9 | девять

Si se quiere ascender por cuestas empinadas, es necesario al principio andar despacio.


Pasaron tres días desde que finalmente el FBI había logrado traer a Alicia a los Estados Unidos. Ella ya había hablado con su familia sobre el irse a vivir a otro país pues FBI le había dado una oportunidad de trabajo que no era capaz de rechazar. Su tía desde un inicio no estuvo de acuerdo, pero finalmente accedió, era la vida de su sobrina y era lo mejor para ella.

Las heridas de Alicia aún seguían siendo visibles a simple vista. Los doctores le habían dado recetas y un par de pastillas para la desinflamación y dolores que pudiese tener. Solo sería por una semana y media. Y en ese transcurso, su cuerpo sanaría todas las heridas que portaba en su cara.

Frank le había dicho que tomarían uno de los aviones privados de su organización, por lo que no debía preocuparse por nada.

Durante el transcurso del viaje él intentó sonsacar algún tipo de información extra, preguntando sobre su familia y su mirada sobre el mundo. Eran preguntas genéricas y muy simples, pero que a FBI le otorgaban pistas sobre su modo de pensar, y el ambiente familiar en el que se había criado. Eso podía indicarle si tenía influencia de su padre, pero fue descartado al instante. Ella le dijo que nunca pudo hablar con su padre de forma directa, siempre estaba trabajando y se había vuelto altamente inestable desde la muerte de su madre, por lo que, ella había quedado al cuidado de su tía. Le contó que él trabajaba en una empresa de ciencia, pero que nunca supo para cuál. Pues siempre que le preguntaba por ello, su padre reaccionaba de forma violenta o no respondía. FBI sabía que aquello era real gracias a la información que ONU le había enviado con anterioridad.

Descartó un poco la idea de que ella siguiera los pasos de su padre. No estudiaba ni siquiera la misma rama científica. No tendría sentido que la persiguieran por ser la hija de Santiago Petrov. Tenía que ser por Horus.

Y aunque no la buscaran por ser su hija, y la probabilidad de que ella siguiera sus pasos era muy baja. Sí era una chica exponencialmente importante de mantener lejos de la mafia. Todos preferían que ella trabajara bajo el FBI o CIA antes de ser capturada de vuelta y esta vez le hicieran trabajar en contra de los representantes. Al final, no le supuso un problema hackear las Naciones Unidas y rastrear a USA.

Alzó la vista hasta fijarse en una inmensa mesa redonda, había decenas de sillas negras giratorias totalmente vacías. Frente a ellos había unos carteles con el nombre de países. Repasó la mirada hasta que su mirada se colocó en un hombre muy alto, de piel pálida, cabello gris casi blanco con un par de ojos celestes. Llevaba un traje blanco con una corbata azul.

FBI colocó su mano sobre su espalda y le invitó a entrar a la habitación casi vacía. Le indicó una silla que estaba a unos metros de ella, donde había tres personas sentadas observándole con expectación.

Ella se sentó en el lugar que Frank le indicó y él se posicionó a su lado. Estaba muy nerviosa. Todos llevaban trajes formales con corbatas, y ella estaba con un hoddie negro que era tres veces de su talla con un estampado de una foto de Nueva York. Unos pantalones de mezclilla negros y rasgados.

—Welcome to United Nations —la voz del rubio a su derecha se llevó su atención por completo—. Bienvenida a las Naciones Unidas. Permíteme presentarme, soy William. Representante de la ONU.

—Es un placer, William. Soy Alicia. —respondió la chica con un tono bajo que era perfectamente audible en la extensión de la habitación.

—Quiero decirle, que, a pesar de haber irrumpido en nuestro sistema, ayudó mucho a las fuerzas estadounidense para buscar al representante USA —comunicó con una sonrisa pequeña y elegante postura. Ella le devolvió la sonrisa con amabilidad y gratitud. No podía gesticular mucho debido a la herida en su labio y la hinchazón en su mejilla—. Y por tal acto, considero que su ayuda directa es mucho mejor. ¿FB... Frank se lo ha dicho?

Alicia asintió.

—Perfect. (Perfecto.) Dime, ¿Tienes alguna duda que tengas? Soy todo oídos.

Alicia le observó por unos cuantos segundos en su posición, inmutable. Desvió su mirada a su alrededor por unos cortos segundos para luego devolverla al representante a su frente.

—Dígame la verdad, ¿Estoy acá porque les interesa mí programa? —soltó Alicia de forma directa. Los ojos disparejos de la chica le miraron cargados de un semblante frío.

ONU le observó por unos extensos segundos en su posición. Fijó su mirada en la representante de la CIA al lado izquierdo de Alicia, luego miró a CNI y FBI. Ninguno de los dos hizo una mirada ni acto que le dijera lo contrario.

