Capítulo 23

Caminaba cansada y sin ánimos hacia la escuela. Aunque iba algo tarde, sorprendentemente, pude lograr llegar justo a tiempo.

Entre a mis clases, e intente prestar la máxima atención posible en cada una de estas, pero, siendo sincera, no dejaba de pensar en la pelea que anteriormente había tenido con mi padre, y en como remediarla.

A la hora del almuerzo, como siempre me senté con Katia, Javier y Lucas quiénes llegaron después. Y aunque me divertí con ellos, mi mente aún seguía atascada en el pasado. Gracias al cielo ninguno lo notó, pues no quería hablar sobre el tema.

Terminó el día. Ahora estaba volviendo a casa agotada por todas las clases. Abrí la puerta y encontré a mi padre sentado en la sala trabajando ocupado. Colgué mi abrigo en el perchero y lo saludé esperando a que respondiera, pero solo me miró rápidamente para volver a concentrarse en su pantalla.

Fui a mi cuarto y adelanté algunos de los deberes que tenía y, aprovechando el tiempo libre que sobró, decidí tomar una larga siesta.

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— Ellie, te buscan en la puerta.

La gruesa voz de mi padre me levantó, interrumpiendo mi sueño.

Restregué mis ojos y revisé el reloj; seis treinta, había dormido casi tres horas y mi cuerpo aún seguía sonámbulo.

Me lavé la cara rápidamente y salí expectante, a la puerta.

— Hola, Ellie. — recibió Lucas con una gran sonrisa en su rostro. — pensaba que podíamos salir un rato hoy, tal vez a comer o ver una película. — propuso.

Yo suspire.

— ¿Está tu padre en casa? Quisiera saludarlo. — dijo queriendo entrar, pero antes de hacerlo, lo detuve sosteniendo su brazo.

— Lucas, mejor ven otro día.

— ¿Por qué? ¿Estás bien? — preguntó preocupado.

— Si, estoy bien. Solo vuelve otro día.

— ¿Segura?

— Si. Segura.

— Esta bien, llámame si pasa algo.

— Ok, adiós. — lo despedí y cerré la puerta apurada.

Al voltearme encontré de nuevo a mi padre sentado en la mesa aun trabajando. Siendo sincera, no quería pasar más tiempo en casa, sabiendo que mi padre me ignoraría el noventa por ciento de este. Salir, tal vez era mejor, aunque todavia quería tirarme a dormir en la cama.

Decidida, abrí de nuevo la puerta y alcancé a Lucas quien iba ya en la esquina de la calle.

— Cambie de opinión ¿a dónde vamos?

El dio un pequeño brinco sorprendido.

— ¿Que te hizo cambiar de opinión?

— No me podía perder nuestra primera cita. — respondí alzando mis cejas, halagadora.

— ¿Primera cita? — me miró extrañado. — Lo siento, pero yo solo te invitaba a salir, como amigos. - aclaró.

Yo abrí los ojos sin creer lo que acababa de escuchar. El soltó una carcajada.

— Es broma, es broma. Lo siento. — dijo entre risas. Yo lo mire seria. — vamos, tienes que aprender a reírte más, todos merecen ver esa hermosa sonrisa que tienes. — aduló rodeando con su brazo mi hombro y descansando en este.

Le di una mirada asesina pero una pequeña sonrisa me delató.

Antes de ir a nuestro destino, paramos un momento en la tienda, teniendo el, que hacer un favor pedido por su madre.

— Espérame aquí, ya vuelvo. — dijo antes de desaparecer por la puerta trasera.

Brook y Carly se encontraban organizando cajas y estantes mientras que Payton y Chloe, las mayores, atendían la registradora.

— Hola, niñas. — me acerqué a saludar a las pequeñas. Payton se alegró al verme y me dio un fuerte abrazo, Brook solo me dio una mueca de desconfianza.

— Qué bueno que estés aquí, hace mucho no te veía, pensé que tú y Lucas habían terminado. ¿Cuándo se van a casar? ¿Van a tener hijos? — preguntó entusiasmada.

— Eh... — pronuncié sin tener respuesta alguna, pero divertida por su curiosidad.

— Tú todavía no me terminas de gustar. — señaló amenazante Brook, con una pequeña caja en sus manos. — mi hermano es un hombre muy maduro y no creo que necesite tu compañía. — se cruzó de brazos enojada.

Era claro que estaba celosa.

— Tranquila, Lucas es todo tuyo. — alcé los brazos, inocente.

— No creo que sea maduro; a veces cuando él se baña, se pone a cantar muy duro, tanto que hasta una vez mamá lo regañó. — susurró Carly, burlona. — es una tortura escucharlo y ni siquiera son buenas las canciones.

Ambas rieron, haciéndome hacerlo igual. En eso volvió Lucas, interrumpiéndonos.

— ¿De que hablan?

— Le estaba contando a Ellie que te encanta cantar en la ducha, incluso me he aprendido algunas canciones; "Oh, Ellie, mi corazón es tuyo, todo, todo tuyo"

— ¡Carly! Tú sabes que eso no es cierto. — se quejó avergonzado. Yo no paraba de reír.

— Si que lo es. — sonrió traviesa. Creo que lo estaba inventando, pero me seguía divirtiendo la situación.

— No deberías mentir así, mamá te dijo que les pasaba a las mentirosas. — amenazó Lucas tenebroso. Carly se asustó y negó con su cabeza.

— No seas malo, Lucas. — le pegué levemente.

El río divertido.

— ¿Nos vamos? — propuso abriéndome paso.

Yo me despedí de ambas al igual que él. Formaron un abrazo grupal y Lucas les dio un beso en la mejilla a las dos. Se veía que eran muy unidos.

Y yo empezaba a sentirme mal por haber aceptado salir con Lucas, sabiendo que no estaba en ánimos para hacerlo. Espero esto salga bien.

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Ellie en galería.

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