano a los patos decidió quitarse su mochila y sacar una pequeña manta, la cual extendió en el suelo y se sento sobre ella.
Coloco la bolsa de panes sobre la manta y sacó su celular.
Hyung, llegué al parque
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Jin Hyung <3
Llegaste bien??? Qué haces??? 👀
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Voy a alimentar a los patos, tengo algunos panes aquí.
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Jin Hyung <3
Bien bien, no los vayas a matar con tanta comida
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Cuando llegues a casa de tus padres me avisas, okey??? Disfruta tu día, Koo, recuerda que si sucede algo me puedes llamar ❤️
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Gracias, Jin Hyung, te mantendré al tanto ❤️
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JungKook bloqueo su celular y lo colocó a un lado, volviendo a abrir su mochila para sacar una botella de jugo de manzana.
Tambien abrió la bolsa de panes y sacó todo su contenido, ordenando cada cosa sobre la manta.
Rápidamente algunos patos se acercaron al castaño, asombrandolo y sacándole algunas risas.
El joven tomó el pan, y comenzó a despedazarlo poco a poco lanzandole pedazos a los patos.
Los animalitos comenzaron a graznar una y otra vez mientras comían del pan que JungKook les tiraba.
──¡Ay! ── exclamó el castaño cuando un pato picoteo su cadera ──Más respeto, eh... ── pidió para luego lanzarle un trozo de pan.
A lo lejos escucho una risa y su mente se paralizó por un momento, miró hacia todas las direcciones posibles y no vio nada, y eso lo dejó desconcertado.
Suspiró un par de veces sintiéndose nervioso, esa risa le recordaba a alguien y no quería ilusionarse, no quería sentirse mal y arruinar el día... Tomó un cupcake y se lo llevo a la boca dándole rápidamente un mordisco.
──Relajate, relajate... ¿si? ── se dijo a sí mismo tratando de calmarse ──No dañes el día, JungKook...
Los patos miraban al castaño, sintiendo la tensión que emanaba de su cuerpo.
Y otra vez... Esa risa volvió a resonar por el bosque, haciendo temblar a JungKook de pies a cabeza.
El chico se levantó girando su cabeza y su cuerpo a todas las direcciones posibles, tenía miedo no iba a negarlo.
Comenzó a inalahar y a exhalar varias veces tratando de calmar sus sistema, llevó la mirada hacia el suelo, exactamente hacía su celular y se cuestionó fuertemente si llamar a su Hyung o calmarse por sí mismo.
──Hyung de-debe estar o-ocupado... ¿No? ── empezó a palotear sintiendo sus manos picar. ──O tal vez no... El dijo que le avisara cualquier co-... ── una voz interrumpió al castaño y le hizo helar la sangre.
──¡Que divertido! ── se escuchó con claridad cerca de él.
JungKook se dio la vuelta y no observó a nadie, solo el bosque lleno de árboles y algunos animalitos caminar.
Con miedo tomo su celular y comenzó a caminar sin rumbo fijo... O al menos eso era lo que creía...
Sus instintos los llevaron a un gran árbol de manzano lleno de la misma y del otro lado... Lo escuchó.
──¡Que libro tan bueno! ── exclamó una voz del otro lado del gran tronco.
JungKook tembló, con la adrenalina a mil y los nervios incrementando cada vez más.
Cuando rodeó el tronco sus sentidos fallaron.
Y cayó de rodillas observando al chico frente a él.
Él... él era la viva imagen de un ser etéreo, parecia un ángel.
El chico frente a él era hermoso, con la piel tan apeticible como el caramelo mismo y el cabello tan negro y brillante como la noche.
JungKook sentía el alma salir de su cuerpo.
El joven frente lo miraba curioso sin entender lo que sucedía, de la había llegado un joven de piel nivea y ojos brillantes que lo miraban como si fuese un cuadro nunca antes visto.
Ambos se miraban a los ojos sin decir nada, uno mirando con curiosidad y el otro con admiración.
──¿Hola? ── habló el chico con suavidad y JungKook tembló.
──Tae-... TaeHyung... ── mencionó JungKook en un susurró y el joven abrió su boca asombrado.
──¿Me conoces...? ── cuestiona el azabache curioso por saber.
JungKook se asombró, sin dejar de mirarlo.
TaeHyung estaba frente a él, era real.
Después de tantos años, estaba frente a él.
──So-soy... Soy... JungKook... ── tartamudeó con miedo de recibir una mala respuesta.
──¿JungKook...? ── preguntó el de piel acaramela para sí mismo. ──JungKook...
──¡No-nos conocimos... Ha-.. Ha-... Hace tres años en Seúl! ── respondió el castaño con los ojos llenándose de lágrimas.
──Tú... ¿Tu eres el chico que yo...? ── el azabache se detuvo, con miedo de equivocarse... Pero luego vio como el castaño asentia con la cabeza.
──Yo soy el chico que flechaste ese día de san valentín...
Y los recuerdos llegaron como tornado a su cabeza haciéndolo rememorar su cumpleaños número dieciocho y todo lo que había sucedido ese día.
Sus mejillas se sonrojaron y sintió calor en ellas, miró al castaño con un brillo indescriptible en sus ojos y comenzó a llorar recordando todo.
Era JungKook, el humano que lo había hecho pecar de la manera más deliciosa posible...
Era el humano que le había mostrado los placeres que podía darle su cuerpo.
Y sin darse cuenta, ambos yacían llorando frente el otro sin apartar sus miradas.
Recordando todo lo habían hecho ese día...
Sin pensarlo JungKook se acercó a él, chocando sus labios contra los del azabache sintiendo su corazón latir como nunca antes lo había hecho.
Ambos cerraron sus ojos, disfrutando el dulce tacto de los labios del otro...
Y tal vez... Solo tal vez la profecía se había roto...
Fin
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