Capítulo 17
Era ya domingo en la tarde y me encontraba mirando a la ventana esperando a mi padre, ansiosa.
Katia me había dicho que hoy saldría, a solas con Javier, intenté calmarla un poco, pero estaba realmente histérica. Y a Lucas, la verdad no lo había visto, y para ser sincera no estaba en ánimos de hacerlo.
Logré ver el carro de mi padre a lo lejos y salí esperándolo para ayudarle con sus maletas, admito que lo había extrañado un poco.
Desempacó las pequeñas cosas que se había llevado mientras le preparaba algo de comer.
— Mira, mi especialidad. — hablé mientras le servía la carne que le habia preparado.
— Se ven ricos. — comentó para luego comenzar a comer.
— ¿Cómo te fue allá?
— Bien. Visité a tu abuela. Te extraña mucho. — respondió tragando.
Era cierto, hace tiempo no veía a la abuela.
— ¿Cómo está ella? ¿No se siente muy sola? — pregunté sabiendo que no quedaba mucha familia allá en casa.
— Está bien. — sabía que mi padre no era muy bueno dando respuestas así que guardé una nota mental para llamarla y preguntarle yo misma. — Ellie, necesito que vayas a la tienda por unas cosas.
¿Acaso escuché bien? Mi padre me dejaría ir a un lugar que no era la escuela.
— Necesitamos leche, legumbres y pan.
— Pero pensé...
Iba a recordarle sobre el castigo que me había impuesto hace un par de semanas, pero, obviamente, preferí no hacerlo. En realidad, esto era bastante común, mi padre ponía castigos terribles cuando estaba en su momento de enojo, y luego después de unos días lo minimizaba o hasta se le olvidaba completamente.
— ¿Que pensaste?
— Nada. Claro, voy a ir. — dije levantándome antes de que cambiara de opinión.
Me puse un abrigo y salí rápidamente por lo antes dicho.
Cuando estaba ya en la calle, me di cuenta de que tenía un pequeño problema, aquella tienda que tenía todo lo que necesitábamos mi padre y yo, era la de la persona que menos quería ver en ese momento: Lucas.
Intentando evadirlo, comencé a recorrer el pueblo en busca de todo lo que necesitaba. Entré en varias tiendas y fui comprando cada cosa en la lista, fue agotador estar caminando de un lado a otro, pero al final logré adquirir todo.
Caminaba, ahora de vuelta a casa cansada de cargar esas pesadas bolsas. Tomé la misma ruta de siempre esperando el momento en el que podría tirarme en mi cama a dormir.
— ¡Ellie! — un fuerte grito detrás de mí, hizo que diera un pequeño salto. Volteé a mirar y me encontré a Lucas con su delantal afuera del supermercado.
¿En serio? ¿Tan mala suerte tenía?
— Hola. — dije acercándome hacia él y fingiendo una sonrisa.
— ¿Como has estado? Vi que ya llegó tu padre.
— Bien, si ya llegó. — respondí cortante con ganas de salir corriendo.
— ¿Que traes ahí? — señaló las bolsas en mis manos.
— ¿Esto? No es nada, solo compras que necesitaba. — no quería que se diera cuenta de que lo estaba evadiendo.
— ¿Por qué no compraste en la tienda? Te quedaba más cerca ¿Acaso estás escondiendo algo? — bromeó mirándome sospechoso.
— No, no, solo quería... Ya sabes, cambiar de entorno.
En serio era una mala mentirosa.
Él asintió con su cabeza entendiendo.
— Bien, fue lindo verte. — dije lista ya para irme, Lucas me detuvo con su brazo.
— ¿Estamos bien? ¿Tú y yo? — preguntó preocupado con su voz insegura.
— Si, todo bien.
Él sonrió no muy convencido.
— ¿Te acompaño a casa? Se ven pesadas y más para ti. — dijo haciendo referencia a las bolsas que cargaba y riendo.
— No. Pero gracias.
Él alzó las manos rendido.
Ahora sí, ambos nos despedimos, él volvió a su trabajo y yo retomé mi camino a casa.
Y de nuevo, estaba enojada conmigo misma por sentir esa pequeña emoción al verlo sonreír o por solo apreciar sus lindos ojos cafés. Espero ser capaz de olvidarme de todo eso, tenía que hacerlo.
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Lucas en galería.
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