30 | тридцать

Si viene ahora, no vendrá luego. Si no viene luego, vendrá ahora. Si no viene ahora, vendrá un día. Todo es estar preparado.










Unos toques en la puerta le interrumpieron su camino hacia la cocina, Alicia miró a su alrededor como si buscase que nadie le mirara. Estaba sola en el departamento después de una alargada semana.

Caminó con pasos lentos hacia la puerta que volvía a ser golpeada con firmeza con unos nudillos, llamando hacia el interior. No entendía cómo alguien había logrado entrar al edificio cuando se necesita una tarjeta de acceso. ¿Podía tratarse de algún compañero de trabajo de Rusia? No, no tiene sentido. Él había salido a trabajar muy temprano hoy, de hecho, estaba segura que él estaba en el parlamento en este momento.

Caminó con pasos lentos hasta la puerta, se asomó por la mirilla y observó dos sujetos de traje formales esperando pacientes desde el otro lado. Parecían ser hombres de negocios o con unos puestos laborales bastante altos. Finalmente quitó la traba de la puerta y se asomó unos pocos centímetros dejando ver su cuerpo entre la rendija de la puerta. Los hombres le observaron expectantes.

—Извините, кто ты? Izvinitekto ty? (Disculpe, ¿Quién es usted?) —el sujeto de cabellera negra a su lado habló en ruso y ella torció levemente su cabeza hacia un lado. Similar a un perro que intenta comprender las palabras que su dueño le dice.

Ella hizo gestos con su mano, señalando a su oreja e indicándole que ella era sorda y como consecuencia no entendía lo que estaba diciéndole. Los dos hombres comprendieron sus gestos y trataron de comunicarle con gestos que se disculpaban para después darse media vuelta y volver por sus pisadas.

Alicia cerró la puerta con cuidado y suspiró para después volver a colocar la cerradura. FBI le había dicho que jamás atendiera la estando sola, y de ser así que comunicara que era sorda o muda, para que, de este modo, no pudiesen quitarle información o intentar algo contra ella. Pues, aunque estuviesen en Rusia y, técnicamente, estaban fuera de peligro, aún tenían que tener medidas y acciones precavidas. En especial Alicia.

Caminó de vuelta hacia su habitación con la intención de acostarse y dormir lo que restaba de tarde, pues FBI tardaría en llegar y Rusia no saldría hasta dentro de una a dos horas de su trabajo. Todos estos días podía ver que el eslavo se la pasaba en una rutina muy constante todos los días, la misma que ella cuando estaba en las Naciones Unidas, pero al contrario de Alicia, no parecía afectarle en lo absoluto aquello. Algo que a la fémina sí afectó y provocaba un enorme estrés y nervios que no era capaz de controlar por sí misma.

Frank había salido de casa para conseguir comestibles y productos que ya se habían agotado en casa, por lo que tenía que salir obligatoriamente. Rusia se había ido al parlamento antes de que ella pudiese despertar y despedirse de él con tranquilidad. No sabía en qué era en lo que estaba trabajando el eslavo, pero parecía ser tan importante y complejo que le mantenía yendo y viniendo todos los días. En casa, picoteaba algo de comer, pasaba un poco de tiempo con ella y FBI y luego pasaba el resto de la noche encerrado en su oficina privada. Algo que él pidió desde el primer inicio fue que no lo molestaran mientras trabajaba en casa y ella respetaba eso al pie de la letra.

Cerró la puerta de su habitación detrás de ella y caminó con lentitud hacia el centro de su extensa habitación. La herida en su abdomen le dolía un poco por lo que prefirió tomarse una siesta para no soportar la punzada en su cuerpo. Miró el disco duro sobre la mesa de su escritorio y desvió su atención al suelo, fijando su mirada en un punto ciego y perdido en el aire.

Ayer por la tarde un chico le había entregado un disco duro externo que llevaba el logo de Anonymous en el plástico, era casi imperceptible, pero era posible verlo frente alguna fuente de luz como el sol o alguna lámpara. Le daba miedo conectarlo a su notebook y que aquello fuese algún tipo de virus troyano o algún rastreador que marcara su posición en el mundo y le enviara esa señal a Anarchy para ir por ella. O tal vez era un disco duro con una cantidad de archivos confidenciales o datos que aquel chico había recolectado y como consecuencia, se lo entregó a ella por alguna razón. No podía ubicar en el pasado aquel chico, no lo reconocía de absolutamente nada. Pero él actuó como si la hubiese reconocido desde lejos.

