38 | тридцать восемь
Lágrimas hay para su afecto, gozo para su fortuna, honra para su valor y muerte para su ambición.
Las farolas iluminaban su alrededor con un tono naranjo y podía ver a las personas caminar en ambos lados de la calle que era notoriamente transitada. La noche poco a poco había sucumbido sobre la ciudad de Moscú y el sol pronto se escondió tras unos enormes nubarrones que traían consigo los copos de nieve. Estaba pronosticado para las diez de la noche. Alicia observó con un extremo aburrimiento la pantalla de su teléfono celular, la cual le estaba iluminando por completo con una luz blanca ante la escasez de luz que había en la calle y dentro del vehículo.
Soltó un suspiro y fijó su atención sobre el enorme e imponente edificio del Kremlin a su costado. Rusia había salido del coche hacía casi más de una hora. FBI preguntó por qué tardaban tanto y ella le respondió diciendo que Rusia había ido al parlamento. El federal le gritó a través de una nota de audios qué diablos hacía allí adentro, y les ordenó a gritos que saliese de ese edificio. Alicia le respondió un poco aturdida que no estaba en el Kremlin, estaba en el coche. A lo que él le respondió calmado qué quería de cenar.
La nieve caía lentamente mientras la noche se hacía paso entre el atardecer oscuro cubierto por inmensas y pesadas nubes grises que dejaban caer copos de nieve sobre la ciudad. Alicia alzó la mirada al cristal al frente observando con desinterés las diminutas partículas caer sobre el vidrio, sus ojos titilaron suavemente mientras se centraba con aburrimiento en algo tan insignificante como la nieve caer.
Pocos segundos después, un sujeto de traje formal salió del parlamento siendo escoltado por tres hombres mucho más grandes y altos que el funcionario. A su lado estaba Rusia, parecían hablar sobre un tema muy importante.
—Alek Romanovich —masculló Alicia en un susurro casi imperceptible. Sonando prácticamente como un suspiro—. Они убили ЮНИСЕФ. Oni ubili YUNISEF. (Ellos asesinaron a UNICEF.)
Los ojos de Alicia rotaban en sentidos contrarios, como si se repelieran entre sí. El aro en su ojo derecho giraba en su dirección, y el izquierdo hacia el suyo. Notó el destello verde traspasar las lentillas marrones comenzando a ser persistente pero lento, como si se tratase de una luz de emergencia pasiva. El rostro de Alicia estaba prácticamente inmutable, como si se estuviese tratando de un trance hipnótico. Sus ojos perseguían al ministro de seguridad como si se tratase de una cámara.
Sus ojos, cual cámaras de vigilancia les perseguía las pisadas lentas que daban mientras los veía bajar los escalones poco a poco. La prensa estaba abarrotada detrás de las rejas que delimitaban el parlamento ruso. Podía oírlos gritar en dirección a ellos con la intención de que respondieran alguna de sus preguntas.
Las farolas de las calles de toda la ciudad se apagaron como si repentinamente hubiese un apagón imprevisto. Pronto la luz desapareció de forma abrupta, los semáforos fueron apagados del mismo modo. Dejando a todos los ciudadanos bajo un manto palpable de oscuridad, la única fuente de luz que podía verse eran los faros de los vehículos circulando. Todo sucumbió en negro y fueron tragados por la oscuridad. Las cámaras fallaron por completo, explotando como si se tratase de unas pequeñas bombas. Lo único que se percibía entre la oscuridad eran las chispas de las cámaras explotando una a una.
Tanto Rusia como el ministro a su lado se detuvieron en su andar, acabando a los pies de los escalones. La prensa de televisión volteó a su alrededor como todas las personas, totalmente consternados y confundidos al no comprender qué ocurría.
—Добрый вечер, Кремль. Dobryy vecher, Kreml' (Buenas noches, Kremlin.) —la voz de Alicia salió totalmente distorsionada de su garganta. Casi como si se hubiese tragado una radio de muy mala calidad. Rusia volteó a verla buscándola con la mirada dentro del coche, pero era casi imposible debido a las personas que entorpecían su vista.
Su voz había sido totalmente audible para todas las personas de Moscú a través de sus teléfonos celulares. Todos sintieron como sus móviles en sus bolsillos aumentaban de temperatura de forma casi instantánea, lo que les obligó a sacarlos hasta agarrarlos en manos e inmediatamente los dejaron sobre el pavimento cubierto por nieve al percibir como aquellos dispositivos quemaban sus manos.
