CAPITULO 10
Majin Tantei Nougami Neuro - Fanfiction
Buenas :DD
adoro con toda mi alma este anime/manga. Neuro me parece uno de los personajes más bien diseñados que he visto en mucho tiempo.
me encantaría que hubiera algo más entre los dos protas jejjeje mi mente perversa lo desea jajaja
MIL GRACIAS A YUSEI MATSUI POR CREAR ESTE MANGA.
Me he inspirado en una imagen de internet. ¿Que pasaría si Neuro y Yako fueran a pasar unos días a un ryokan?
Con kimonos y aguas termales. ¿Habrá animales de Neuro por medio?
espero que os guste.
NEURO X YAKO FANFICTION
VACACIONES DEMONÍACAS
CAPITULO 10
Soltó un gemido cuando la lengua de Neuro le recorrió aquella marca en el cuello.
Rendida a aquellas sensaciones, apoyó la cabeza en el hueco de su cuello y cerró los ojos. No le importaba nada más, deseaba a Neuro.
-¿Crees que son pequeñas?-Preguntó de nuevo contra su cuello.
-No hagas preguntas estúpidas esclavo-Contestó él, cogiéndola en sus brazos y caminando hacia la salida del onsen, directo a la habitación-Cuando te haga mía, ya no pensaras en esas ridiculeces.
El corazón de la detective Katsuragi Yako latía a mil por hora, sentía las articulaciones le temblaban bajo las poderosas manos de Neuro, quien la llevaba en brazos a la habitación después de...
"Cuando te haga mía"
"Mía"
Aquellas palabras se rebobinaban en su mente una y otra vez. Le dolía el corazón.
Neuro había dicho esas palabras.
A ella.
Y la estaba llevando a la habitación. Estaban tan cerca ya.
¿Acaso iba a pasar el gran acto? ¿Con Neuro? ¿Ella iba a perder su pureza con un demonio? ¿Dolería? ¿Neuro lo haría como un humano?
Yako se imaginó en el futón con un Neuro convertido en un bizarro pájaro purpura sobre su cuerpo, abriendo aquel pico lleno de dientes puntiagudos sobre ella.
Su cuerpo tembló justó cuando llegaron a la puerta de la habitación.
-Ábrela, piojo
Yako tiró de la puerta, no muy segura de porque sus manos se movían sin su consentimiento. Neuro entró en la habitación, cerrando la puerta con un pie y caminando hacia el futón sin dudar de sus pasos. Los pelos de Yako se pusieron de punta.
Aquella tela blanca le parecía una prisión.
Neuro la dejó en ella, dejando que su cabeza hundiera la almohada y seguidamente colocó a Akane en el móvil de Yako, aprovechando para tocar el cabello corto de la detective. Cosa que no paso desapercibido por Yako.
Con el móvil lejos de ellos, Neuro sonrió al ver el rostro de Yako, sus ojos descubrieron el miedo y el deseo de su piojo, quien no sabía donde poner las manos y en ese instante le pareció un animalillo que no sabía lo que le esperaba, pero él se encargaría de todo.
Le gustó la visión de Yako sobre aquel futón blanco, el contraste de sus mejillas rojas contra el blanco de la tela. Su labio inferior tembló cuando él se acercó para besarla.
Neuro sonrió contra los labios temblorosos de Yako.
Sus manos, a diferencia de las de su piojo, si sabían que hacer y rodearon los pechos de la chica y la miro a los ojos mientras masajeaba aquella carne suave ante los ojos nublados de ella, quien se mordió el labio para evitar que salieran gemidos de su boca.
-¿Estas reprimiéndote, Yako?-Sonrió cuando la vio temblar y con dos dedos le recorrió los labios, haciendo que dejase de morderse el labio.
-Kiaaa-Gimió la joven cuando el astuto demonio tiró de su pezón con las puntas de los dedos.
Neuro sonrió al escuchar ese pequeño gemido.
Quería más.
-Quiero más, Yako-Ronroneó el "asistente" volviendo a tirar del pequeño botón, esta vez con un poco más de fuerza. Después del tirón posó su boca en él.
-N-Neuro-Gimió, no quería admitir que se había sentido bien, pero el gemido salió de sus labios sin que ella pudiera hacer nada.
-Si, Yako-A Neuro le gustaba oír su nombre de sus labios y más aun si lo hacia gimiendo.
Cubrió de nuevo sus labios, intentando que ella le correspondiese. Tiró de su labio inferior para tocar su interior con la lengua pero Yako tembló, apartándose ligeramente.
¿Con que su piojo quería jugar? Bien, él jugaría.
