Capítulo 25

Entré apurada a casa, temblando de frío y mojada por la fuerte lluvia que había afuera. Nunca cargaba paraguas conmigo pues pensaba que era un peso innecesario en mi mochila, pero estoy segura que después de esto, lo tendría siempre.

Hoy nos dejaron salir temprano a todos por la tormenta, más que todo porque algunos vivían a las afueras del pueblo.

Mi padre no pudo salir a trabajar debido a las condiciones. Razón por la que lo encontré al llegar, sentado leyendo el periódico.

— Tenemos que hacer las compras hoy. — ordenó mientras pasaba de página.

Siempre le ayudaba con las compras, conocía bien los productos que nos favorecían.

— Pero no podemos salir, la lluvia está cada vez peor. — miré a la ventana, que estaba empañada y sin dejarme divisar mucho.

— No importa. Tenemos que ir hoy. Se ha agotado todo.

Sabía que estaba exagerando y que, de seguro, aún había bastante comida, pero evitando peleas, acepté.

Tomé mi chaqueta y botas, alistándome para enfrentar el clima. Normalmente, mi padre y yo compartíamos un paraguas grande, pero esta vez, me dio uno para mi sola, quedándose el con uno viejo que teníamos hace tiempo.

Creo que podía llegar a ser inmaduro, a veces.

Nos fijamos en cerrar todo bien, de tal modo que no se crearan goteras y salimos directo al mercado.

Las calles estaban llenas de charcos y casi que vacías. No tardamos más de cinco minutos en llegar. Al menos en eso mi padre tenía razón, la tienda de Lucas estaba cerca. Nos secamos un poco al estar en el local y comenzamos a recorrerlo.

Cuanto más caminábamos, podía sentir como la lluvia aumentaba; los truenos hacían al piso retumbar dándome pequeños escalofríos.

El local tampoco es que estuviera muy lleno, era obvio, mi padre es al único que se le ocurriría salir con el clima así. Cuando llegamos, había una pareja haciendo la fila, pero ahora se habían ido, quedando solo mi padre y yo.

Lleve el carrito conmigo hasta la caja encontrándome, como si ya no fuera suficiente, a Lucas asistiéndolo. Admito que seguía avergonzada por lo de ayer y, le debía también una disculpa.

Pero antes de que pudiera dirigirme a él, mi padre se posó a mi lado haciéndome retractar inmediatamente.

— Buenas tardes. — saludó amable antes de empezar a empacar las bolsas. Ambos le respondimos de vuelta. Se notaba que la presencia de mi padre le intimidaba un poco y no lo culpo.

— ¿Cómo han estado las ventas? — preguntó interesado.

— Bien. Hemos estado estables por un tiempo, incluso estamos pensando en expandirnos. — amarró las últimas bolsas.

— ¿Sí? ¿Qué ciudades?

— Tal vez Florida, Kansas. Igual, no queremos apresurarnos todavía.

— Es una buena ciudad para empezar. De seguro les irá bien.

— Eso queremos pensar, esta tienda ha sido como parte de la familia, seria lindo verla crecer. — comentó nostálgico.

— Si necesitan ayuda, con gusto podría darles mi consejo.

— Si, le hablaré a mi papá al respecto, gracias.

Me sorprendía verlos conversar así de fácil, le había dicho más palabras a Lucas hoy, que lo que me había dicho a mí en días.

— Son treinta con diecisiete. — citó leyendo su pantalla. Mi padre le entregó lo pedido.

Tomamos los paraguas y nos pusimos nuestras chaquetas, listos para salir.

— No creo que puedan salir así. — interrumpió Lucas señalando la magnitud de la tormenta. — deberían esperar un poco a que pase.

— Si, tienes razón. Deberíamos quedarnos, es más seguro. — dije tirando todo y sentándome, cansada en una silla cercana. No quería salir de nuevo así.

— Está bien. — aceptó mi padre sentándose igual.

Lucas me miró y alzó las cejas, sonriente, sabiendo que aquí nos quedaríamos un largo rato. Luego, comenzó a organizar algunos productos mientras nosotros tomábamos del té que nos había traído.

— ¿Y tus hermanas? — pregunté al notar que no había visto a ninguna el día de hoy.

— Todos están arriba. Por la lluvia, no ha venido mucha gente, así que me dejaron sólo atendiendo.

Yo asentí.

Ahora el único ruido que llenaba el lugar, era el de la fuerte lluvia afuera. Bastante relajante.

— ¿Que hay entre ustedes dos? — quebró el silencio mi padre tomándonos por sorpresa.

Ambos nos miramos, sin saber que decir mientras que él solo continuaba tranquilo tomando su té.

— Quiere decir... ¿Ellie y yo?

Era una pregunta obvia pero tenía todo el derecho a dudar ya que en realidad no habíamos hablado del tema aún y no teníamos un término sólido.

Mi padre asintió con su cabeza esperando una respuesta.

— Pues... nosotros...

Yo lo amenacé con la mirada, rogando que evadiera el tema, al menos hasta que resolviera las cosas con mi padre y le contara todo. Igualmente, sabía que él no tenía idea de lo que había pasado.

— Digo, hay cosas que, ya sabe, uno no puede controlar...

— ¿Son pareja?

Mi padre, tan directo como siempre.

— No... es algo que diría yo. — Lucas me miró pidiendo ayuda. — digo, tendrías que dar una, definición de pareja, para...

— No lo somos. — lo interrumpí salvándolo de ese embrollo.

Mi padre solo se limitó a asentir y terminar su té, pero sabía que ahí no terminaría el tema. Igualmente me sentí aliviada.

_

La tarde se nos fue rápido. La pasé ayudándole a Lucas con la tienda mientras que mi padre hacia algunas llamadas.

Ya había llegado la noche y la lluvia no había mermado ni un poco. Incluso, tuvimos que poner varios baldes a causa de las goteras creadas.

— No creo que la lluvia vaya a calmarse hoy. — dije angustiada mirando por las vitrinas.

— Pueden quedarse a dormir, si quieren. — ofreció amable Lucas.

— Gracias, pero podemos salir así.

— Padre, si salimos así nos dará un resfriado. — intenté convencerlo.

Él se quedó pensativo hasta que por fin aceptó. Le ayudamos a cerrar todo a Lucas para después subir a su casa y acomodarnos.

Esto va a ser interesante.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top