🐰♡゙ u n i q u e

El día de San Valentin es una mierda.

Lisa lo sabe, las personas en contra del capitalismo lo saben, su gato lo sabe, todos lo saben. Que no quieran admitirlo o aceptarlo es una cosa completamente distinta. Lisa lo odia porque desde que tocó suelo en este mundo y desde que sus pulmones se llenaron de aire real ningún alfa siquiera se atrevió a invitarla como su San Valentin. Y Lisa odia eso.

Es linda, lo sabe, no tienen que decírselo o recordárselo, pero a los ojos de los demás alfas parece ser reacia y un bicho particularmente raro. No es una omega fina y elegante, no se comporta frente a los demás, no habla claro y refinado, come con la boca abierta, eructa frente a otros y jamás se queda callada frente a un comentario de mal gusto. De mal gusto en su opinión, que en ocasiones parece tener la moral demasiado alta y eso suele molestar a otros.

Más allá de eso, es una omega linda, lo sabe, su madre se lo ha dicho y su gato siempre la sigue a todos lados como si fuera la luz de su vida, eso tiene que significar algo, ¿No?

Es decir, sí, tiene demasiadas inseguridades y está repleta de todo este miedo a nunca conseguir a un alfa por no seguir el estereotipo promedio de omega, o por no comportarse de forma sumisa la mayor parte del tiempo, pero no es como si realmente le afectara. O al menos no deja que le afecte del todo, no tiene demasiado tiempo para eso entre la escuela, ayudar a su madre con sus hermanos pequeños y cuidar de su gato como si fuera una madre, el tiempo se consume rápidamente y de alguna forma no deja que esas inseguridades la ataquen todo el tiempo.

Aveces es más difícil, especialmente durante las horas de clases cuando está rodeada de todos estos animales que suelen ser llamados adolescentes. Es más, ni siquiera son animales, eso sería ofensivo incluso para los verdaderos animales. Es difícil porque todos la miran de forma extraña o directamente la ignoran y pasan de ella como si fuera una parte más del edificio, rodeada y repleta de todas estas molestas inseguridades.

Y son más presentes cuando cierta alfa de cabello castaño con estos increíbles ojos suaves y brillosos pasan por delante de ella, son tan presentes a tal punto de sentirse la peor omega del mundo y pensar que jamás podría ser una omega tan buena como para emparejarse con Kim JiSoo. Sí, el mismo cliché andante que es capitana del equipo de básquet y que tiene a cada uno de los omegas envueltos en los dedos de sus manos.

Pero volviendo a la parte primordial, Lisa odia, odia el día de San Valentin. Día tan festivos y capitalistas como estos la hacen querer arrancarse los ojos y convertirse en una completa comunista para que finalmente pueda ser señalada con un motivo real y escandaloso. Lisa también odia que su madre sea parte de un club importante del pueblo donde organizan cosas tan ridículas como estas y donde dejan que presenten a sus hijas e hijos omegas a la sociedad. Hay demasiadas cosas erróneas en eso, pero hoy no tiene ganas de enumerarlas.

—¡Lisa, baja rápido! ¡Debo estar ahí antes del medio día! —su madre grita desde la escalera, obligándola a rodar sus ojos por milésima vez en el día.

—¡Ya voy, mamá! —responde, bajando de forma apresurada los escalones. Su madre se encuentra vestida con un traje de falda y alas de cupido junto a la puerta con los niños—. ¿Debo usar algo rosado también? —se burla mirando a los cachorros mas pequeños, que también tienen ropas con la temática, pero son querubines.

—No es obligatorio, pero deberías, es lo ideal para que un buen y lindo alfa se fije hoy en ti. —ella sonríe, parece tan emocionada que Lisa teme volver a quejarse de lo ridículo que es esto.

—Los alfas salen corriendo ni bien abro mi boca, es como si sintieran ácido cortando sus tímpanos. —los niños resoplan y su madre rueda sus ojos.

—No veo por qué —Prince, el mayor de los pequeños dice en tono de burla y Lisa se acerca peligrosamente a él—. ¡Mami dile a Lalisa que no me haga cosquillas! — ella chilla entre risas antes de que siquiera pueda atacarla.

—Lisa... —ella advierte con una suave risa en sus labios.

—Bien, bien, nada de cosquillas... —se rinde y Prince parece soltar el aire que contenía en sus pequeños pulmones, chillando de nuevo entre risas junto a los otros niños—. Solo por ahora.

