~and when he thinks~

Un día entero de viaje, diez horas encerrada en esa mierda metálica, sin ningún lado al cual escapar. Ese parecía mi infierno personal.

Se han dado cuenta de que cuando el personaje principal dice que las cosas no pueden empeorar, es el momento justo en cuando todo explota y las cosas se pudren hasta el límite. Pues, no se aleja de mi realidad.

—Me aburro— exclamé recostando mi cuerpo sobre Julián, el cual estaba concentrado en su episodio de "The walking Dead", nada de lo que había en esa extraña tableta me parecía interesante. Ya había resuelto cerca de cinco sudokus, terminado todos los episodios disponibles de "The Big Bang Theory"

—¡Lya! ¡Para!— me empujó devuelta a mi asiento e hice un puchero.

—¡Douchebag!— y le saqué la lengua, siendo consiente de que él se enojaría por mi acción. Me felicité mentalmente. Se se sacó los audífonos de un tirón y respondió enojado.

—¡Sabes que detesto que me insultes en otros idiomas!, ¡Nunca sé exactamente qué responderte!— hizo una rabieta como un niño pequeño. Supongo que eso parecíamos los dos.

— Je suis désolé pour toi*— sonreí sarcástica, me desabroché el cinturón y me levanté de la silla. Necesitaba estirar las piernas.

—¡Sabes que me molesta aún más cuando son dos idiomas!— me gritó, y el resto de los pasajeros lo shushearon. Algunos solo se limitaron a mirarlo mal. Giré los ojos y avancé hasta la zona económica. Sinceramente no sabía que estaba buscando, quizás más comida para calmar la ansiedad, o un baño... Nunca había entrado al baño de un avión. ¿A donde se va lo que botan?

Mentalmente me imaginé un montón de popo voladora saliendo de la parte trasera del avión, como si fuese un gran pájaro. Me reí sola de mi ocurrencia.

Quizás se me hubiesen pasado por la cabeza más pendejadas de no ser por un par de ojos que conozco de memoria.

Supongo que ambos nos quedamos sin respiración, ninguno de los dos se movía, mientras que el resto del mundo avanzaba sin importarle nuestra situación. Aunque, ¿porque lo haría? Solo somos un par de extraños con sus propios problemas.

Podía palpar la tensión. Incluso me pareció gracioso, el resto del mundo parecía correr, avanzar a velocidad, la vida volaba y yo me perdía en la mirada en la que estaba prohibida perderme. Solté un suspiro... quería respuestas. Respuestas a mis dudas antes de hacerme la película... pero no pude.

—Señorita, podría por favor regresar a su asiento. Estamos por servir el almuerzo— me pidió la azafata dándome un pequeño empujón.

Ninguna palabra quería salir de mis labios. Me limité a asentir y regresar por donde había venido. Me mordí el labio.

<<No empieces a fantasear, no empieces a fantasear>> me repetía de camino a mi lugar. Mi caminata era lenta, mientras mis ojos deambulaban por los rostros de los desconocidos. Cada quien, con su vida. En algunos casos me detenía un rato, para admirar bien las facciones y preguntarme cómo serían ellos de verdad. ¿Serán artistas?, ¿tendrán familia?, ¿viajan solos o van a ver a alguien querido?

Quería sacarlo de mi cabeza, y no pensar en él. Pero por más que lo intentaba, mi mente siempre viajaba al asiento 35D. Al chico de la melena rubia.

Oliver estaba literalmente sentado en la cola del avión, a la otra punta de mi asiento, viajando en clase turista, en el mismo avión que yo.

Y sin pedirme permiso o algo, lo más temido llegó. Mordí la manzana de la tentación y empecé a fantasear.

Algo dentro mío, se encendió. Un pequeño calor en el pecho, no sé como llamarlo, pero es extraño; hace que tu corazón se acelere y tus manos tiemblen, tus mejillas simplemente tienen vida propia y empiezan a emular la sonrisa del joker.

Oliver estaba en el mismo avión que yo... ¿y si había venido a buscarme?
Sonreí, puedo hasta jurar que mi paso cambió, parecía que bailaba por el pasillo, los rostros de volvieron solo rostros de nuevo y las dudas de su existencia, se esfumaron. Una completa loca escuché que me llamaron varias veces... no me importó.¡Yo era feliz!

¿Y si venía a pedir disculpas?, ¿y si secretamente se dio cuenta de que yo también le gusto?

Solté un suspiro. Sería tan de película eso. Imaginé mi vida como un cuento de Hollywood.