Neuro la sujetó por las caderas y se agachó para besar su cuello con arrobo, tomándose su tiempo para mordisquear, besar y lamer toda aquella zona, dejando pequeñas marcas de sus dientes en ella. Yako le recompensó con pequeños gemidos y un profundo sonido cuando él le mordisqueó el punto debajo de la oreja.
El demonio sonrió.
-¿Estas lista para más, Yako?
No es que él quisiera saber su respuesta, solamente le gustaba ver su rostro sonrojado.
Yako estuvo a punto de negar con la cabeza, muerta de la vergüenza cuando tocaron a la puerta.
Maravillosa puerta, pensó la joven.
Neuro, maldiciendo en un lenguaje que Yako no entendió, se levantó de su lado y fue hacia la puerta. Yako no se perdió la visión de su cuerpo cubierto solamente por una toalla en la cintura. No se había dado cuenta de ello.
Y le gustaba lo que veía.
La espalda bien marcada, con los hombros anchos y el cabello rubio aun mojado con las baterías demoníacas brillando con su piel. Ella no quería mirar hacia abajo pero sus ojos así lo hicieron, perdiéndose en la forma en que la toalla se le anudaba en la cintura, le marcaba las caderas y sus formas. Yako echó el aire que había estado guardando en cuanto lo vio desaparecer por la puerta.
"Ha sido demasiado intenso..." Pensó para si misma mientras buscaba en el armario al menos algo para tapar su desnudez. Encontró sus bragas de repuesto y se las puso, colocando una camiseta ancha encima.
Su cuerpo estaba caliente, aun sintiendo los últimos besos de Neuro en su piel. Yako le amaba pero no estaba preparada para el amor del demonio, ni siquiera sabía podría soportar sus besos. Neuro la besada de una manera...ella no tenía experiencia.
Salió en busca de aire a la terracita, necesitaba enfriar su cuerpo. El aire le sentó bien, apoyándose en los barrotes de madera y dejó que el aire le moviese el cabello, gustoso de sentir frescor debajo de las orejas. Cerró los ojos, respirando lentamente, calmando su cuerpo y su corazón desbocado.
"Neuro estará enojado cuando vuelva...no sé si en verdad quiero...h-hacerlo c-co-on Neuro..." Por mucho que lo intentase no podía dejar de pensar en él, en su sonrisa, en sus hipnóticos ojos verdes que la hacían temblar, sus manos enguantadas en aquel cuero suave, en su cuerpo elegante y que ella quería tocar...¿Tocar? Eso sería demasiado pervertido...
Su rostro volvió a teñirse de rojo al pensar e imaginarse tocando el cuerpo del demonio con sus dedos, recorriendo las curvas de su pecho, de su estomago bien formado, incluso podría ver aquella zona desconocida del cuerpo...Kiaaa! ¿Como piensas en esas cosas Yako?
Se sorprendía de sus propios pensamientos y de que su mente fuera tan pervertida.
¿O acaso eran sus propios deseos?
¿Deseaba a Neuro?
¿Estaba siendo manipulada por el demonio?
¿Se podría decir que el demonio la había mancillado?
-Yako~~-La voz sensual de Neuro la sorprendió en su oreja y el pulso de Yako se desbocó en un instante. ¿CUANDO HABÍA REGRESADO? O_O
-N-N-E-URO...
Los brazos de él le rodearon la cintura, tensando la espalda de Yako, quien sintió las garras afiladas del demonio muy cerca de su piel, aun cubierta por la camiseta.
-¿Quien te dijo que podías vestirte?
-Yo...solo..
-¿El esclavo ha desobedecido a su amo?
-No...no es lo que parece...
-Y eso que estaba dispuesto a estimular tu problema con el pecho
-No tengo un problema con mi p-pecho...
-Querías una Copa D
-No...
Neuro le sujetó los pechos, con las manos de vuelta a la normalidad.
-¿Q-Qué estas...?
-Estimulando a mi esclavo
-Neuro...
-Como si no te gustara-Le estimuló los dos pezones con las manos por encima de la tela-Estas gimiendo, Yako
-Eso...
-¿Qué ocurre, Yako?-Una de sus manos abandonó su pecho para rodearle la caderas y tocar su zona íntima-¿No lo deseas?
-Yo...
Yako se volteó entre sus brazos, no muy segura de que frase decir o como explicar lo que le estaba sucediendo, solo quería volver a ver aquellos ojos verdes.
Pero lo que vio no le gustó absolutamente nada.
-¿Que significa eso?-Preguntó señalando una notoria marca de lápiz de labios en la mejilla del demonio.
Espero que os haya gustado
¿Quien ha besado a Neuro? ¿Como sucedió? ¿Que dirá él?
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