—¡Suban todos al auto! —su madre los apresura. Cerrando la puerta de entrada y haciendo que todos cumplan la petición.

¿Lisa olvidó decir que su madre organiza una gran feria junto al club del día de los enamorados? Porque lo odia, es una de las grandes razones por las cuales odia este día.

—¡Lis! —Minnie se tira contra ella y la rodea con sus brazos, casi asfixiandola en el camino—. ¡MiYeon me pidió que fuera su San Valentin! —ella chilla en su oído y Lisa evita rodar sus ojos porque Minnie estuvo enamorada de esa alfa más de la mitad de su vida, incluso más de lo que ella podría estar enamorada de cierta alfa.

—Eso es increíble, Minnie. —sonríe, dándole su mejor sonrisa a la omega, quien se aparta de ella y tiene todo este brillo chispeante saliendo de sus ojos—. ¿Te llevará a cenar o a ver una película en el cine?

No es como si estuviera molesta porque MiYeon invitó a su única y mejor amiga el día de los enamorados, no está celosa ni nada de eso, más bien está un poco triste porque tendrá que pasar la noche rodeada de helado, palomitas y el llanto de su madre y hermanos por ver alguna película estúpida y romántica en la televisión del living. Tenía planeado hacer un maratón de películas de ciencia ficción con la omega, y ahora tendrá que amoldarse al plan de su madre.

Oh... Lo siento, olvidé por completo que veríamos juntas películas... Yo podría... —Minnie dice cabizbaja, y Lisa se ríe empujando el brazo de la omega que está algo maquillada y lleva ropa rosada y blanca combinando de forma perfecta.

—¡Ni siquiera lo pienses, tonta! —le dice a su amiga, porque Lisa podría aburrirse, pero jamás dejará que su mejor amiga pierda la oportunidad de su vida—. Debes ir y contarme luego como te fue, si te besó, si te anudó... —Minnie chilla y se sonroja de forma adorable, empujándola dentro de la gran carpa.

El festival está rodeado de colores rosados, rojos y blancos en exceso, que, a opinión de Lisa, son demasiado chillones y molestos, causándole un molestar en el estómago y un ardor molesto en los ojos. Hay variedad de juegos para todas la edades e incluso una cabina de fotos con distintos accesorios con la tonta temática de San Valentin. Rueda sus ojos con fastidio cuando su madre chilla al ver a la omega rubia, odia que su madre ame todas las cosas ridículas.

Ow, Nicha, te ves adorable así. —ella arrulla, besando las mejillas sonrojadas de la pequeña omega—. ¡Y tienes un adorable maquillaje de corazones! ¡Apuesto a que tendrás un San Valentin precioso!

—Lo tengo señora Manoban, tengo una cita esta noche. —ella susurra apenas, haciendo que su madre vuelva a chillar.

—Bueno, por lo menos una de las dos no es demasiado amargada como para odiar el día de los enamorados. —ella dice empujando de forma nada discreta a su amiga.

—¡Mamá, ya tuvimos esta conversación! —resopla, ella le quita importancia al asunto sonriendo y haciendo un gesto de manos—. ¿Dónde están los niños? —por lo menos debe distraerse antes de subirse a la montaña rusa y tirarse desde lo alto.

—Los más pequeños en el inflable, y Phasid en los autos chocadores con algunos amigos —ella se encoge de hombros, acomodando algo en los estantes de juguetes para los premios de algunos juegos—. Pero antes de que desaparezcas o te mueras de forma dramática, necesito que me ayudes con el algodón de azúcar y más tarde debes encargarte del juego de dardos.

—Odio el juego de dardos, los globos hacen un ruido molesto al explotar. —se queja, siendo empujada por su madre hacia la máquina de algodón de azúcar.

—No más molestos que tus quejas, cariño. Tal vez puedan hacer una competencia y ver quien calla a quien —Minnie ríe debajo de su mano y se aclara la garganta cuando le da una mirada mordaz—. Como sea, encárguense de esto y pónganse un delantal porque el colorante manchara sus ropas.

Ella advierte y luego se pierde entre todos los otros organizadores del evento, Minnie le pasa un delantal blanco y se lo pone, no es como si el colorante realmente pudiera manchar su ropa negra, pero su madre es quien lava la ropa y no puede contradecir a esa mujer. Preparan algunos y salen fuera de la gran carpa, moviendo la máquina entre quejas y tirones por ser demasiado pesada, acercándose a juegos para poder conseguir más ventas.