Miró la laptop cerrada sobre el escritorio a un lado del disco y golpeó el interior de su boca con la punta de la lengua, pensando y analizando qué hacer con aquello. Podía ser un rastreador o podía contener datos importantes que él joven quería que ella supiese. Soltó un suspiro, cediendo a la intriga y constante curiosidad que había en ella por saber qué era lo que había dentro de aquel cuadrado metálico. De todos modos, si era algún rastreador bastaba con avisar a FBI y Rusia para movilizarse a otro lugar, y si era un troyano no había nada importante dentro de aquella notebook nueva que Rusia le había entregado. Ni siquiera tuvo el momento de utilizarla para algo en concreto.

Caminó con cuidado hacia el escritorio donde reposaba la laptop con el disco duro a su lado. Arrastró la silla sobre el piso y se sentó con cuidado para no lastimarse. Soltó un quejido leve al sentir como su herida se estrujaba al tomar asiento nuevamente. Abrió la pantalla de la notebook y presionó el botón de encendido de la computadora y esta comenzó a iniciar con normalidad. Tomó su celular dentro del bolsillo de su hoddie y lo colocó sobre la mesa para después conectar el disco duro externo a su portátil.

Una vez que inició su computadora, abrió el Explorador de Documentos y buscó Este equipo donde aparecía su disco duro externo con una pequeña barra azul mostrando el espacio utilizado y el espacio disponible para almacenar. A un lado se hallaba el disco duro externo que ella había conectado. Le dio doble clic y pronto pudo notar un par de carpetas nombradas y perfectamente separas por tipos de archivos que contenían. Estaba en ruso, por lo que era imposible enterarse de qué decían y de qué trataban. Abrió rápidamente Google para poder copiar los nombres de las carpetas y traducirlos al español.

Al copiar el nombre de la primera carpeta, acabó accediendo a la misma por accidente. Dentro de ella había muchos archivos de imágenes, videos e incluso documentos de Microsoft Word y bloc de notas. Estaban en ruso, no era posible entender los nombres que llevaban los archivos aquellos. Sus nervios estaban a la flor de piel mientras sentía sus manos sudar frío con el pasar de los segundos, no podía negar que estar viendo archivos nombrados en ruso pertenecientes a un joven que le entregó un disco duro externo casi como si fuese de contrabando y altamente ilegal, le ponía de nervios. No tenía ni idea qué podía encontrarse aquí dentro y eso era lo que mantenía a Alicia tan nerviosa. No quería acabar en un hospital psiquiátrico después de esto. Ya tenía suficiente haber pasado tres veces por un hospital en menos de un mes. No quería escalar y acabar dentro de uno.

Entró al primer archivo que figuraba en la lista, era un documento del Bloc de notas. Era el menos probable en traumatizarla de solo abrirlo debido a tratarse de textos, párrafos y palabras escritas en un idioma que era imposible de comprender para ella. Copió el primer párrafo del documento y lo pegó dentro del traductor de Google.

"Estos archivos son tomados gracias a Jasha Volkov, Alek Popov, Dimitri Novikov y Katia Smirnova. Todos fuimos partícipes como ciberactivistas de Anonymous. Esta investigación se lleva a cabo después de que sospechábamos sobre el presunto suicidio de nuestro amigo, Faddei Magomedov. Todos sabemos que fue un asesinato operado por el gobierno ruso, algo que siempre han hecho. Por ello, en nombre de nuestro amigo, realizamos una exhaustiva investigación que, en un futuro queremos ver en redes con la misión de revelar al mundo los verdaderos intereses del gobierno ruso y quienes son realmente."

Alicia frunció el entrecejo. Su compañero de Universidad de hace tres años atrás se llamaba Faddei Magomedov. Era imposible olvidarse aquel nombre tan raro para ella, todos los habían apodado como Mago ante sus primeras letras de su apellido. Era un chico super agradable y divertido, le gustaba pasar mucho tiempo con amigos y era muy inteligente. Nadie se llevaba mal con él, puesto a su gran carisma.