<<Príncipe, ¿qué haces aquí?, ¿porque apareces cuando la princesa se cansó de la torre e intenta escapar?>> me pregunté ya estando cerca de Julián. Me encogí de hombros y lo deje pasar. Mi príncipe estaba aquí, por mí. Lo podía sentir en mi corazón. Estaba segura, no me podía equivocar.

Todo estaría bien... y esta vez espero que no sea una mentira. Lástima que olvidé que yo soy la regla, no la excepción.

Me paré sonriente a lado de mi asiento, mirando a Julián, el cual alzó una ceja al ver mi repentino cambio de humor. Se sacó un audífono mostrando atención.

—¿Justin Bieber está allá atrás y te pidió que seas su novia?

Reí, y estiré mis brazos hacia el suelo balanceándome sobre un pie. Un poco patético, pero mi cuerpo tenía vida propia.

—¡Señorita siéntese por favor!— gritó la azafata sacándome de fase risueña... aunque no del todo. La sonrisa no se me borraba.

Me senté de un tirón y Julián me ayudó con el cinturón, las manos aún me temblaban. Me sentía como una niña pequeña, me sentía como la primera vez que había visto a Oliver y se lo había contado a mi mamá.

—Tienes que superar mi fase Believer. Avanza, mi amigo. ¡Por ejemplo, yo! Voy a perdonar a Oliver— saqué el tema de la nada. No lo podía evitar. Guardar secretos, o quedarme callada, era un poco complicado para mi. Soy muy desesperada y arrebatada.

—¡¿Qué?!, ¿la falta de presión te fundió el cerebro o qué?— prácticamente me gritó, ganándose de nuevo las malas miradas de los pasajeros.

Sinceramente no sé que esperaba al contarle a Julián. Sabía que su respuesta no sería positiva. Ni de cerca, era notable que mi príncipe no era de su agrado y lo había remarcado varías veces en los últimos años. Mi teoría es que simplemente necesitaba alguien a quién contárselo y ninguna de mis amigas mujeres estaban al alcance de la mano. Solo mi confiable y paranoico Julián.

— Es que no entiendes— dije como completa pendeja enamorada... sinceramente una parte de mi detesta está parte de mi. Son como dos yo, llamándose mutuamente pendejas— ¡Él me siguió hasta acá para pedir perdón!

—¿De que hablas?

—Oliver está en el asiento 35D, creo que era una sorpresa y la acabo de liar— hice una mueca— aunque bueno eso le facilitan un poco las cosas a él. Ya que él ya sabe, que yo sé, que viene a pedir perdón. Así que no tiene que pasar por tanto bochorno... ¿crees que debería hacerme un poco la dura?, ¿y si se arrepiente y coge el primer vuelo de vuelta?. Mejor le digo que si... ¿Y si me pide ser su novia?— en es instante. Los colores de me subieron al rostro y con mis manos traté de ocultarlo, meneando la cabeza para que se me pasase. Literalmente me podrían confundí con un tomate. Cabello rojo y cara roja, definidamente una extraterrestre.

Julián hizo una mueca de horro y me batió por los hombros, mientras me pedía que reaccionase.

—Disculpen, jóvenes— no interrumpió la azafata. Internamente le agradecí, ya me estaba empezando a marear—Pueden dejar de hacer un circo de este avión, niños de tres años son más pacíficos que ustedes, la mayoría de personas en la zona ejecutiva necesitan descansar. Así podrían... por favor... callarse— lo más escalofriante de esto, es que la sonrisa nunca abandonó su rostro y su tono de voz nunca se elevó. Es más, cualquiera diría que no estaba preguntando si queríamos pollo o res y no que no callásemos antes de que aprendamos a utilizar un paracaídas.

Ambos asentimos asustados, y ahí murió la conversación. Eventualmente el sueño nos ganó y dormimos las tres horas que aún nos quedaban de viaje.

Me gustaría decir que tuve un sueño súper importante... pero solo recuerdo una planta de enebro marchitándose lentamente. ¿Curioso verdad?

Nuestra escala era en Madrid, he ahí el porque engañar a mi madre no fue tan complicado. Los pasajes se prestaban para nuestra vil mentira.

Yo quise quedarme hasta el final de la fila para esperar a Oliver, y poder empezar a darle más alas a mi fantasía, pero Julián se negó utilizando de excusa de que perderíamos el avión.

Sinceramente, no quería discutir con él frente a la azafata, así que lo seguí sin chistar. Una vez afuera, Julián me hizo correr la maratón de mi vida buscando un baño... él, al igual que yo, tampoco confiaba en los baños del avión. Según él son muy ruidosos, pero como yo nunca entré no sabría opinar. Quizás lo googleé luego... hablado de baños. ¿Como irán al baño los astronautas?