Todos parecen felices y burbujeantes a su alrededor, los niños gritan y se escuchan globos explotando a lo lejos haciendo que se irrite cada vez más y más con cada segundo, Minnie al contrario suyo parece contenta con la vida y todo lo molesto que la rodea, soltando feromonas suaves de felicidad. Si Lisa no amara a su mejor amiga tanto como a una hermana, ahora mismo le estaría metiendo la cabeza dentro de la maquina para llenarla de algodón de azúcar.

A lo lejos puede ver la mesa de besos y Lisa la odia, odia tanto esa cosa sexista y alfista que la obliga a besar a millones de extraños compartiendo millones de bacterias mediante saliva de personas que jamás volverá y que jamás vio en su vida. Ni siquiera entiende como es que las omegas se pueden ofrecer voluntariamente a besar a extraños.

Lisa besó a dos personas en su vida y en ambas ocasiones fue patético, su primer beso fue demasiado incómodo frente a un chico popular de la escuela que era conocido por ser el mejor de los besadores y Lisa estaba besando a otro tipo. Rodeada de todas estás películas de romance ridículo, sin la experiencia y la información necesaria empezó a hacer ruidos cercanos a gemidos que más bien sonaban a quejas. Nadie nunca le había dicho a Lisa que no debía hacer ruidos extraños al besar, las películas le hicieron creer eso. El tipo que sí sabía besar solo los miró de forma incómoda.

Su segundo beso fue en una fiesta con una tipa extraña que muy probablemente era de otra escuela porque jamás volvió a verla, en realidad estaba toda maquillada y olía horriblemente a alcohol porque era una fiesta de Halloween, tal vez fue uno de sus mejores besos o el único a su gusto porque siempre que recuerda su primer beso quiere vomitar y quiere que la tierra se la trague. Quedó en vergüenza por ellos, pero no podían culparla por ser una inexperta en el tema.

—Hola, panquesito. —una voz la saca de sus pensamientos y el chillido de Minnie la vuelve a la realidad.

—Hola, Yeonnie, ¿Quieres comprar algodón de azúcar? —Minnie parece derretirse con cada segundo y lo único que hace es rodar sus ojos y preparar más algodones de azúcar porque comienzan a quedarse sin.

—Claro que sí, dame uno para mí y otro para JiSoo. —la alfa dice con una sonrisa en su tono, y Lisa finalmente levanta su vista, contemplando a la alfa castaña.

Comienza a odiar más y más estar preparando los algodones de azúcar porque el fuerte olor a azúcar no le permite apreciar el aroma varonil y almizclado de la alfa, ese aroma que hace que su omega se retuerza y se sonroje a más no poder, deseando poder emparejarse y en ocasiones provocando que largue un olor mucho más dulce de su aroma a papaya.

—Yo los pago, MiYeon. —ella dice, levantando su voz un poco más por sobre el molesto sonido de la máquina. Ella se acerca, Minnie se aparta unos pasos para sonrojarse frente a la alfa rubia que parece contarle la octava maravilla del mundo—. Que sean dos por favor, ¿Cuánto sería?

Ella apenas la mira, rebuscando el dinero en su cartera y relamiendo sus rosados labios, Lisa da un largo suspiro antes de apagar la máquina para poder atender al alfa. Toma dos varillas con el algodón rosado y blanco. Su omega se remueve dentro suyo haciendo que las tontas mariposas se despierten y se alboroten al sentir una pequeña pizca del aroma a menta y vodka.

—Serían dos mil wons. —sonríe apenas, sus pensamientos negativos la atacan y le dicen que su sonrisa es la peor de todas y que cierre su estúpida boca porque la alfa se asustará, pero ella apenas la mira. Demasiado concentrada clavando su mirada a lo lejos, en la mesa de besos.

—Bien, gracias. —ella le paga y toma los algodones, luego camina hacia la pareja que parece demasiado cercana y Lisa tiene ganas de vomitar. JiSoo jamás lo notará.

—¿Y bien, cómo te fue con tu alfa? —Minnie bromea cuando llega a ella y las otras dos alfas se han ido. Está todo sonriente, sonrojada y demasiado feliz. Lisa odiaría arruinarle eso.

—Bien, bien, me pidió que nos casemos y tenga todos sus cachorros porque me ama desde que el planeta tierra se creó porque solo se creó para que nosotras nos amemos —bromea y Minnie rueda sus ojos con un poco de fastidio fingido. Su omega aúlla en su pecho, anhelando a la alfa—. Debemos volver a la carpa, nos estamos quedando sin azúcar.

