Capítulo 16

Pasados unos segundos, Lucas y yo nos separamos. Yo continuaba, aún sorprendida por lo que acababa de pasar.

Incómoda y algo avergonzada, me centré en admirar el televisor. Honestamente, no tenía idea de lo que estaba viendo, pero continué fingiendo.

— Es una gran película. — comenté dándole una mirada rápida. Lucas frunció ligeramente el ceño.

— Es un documental. — corrigió.

— Si, exacto, un gran documental.

Alguien que me calle por favor.

— Ellie, no es necesario que hagas como si nada hubiera pasado. — se río.

— No estoy haciendo eso, es solo que... — dirigí mi mirada hacia él. — fue inesperado, demasiado inesperado.

Él sonrió y bajó su cabeza.

— Lo sé, también me sorprendí, pero... — se detuvo. — Me gustas, Ellie.

Definitivamente, esto no lo hubiera previsto nunca. Ni siquiera encontraba una forma de reaccionar a eso.

— Yo...

— No tienes que responder nada, sé que te tomé por sorpresa, lo siento. — dijo comprensivo.

¿Lucas me gustaba? Nunca me lo había preguntado, al menos no directamente. Era un buen chico; apuesto, gentil, cariñoso, divertido, responsable... diablos. Bueno, si me gustaba, solo que no se si estaría en una relación con él, digo, apenas si lo conocía, tal vez no era quien creía que era. No, ahora estoy deliberando.

— Bien... — habló el castaño sacándome de mi trance. — ya que Javier y Katia se están tardando, ¿qué tal si vemos...

— También me gustas. — confesé interrumpiéndolo y dudando aún de mi decisión.

— Oh. — pronunció sorprendido. — Ellie... — suspiró. — creo que no deberíamos hacer nada al respecto, por ahora.

¿¡Es una broma?!

— ¿De qué hablas? Me dijiste hace dos segundos que te gustaba y sonabas entusiasmado.

— Si, y sigue en pie eso. — defendió y ladeó inseguro su cabeza. — es solo que... tu padre.

Ya sabía hacia donde iba esto.

— Ellie, él no me quiere ver, ni cerca tuyo ni en, casi que, ninguna parte. Tiene sus reglas y las tenemos que respetar.

Empezaba a colmar mi paciencia.

— Solo creo que sería lo mejor.

— Pero...

— Lo siento, en serio. — expresó cabizbajo. — pero no quisiera empeorar las cosas.

Lo entendía, claro que lo entendía, pero, ¿acaso eso no es eso lo que haces cuando, de verdad te gusta alguien? Arriesgarte y enfrentar cosas. Supongo que eso no pasaría.

— Esta bien, sí. — pronuncié fingiendo calma.

— De verdad, no debí haberte besado, fue una tontería, si sabía que todo...

— Ya no hables. — le interrumpí. — solo veamos la película, digo, documental. — propuse acomodándome incómoda en el sillón.

Noté que Lucas me miraba constantemente, como si intentara descifrarme y con algo de culpabilidad. Me sentía mal pues sabía que no quería hacerme daño y, que fue exactamente por eso, que hizo lo que hizo, pero no le quita el hecho de que haya dolido.

En realidad, lo ignoré todo el tiempo que pude y me rehusé a concordar miradas con él. Cosa que fue algo difícil pues estaba, literalmente a mi lado.

Estuvimos en silencio absoluto unos veinte minutos, con el único ruido en la casa siendo el televisor.

Todo hasta que alguien llamando a la puerta, nos interrumpió. Abrí y agradecí que Javier y Katia por fin habían llegado.

— ¿Por qué tardaron tanto? — preguntó Lucas apagando la televisión.

— Paramos en varias tiendas y compramos comida. — respondió Katia mostrando la bolsa que cargaba.

— No era necesario.

— ¿Que decís? La comida nunca sobra. — habló Javier abriendo unas golosinas. — es como ir al cielo. — saboreó feliz.

— Pero deja algo para nosotros, no las comas todas. — alegó Katia arrebatándole el paquete.

— Eh, otra más, no seas así. — pidió. Yo estaba feliz y gritando internamente emocionada.

Javier luego propuso que saliéramos otro rato, cosa que le negué pues estaba bastante cansada. Lucas se fue temprano para recoger a su hermana y ambos, Javier y Katia se estaban yendo a eso de las ocho de la noche. Yo me tumbé en mi cama agotada.

Comencé a pensar en lo que sucedió hoy. Lucas intentó seguir normal conmigo, pero ya no podía verlo así. Lo que más me torturaba era que sentía que estaba perdiendo una gran oportunidad, tal vez valía la pena correr el riesgo, tal vez, pero él no lo veía así. Me mataba no saber qué era lo correcto y que no, no saber si me equivocaba o si las cosas, realmente debían ser así. Ni siquiera tenia claro como me sentía hacia él, tal vez todo fue por impulso.

Supongo que eso lo dirá el tiempo.

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Ellie en galería.

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