—Es parte de.

Alicia le sonrió ladina. Se cruzó de brazos frente a su pecho antes de apoyarse contra el respaldar de la silla bajo la atenta mirada de ONU.

No podía evitar sentirse molesta de querer expropiarle su programa, pero era algo que tenía que hacer si ella quería tener control sobre la información y datos que controlaban FBI y CIA. Ser parte de una organización gubernamental de seguridad le interesaba, al final, era para lo que estaba estudiando. Aunque su verdadero sueño era trabajar en Japón con la inteligencia artificial en Androides y robots.

La reunión acabó pronto, ONU pudo conocer en persona al hacker que se filtró y pirateó su sistema. FBI le enseñó las inmensas instalaciones de las Naciones Unidas. Y como consiguiente le llevó a la planta décimo quinta del edificio, donde se hallaban las oficinas de las organizaciones gubernamentales. Era un sitio inmenso.

Habían pasado solo dos días y ya quería lanzarse por la ventana. Fijó su atención en la pantalla a su frente. Se había cansado de estar escribiendo tantos códigos para reforzar la seguridad del sistema que le había pedido William. Pues si ella había logrado atravesarla, estaba seguro que otros también lo intentarían. Y prefería ahorrarse esos momentos.

Miró las líneas de códigos que había escrito dentro del IDE, había dejado el reforzar el sistema para poder rehacer toda la parte que le faltaba de su programa Horus. Ahora sería un poco más fácil ya que recordaba partes del mismo y llevaría menos tiempo.

No sabía cómo sería su vida a partir de ahora, pues ahora formaba parte del equipo de ciberseguridad para el FBI. Y no tenía ni idea cómo funcionaba una organización gubernamental, solo conocía lo suficiente gracias a las películas estadounidenses de acción.

El sonido de un mensaje proveniente del programa AVG Secure, llegó a su computadora. Lo miró titilando desde la barra de tareas y suspiró para abrirlo.

"Wey que pedo. Tu nombre está dentro de esta lista."

Era Víctor. Miró el mensaje y el enlace lleno de números, caracteres y letras aleatorias. Era un link de la Deep Web. Lo abrió y encontró una lista hecha con los nombres de los que se suponían ser los representantes de las Naciones Unidas. Frunció el entrecejo leyendo todos los nombres y apellido, incluso había cuentas bancarias, patentes y números de teléfono. En la siguiente página había más, pero estaba enfocada en las personas que formaban parte del FBI, CIA y otros entes del mismo estilo. Y allí se encontró su nombre completo.

"Es coincidencia o en serio formas parte del FBI"

"Casualidad. Yo no trabajo para ellos." Mintió descaradamente.

Sin embargo, devolvió su mirada a la lista de los representantes. ¿Cómo lo encontraron?

El problema es que el representante de Argentina se llamaba Nicolás Quintero. Y entre las siete patentes figuraba la que ella había encontrado con ayuda de Daphne.

Hizo una mueca de duda y molestia. No entendía muy bien que estaba pasando y por ello iba a tratar de hablar con Frank sobre esta lista. Si Víctor la había encontrado en la Deep Web, alguien estaba vigilando de forma constante y de muy cerca los movimientos que estaban haciendo, pues su nombre ya figuraba como miembro del FBI, y ella tan solo entró hace dos días.

Suspiró y tomó captura para después enviarlo a su notebook a un costado.

"Por cierto, ¿Escuchaste de la droga nueva?"

"Te piden vender 20 pastillas y te pagan 20mil Bitcoins"

"Yo me comuniqué con ellos y me dijeron que en una o dos semanas me llegará un paquete para venderlas"

"¿Por qué te pagan tanto por distribuirlas?"

"La verdad que no tengo idea. Pero espero que paguen."

"¿Quién las distribuye?"

"No sé. Se hacen llamar Coraxy o algo así. Deja, te paso el link."

Alicia notó otro link inmenso que parecía como si le hubiesen dado un cabezazo al teclado, lo copió y pegó dentro del navegador Tor. Este le dirigió hasta una página de la Deep Web dónde, efectivamente, vendían aquella droga. Ella no entendía absolutamente nada de lo que aparecía en la pantalla más allá de tener una estructura similar a Wikipedia. Todo estaba en ruso y muy pocas cosas estaban en inglés.

"Sycorax, pelotudo."

"Bueno es lo mismo. ¿Vas a vender también?"

Alicia lo pensó por unos extensos segundos para después teclear.

"No sé, capaz que sí."

Suspiró para fijar su mirada en el IDE a su frente. Notó que un error aparecía en las líneas, la observó y abrió la consola para ver los detalles del error. Se trataba de una disfunción de ejecución, pues el sistema estaba siendo utilizado por lo que no era posible realizar el cambio que ella había hecho hasta que el sistema se apague.