¿Podían haberle entregado el disco duro por conocer a Faddei? Era una posibilidad. ¿Pero cómo sabían que ella estaba aquí? De eso no tenía ni la más mínima idea.

Suspiró y observó el archivo PNG que había justo debajo. Dio doble clic y esperó que Windows la procesara para que fuese capaz de mostrársela. Frunció el entrecejo confundido, era una fotografía tomada desde un dron o desde muy alto. Podían verse dos personas con trajes negros y corbatas a las afueras de un enorme edificio blanco, era ligeramente de noche debido a la poca claridad que podía ver alrededor. Estaban dándole la mano, como si cerraran un pacto entre ellos. No era posible ver bien sus rostros ante la poca visibilidad de la noche. Deslizó la imagen con la flecha derecha para que le mostrara la siguiente foto. Era otro similar, pero desde mucho más cerca, dejando ver el rostro de ambos. Sonriéndose entre sí con miradas severamente cómplices. Miró la fecha que se mostraba en el lateral izquierdo en blanco.

"02/03/2022"

Alicia palideció casi como si le hubiesen lanzando un balde de agua helada encima. Era la misma fecha en la cual habían atacado contra ella en Santa Fe y se habían llevado su notebook. Deslizó por segunda vez y ahora mostraba como uno de ellos le entregaba un portafolios. Ella lo reconoció de inmediato, era su bolso. El bolso de su computadora había llegado hasta Rusia. No portaba nada más que partes y fragmentos de código, no les iba a servir de, prácticamente, nada. Lo único importante que había en ella era la conexión remota de su notebook a los servidores de la ONU que ella pocos días después echó.

Volvió a correr la fotografía y ahora se mostraba un video que no permitió ponerse en pausa debido al modo automático del reproductor multimedia del Windows. A simple vista parecía continuar siendo el mismo sitio y las mismas personas, pero ahora era desde un plano más completo. La pared del edificio blanco acabó resultando ser una mansión que ella no supo reconocer en ningún momento, había un coche negro BMW, el mismo modelo que el vehículo que transporta a Rusia todos los días. A sus laterales había dos autos negros Cadillac XT5 que parecían pertenecer a los guardaespaldas que estaban detrás de aquel hombre de traje formal. Había cuadro de ellos a sus espaldas formando una fila simétrica uno alado del otro.

Frente a ellos había un Nissan 370z blanco que estaba respaldado por tres Chevrolet todo terreno con cinco sujetos vestidos de negro del mismo modo que aquellos hombres que le había secuestrado a ella y Bielorrusia hacía una semana y cuantos días. Pronto dos de ellos se giraron sobre sus talones y caminaron en dirección a una de aquellas camionetas, abrieron la puerta trasera y de adentro parecieron sacar una persona de forma obligada.

Su rostro estaba cubierto por una bolsa de tela que le impedía poder ver con facilidad. El sujeto cayó al suelo de forma tosca y lo agarraron desde la ropa andrajosa que llevaba, demostrando que había sido violentado con bastante fuerza con anterioridad. Lo levantaron de un hábil movimiento y arrastraron hasta los dos sujetos políticos que estaban hablando entre ellos. Volvió a empujarlo, obligándolo caer de vuelta contra el pavimento. Le sacó la tela de la cara para que mirase a los dos hombres de traje. El corazón de Alicia se paralizó, quedando estático en el tiempo y sintió como el aire escapaba de sus pulmones en un solo suspiro.

Era su padre.

Le vio hablar con ellos aun estando en el suelo, se le notaba alterado y exaltado. Los hombres le miraban expectantes e incluso muy enfurecidos, a pesar de estar en un ángulo muy lejano aquellas emociones eran perfectamente notorias para el lente de la cámara que les estaba viendo desde algún punto ciego que les impedía poder ver al que grababa todo. Pronto uno de ellos sacó una pistola desde su espalda por debajo de su chaqueta americana. Apuntó en dirección a su frente, apretó el gatillo y la bala salió expulsada. El cuerpo cayó al suelo de forma inerte como un costal de papas.

