Caminé y caminé, a través del bosque transité, las espesas nubes solamente se veían pasar sobre la atmósfera, la luna causaba melancolía, decidí dejar todo lo que poseía por saber que era vivir, espero que los hombres de negro no me atrapen, prefiero morir que ser capturado, nadie ha visto lo que le hacen a los seres como yo, espero que no me quieran violar, hay muchos rumores caminando por las mentes de los que escuchan historias sobre ellos.

Una humilde cabaña logré guipar entre los aledaños, tras una ventana logré apreciar a una hermosa chica, de ojos azules y piel blanca, me pregunté a mí mismo "¿Qué se sentirá estar enamorado?, mis antiguos jefes decían que se trataba de una pérdida de tiempo, ahora quiero enfocarme, por favor cuerpo ¡Enamórate ya!, lo que sea que sea el amor, quiero sentirlo con esa terrícola, dicen que con el corazón se ama, me lo cortaré y se lo daré a ella para sentir esa sensación que tanto describen, debo cumplir la lista de mis deseos".

Finalmente entré cautelosamente a esa choza; tengo habilidades psíquicas con mentes débiles, incluso puedo partir a un camión en dos con mis manos, tengo muchas habilidades, por eso escogí la forma de un debilucho.

A fin de cuentas ingresé, la miré con la forma más cercana a la que mi raza hace para aparearse durante las épocas húmedas. Parpadeé tantas veces de forma extraña con mi nuevo aspecto, me era díficil acostumbrarme a este cuerpo, alce mis dos manos juntas. Me tomó esfuerzo aprender su lenguaje, miré muchas películas terrestres que encontré en la galería de reliquias de la galaxia.

-¿Nadie te enseñó a tocar primero la puerta? ¿Estás perdido?

-Vengo del cielo, Hola, soy ahh... -Me tardé dos segundos en pensar-. Soy el señor Jack Dawson.

-Mucho gustó Jack -susurró ella—. Soy Michelle Alguera.

Solamente la miré extrañamente, creí que así la seducía y que me amaría.

-¿Qué haces? -preguntó ella confundida mientras comenzaba a reírse.

-Lo mismo que en el Titanic -repliqué, mientras la miraba a los ojos.

Sus descontroladas risas se manifestaron aún más...

-Me da miedo y risa esa mirada, eres tan divertido, ya deja las bromas a un lado -gorjeó la chica-. ¿Acaso no eres de este planeta?