Capítulo 9: ....¿Me estás llamando otaku?
La noche era oscura y fría con una ligera niebla que la hacía lucir un leve aspecto tétrico.
—¿Es aquí? —preguntó un inusualmente serio Kenichi —Es... tenebroso.
—Eso decía la carta que fue dejada en el dojo —respondió Ma.
—¿Qué sucede Kenichi? ¿Ya tienes miedo?
—Cállate alien. No estaríamos aquí si no hubieras andado de metiche.
—¿A quién le importa eso? Es obvio que no se atreven a hacer nada con tus maestros por aquí.
Los brillantes ojos de Tanimoto delataban sus deseo de estrangularlo —Ojalá sólo quieran tu cabeza.
—Eso no está bien Hiruo-kun, subestimar a Vongola es algo muy peligroso.
—¡Incluso Akisame-shishio lo dice!
—Exactamente... —la suave pero repentina voz de una mujer se hizo escuchar —Deberían escuchar al maestro del Jiujitsu, Akisame. Subestimar a Vongola significa perder la vida.
—¡GYYYAAAA! —se escucharon gritos simultáneos de algunos de los más jóvenes presentes.
—¡¿Quién es?! ¡Muestrate!
—No entren en pánico. Es Vongola.
En medio de la tranquila y desolada noche sólo la voz de aquella mujer era distinguible, sin embargo había un algo extraño en ella.
—Si están aquí, he de suponer que accederán a nuestra demanda.
—¡Ni siquie...!
—Tranquilizate, Kenichi —habló Sakaki —No te presipites.
El joven discípulo tuvo que mantener la calma, la mirada de los adultos era digna y solemne.
—Usted debe ser la delegada de Vongola.
—Estás en lo correcto, Furinji Hayato.
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—¿Por qué megane está hablando así?
—¿Quizás es el modo en que se debe hablar en estás situaciones?
—¡Sasuga Oregano-sama! Desde el principio muestra nuestra superioridad en inteligencia —habló un emocionado joven.
—¿Y éste quién es?
—Fran-sama ¿No me recuerda?
—Fran, él es el agente que se infiltro en el domicilio enemigo.
—Oh, el idiota del informe.
—Fraan...
—Ya sé, ya sé~.... ¿Pero por qué sigue aquí?
—¡Por favor escucha cuando la gente te habla!
—Estoy justo a tu lado, ¿Por qué me gritas?
—L-lo lamento.
—No se preocupe Chrome-sama, soy capaz de responder a esa pregunta.
—¿Lo eres?
—¿Ah, sí?
—¡Por supuesto! Verán ésta misión es especial debido a nuestros objetivo, y aunque Chrome-sama es una guardiana y Fran-sama... ¿Un comodín?
—¿Comodín? Buena idea... —en ese momento su sombrero de manzana se transformó en uno de Arlequín y comenzó a sacudir su cabeza.
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—¿P-Por qué hay sonido de cascabeles en un lugar como este? —tartamudeo un nervioso Kenichi —No creerán que aparecerá un fantasma ¿O sí?
—¡¿F-F-Fantasma?! ¡Todo menos eso! —habló una aterrorizada #20 tras Loki.
—¡Hmp! Ustedes par de idiotas ¿Realmente creen en ese tipo de cosas?
Tanimoto lo miró con ojos aburridos, ese alienígena debería mirarse en un espejo antes de hablar. Sus piernas no dejaban de temblar.
—¡Ho, ho, ho! Señorita delegada no parece muy apropiado para alguien de su estado el jugarle bromas a unos niños.
—Naturalmente no lo es —la voz de Oregano era suave y tranquila, aunque realmente no lo estaba —Pero así como usted tiene sus aprendices, nosotros tenemos los nuestros.
¡Esos niños, definitivamente no se saldrían de ésta sin un buen escarmiento!
—¿Aprendices de Vongola? —ese pensamiento simultáneo surgió en la mente de los presentes.
Con dicho pensamiento la imaginación de todos les mostró distintas representaciones de lo que un aprendiz Vongola era.
Para algunos aparecieron hombres con armas, cicatrices, tatuajes y cigarrillos. Unos completos salvajes.
Para otros aparecieron hombres y mujeres jóvenes con trajes, lentes oscuros, armas y navajas.
Y así fue como la imaginación de todos fue volando cada vez más lejos de la realidad.
—Fufufu... Supongo que es hora de ceder el paso, M-33.
—Hai.
La voz constante de un hombre joven se oyó y su imagen se fue visible.
—Encantado de conocerlos.
Un joven poco mayor a 20 años se encontraba frente a ellos, vestido con traje formal realizó una elegante reverencia.
(Tipo así)
—Pueden dirigirse a mi como M-33. Furinji-dono, deseo lleguemos a una pronta, y espero poco violenta, solución.
El joven les dirigió una sonrisa tranquila y despreocupada, sin dejar de ser bella y elegante.
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Del otro lado de la neblina se encontraba Oregano con su porte recto y maduro, tras ella estaban Fran y Chrome con una expresión algo perdida.
¿Cómo no estarlo? El muchacho que los había estado acompañando y usando "sama" a diestra y siniestra en sus nombres ¡Tuvo un extraño y repentino cambio en su personalidad!!
¡Parecía un estafador consumado!
—¿Oregan-...?
—¡Oi, Megane! ¡¿Qué rayos fue esa risita "fufufu"?!
—¡Fran!
—¿Qué? —preguntó inocente y desconcertado —Eso no fue Megane en absoluto.
—....
La expresión de Oregano se tornó un poco antinatural —....Fran, creo que has pasado demasiado tiempo en Japón.
—Megane-san... ¿Me estás llamando otaku?
—¡Por favor concentrense en la misión!
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—Chrome-sama lo tienes difícil, eh....
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