Pasaron tres meses desde que fueron echados de casa. El pobre trío seguía en el mismo lugar donde se quedaron a dormir, el callejón.

-Tengo hambre...- decía Zip con voz penosa.

-Nadie nos quiere dar nada... ni siquiera una maldita moneda...- dijo Edward.

-¿Hay alguien por aquí?- habló una voz desconocida acercándose al lugar. El trío se calló cuando lo escucharon.

De pronto se escucharon pasos acercarse más hasta que frente a los tres apareció una mujer alta, de cabello negro con un cuerno en el lado izquierdo y manos negras con garras.

-Oh, hola... ¿Quiénes son?- preguntó la mujer amablemente.

-Yo soy Oliver, ella es Zip y él es Edward...- respondió el ya mencionado.

-Que nombres interesantes... yo soy Vyzvat- dijo la mujer.

-¿Qué hacen aquí en este sucio callejón?- preguntó.

-Nuestros padres nos echaron de casa porque nos iba mal en la escuela... y aquí estamos- respondió Oliver.

-Oh, pobrecitos... seguramente deben estar con hambre y sed, además de olorientos...- dijo Vyzvat.

-Ni lo diga, ya hasta no puedo parar de rascarme el cabello- decía Zip.

-Jeje... no se alarmen. Pueden vivir conmigo- dijo.

Los rostros del trío se iluminaron al escuchar aquellas palabras. No podían desaprovechar, era la única y última oportunidad que tenían.

-¡Por favor, si!- respondió Edward al instante con una sonrisa.

-Está bien, vengan.

Los tres se levantaron del suelo y siguieron a Vyzvat. Estaban tan felices ahora que tenían un techo donde estar.

Una vez que llegaron la dichosa mujer tomó su cámara.

-Les tomaré una fotografía, uno a uno- dijo.

Después de hacerlo pegó las fotografías en una página de un pequeño libro que tenía. Luego mandó a los tres bullys a bañarse en lo que ella hacia le cena. Más tarde se sentaron a cenar.

Finalmente los bullys tendrían una nueva vida con esta mujer...