Capítulo 05 | Final

Un minuto, es todo lo que tiene JiMin para pensar sobre lo que están por hacer, y no es que no quiera, porque ha deseado esto durante bastante tiempo, pero ahora sus nervios le fallan y su inseguridad aumenta cuando YoonGi está frente a él con una cajita de terciopelo en sus manos, abierta y dando a relucir un elegante pero nada extravagante, anillo de compromiso. 

Su respiración tan acelerada se calma al mirar los ojos del mayor, esos ojos cuyo sentimiento de amor está grabado en su iris. Lo mira con un poco de ansiedad y algo de temor, pero sigue transmitiendo todo el cariño que le tiene. 

—YoonGi...— el menor murmura casi en un susurro, un poco audible para el doctor, pero lo suficientemente como para predecir que su novio está nervioso. 

—Desde hace tiempo quise proponertelo, aunque tenía un poco de miedo, ya no lo tengo más — siente su corazón acelerado, feliz y ansioso por lo que está sucediendo, pero sabe que es la mejor decisión de su vida —. Te amo como no tienes idea, y quiero que entiendas que, no importa todo lo que hice alguna vez, desde que estoy contigo he sido mi verdadero yo, y quiero seguir siendo yo por un largo tiempo de vida, contigo a mi lado. 

—Ah... — el menor no sabe que decir, está nervioso y teme que sus palabras le fallen y termine arruinando el romántico momento. 

—Sólo... ¿aceptarías casarte conmigo?

—Pero...— su corazón latía y sus palabras no salían, se sentía como un niño pequeño justo en esos momentos. 

—Ya sé lo que vas a decir, pero tengo todo arreglado... tus padres lo saben— admitió algo avergonzado el mayor —, les dije primero a ellos, por supuesto. Tenía que obtener su permiso, así que no lo pienses mucho.

JiMin sonrió ligeramente. Sabía que YoonGi les diría a sus padres antes que a él, por ahora realmente no le importaba mucho lo que opinaran sus padres, e incluso si se hubieran negado, de igual manera aceptaría. 

Asintió, llevando una de sus manos a los cabellos del mayor, los cuales cubrían un poco su frente, acomodó con leves caricias su cabello, mientras le miraba. 

—Sí hyung, quiero casarme contigo. 

Un suspiro verdaderamente fuerte salió del mayor, quién sintió como aquel peso de encima se iba desvaneciendo. 

—Joder, que nervioso estaba — murmuró algo abrumado, se levantó del suelo, tambaleándose un poco y luego, tomó a JiMin de la cintura para cargarlo en sus brazos de forma nupcial.

Sonrojado, JiMin recargo su mejilla en el pecho de YoonGi y se dejó cargar hasta la habitación. 

—¿Sabes cuanto tardé en darme ánimos y hacerlo? Jamás había sido tan cobarde como ahora, Jungkook tuvo que prepararme mentalmente— le dijo, escuchando como JiMin soltaba una risita.

—¿Desde hace cuando tenías planeado decírmelo?— preguntó, cuando se bajó de los brazos de YoonGi para quedar a orillas de la cama. 

—Desde hace unos meses, en serio, desde que estoy  contigo tengo que darme ánimos suficientes para hacer las cosas. 

—¿Por qué? No es como si fuera a juzgarte— JiMin pasó sus manos sobre el cuello del mayor. 

—No, pero, sinceramente me da miedo tu rechazo, si lo haces, no sabría como vivir con eso. 

JiMin soltó una carcajada muy grande, haciendo que YoonGi se sintiera avergonzado, recargo su barbilla en el pecho del mayor mientras trataba de tranquilizarse. 

—Jamás te rechazaría, de hecho, hace unas semanas Taehyung me dijo que podía hacer lo mismo, sólo lo pensé pero no lo planee, así que me terminaste ganando— rió recordando su intento fallido de querer proponerle lo mismo al mayor. 

—Bien, cariño. Namjoon nos casará, estudio 15 años en una escuela religiosa y además, el hermano de Seokjin es abogado— le dijo, dejando un beso en la comisura de sus labios, mientras lentamente metía su mano derecha bajo la playera que portaba su novio, acariciando la parte de su cintura. 

—¿Namjoon? P-pero hyung... él no es un sacerdote— rió al pensar en su amigo. 

—¿Y? De algo debe de servir sus años en aquel lugar— se alzó de hombros,  mientras tomaba a JiMin de la cintura, recostándose lentamente en la cama. 

JiMin soltó una risa, imaginando que realmente tendrían que casarse bajita la mano, pero aún así, estaba dispuesto a hacerlo y que al menos sus amistades más cercanas supieran que son esposos. 

