-¿Se puede saber donde estuviste tantas horas?-
Exclamó con molestia una mujer con un flequillo de color rosa que cubría su ojo al hombre que se encontraba sentado en un destartalado sillón en su aun más destartalado "laboratorio" si es que acaso podía llegar a ser llamado así.
-De casería, he encontrado el punto débil de su campo de fuerza-
Respondió tranquilamente aquel hombre mientras que tomaba un sorbo más del licor contenido en el vaso que sostenía antes de levantarse y acercarse a la mujer que le reclamaba, tomándola con fuerza del mentón para que lo mirara.
-Recuerda quien manda aquí, no soy la persona que debería dar razones además...-
Soltó con un tono de molestia mientras que acercaba su rostro hacía las ropas de la mujer,haciendo una mueca.
-Apestas a alcohol, no es sensato de tu parte reclamarme después de haber perdido él tiempo con esos idiotas-
Añadió mientras que la soltaba bruscamente, ganándose una mirada de molestia por parte de la susodicha antes de abandonar la habitación.

-¡Vaya, vaya, vaya!
¡Parece que alguien no aguanta nada!-
Exclamó el hombre mientras que salia también de esa habitación aun con licor en mano, llamando la atención de sus aliados a la vez que llamaba la atención de la mencionada, quien lo miró indiferente antes de aclararse la garganta
-Uno de sus sujetos de experimentos trató de escapar-
Soltó seriamente la mujer ignorando el intento de molestarla por parte del sujeto, quien enfureció, rompiendo el vaso para ir a zancadas hacia donde se encontraban algunas jaulas con diversas criaturas capturadas, pasando sin prestar atención a su subordinada, golpeando con fuerza los barrotes de la jaula que contenía a su espécimen más "preciado"
-¡Vaya Stanford!
¿Tratando de escapar nuevamente?-
Exclamó en tono burlón, haciendo enojar al grifo que se encontraba en el interior de la jaula, quien no dudó en tratar de propinar un golpe a quien le insultaba.
-Maldito seas, Bill...-
Murmuró entre dientes la criatura, haciendo sonreír en sobremanera a aquel sujeto perverso.

~•~

-¡Dipper!
¡Mabel!
¡¿que pasó?!-
Exclamó aterrorizado Soos al ver como su amigo llegaba con una Mabel agonizante a cuestas, alertando rápidamente a quienes se encontraban en la cabaña.

-¡No hay tiempo para explicaciones!
¡Tenemos que curarla!-
Exclamó Dipper alterado, por lo que saliendo de su asombro rápidamente Soos tomó entre sus brazos a Mabel, llevándola al interior de la cabaña, depositando su cuerpo inconsciente en un tanque de agua especialmente para ella que se encontraba en la sala del lugar.
-Soos, ¿Que esta pasando?-
Preguntó sorprendida Melody, quien al ser un fantasma había llegado a la sala atravesando las paredes, sorprendiéndose con la escena ya que el agua del tanque comenzaba a mancharse de sangre.

-Paz, ayuda tu a Melody a curar a Mabel, yo iré a revisar que nadie haya seguido a Dipper-
Ordenó la joven Corduroy quien rápidamente abandonó la cabaña para adentrarse al bosque mientras que Pacífica comenzaba a ayudar a Melody limpiando las heridas de la joven Pines, notando una irregularidad en los que parecían ser impactos de bala.

-Dip, deberías ver esto-
Murmuró estupefacta la joven, atrayendo la atención de su pareja, quien fruncio el ceño al ver que en cada herida parecía estar incrustado un pequeño artefacto metálico con púas que dañaban aun más el cuerpo de su hermana además de un pequeño parpadear de una luz roja en el centro de los mismos que delataban quien podría ser el responsable de aquello, pero tampoco era consolador ese pensamiento teniendo en cuenta el estado en el que se encontraba su hermana,asi que, absorto en sus pensamientos, logró quitar uno de aquellos dispositivos de la aleta de su hermana, haciendo que la herida se abriera y sangrara un poco más aunque eso no durara mucho al ser atendidas sus heridas por tres personas a la vez que a su vez no prestaron atención al objeto ensangrentado que sostenía Dipper y que analizaba con detenimiento ya que la forma y hechura le parecía familiar
((es imposible que se trate de él...))
Pensaba tratando de hallar alguna otra respuesta lógica a eso ya que era obvio que se trataba de un objeto hecho por humanos pero tampoco quería decir que fuera de un humano en específico.

~•~

-Pobre, quedó tan deformada...
¡Pero ahora no opone resistencia!-
Exclamó jubiloso Bill mientras que examinaba el cuerpo de la que solía ser la madre de Pacífica quien yacía en una fría plancha de metal con el abdomen completamente abierto y expuestos sus órganos en el improvisado laboratorio frente al resto de jaulas que observaban un espectáculo aberrante además de traumáticos ya que ese podría ser el destino de la gran mayoría.
-¡Vaya!
Por dentro parece tener los órganos de un humano a pesar de tener serpientes de cabello-
Añadió mientras que sujetaba en su mano una de las cabezas cersenadas de aquellas serpientes.
-¿A caso no es adorable?
Es una lástima que no resistiera tanto-
una vez dicho esto, Bill soltó una risa descontrolada por su propio comentario, siendo imitado por sus subordinados, quienes se encontraban jubilosos al igual que su líder.

~•~

-Mabel, por favor...
Despierta...-
Murmuró Dipper mientras que sostenía la mano de su hermana, quien con sus heridas ya atendidas flotaba boca abajo en el agua sin mostrar alguna mejoría.
-Amigo, deberías descansar, estas muy alterado y no creo que eso sea bueno para ti-
Dijo Soos mientras que apoyaba una de sus manos en el hombro de Dipper, quien a pesar de su preocupación decidió aceptar la oferta de su amigo.

-Gracias, Soos-
Respondió el castaño antes de dirigirse a la habitación que compartía con su hermana, apretando fuertemente aquel dispositivo que le había logrado quitar de las heridas de su hermana.
Una vez estando en su habitación se recostó en su "cama" sin apartar la vista de aquel aparato por lo que no notó como Pacífica entraba a la habitación y se colocaba a su lado, notando finalmente su presencia al sentir como esta le abrazaba y algunas de las serpientes de su cabello le hacían cosquillas con su movimiento, logrando que se relajara un poco por lo que correspondió al abrazo de la joven, no sin antes darle un corto pero significativo beso en los labios, abrazándola con fuerza, con miedo de que a ella también le pasase lo mismo que a su hermana ya que era evidencia el regreso de aquel humano al que tanto repudiaba.