Cambia de tema y Minnie parece demasiado distraída viendo a donde escapó la alfa de sus sueños como para notar la forma en la que su ánimo decayó más y más, pero Lisa no la culpa porque ya se ha hecho demasiado buena en ocultarlo. Caminan luchando con la máquina nuevamente hacia la carpa que ahora parece más activa y tiene a todos alterados corriendo por todos lados por algún extraño motivo.

—¡El chico que sigue luego de MiSoo aún no ha llegado por el tráfico y ella tiene dos turnos más antes de retirarse! —su madre se cruza en su camino escandaliza, casi sacudiendolo de los brazos.

—Que bueno, este puesto es un asco. — Lisa se queja por lo bajo mientras camina hacia la bodega y se saca su delantal porque comienza a molestarla.

Minnie se entretiene en el costado del puesto de besos donde, Lisa olvidó mencionar, está justo frente de la carpa y los omegas para la mesa deben prepararse en la carpa para salir a la mesa y besar a cientos de extraños, la sola idea le da escalofríos. Mira entre medio de las personas que esperan dar su primer beso, porque normalmente para eso se utiliza este puesto, o para besar a la persona que te gusta y ocasionalmente está en la mesa besando a muchos otros.

Hay demasiados alfas y betas, los omegas suelen llegar más tarde porque aún no es el turno de los alfas para la mesa de besos y también hay algunos cachorros que solo reciben besos en sus mejillas regordetas o sus cabecitas perfumadas del aroma de su madre, los cachorros normalmente lo hacen porque adoran la atención y ser mimados. Lisa sonríe enternecida al ver algunos cachorros con sus boletos en sus manitos.

Pero hay algo que borra su sonrisa de forma molesta y dolorosa, lo hace sentirse mareada y congestionada con ganas de llorar y hacer un berrinche en medio de todo. JiSoo está cerca de la mesa, ya subida en el escenario y esperando detrás de dos personas más, sus amigas la corean para que bese a la omega y Lisa se siente asqueada y triste. Por supuesto que JiSoo querrá a una omega como MiSoo, con sus piernas largas y bonitas y su aroma a rosas frescas, sus tontas pestañas largas y la actitud correcta de una omega. Lisa también olvidó mencionar que odia a la omega.

Principalmente porque es una perra y sí, Lisa no debería usar esa terminación porque tendría una doble moral, pero ella es la excepción y no de las buenas. Promoviendo los trastornos alimenticios como si fuera una forma de vida correcta y burlándose de quienes "no cumplen con los estándares". Lisa sufrió bullying de su parte por meses hasta que decidió dejarse de pisotear y comenzó a defender a algunas omegas a quienes MiSoo hacia llorar por tener algunos kilos demás.

Lisa no puede creer que verdaderamente JiSoo esté ilusionada con la idea de besar a MiSoo, porque JiSoo es todo lo apuesto a ella, es dulce y agradable, y, a diferencia de la omega que por ser la capitana de porristas y ser popular en la secundaria, no se comporta como una idiota con los demás. Sí, puede que sea la capitana del equipo de básquet y que sea la chica más popular de su escuela y probablemente de su estúpido pueblucho y que también sea un cliché andante, pero jamás la vio pasarse con nadie de la raya.

Y Lisa lo puede asegurar porque muy vergonzosamente siempre observa a la alfa desde lejos y adora el trato que tiene con todo su entorno. Tal vez JiSoo no esté familiarizada o enterada con todo lo que ha hecho y hace MiSoo, o solo realmente le gusta la omega y Lisa intenta convencerse de lo contrario. La fila avanza y ella es la siguiente, le da su boleto a la omega y escucha como sus amigas le hacen porras, Lisa se mete dentro de la carpa para no ver el momento y Minnie se acerca a ella, apoyando una mano en su espalda de forma reconfortante.

—¡Se acabó mi turno! — ella grita de forma fastidiosa, entrando a la carpa y todos entran más en pánico dentro.

—¡Lisa! —su madre la toma de los hombros y le pinta los labios con algo—. Nunca te pediría esto, pero este puesto es el más importante y... Juro que te lo pagaré con lo que sea cachorra.

—¿Qué? —solo llega a decir cuando la comienzan a empujar fuera de la carpa y una chica de cabello castaño haciendo señas hacia sus amigas es lo primero que se cruza por su vista—. ¿Qué demonios?

—Solo serán unos veinte minutos, lo juro cachorra. —su madre dice detrás suyo y la sienta sobre la silla roja.