Una alegría inmensa los envolvía a ambos, en la mañana todo había sido tedioso, a pesar de que habían resuelto las cosas, aún se sentían un poco abrumados por su pequeña discusión. Probablemente esa fue la razón para darle el empujón a YoonGi de por fin pedirle matrimonio al menor. 

JiMin llevó sus manos al cabello del mayor, enredando sus deditos entre ellos, dándole leves masajes. 

—Dame tu mano — dijo YoonGi, mientras la tomaba con cuidado y ponía el anillo que compró sobre su dedo anular. 

Su corazón se conmovió al ver esa pequeña imagen, miró a los ojos de su pareja y descubrió la tímida pero feliz mirada del chico. Se sintió tan afortunado. 

Besó sus labios con amor, de manera lenta, tratando de demostrar lo mucho que lo amaba. Ya acostados en la cama con JiMin bajo su cuerpo, sintió al menor temblar entre sus besos, y probablemente un gemido bajo salió de sus labios cuando dio un pequeño mordisco a su labio inferior. 

Su pecho se calentó, al igual que sus manos y probablemente todo su cuerpo ahora se sentía ansioso. 

—Hyung, duele... — JiMin soltó un murmullo, haciendo que YoonGi se detuviera y mirara su zona baja. 

Soltó un suspiro y volvió a besar sus labios dando pequeños besos uno tras otro, besó su frente y dirigió sus manos a los pantalones del menor para comenzar a desabrocharlos. 

—Tranquilo, haré que ya no duela — respondió. 

Sus besos bajaron a su cuello, succionando de manera leve para no dejar marcas tan notables. Los jadeos el menor se intensificaron, bajo su cuerpo JiMin temblaba, aferrando sus manos a los hombros del mayor. Mientras que éste se encargaba de besarlo y presionar su entrepierna. 

Pronto tomó la erección de JiMin con su mano, comenzando a moverla procurando ir lento para luego llegar hasta la punta masajear con su dedo sobre esta. Los gemidos de JiMin se escucharon más fuerte cuando YoonGi movía su mano con rapidez y presionaba aquélla zona. 

—Voy a... Hyung... a-ah... — sus palabras no salían coherentes, cerró sus ojitos, sintiendo su vientre cosquillear. Se aferró con fuerza a los hombros de YoonGi y gritó de sorpresa en el momento que sintió como terminaba corriendose en la mano del mayor, manchando parte de su abdomen. 

Su rostro hervía en vergüenza. Se había corrido tan rápido que seguramente YoonGi se burlaría de él. 

No obstante, se tranquilizó al sentir los besos del mayor sobre su frente, bajando hasta su mejillas y luego, volviendo a fundirse en sus labios. Un beso caliente, húmedo y más fogoso que el anterior, el deseo hundiéndose en sus lenguas, los chasquidos que hacían se escuchaba por la habitación, y aunque se sentía un poco sucio, aún así no dejaron de besarse. 

JiMin rodeó con sus brazos el cuello del mayor, atrayéndolo aún más. Sus respiraciones agitadas y los jadeos que soltaban era lo único que se escuchaba en la habitación. 

—YoonGi... — murmuró con dificultad cuando se despegó de sus labios, el caliente aliento del mayor golpeaba contra su mejilla —, quiero hacerlo, déjame sentirlo. 

YoonGi sonrió ante sus palabras y asintió. 

—Jamás creí que te verías tan lindo pidiéndolo — dijo quitando los pantalones junto con la ropa interior de JiMin. 

Expuesto ante YoonGi, se sintió un poco avergonzado, pero sinceramente no quería dar marcha atrás. Se sentía tan bien, como si estuviera ebrio, era un sensación que adormecía su cuerpo pero éste se sentía tan caliente. 

¿Así se sentía estar excitado? Porque le encantaba sentirse así. 

Escuchó como YoonGi quitaba su cinturón para luego bajar su pantalón y sus boxers. Por inercia flexionó sus piernas hasta ponerlas casi contra su pecho. 

—Voy a hacerlo lento— le dijo, con sus dedos tanteo su entrada, para después introducir un dedo lentamente, haciendo que JiMin se acostumbrará a la intromisión. 

El menor arrugó su entrecejo e inhaló fuertemente para después exhalar, tratando de no pensar en lo doloroso que se sentía tener un solo dedo dentro de él. Porque claro, sabía que la primera vez siempre dolería. 

No estaba casi seguro si lo disfrutaría, pero quería hacerlo.

—¡A-ah...! 