—Господин представитель и господин министр. Вернитесь в здание для вашей безопасности. Gospodin predstavitel' i gospodin ministr. Vernites' v zdaniye dlya vashey bezopasnosti. (Señor representante, y señor ministro. Vuelvan al edificio por su seguridad.) —habló un guardaespaldas después de recibir una orden desde el jefe. Ambos asintieron con gestos leves, girando sobre sus talones para volver al edificio.
—Если ты сделаешь еще один шаг, я открою ворота. Yesli ty sdelayesh' yeshche odin shag, ya otkroyu vorota. (Si hacen un solo paso más, abriré las rejas.) —advirtió y pronto ambos se detuvieron en su andar. Los guardaespaldas voltearon a verlos pacientes—. Я верил этому. YA veril etomu. (Eso creí.)
Rusia sabía que esto estaba siendo causado por Alicia, y lo peor de todo es que no podía detenerla de ningún modo sin llamar la atención de las personas y el propio gobierno. Pues sabrían que ella era Anonymous y estaba justo a unos pocos metros de ellos.
Los ojos de ella se tornaron rojos en un solo segundos y un símbolo de advertencia se formaron en medio de su iris del mismo modo que sucedió con FBI. Alicia había sellado todas las entradas y cambiado los accesos de las mismas de forma casi instantánea. Observó los guardias de seguridad forcejear en las puertas en un intento por abrirlas, luego los vio intentando colocar la clave de acceso, pero esta les rechazó. Su piel se había tornado blanca y los trazos del logotipo perteneciente a Anonymous se dejaba percibir a través de la tenue luz verde que escapaba de sus ojos.
—Мне не нравятся их действия. Они убили пятерых человек, которые участвовали в киберактивизме против репрессивного правительства, но знаете что? Mne ne nravyatsya ikh deystviya. Oni ubili pyaterykh chelovek, kotoryye uchastvovali v kiberaktivizme protiv repressivnogo pravitel'stva, no znayete chto? (No me gustan las acciones que han tomado. Mataron cinco personas que fueron partícipe del ciberactivismo en contra de un gobierno opresor, pero ¿Saben qué?) —la voz de Alicia volvió a resonar por los parlantes de los teléfonos móviles de todas las personas.
Muchos de ellos habían comenzado a correr, huyendo de sus móviles con terror al no ser capaces de saber qué estaba sucediendo, mientras otros se mantenían estáticos en sus posiciones sin la capacidad de alejarse. Se oían los llantos de niños alrededor de ellos junto con gritos de terror. Todo había sucumbido en un manto enteramente negro al mismo tiempo que todo se sembró en pánico.
—Это не имеет значения, убийство моих конечностей ничего не даст. убийство. Цензор. Стереть. Контроль. В конце концов, я донесу правду до русского народа. Eto ne imeyet znacheniya, ubiystvo moikh konechnostey nichego ne dast. ubiystvo. Tsenzor. Steret'. Kontrol'. V kontse kontsov, ya donesu pravdu do russkogo naroda. (Eso no importa, matar mis miembros no hará nada a cambio. Maten. Censuren. Borren. Controlen. Al final del día, entregaré la verdad al pueblo ruso.)
Rusia estaba paralizado en su posición mientras veía como las personas trataban de huir del lugar, sin embargo, la voz de ella se oía por todas partes casi como si fuese una pesadilla en la cual un ente maligno te perseguía sin importar donde te ocultaras.
—Уходи, где ты! Ukhodi, gde ty! (¡Sal de dónde estés!) —espetó Alek Romanovich con valentía hacia el aire, llegando a los oídos de Anonymous.
Pronto las farolas de las calles se tornaron rojas y verdes de forma instantánea, pintando todo a su alrededor de aquel color. Todas comenzaron a parpadear como si tuviesen los focos dañados. Las personas se paralizaron en sus posiciones al ver las luces tornarse de aquel color de forma tan extraña. El silencio reinaba a sus alrededores y el único sonido que percibían sus oídos eran las chispas junto con los gritos de pánico y llanto de los infantes retumbar por las calles. Los focos estaban fallando como si estuviesen a punto de quemarse. La risa jocosa de Anonymous se dejó oír por los dispositivos.