Lisa pestañea perpleja sin entender qué demonios acaba de suceder y por qué carajos ahora está sentada en un escenario a punto de besar a...

Oh... —la alfa frente suyo dice y parece decepcionada por un momento—. Lo siento, no quise decir... Eso sonó... —ella se atropella de forma adorable con sus palabras y Lisa ignora la presión en su pecho.

—No, está bien. Yo tampoco estoy fascinada con la idea de besar a completos desconocidos. —dice encogiendose de hombros y haciendo que su omega recoja su corazón destrozado. La Coreana se ríe apenas y cubre su cara apenada.

—Sí, lo siento, eso fue... —ella niega y toma asiento en la silla frente suyo, un niño detrás de la alfa se queja—. Tu también eres muy bonita. Ya le di mi boleto a la otra omega... —Lisa se sonroja apenas y baja su mirada a las pequeñas manos de la alfa que están sobre la mesa.

— ¡Ya pagaste por el boleto, no hace falta que coquetees con ella! —el niño dice y todos corean al niño, Lisa ríe por eso.

Mira a la alfa frente suyo y se prepara mentalmente para el mayor logro de su vida que ni siquiera debe ser mérito suyo, sino más bien gracias a su madre. Toma a la alfa del rostro que aún parece murmurar y farbullar algunas disculpas y otras cosas, parece casi sonrojada y tímida y Lisa se siente mareada ante la vista. Sólo dejará que su imaginación vuele unos segundos y luego volverá a su triste realidad, una donde esta hermosa chica no la desea realmente y jamás la besaría a menos que sea sobre una mesa de besos.

Se acerca de forma lenta a la alfa que aún tiene los ojos algo abiertos y parecen observarla como un ciervo asustado. Lisa cierra sus ojos y aspira un poco del aroma mentalado para calmarse antes de cometer la mejor locura de su vida. Estrella sus labios juntos y las emociones explotan en su barriga, su omega da vueltitas persiguiendo su colita al sentir los labios contrarios moviéndose de forma suave.

Se separa abruptamente de la alfa pensando que es suficiente y luego siente como unas manos pequeñas pero firmes rodean sus antebrazos para acercala nuevamente a esos labios rosados que saben a menta dulce y vodka fuerte, que le provoca un picor en la garganta queriendo que suelte un gemido lastimero y necesitado. Ella chupa sus labios y hunde sus dedos debajo de su nuca, queriendo crear más cercanía y provocando que una lava ardiente recorra sus tripas. Se separan cuando todos corean en aplausos.

JiSoo parece conmocionada, como si hubiera descubierto algo importante y la mira con sus faros cafes, recorriendo su rostro de forma desesperada como si tuviera la necesidad de decir algo, pero no lo hace porque Lisa no permitirá que sus ilusiones vuelen y su corazón vuelva a ser débilmente aplastado y tirado.

—¡El que sigue! —dice, desviando su mirada al niño que empuja a la alfa fuera del escenario.

—Quiero tres besos, cariño. —el pequeño alfa parece de unos once o doce años y Lisa ríe ante la actitud del muchacito.

Ella lo besa tres veces, una en su cabeza y dos en sus mejillas, el pequeño gruñe apenas y luego sale todo sonrojado de la mesa.

—¿Y...? —Minnie comienza desde abajo, haciéndola rodar sus ojos con fastidio y resoplando mientras acomoda un oso de peluche—. ¿Qué hay con el beso entre tu y JiSoo?

—Tu misma lo dijiste, fue solo un beso. —insiste bajando los escalones de la escalera de madera.

—En realidad fueron dos besos... —la omega la mira al bajar y sonríe de forma socorrona, si no estuvieran en el puesto de dardos rodeadas de cachorros, Lisa le sacaría un ojo con un dardo.

—Nicha, sé que te moriste toda la tarde por preguntar y soportaste demasiado tiempo sin hacerlo, sorpresivamente, pero ni aunque pasen tres o cinco horas mi respuesta cambiará.

Minnie se queja y se tira de forma dramática.

Estuvo menos de veinte minutos en la mesa de besos y tuvo que besar al menos a ocho personas, fue raro e incómodo, pero por lo menos el omega que debía estar en ese puesto llegó a tiempo antes de que tenga que besar a un alfa que olía como la mierda y tenía una mirada de hambre completo. El pobre chico se disculpó millones de veces aunque él no tuviera la culpa del tránsito.