Sus manos apretaron el brazo del mayor, sintiendo como este movía su dedo dentro de él, lentamente lo sacaba y lo volvía a meter, haciendo que el dolor de JiMin bajara un poco. Después, hundió un segundo dedo en el interior de su novio, abriendo y cerrando como si fuesen tijeras, esperando que con eso su entrada se expandiera un poco o simplemente se acostumbrará lo suficiente a sus dedos para que no fuera tan doloroso al meter su miembro. 

La mandíbula de JiMin temblaba levemente por las olas de calor y deseo, soltando leves jadeos y gemidos que el mayor escuchaba perfectamente bien. 

Empujó sus dedos, jugando con la entrada del menor, buscando y moviéndolos hasta que encontró el punto exacto de JiMin, quien al sentir como las embestidas que daba YoonGi con sus dedos tocaban su sensibilidad, soltó un alto chillido, mientras sus ojos comenzaban a formar ligeras lágrimas. 

—Espera un segundo — murmuró el mayor, sacó sus dedos de aquélla zona y se acomodó. 

JiMin secó sus lágrimas con su mano y observó al mayor acariciar su propio miembro. YoonGi no tenía planeado que esto sucediera tan de repente, tampoco le dio tiempo de pasar a la farmacia a comprar lubricante. Sin embargo, tenía unos cuantos condones que una vez Jungkook metió en su bolsillo por si tenía algo de "acción" con JiMin. 

Se removió, buscando aquellos condones hasta encontrarlo. JiMin lo observó como abría uno de esos para poder ponérselo. Sus mejillas ya rojas se calentaron aún más al ver que YoonGi también estaba excitado, supuso que no era tan difícil para su novio ponerse duro, después de todo, el único primero aquí era JiMin. 

Así que, un poco apenado, tomó la mano de YoonGi cuando lo sintió subirse de nuevo a la cama, y acomodarse justo entre sus piernas. 

—¿Qué sucede? ¿No quieres...?

—Hyung, no... yo... ¿Podemos hacerlo sin condon? Puedes terminar fuera— el mayor no respondió al instante, se quedó algo impresionado cuando escuchó esas palabras pero asintió. 

Aún así, el látex del condón le ayudó para estimularse y hacer que fuese fácil entrar en JiMin. 

Abrió las piernas del menor, quien las puso a cada lado sobre la cama, sintiendo como una de las manos de YoonGi tomaba la suya y la entrelazaba, mientras que la otra agarraba su miembro, empezando a introducirse lentamente en JiMin. 

El chico bajo su cuerpo sintió un espasmo cuando la punta del pene de YoonGi se hundió. Cerró sus ojos acostumbrándose al dolor, abrió su boca liberando el grito trataba de ocultar y escuchó a YoonGi susurrar palabras de amor en su oído. 

—Shh, shh... tranquilo, está bien, si duele mucho puedo sacarlo — le dijo, besando su mejilla, viendo como JiMin negaba —, tranquilo cariño. 

Entonces, se movió un poco más rápido y todo su miembro quedó dentro. Con la respiración agitada y sus dos manos ahora entrelazadas con las de JiMin, se empujó lento casi nada, esperando que los pocos empujes fueran aumentando poco a poco. 

—Hyung... es muy grande... — JiMin a penas pudo formular esas palabras. YoonGi soltó una risita y beso sus labios. 

—Me moveré con cuidado, ¿si?

Con la confirmación de JiMin, liberó sus manos, tomó las piernas del menor, las cuales estaban a su costado y las tomó en sus brazos, jalando un poco a JiMin para dejar más expuesto su trasero.

El menor se aferró a sus hombros y con un último beso a sus labios, YoonGi comenzó a moverse. 

—A-ah... es tan... ¡Ah! 

—Ahh... lo siento — murmuró YoonGi sobre su oído —, lo siento, lo siento. 

Sus disculpas fueron soltadas cada vez que se empujaba, saliendo y entrado de manera lenta, sintiendo como la entrada de JiMin se apretaba alrededor de su miembro. Era excitante, era tranquilizante y placentero. 

—H-hyung... más... — su voz salía bajita, pero trataba de que fuese lo suficientemente entendible para el mayor sobre él. 

JiMin cerró los ojos, disfrutando lo poco que podía, pues el dolor seguía presente pero quería tratar de ignorarlo para disfrutarlo. Sólo quería pensar lo bien que se sentía tener a YoonGi entre sus piernas, entrando y saliendo de él, como su miembro trataba de encontrar una vez más su punto para darle placer. Pero era doloroso, así que se imaginaba cosas bonitas. 

Como que, por fin estaría con YoonGi por un largo tiempo más, que ahora tenía un anillo en su dedo, que por fin habían dejado las dudas de lado y se atrevían a dar un paso más. 