Tomó su notebook en manos y se levantó de su asiento con la intención de ir a la Sala de Juntas y apagar el holograma que estaba utilizando el sistema. También aprovecharía para ir a la oficina de William y explicarle que en la red profunda circulaba un fichero con todos los datos e información de los representantes de las Naciones Unidas, incluyéndolo a él. Y también para explicarle lo que había hablado gracias a Víctor.

Salió de su oficina y miró por los pasillos extensos y vacíos. Era muy sencillo perderse dentro del edificio, por lo que, con ayuda de un mapa que Frank le había enviado, se guiaba por el lugar.

Entró al elevador después de haberlo llamado y esperado con paciencia. No tardó mucho, pues no estaba siendo usado. Las puertas metálicas se abrieron de par en par y ella entró. Presionó el número nueve para esperar que el ascensor se cerrara con paciencia. Alzó la mirada a la cámara que se posaba justo arriba de la puerta y le sonrió, sabía que los guardias de seguridad estaban observándole.

Miró su notebook en manos y notó que más errores salían en las líneas. Supuso que alguien estaba utilizando el sistema por lo cual los cambios no se guardaban ni se actualizaban. Generando incompatibilidad con las nuevas líneas que ella quería agregar. Masculló molesta mientras tomaba las líneas que generaban errores y los comentaba colocando //. Una práctica común entre los programadores para que el código no detecte la línea.

La puerta volvió a abrirse y miró el pasillo a su frente. Caminó con cuidado en dirección a la puerta de roble.

Abrió la puerta y se asomó al interior, percatándose de que la sala estaba totalmente repleta de personas rodeando la mesa céntrica con el holograma funcionando en medio. Su mirada se clavó sobre William, quien estaba parado frente a su silla con un teclado sobre la mesa. Todas las miradas se enfocaron sobre ella y sintió como si un tenso ambiente escapara del interior de la Sala de Juntas.

—Uh, perdón. No sabía que estaba en reunión. Disculpe la interrupción. —se disculpó Alicia al instante. Sentía la mirada de todos sobre ella y no supo adivinar si estaban cargadas de malicia o curiosidad.

—No, tranquila. Puedes entrar. La junta ya acabó —le avisó William y ella dudó varios segundos antes de abrir la puerta por completo y entrar a la inmensa habitación de juntas—. ¿Qué necesitas?

Se acercó a él y colocó su notebook sobre la mesa de madera redonda, llevándose la mirada de los representantes. Sentía como si todos ahí dentro intentaran quemarla viva con su mirada. Y eso le hacía sentir un frío recorrer todo su cuerpo junto con una ansiedad e incomodidad.

—Solo necesito hacer una cosa con el holograma. —le indicó y William asintió antes de arrastrar el teclado hasta ella. Lo tomó en manos y tecleó en el mismo, resonando las teclas entre la inmensa habitación cubierta por un inquietante silencio mortífero.

Las personas reunidas alrededor de la mesa comenzaban a movilizarse en silencio mientras murmuraban entre ellos, poco a poco salían del sitio con sus pequeños grupos formados.

—Pero la re connnstitución Argentina. —maldijo.

Casi suelta un insulto al aire frente a los representantes de todos los países que poco a poco abandonaban la habitación. Fijó su atención en el holograma que parecía glitchear. Frunció el ceño con desconcierto. Una idea no tan descabellada apareció en su mente.

Se alejó del teclado y se acercó a su notebook, abrió el sistema y comenzó a escribir códigos bajo la atenta mirada de la ONU a su lado. No entendía qué es lo que estaba haciendo, pero al parecer, no entendía qué pasaba y por qué no se corregía.

Alicia encontró lo que estaba buscando poco segundos de comenzar a teclear dentro de una consola negra. Alzó la mirada al holograma a su frente y este glitcheaba más de lo que parecía.

—¿Qué ocurre? —le preguntó Frank y ella alzó la mirada para verle por unos segundos.

—Estoy reforzando la seguridad de la Sala de Juntas, pero en la encriptación salta un error de codificación. Cómo si hubiese que pedir permiso aparte del ya otorgado por la súper computadora de William —explicó Alicia. Frank se levantó de su asiento y caminó hasta ella para ver la pantalla a su frente. Y ella apuntó a las líneas tachadas en rojo—. ¿Ves esto?

—¿Qué intentas decir? —la voz de María captó su atención. Ella dudó si decirlo directamente. Apretó sus labios entre sí y maldijo al olvidarse de tener el labio roto.

—Está hackeado. Alguien tiene acceso directo a esto —explicó Alicia y todos palidecieron en sus sitios—. Me pide una serie de códigos encriptados no existentes dentro de este sistema.