Y sí, Lisa estuvo toda estas horas de la tarde pensando en el beso y sintiendo mariposas en su estómago con la necesidad de tocar a la alfa y volver a besarla, pero sabe que eso es imposible así que solo se dedica a callar las suplicas de su omega y a acomodar los premios en el juego de darnos, cerrando sus ojos fuertemente cada que escucha ese molesto sonido.

—Alguien te busca... —Minnie dice desde abajo y rueda sus ojos por... Solo la luna sabrá cuantas veces. Está acomodando nuevamente los osos porque la gente parece tener su día de suerte hoy.

—Ya te dije que no me importa —repite y resopla con molestia mientras otro globo explota de fondo—. Esta es como la quinta vez que alguien viene a buscarme y ya comienza a hartarme.

—Pero esta vez si te gustará la visita. —Minnie chilla desde abajo, moviendo un poco la escalera de madera.

—¡Por el amor de-... ¡Nicha no muevas la escalera! —se queja y básicamente se abraza al estante y a la escalera. Sus bragas se meten en su trasero y vuelve a sentirse molesta e irritada por todos lados—. Dioses, quién demonios me manda a ponerme bragas justo el día de hoy.

Haciendo énfasis en la dicho acomoda la braga desde fuera y tira de ellas junto a la tela de sus moms jeans, soltando un suspiro casi aliviada cuando lo hace y comienza a bajar cada escalón con fluidez. Cuando aterriza en el sueño un olor mentalado y fuerte prácticamente le abofetea la cara provocando que se sienta mareada y avergonzada.

—Te lo dije... —Minnie susurra en su oído antes de que siquiera pueda darse la vuelta.

Cuando lo hace esta alfa castaña, sonrojada y con un oso de peluche la recibe. Parece emocionada y completamente feliz con sus ojos brillando de forma intensa, no se deja engañar por su omega caprichosa y atribuye ese brillo a las luces que adornan el lugar. Se aclara la garganta y acomoda de forma nerviosa su cabello, JiSoo parece a punto de decir algo, pero Lisa la interrumpe.

Mmm... —se mueve incómoda en su lugar y se cruza de brazos, mirando el oso por un instante—. Si quieres disculparte por lo de hoy, no hace falta. Mis labios tuvieron que tocar demasiados en un solo día para saber que de alguna forma fuiste la más amable.

JiSoo luce confundida por un segundo y luego frunce su ceño por más de una fracción de segundo, relamiendo sus labios y reafirmando su agarre en el peluche.

—¿Qué? —ella pregunta, aturdida y luego sonríe como si se estuviera derritiendo, aspirando un poco el aire—. No, no, no. —ella niega y se acerca más a la tabla—. No es nada de eso, en realidad... Yo... Yo quería... Yo vine a...

—¿Le trajiste un regalo a Minnie de parte de MiYeon? —Lisa pregunta, intentando romper la tensión y la omega nombrada que ahora parece atender a los clientes se queja desde lejos y se golpea la frente de forma dramática—. Oye, creí que se supone que tu San Valentin debía traerte los regalos y más si quieres cortejarlo. Dioses, odio el día de San Valentin.

Nunca dejaría pasar la oportunidad de mencionar que odia el día de los enamorados, pero JiSoo parece realmente afectada y se achica un poco en su lugar por unos segundos. Luce completamente tímida, sonrojada y preocupada y a Lisa comienza a preocuparle esa acción porque JiSoo es la capitana del equipo de básquet y una de las alfas más guapas y populares de probablemente todo el pueblo y aún así, está aquí parada con un oso de peluche entre sus manos y una caja de bombones luciendo como una completa tonta y tímida alfa.

—Lo siento, no lo sabía. —ella niega cabizbaja, mirando sus manos repletas de todas esas cosas adorables. La mente de Lisa se llena de fantasías por un momento donde la alfa podría regalarle todas estas cosas.

—No tendrías porqué saberlo tampoco. —se encoge de hombros y cierra sus ojos con fastidio al oír otro globo explotar—. Dioses también odio ese ruido molesto como, ¿Realmente un estúpido oso será un símbolo eterno para la relación? A lo mucho le doy dos o tres semanas a todas estas parejas. —vuelve a quejarse porque cuando se pone demasiado nerviosa es lo único que sabe hacer. Y el aroma triste y ácido de la alfa no parece ayudarla mucho—. La mayoría solo quiere sexo durante San Valentin para no sentirse demasiado solo.