YoonGi besaba sus labios de vez en cuando, procurando más que nada besar su rostro, no quería ser salvaje y dejar tantas marcas en su cuello, tampoco quería estimular sus pezones porque sabía que esa zona era sensible, y que podría dolerle mucho después. 

Así que por ahora, siendo la primera vez de JiMin, sería cuidadoso y placentero, ya después probaría algún otro método. 

JiMin soltaba gemidos, uno tras otro, recibiendo su miembro y curvando su espalda cuando la caliente sensación de placer invadió su cuerpo, pues YoonGi había encontrado su próstata. 

Golpeando lento, algo fuerte pero no tanto como para hacerle daño. Su miembro se movía, una y otra ves, tocando aquella zona. 

—A-ah... Yoon... se siente... ahh — YoonGi lo besó, sintiendo su miembro más duro al sentirlo golpeando su próstata, el rostro de JiMin mostraba todo el placer que estaba sintiendo, y probablemente un poco de dolor, pero le gustaba saber que lo disfrutaba. 

—¿T-te gusta...?— preguntó el mayor, empujándose lento, dando estocadas lentas y tal vez eso lo hizo sentirse más ansioso, que su miembro podía sentirse perfectamente bien el interior de JiMin al ir lento. 

—¡Ah...! ¡si...! — sus gemidos eran los favoritos de JiMin, soltaba jadeos y gemidos tan bajos, casi en un susurro pero como estaba cerca de él, podía escucharlo y le hacía sentir aún más placer. 

Sintiendo su vientre cosquillear, llevó su mano al miembro de JiMin y comenzó a masturbarlo, para hacer que este también sintiera placer. Golpeó unas cuantas veces más en su interior, y cuando supo que estaba por eyacular, sacó su miembro. 

—¡H-hyung...! ¡a-ahhh! 

JiMin terminó por correrse poco después de que él también lo hiciera, su líquido se derramó, manchando la entrada del menor con su semen.

Con sus respiraciones agitadas, y la sensación de placer que acababan de experimentar, JiMin tuvo que aferrarse a las sábanas para tratar de calmarse, contando mentalmente para lograr entretenerse y caer dormido. 

YoonGi en cambio, se acostó entre sus piernas, besando su pecho y abrazándolo, con su rostro escondido entre su cuello. Mientras JiMin lo rodeaba con sus piernas y besaba su cabello, abrazándose a él de igual manera. 

—Duerme si quieres, mañana temprano nos ducharemos. 

JiMin quería negarse, la verdad se sentía demasiado sucio y pegajoso, pero, lamentablemente estaba muy cansado y era más grande su flojera que las ganas de bañarse, así que sólo asintió y hundió su nariz entre los suaves cabellos de su ahora prometido, para después caer dormido. 

Cuando despertó, se removió incómodo en la cama, estaba enrollado entre sus sábanas y aún seguía desnudo de la parte de abajo, pues su camisa no había sido quitada, sólo estaba desabrochada.

Un fuerte dolor en sus caderas lo hizo lanzar un gemido, dándose cuenta que a su lado no estaba nadie, supuso que YoonGi debía estar abajo o algo así. 

Por un segundo, su mirada se enfocó en su mano, aquélla zona donde ahora estaba un anillo de compromiso. Suspiró como todo un enamorado, recordando lo que YoonGi le había pedido la noche anterior. 

—Oh... ya despertaste — JiMin miró la puerta del baño, YoonGi estaba parado ahí, nada más en ropa interior pero aún no se veía bañado.

—Buenos días, hyung — quiso levantarse, pero el dolor no lo dejó seguir adelante. 

La suave risa de YoonGi viajó hasta sus oídos, el mayor se apresuró a ayudarlo, una vez cargándolo de forma nupcial, sólo que está vez JiMin dio un ligero quejido debido al dolor. 

—Después de bañarnos, te daré un masaje, ¿de acuerdo?— le dijo, entrando en el cuarto de baño —, el agua está calientita, así que le hará bien a tu cuerpo. 

JiMin asintió, dejándose mimar por el mayor. A pesar de que su cuerpo dolía, se sentía feliz y para nada arrepentido de haber tenido su primera vez con YoonGi. 

JiMin sólo quería hundirse en sus brazos y llenarlo de besos, YoonGi solamente disfrutaba escuchando sus gemidos, pues estos eran como la balada más preciosa para sus oídos. 

Al final, no le importaba haber hecho el amor rudo o suave, con saber que al despertar JiMin estaría a su lado, era más que suficiente. 

FIN

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