Alicia se petrificó al caer en cuenta después de lo que había dicho. Frank le miró confundido.

—Ya sé de dónde viene.

De su otra notebook. Las personas que se llevaron su computadora tenían la parte del código en el cual ella había utilizado para poder hackear y entrar a las Naciones Unidas. Y aunque no podían hacer nada sin la otra mitad que estaba en su disco duro, el código usado para ingresar a los servidores sí lo estaba y era funcional.

—También, en la red profunda circula un archivo con todos los nombres, apellidos y datos personales de los representantes. Incluyendo agentes del FBI, CIA, CNI y Pentágono —habló Alicia, y mostró el archivo en forma de tabla con miles de datos—. Estoy casi segura que la sacaron de la notebook que me robaron.

—La mafia rusa tiene esa información ahora —habló María y Alicia asintió con un leve movimiento—. ¿No puedes rastrearlo?

—Mi notebook fue encriptada con la función de no ser rastreada. A mí me encontraron por las transacciones bancarias, y mi teléfono móvil. ¿O me equivoco? —cuestionó Alicia mirando a Frank y este asintió—. Pero creo recordar mí MAC. Tal vez pueda negarle el acceso y rastrearla.

—Te ayudaré. —habló Frank.

—Nosotros nos encargamos de cambiar la información de los representantes —anunció Mason de la CIA—. No la colocaremos en la base de datos hasta que Alicia comunique que ya no hay peligro.

—Otra cosa más.

—Joder. Eres la caja de Pandora. —habló María del CNI y la morocha rio.

—Me comunicaron que hay una droga nueva que salió al mercado negro en la Deep Web —comentó Alicia, llevándose toda la atención al abrir y mostrar la página rusa—. Por vender veinte pastillas pagan veinte mil Bitcoins.

—¿Comunicaron quiénes? —interrogó Mason.

—Un amigo de mí círculo de hackers. —le respondió y aquello no fue de su gusto. Alicia lo notó.

—¿Sabes qué hace? —preguntó William y ella negó.

—No. Y no entiendo ruso así que ni idea. —le respondió, elevando sus hombros demostrando un gesto de desconcierto y desinterés.

—Dice Sycorax —habló Frank, apuntando al nombre de la página. Todas las miradas se enfocaron sobre la pantalla—. Why the fuck is it called Sycorax? (¿Por qué mierda se llama Sycorax?)

—No sé. Apareció en la Deep Web con ese nombre hace como un año o por ahí.

—Sycorax es una empresa científica que trabaja para nosotros desde hace muchos años. —habló William y Alicia le miró totalmente confundida.

—Entonces es alguno que se enteró del nombre y lo usó como burla. —intentó pensar Alicia, pero el albino negó con la cabeza.

—Sycorax solo es conocida por los que estamos aquí.

La cabeza de Alicia estaba por estallar. Era demasiadas cosas las que estaban ocurriendo en el día de hoy.

Primero, la filtración de información de los representantes a la Deep Web. Eso ya sabía de dónde provenía pues el único acceso más directo era el de su notebook, si fuese otro hackeo ajeno sería detectado a tiempo. Por lo que, ahora restaba rastrear la MAC y denegarle el acceso a la base de datos y los servidores.

Luego le dicen que la empresa que crea esas pastillas por las que pagan fue una organización científica que trabajó para ellos. Por lo cual, alguien que ya había formado parte del equipo de las Naciones Unidas, había formado ese grupo ilegal de tráfico de drogas.

Pero realmente no era tan difícil como Alicia se lo planteaba, ya que, quienes tenían el conocimiento de Sycorax eran OMS, UNICEF, CIA, FBI, ONU y Pentágono. Y de científicos respetados que aún trabajan en nombre de la organización—que sigue vigente—y continúa con sus investigaciones y producción de vacunas para los representantes.

Existía la posibilidad de una fuga por parte de ellos. Al final, si Santiago Petrov tuvo relación con una mafia rusa, no descartaban la posibilidad de más personas haciendo lo mismo.

Por lo que, ahora tocaba poner en marcha una exhaustiva investigación entorno a todos los trabajadores de Sycorax.


















Cuidado con lo que se viene después uuuuuuuh

Hola muy buenas como están? Espero que muy bien

Perdonen los horarios trambolicos de actualización, ando literalmente de vacaciones por dos semanas y se me hace muy incómodo escribir en celular 😭😭😭

Más que literal Wattpad está haciendo pendejadas de desacomodar los capítulos o hacer lo que le chinga su madre y no puedo corregir hasta que esté con mí pc /patea la mesa

Espero que les haya gustado de ser así no olviden dejar un like o comentario. Me ayudaría muchísimo a continuar escribiendo.

Nos vemos.

—Homicidal_Bloody

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