Oh... —JiSoo dice, luciendo casi decepcionada y triste—. Lo siento... Yo... —ella vuelve a decir y Lisa quiere abofetearla porque se disculpó demasiadas veces y eso la hace sentirse más incómoda porque siente que está incomodando a esta alfa.

—Lunas, para de hacer eso... —dice en un adorable puchero y JiSoo aprieta el oso contra si misma.

— ¿También lo odias? Pareces odiar muchas cosas... —ella dice cabizbaja, mirando sus zapatos.

—No, tonta, estás haciendo que mi omega se alborote. —mierda. Lisa en serio aveces necesita cerrar su boca. JiSoo levanta su cabeza como un rayo y la mira a los ojos con esas preciosas lunas—. Uh, lo siento eso fue raro e incómodo. Ni siquiera me conoces, JiSoo, y te estoy diciendo todo esto que es raro e incómodo y-...

—¿Sabes mi nombre? —JiSoo dice, volviendo a su estado principal, todo suave, tímida y sonriendo de forma boba.

—Por supuesto que lo hago, eres la alfa más popular de la escuela y probablemente la mitad de este pueblucho quiera acostarse contigo. Lo que es incómodo en mi opinión. —se encoge de hombros y JiSoo se pega contra la tabla y el mueble de cristal que tiene más premios debajo.

—En realidad vine a pedirte que seas mi San Valentin —ella pide de forma suave y como si pareciera estar dentro de un trance. Lisa se ahoga con el aire y JiSoo la toma de la nuca masajeando un poco allí, se relaja un poco por el toque—. Lo siento, se supone que sería especial y tu me diste tu opinión acerca de este día y luego yo como una idiota te pido que seas mi omega y...

Lisa quiere desmayarse, necesita desmayarse.

—¿Tu qué? —pregunta, sus cejas se levantan y su omega rueda de la emoción. La alfa frente suyo pasa de sonrojada a pálida y Lisa quiere saltar la barra para verificar si se encuentra bien.

—Voy a decirte algo muy importante antes de que me patees el trasero y me digas que soy una idiota. —Lisa arruga su cara en confusión y niega, la alfa relame sus labios, masajea su frente y da un largo suspiro—. Creo que hace unos meses atrás te besé en una fiesta de Halloween y estaba tan ebria que no pude identificar tu aroma ni tu rostro, pero tus labios tenían un sabor tan particular que hizo que mi alfa desatara un celo al día siguiente y...

—¿Y...?

¿Lisa está soñando o solo es una broma de mal gusto? JiSoo gesticula con el oso de peluche y la caja de chocolates en sus manos. Su boca se mueve en un insoportable silencio y tira su cabeza sobre la tabla.

—Estuve besando a demasiada gente por meses, mayormente a gente que sabía que podría conocerme, pero luego recordé que tuve la cara maquillada toda la noche y tenía cerveza derramada encima mío, lo que no viene al caso... —ella suena tímida y avergonzada, y Lisa necesita reírse o llorar, o algo.

—¿Estás bromeando? —golpea la tabla con sus manos y la alfa prácticamente salta—. Fue un beso asqueroso, olias como la mierda y se me pegó todo tu maquillaje. Si hubiera sabido que eras tú todo este tiempo...

—¿Qué? —ella pregunta de prisa, de forma desesperada y Lisa ríe porque JiSoo no es en absoluto lo que se supone debería ser la alfa más popular y preciosa.

—¡Unnie! —chilla y ella vuelve a sonreír de forma boba con estos precioso hoyuelos—. Sí, acepto. —responde con respecto a la cita y JiSoo parece a punto de desmayarse por un momento—. Quiero ser tu San Valentin, JiSoo.

Oh... Te referías a eso. Sí, sí. —la mas baja dice más para si misma y luego estira sus brazos hacia ella con un adorable sonrojo—. Son para ti, si no te gustan podrías solo guardarlos o dárselos a alguien más o...

—Son preciosos, gracias. —sonríe y abraza al oso, el aroma fuerte de la alfa se filtra por su nariz, cierra sus ojos de forma casi automática y prácticamente hunde su rostro en el peluche—. Dioses, huele muy fuerte a ti.

—Sí, lo siento... Yo... —JiSoo vuelve a su estado natural de tartamudear y farbullar. Y luego se vuelve a sonrojar completamente, mirando sus zapatos, cruzando sus brazos y jugando con sus propios labios.

—Nunca dije que no me gustara, tonta —ríe apenas y JiSoo asiente mordiendo sus labios—. Pasa por mí a las ocho, te obligaré a ver una película de ciencia ficción.

