CAPITULO 7
VACACIONES DEMONÍACAS
CAPITULO 7
-¿Q-que tengo que hacer?-Preguntó, Neuro la observó durante unos momentos.
-Parece haber una catarata por aquí, vamos a lavarnos y entonces te diré
Yako siguió a Neuro hacia el interior del bosque.
No le vendría mal un baño.
Tal como había dicho Neuro, un poco más adelante encontraron la cascada, que se habría ante ellos como un paisaje de ensueño sacado de la fantasía más literal que Yako pudo imaginar en esos momentos. Había un arbol cuyas ramas caían hacía abajo, creando una especie de refugio. Parecía sacado de la mismísima fantasía. ¿Donde estaba el unicornio y las hadas? ¿Quizá saliesen de repente los niños perdidos de Nunca Jamás?
Neuro revisó la estructura del árbol con curiosidad mientras Yako se acercaba a la orilla del lago que formaba la cascada. Se sorprendió por lo templada que se notaba el agua, quizá viniera de alguna fuente termal. Era típico en la zona.
-Yako-La llamó Neuro, que no se encontraba muy lejos.
-Que?
-Desnúdate
Yako abrió los ojos lo más grande que pudo. Se preguntó un fragmento de segundo si había oído bien la palabra que había salido de los labios de Neuro. ¿Había dicho lo que creía que había oído? ¿Le dijo que se desnudase?
Sus mejillas se enrojecieron.
-¿Que?
-Date un baño, estas sucia
Yako no lo quería admitir
-Pero...
-No seas mojigata, ya te dije que tu cuerpo no puede hacerme sentir nada-Miro hacia los lados-No voy a perder mi tiempo mirando tu cuerpo de niña, voy a patrullar el terreno.
Yako no quiso hacer ningún comentario sobre la frase hecha por Neuro. Vio como el demonio dejaba su chaqueta y su pañuelo en una de las ramas del árbol y se dirigía al interior del bosque.
-PERDONA POR NO TENER UNA COPA D, DEMONIO ESTÚPIDO- Le gritó después de que su cuerpo hubiera desaparecido entre las ramas.
Esperó unos segundos y se fue quitando la ropa, dejándola junto a una de las ramas donde estaba la ropa de Neuro. Sintiendo el aire en su cuerpo desnudo se fue metiendo poco a poco en las aguas. Ciertamente eran más cálidas de lo que ella hubiera esperado y se alegró de poder quitarse toda esa suciedad que la estaba molestando desde hacía bien tiempo. Se frotó el cuerpo pensando en lo que había dicho Neuro.
"tu cuerpo no puede hacerme sentir nada"
Sus manos rozaron su cintura estrecha, sus piernas fijas y bien ejercitadas...Yako no pensaba que tuviera un cuerpo de niña. Ciertamente no tenía tantas curvas como otras chicas y que gracias a su cabello corto no parecía del todo una chica pero...
-Una copa D eh?...-Se dijo a si misma rodeando sus pechos. Cabían en su mano, redondos y rosados.
Puede que el tipo de mujer de Neuro fuera una demonio tetuda de grandes curvas.
¿Que podía hacer ella?
-En que pienso? Ni que me gustara Neuro...-Se reprochó a si misma, introduciendo la cabeza bajo el agua y buceando un poco para eliminar cualquier rastro de tierra y ramitas de su pelo.
-Realmente no me gusta ni nada...no es que quiera verme linda para él..-Otra vez habló consigo misma. Era cierto que había pasado mucho tiempo con Neuro, incluso más que con su amiga Kanae y que todo su mundo giraba en torno al demonio (era su esclavo, tenía que ser asi). Aún así Yako nunca había pensado en chicos o en enamorarse. No podía permitirse una relación teniendo que hacer el papel de detective para Neuro 24 horas. Nadie querría salir con ella si a cada momento se iba para estar con Neuro.
-No es que quiera algo con él
Realmente no estaba segura. Neuro, pesase a quien pesase, era atractivo, elegante y había sido descrito como un tipo ideal por Kanae. Tenía una altura y un cuerpo que podían pertenecer a un modelo, su cabello a dos colores solo atenuaba esa belleza extranjera.
Su forma de moverse también era elegante, siempre recto y mirando por encima de la gente, con aquellos ojos que parecían ver a través de la gente. Al principio Yako se había asustado de aquellos ojos pero ahora sólo sentía adoración por ellos, tan brillantes y poderosos...
-A quien quiero engañar...en verdad me gusta-Se llevó las manos a los labios, sorprendida por aquella confesión que tan fácil había salido de sus labios. ¿Ella amaba a Neuro? ¿Lo quería?
Si, se había enamorado de un demonio. Un demonio que no sentía nada por ella. Que su cuerpo no le motivaba en lo absoluto y que seguramente se reiría de ella si lo descubría. O la abandonaría.
-Tengo que compartir mi energía-Recordó entonces, caminando hacia la orilla pensando en que tendría que hacer. ¿En que consistiría? ¿La comería con su pico de pájaro? Se estremeció y se dio cuenta que necesitaba cubrirse con algo.
Neuro comprobó que la zona era segura y subido a una rama, sonrió al ver como su piojo se quitaba la ropa, dejandole ver aquella piel que nadie había tocado.
-Con que ella quiere una copa D-El demonio sonrió por lo inocente de su piojo.
Encaramado a la rama la observó, pendiente de sus movimientos o si en algún momento necesitaba ayuda.
Él había afirmado que su cuerpo no le provocaba ninguna reacción pero al verla completamente desnuda algo se removió y palpitó en su interior. Su piel de porcelana ya lo había impactado en el onsen pero bajo la luz de la cascada era aún más tentadora.
Ella había aceptado compartir su energía, a pesar de no tener ni idea de a que se estaba ofreciendo y eso enterneció el corazón del demonio. Sabía que siempre iba a poder contar con Yako.
Le dio unos minutos de privacidad mientras se ocupaba de sus propios asuntos personales. No iba a dejar que su piojo viera lo que le había provocado en su entrepierna.
Cuando regresó a la cascada, fingiendo indiferencia, se encontró con Yako vestida con su chaqueta azul.
¿Sabía lo sensual que parecía? ¿Acaso no acababa de relajarse? ¿Que era lo que le causaba aquella esclava en su cuerpo?
Yako se volteó al verlo llegar, intentando no mirarlo a los ojos. Su ropa elegante no tenía rastro de tierra ni ramas y su cabello volvía a estar elegantemente peinado como siempre. ¿Como lo hacía para verse tan deseable?
Intentó no darle importancia al hecho de que estaba usando su chaqueta. No quería volver a ponerse aquella ropa rota y mancha de tierra y la chaqueta del demonio se le apareció como una buena opción puesto que le quedaba lo suficientemente grande para cubrirla hasta las rodillas.
Había tomado en consideración ponerse la ropa interior y los zapatos.
Los dos se situaron cerca. Era el momento.
-Mi energía..-Dijo Yako, rompiendo el silencio que se había formado a su alrededor.-¿Co-Como hago? ¿Q-Que tengo que hacer?
Neuro sonrió, avanzando hacía ella.
Espero que os haya gustado
Me encanta describir a Neuro. / es tan sensual y poderoso. Su descripción nunca me queda como quisiera pero me esforzaré más.
Gracias por los reviews
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