-Vacío-
El universo que mis sueños suponían, se trataba de un lugar alegre, un etéreo pedazo de mi existencia en el que todos aquellos temores desaparecían, remplazados por sueños. Mi fantasía. Sin embargo, a mi pesar, aquel universo se vio rasgado y corrompido por temores anclados en mis recuerdos.
Mi subconsciente, intentó, de alguna manera inútil, borrar las manchas negras que cegaban mi felicidad. Resquicios abstractos de aquello que en alguna ocasión fue el protagonista de las peores de mis pesadillas.
Mas, había que argumentar que aquella última pesadilla, era imposible de eliminar de mis recuerdos. Siendo la reina de todas ellas, impávida se había establecido allí para permanecer hasta mi último aliento.
Mis oídos chirriaban a la par de su estruendosa y malévola voz. Cada paso que profería, conseguía acelerar el latido de mi aterrorizado corazón.
Los livianos pasos que proferían mis pies, ansiaban ser grandes y potentes zancadas, capaces de recorrer todo un universo en una mirada. Poder alcanzar ese objetivo final. Pero, no obstante, eran pesados como titanio, y en mi alma, sus gemidos teñidos de dolor, cavaban profundos surcos en mi ser.
Y el ente demoniaco se apoderó de la poca felicidad que había conservado latente en lo más profundo de mi persona.
Algo en mí gritó con un estruendo una realidad que no me dignaba a creer. Harry tendría el futuro más maravilloso que alguien puede deparar.
Pero ni James ni yo formaríamos parte de él.
La fragancia a delicioso pan tostado y café molido se hizo presente en el ambiente, quedando yo atrapada en todo aquel ciclo de emociones. ¿Cómo una simple rebanada de pan era capaz de devolverme a tiempos que mi memoria era incapaz de albergar?
Mis pensamientos quedaron interrumpidos por mi pequeño niño. Harry se encontraba en su trona, como era costumbre, lanzando sin pavor todo a su alcance. Su padre, enternecido, le lanzó una mirada cariñosa a su retoño, esbozando yo una sonrisa. Me llenaba de felicidad poder estar presente en estos efímeros momentos en lo que sentía que su vida se encontraba, al fin, completa.
¿Había hecho bien escogiendo al que se había convertido en mi marido? En un pasado relativamente lejano, un hombre conquistó mi corazón. Mas toda la confianza puesta sobre él, fue en vano. Mi mente no podía concebir el hecho de que aquel, en ese momento niño, consiguiera destrozarme de la manera tan exuberante como lo hizo.
En pasado no muy pasado, yo había estado total y perdidamente enamorada de Severus Snape.
Dueño de la oscuridad en la actualidad, doble espía, frío, sérvolo, imparcial. Él, que logró ocupar el puesto de primer amor, el que aguardaba con ilusión.
¿Cómo yo podría haber llegado siquiera a imaginar que el estúpido y despreocupado James Potter sería la persona con la que compartiría el resto de mi vida?
Y en el momento en el que perdí toda esperanza en lo relativo al chico de orbes frívolas, otra persona llegó a realizar de mis sueños juveniles una realidad. Había, sin darme cuenta, caído en las redes de su amor.
En el momento en el que quedaba poco para que el crepúsculo cayera, Sirius Black traspasaba el umbral que suponía la salida de nuestro hogar.
Yo aún miraba atónita a Harry jugando con su nueva escoba infantil. Repentinamente, y sin previo aviso, pensamientos de futuro adornaban alegres, mi mente. No eran pocos lo que conocían con cuan anhelo albergaba yo de que mi niño de ojos verdes comenzara a escribir la historia de su vida.
Mis pensamientos siempre habían tendido a razonar que mi existencia realmente no se encontraba demasiado definida, más cuando él nació fui capaz de expresar que mi vida había sido un navío sin rumbo alguno. Su luz iluminó mis día cual faro el sombrío océano.
No cabía lugar a duda. Lo amaba, uno de los más grandes amores latentes en la Tierra. Daría mi vida por él.
Yo tenía la mirada fija en mis manos y realizaba movimientos inútiles con ambas. A la par, James y Harry estaban jugando en la encimara de la cocina con unos coches voladores
La puerta se abrió, profiriendo un estrondor. No había necesidad de que se concretará la identidad del intruso, bastaba con sentir su presencia para saber exactamente la naturaleza de quién se hallaba a pocos metros de mí.
Y mi pesadilla comenzó a cobrar vida.
Mis oídos chirriaban a la par de su estruendosa y malévola voz. Cada paso que profería, conseguía acelerar el latido de mi aterrorizado corazón.
— ¡¡CORRE LILY, CORRE!!— teñidas de terror sus palabras quedaron suspendidas en el aire.
Reaccionando rápido, entrelacé a mi hijo alrededor de mis firmes brazos, corriendo escaleras arriba. El tiempo se paralizaba.
Los livianos pasos que proferían mis pies, ansiaban ser grandes y potentes zancadas, capaces de recorrer todo un universo en una mirada. Poder alcanzar ese objetivo final. Pero, no obstante, eran pesados como titanio, y en mi alma, sus gemidos teñidos de dolor, cavaban profundos surcos en mi ser.
Alcancé la estancia más retirada de mi morada, sosteniendo temblorosamente a Harry.
Cuando un sonido seco me paralizó. James yacía muerto no muy lejos de mi posición. Para mí, la materia ya no era materia; ni lo físico, fisico. Pues si mi vida se orientaba hacia su amor, ¿que dejaría tras él su vacío de sus besos, caricias, palabras? De todos aquellos momentos en los que únicamente tú y yo suponíamos los protagonistas de una historia de amor imperfecta.
Mas no había cabida para lamentarse.
En medio de todos estos pensamientos sobre mí, ya pasada vida perfecta, él entró en la estancia que ocupábamos mi hijo y yo.
Él; aquel que estaba alimentado por el poder, él que estaba dispuesto a cometer atrocidades tales como aquella que acababa de ejercer.
Y el ente demoniaco se apoderó de la poca felicidad que había conservado latente en lo más profundo de mi persona.
— ¡Aparta! - y en su tono de voz solo era distinguible un abisal odio por toda aquella criatura viviente. - Sólo quiero a tu hijo.
— ¡NO! - chillé con la poca fuerza que me quedaba activa tras la muerte de mi esposo.
Me apuntó retándome con su mirada. Su mirada aterrorizante.
Algo en mi gritó con estruendos una realidad que no me dignaba a creer. Harry tendría el futuro más maravilloso que alguien puede deparar.
Pero ni James ni yo formaríamos parte de él.
Como un potente clavo, sentí como el último latido perforó mi corazón.
Escrito por Lucy_Foy y yo misma :v
Y esto, chicos es el resultado de una sesión de escritura con tu amiga de más de dos horas a las tres de la mañana xD Sé que no suelo publicar nada de Harry Potter en la cuenta, sin embargo la ocasión (aniversario de la muerte de sus padres) hizo que Lucía y yo, que sienpre quisimos escribir algo juntas y aprovechando que teníamos oportunidad de escribir,aquí la dejo :D Espero que os guste y no olvideis pasaros por su cuentaa!
Nos leemos!
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