—Не смешите меня, мистер Алек. Ты всего лишь чертов трус. Ne smeshite menya, mister Alek. Ty vsego lish' chertov trus. (No me haga reír, señor Alek. Usted no es más que un maldito cobarde.) —escupió Alicia y repentinamente los semáforos que estaban en verde explotaron llamando la atención de las personas y asustándolas. Se oyeron gritos de miedo mientras algunos transeúntes no soportaban más la atención para echarse a correr.
—Чего ты хочешь? Chego ty khochesh'? (¿Qué es lo que quieres?) —cuestionó Alek al aire, observando el cielo como si quien le estuviese hablando fuese Dios. Alicia podía palpar fácilmente el miedo que invadía su cuerpo.
—Я прихожу только за одним. YA prikhozhu tol'ko za odnim. (Vengo por una única cosa.) —la voz de ella salió por los parlantes de sus teléfonos celulares sobre el suelo.
Los ojos de Anonymous se fijaron en el edificio del parlamento, sus aros alrededor de su iris giraban con velocidad mientras ubicaban las computadoras que almacenaban todo tipo de información clasificada y sumamente importante. Podía ver a través de los muros en tercera dimensión hasta que sus ojos captaron lo que estaban buscando.
Una ola de archivos, documentos y datos arrasó hacia ella a través de sus ojos, todo lo que había allí estaba siendo hackeado y robado por ella. Todo pasaba frente a Alicia con una extrema velocidad que era imposible para un humano poder ver qué estaba observando. Cerró los ojos suavemente, acabando con la sustracción de información. Esbozó una siniestra sonrisa en la que sus colmillos hicieron acto de presencia. Sus ojos brillaron en la oscuridad mientras veía aquellos hombres parados a los pies del parlamento.
—О, интересно. О чем именно операция «Слепой»? O, interesno. O chem imenno operatsiya «Slepoy»? (Oh, interesante. ¿De qué trata exactamente la Operación Ciegue?)
Los hombres se paralizaron quedando estáticos en sus posiciones al oír el nombre de un archivo confidencial de alto nivel. La risa jocosa de Anonymous retumbó por los rincones a su alrededor, las farolas parpadearon hasta colocarse con los colores de la bandera de Rusia. Iluminando las calles y todo a su alrededor, devolviendo la visibilidad a las personas y la ciudad entera. El eslavo no comprendió el cambio de semblante que habían tenido el hombre a su lado, podía ver con facilidad el miedo y terror escapar por cada poro de su piel al oírle nombrar aquel archivo. Devolvió su atención al frente, enfocando su atención en su vehículo blanco estacionando a un lado de la acera. Intentó verla a través de los cristales polarizados, pero resultó en vano.
—Ой. Цензура. Репрессии. Похищения. Я понимаю, его функция - навредить России до такой степени, что Надир не сможет ее вылечить. Только тогда они смогут его убить. Интересный. Oy. Tsenzura. Repressii. Pokhishcheniya. YA ponimayu, yego funktsiya - navredit' Rossii do takoy stepeni, chto Nadir ne smozhet yeye vylechit'. Tol'ko togda oni smogut yego ubit'. Interesnyy. (Oh. Censura. Represión. Secuestros. Ya entiendo, su función es vulnerar a Rusia al punto de ser imposible que Nadir pueda curarlo. Solo entonces, podrán matarlo. Interesante.) —la voz de Anonymous salía desde los parlantes y al mismo tiempo retumbaba por las calles.
Alicia cerró los ojos por unos alargados segundos y los volvió a abrir. Sus aros ya no rotaban con severidad ni rapidez. Las puertas de las rejas se abrieron, sonando la alarma de activación. La prensa se hizo oír y pronto la electricidad volvió al igual que las luces de los semáforos que ella había estado manipulando. Rusia partió, corriendo con pasos apresurados hacia su auto aparcado. Vio las personas correr hacia el interior del jardín principal, él se hizo paso entre ellos para apartarlos de su camino. Sin embargo, no pareció tener que hacer mucho trabajo pues las propias personas se alejaban dándole vía libre. Algo que él agradeció enormemente.
Abrió la puerta del copiloto y subió de un solo movimiento al vehículo, cerró la puerta para después colocar la llave sobre el encendedor. Alicia le observaba casi como si se hubiese congelado en su asiento. Sus ojos estaban desencajados y sus párpados totalmente abiertos.
—¿Qué es lo que acabas de hacer? —cuestionó Rusia mientras partía de ese sitio en dirección al departamento. Volteó a verle y su rostro enfurecido se doblegó por completo para dejar ver un semblante de asombro. Alicia era Anonymous oficialmente—. ¿Alicia?