JiSoo asiente y toma la dirección que escribió en un papel, se despide dos o tres veces mientras se va perdiendo entre la gente y Lisa odia que JiSoo ya se haya ido.

—¿Deberíamos ir a cenar? —le pregunta a la alfa cuando están dentro del auto. Lisa también olvidó mencionar que la familia de JiSoo es asquerosamente rica.

—¿Deberíamos? —JiSoo la mira apenas mientras maneja con esta sonrisa que parece no querer borrarse de su rostro—. Quiero decir, ¿Te gustaría?, podríamos ir y-...

—¿Y ver a millones de personas actuando de forma muy cursi? —Lisa bromea, se encoge de hombros y ríe—. Estoy bien con solo ir al cine y ver alguna de ciencia ficción, de romance no porque no me gustaría ver como la pareja de al lado se manosea.

JiSoo ríe y y dobla en la esquina. Lisa odia este día porque el cine reproduce películas clásicas de romance y la gente realmente no va a ver las películas, solo se acurruca o se besan de forma desesperada, llenando toda la sala de feromonas asquerosas. Lisa odia eso, pero adora que JiSoo no se haya quejado por su elección y que la haya mimado comprando toda la comida chatarra necesaria.

Eligen la última película de Ant-Man porque entre medio de una conversación acerca de gustos, descubrieron que ambas aman el universo de Marvel y Lisa adora eso. También adora que JiSoo haya hecho el típico y tonto movimiento de el bostezo para luego abrazarla y marcarla lentamente con su aroma. Casi al final de la película JiSoo se apoyo sobre su hombro dando inhalaciones profundas muy cerca de su cuello y si Lisa se sonrojó de más por eso, nadie debe saberlo.

—Eso estuvo bien, me hubiera gustado hacerte ver la de Interestelar, pero te tendrías que haber quedado en mi casa para eso. —se encoge de hombros, van tomadas de las manos y Lisa ama esta sensación cálida que recorre todo su cuerpo—. Tal vez para la próxima.

—¿Habrá una próxima vez? —JiSoo pregunta, tirando más cerca de ella y envolviendo su brazo por arriba de sus hombros. Suena feliz e ilusionada y Lisa sonríe por ello, soltando más de su aroma dulce—. Adoro cuando haces eso, mi alfa se vuelve completamente loca.

Lisa se esconde en el costado de la alfa por el cumplido, de alguna forma todas sus fantasías se están haciendo realidad y la Tailandesa no cree estar despierta ahora mismo. JiSoo es una alfa adorable y dulce que tiene pinta de asesinar a cualquiera cuando esta enojada, pero la realidad es que no podría matar ni a una pequeña hormiga porque se sentiría culpable y Lisa adora eso.

—Llévame a casa, tonta, se supone que mañana tenemos escuela. —sonríe contra el costado de la alfa y ella se ríe suavemente.

—Lo que tu pidas, omega —Lisa golpea su costado suavemente y acorrala a la alfa en una pared del estacionamiento—. ¿Lis? —ella pregunta suavemente.

Lisa enreda sus dedos en los mechones de la nuca de la alfa y se acerca a ella, cierra sus ojos y roza sus labios contra los cálidos labios de la alfa. JiSoo toma su cintura entre sus manos y pega sus cuerpos juntos, sus labios se unen y danzan a un compás lento y tierno. La alfa toma el mando del beso chupando demás sus labios e introduce su lengua entre sus gruesos labios, haciendo que todo se torne más cálido y agitado.

Se separan por la falta de aire y JiSoo se hunde en su cuello, chupando una marca en su punto de unión provocando que se derrita al toque y amando sentirse rodeada y repleta del aroma fuerte y picante de la alfa. Lisa debería preocuparse por el hecho de que esto fluya tan rápido, pero su omega le dice que es lo correcto y que JiSoo es su alfa. Sonríe cuando JiSoo gruñe en su oído y reparte besos por todo su rostro.

—Sé que eres más que solo mi San Valentin. —JiSoo dice cuando sus ojos se encuentran, sonriendo de la forma más cálida que nunca antes vio en alguien.

Y Lisa adora eso. Adora que JiSoo la pase a buscar para ir a clases juntas, adora que la bese cada segundo de cada día, adora que le dedique cada anotación durante los partidos de básquet y que la presuma ante todos. Ama que a partir de este San Valentin todos los demás se volvieron su celebración favorita porque siempre tiene una alfa toda sonrojada y feliz con un bonito regalo para darle y para llenarla de besos.

Fin.

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