Usualmente pienso en muchas tonterías cuando me dejan sola esperando. Una vez me inventé un historia de una mosquita trabajadora que todas las mañana llevaba en su espalda a su esposa hormiguita. Y juntos recogían azúcar para sus crías... Tengo problemas. Pero no tanto como los franceses, su cortometrajes son... bizarros. Si no me creen, Googleen "Les Escargots" y hablamos.

—Alya. Llevo dos horas hablándote, ya salí— me comunicó Julián después de haber chasqueado sus dedos— ¿A donde te vas cuando miras directamente a un punto?... ¿Volviste a pensar en la mosca Juancho?

—Me conoces demasiado— le respondí mientras le entregaba mis cosas para ir yo al baño— No me demoro— y le guiñé el ojo.

—¿Porque te molestas en mentirme?— me gritó para que los escuchase hasta adentro.

—Educación... ¿Supongo?— pude escuchar una carcajada antes de empezar a concentrarme en mi trabajo.

Mi mire un rato en el espejo. Tal y como lo hacían la mayoría de mujeres alrededor mío.

<<No soy fea>> pensé. <<Tampoco estoy, como que bruto, soy perfecta>>

<<Estoy presentable supongo>> hice una mueca y con ella se movieron mis pecas. Jeremy siempre dijo que amaba mis pecas, le recordaban mucho a las de su hermana, decía que me parecía mucho a ella antes de que su enfermedad tomase su vida.

Mi mamá decía que me parecía mucho a él, que parecíamos de verdad padre e hija. Nunca pregunté el porqué, la verdad nunca me interesó. Aunque parecía curioso ya que él era el pelirrojo de la familia y no mi mamá.

Nunca le había dado tanta vuelta al asunto hasta ahora. Mirando mi reflejo.

<<Te voy a encontrar, papá>>

Ignorante a los murmullos de la gente, abrí mi mochila, me saqué el suéter que llevaba puesto y lo metí en el, quedándome solo con la camisa sin mangas de cuello alto. Recogí mi cabello en una coleta de caballo.

No entendía porque me arreglaba hasta que caí en cuenta de que lo hacía por Oliver, de verdad quería que mi fantasía fuese certera. Y de alguna manera, esto, aumentaba mi probabilidades.

Solté un suspiro y me llamé patética de nuevo. Salí del baño y creo que varias veces lo he dicho, pero lo repetiré una vez más, el destino es un chiste muy amargo.

Oliver y Julián estaban discutiendo, se les notaba por la manera en las que su rostros se contraían. Uno más enojado que el otro. Gritaban, gritaban lo suficientemente alto, que a mí distancia se escuchaba con claridad.

—¡Eso no era trato, Oliver! Ella ganaba el concurso y yo tenía un tiempo sin ti en el camino.

—¡¿crees que yo estoy feliz con esto?!, ¡Alya no me interesa, si eso es lo que te preocupa!, es solo una loca molestia.

Saben. Para este punto de la historia... ya estaba cansada de llorar y cambiar de sentimientos como si fuese bipolar. Estaba cansada de ser la pelota que todo el mundo lanza pero nadie quiere.

Salí en escena. Ambos me vieron llegar, porque se callaron. Mi cara era seria, sin lágrimas. Los miré a ambos, primero individualmente y luego en plano. Me reí amarga, camine hasta mis cosas, las que Julián tenía en la mano. Él intentó decir algo pero lo callé. Le pedí que hiciese silencio. No quería escuchar sus voces.

No sé que me dolía más, pero ese no era el momento para plantearse la pregunta. Luego me desahogaría en paz. Por ahora no quería mostrar más esa cara.

Tomé mi maleta, di media vuelta y los dejé a ambos solos. La loca molestia estaba cansada y haría el viaje a partir de ese momento sola.

Pedí un cambio de asiento, no quería estar cerca de ninguno de los dos. Sabía que en cualquier momento rompería y no quería a nadie conocido cerca cuando esto sucediese.

Ven lo que dije. Todo va a estar bien, no es más que una mentira. La más bonita y venosa de todas, pero al final, mentira igual.

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*Lo siento por ti

Sorpresa! A qué no te lo esperabas hoy ;). Estaba de buen humor así que capítulo :3

PROXIMO CAPÍTULO DICIEMBRE 18

No tengo imagen relacionada con el capítulo así que le voy a deja al gatito suplicando por votos y comentarios.

Gracias!

Sonrían!

Elisabethammer.

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