Pestañeó un par de veces, saliendo de su ensimismamiento. Miró el rostro perplejo de Rusia sobre ella mientras daba rápidos vistazos a la calle en su frente. Su mirada se relajó sin embargo el semblante pensativo se había posado sobre ella como bastante notoriedad.
Había adquirido una gran cantidad de información que ahora se complementaba con todo lo que tenía en la cabeza, pero algunas partes chocaban entre sí como ideas totalmente opuestas. No era posible que él fuese el causante de todo esto. ¿Por qué lo haría? ¿Qué obtendría a cambio? ¿Las células retrógradas era solo un telón falso?
Rusia y Alicia salieron de allí en dirección al departamento. El silencio entre ambos era palpable como la nieve. Podían ver tras las ventanas las personas con un notorio semblante de miedo. Quince minutos después se encontraron con FBI esperándolos con los brazos cruzados frente a la puerta.
—¡Alicia! ¡Qué has hecho! —espetó FBI con fuerza demandante, la azabache le observaba perpleja en su posición.
Claramente el peliblanco se había enterado de lo que había sucedido, pues fue testigo de las cosas que había hecho con los semáforos y los teléfonos celulares. Había aterrado completamente a la población rusa y eso repercutía en el cuerpo del representante de manera negativa. Sus antebrazos les dolía pues estaba nuevamente presentando rasguños y heridas como si un gato le hubiese arañado agresivamente.
Su rostro blanco con líneas negras formando el logotipo de Anonymous en su cara era perfectamente visible para todos. Sus ojos verdes destellaban en una luz pasiva como una lámpara de emergencia, sus aros rotaban de forma irregular alrededor de su iris como si no supiesen volver a coordinarse. Rusia estaba delante de ella a un lado del federal mientras masajeaba su antebrazo con un notorio rostro de incomodidad.
Esto no solo dejaba en evidencia lo que Alicia podía llegara a hacer como Anonymous, sino que también les dejaba muy en claro que ella estaba en el país, por lo cual, cualquier tipo de duda que llegasen a tener sería totalmente eliminada al segundo. También era un peligro para Rusia, pues si Alicia era una representante, lo más probable es que estuviese resguardada bajo el ala de las Naciones Unidas, y como tal, bajo la custodia de Rusia. En resumen, el gobierno ruso sabía, rotundamente, que ella estaba en el país, ahora no podían esperar a un ataque inminente por parte de ellos, tenían que actuar de inmediato antes de que todos se lamentaran.
Anonymous había hablado por Twitter, comunicando que su representante finalmente se había expresado contra el gobierno ruso, y como consecuencia robó una tonelada de datos y archivos altamente clasificados sobre futuros proyectos de dudosa veracidad y efecto.
Aquello, junto con la noticia que se dio a conocer mundialmente, dejó a todo el mundo asustado e incluso muy nerviosos. Al final, había aparecido la representación física de un ciberactivismo de hackers anónimos que estaban repartidos por todo el planeta. De por sí todos sabían qué tipo de poder y control tenían aquellas personas bajo el seudónimo de Anonymous; no eran capaces de asimilar de qué sería capaz el representante de aquel ciberactivismo que no poseía ninguna sede oficial, líder ni cara.
Eso era lo que más los asustaba, en especial a los gobiernos del mundo.
Los ojos de Alicia estaban paralizados sobre FBI como si se tratase de dos estacas, en cambio el peliblanco le observaba impasible y sumamente enfurecido. Soltó un sonoro suspiro para desviar su atención al eslavo a su lado, vencido por el silencio de la azabache. Llevaba haciendo la misma pregunta hace diez minutos y lo único que recibía a cambio era una mirada neutra e inexpresiva que no decía más que silencio. Tanto que era hasta preocupante y torturante viniendo de una chica la cual tenía, como principal característica, ser una charlatana.
Pronto su teléfono celular comenzó a sonar y FBI lo sacó de su bolsillo trasero para atender la llamada.
—FBI, go back to the United Nations. They have kidnapped the UN. (FBI, vuelvan a las Naciones Unidas. Han secuestrado a ONU.)
Capitulo editado.
Tengo tantos finales alternativos que literalmente puedo hacer explotar el planeta
En fin espero que les haya gustado este capítulo, de ser así no olviden dejar un like o comentario. Me ayudaría muchísimo a continuar escribiendo.
Nos vemos.
—Homicidal_Bloody
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top