Los ojos de Alicia se desencajaron. Su mirada estaba paralizada en la pantalla como todo su cuerpo, temblaba violentamente en su asiento mientras sentía sus ojos picar. Cerró los párpados mientras sentía como su cuerpo tiritaba del mismo modo que un pequeño gato en medio del frío invierno gélido de una oscura noche inhóspita. Poco a pocos las lágrimas acumuladas en los bordes de sus ojos rodaron por sus mejillas en silencio, dejando un marcado camino trasparente de agua salada que recorría todo su rostro hasta acabar en su mandíbula.

Abrió los ojos y el video había finalizado. Pronto sus ojos volvieron a brillar en un verde esmeralda mientras su mandíbula se apretaba con fuerza, suprimiendo el grito de miedo y terror que se estaba acumulado en su interior. El nudo en su garganta le impedía si quiera abrir su boca para respirar. Percibió el destello reflectarse en la pantalla de la computadora y entonces notó como este se intensificaba.

Su computadora a su frente comenzó a fallar, como si hubiese un error o virus que comenzara a dar fallos de software. La pantalla se apagó por unos segundos y volvió a encenderse mostrando una pantalla verde con códigos binarios que pasaban de arriba hacia abajo, del mismo modo en el cual se escribe en chino.

Alicia se exaltó al no comprender qué sucedía con su notebook, se alejó dando pasos hacia atrás gracias a la silla. Notó el brillo escapar de sus ojos, colocó sus manos frente a su cara y percibió con más facilidad la luz que salía de su propio cuerpo. Se asustó levantándose de su asiento y con prisa caminó hacia el baño de la habitación. Abrió la puerta de un solo movimiento, palpó la pared hasta dar con el interruptor. Lo encendió y se posó frente al extenso espejo a su frente. Su rostro se desfiguró en terror, sus ojos disparejos ahora eran verdes esmeraldas titilantes con brillo propio. Dentro de su pupila había un aro del mismo color que giraba alrededor como si se tratase de una cámara ajustando el acercamiento y se enfocara encima de algo.

Pronto sintió como si ejercieran presión sobre sus ojos con una botella, cerró los párpados al momento que percibió como todo comenzaba a girarle de forma brusca a su alrededor, se sujetó desde el borde del lavamanos para no perder el equilibrio. De forma imprevista sus oídos dejaron de captar el sonido, como si hubiese perdido el sentido auditivo de repente. Un chillido sumamente agudo se hizo paso, Alicia se sujetó desde el lavamanos con más fuerza al percibir como el mareo se intensificaba. Con cuidado intentó sentarse sobre el piso para no perder el equilibrio y golpearse por accidente con algún borde.

Sus oídos fueron asaltados de forma brusca por voces, muchas voces en simultáneo hablando en demasiados idiomas al mismo tiempo. Tapó su oreja izquierda como si aquella acción disipara el sonido de las voces que parecían venir desde el interior de sus oídos y no desde el exterior. Su nariz comenzó a sangrar, sus ojos cerrados mientras sentían como si le clavaran una estaca en los ojos y le atravesara por completo la cabeza. No podía soportar esto, le estaba destruyendo la cabeza en miles de pedazos. Sentía como si su cráneo llegase a explotar del mismo modo que un globo.

Sentía como si su cabeza estuviese siendo aplastada por un camión cargado con caballos. Estalló en un grito de terror, totalmente confundida y alterada. ¿Qué era esto? ¿Qué le pasó en la cara? ¿Qué le estaba pasando?

Abrió los ojos y notó pequeñas gotas saliendo desde su nariz, llevó su mano a la misma y sus dedos se mancharon de carmesí. Pronto sus ojos comenzaron a reproducir imágenes como si se tratara de una cámara, veía coches y muchas personas caminando por las calles. Pronto un pequeño disco se enfocó sobre una persona, exactamente igual a la función de reconocimiento de Horus.

—¿Alicia? —la voz de Rusia se oyó lejos de la habitación, al parecer estaba buscándola. Acababa de llegar de su trabajo.

Ella quiso responder, quiso pedirle ayuda, sin embargo, sus cuerdas vocales y su cuerpo en general no respondían. Intentó moverse del piso con dirección a la puerta, al menos quería llamar su atención dando golpes en la madera o abriendo para que le ayudara. Estaba totalmente angustiada, confundida y era incapaz de soportar el severo dolor que estaba sintiendo en todo su cuerpo junto con el severo dolor de su cabeza que parecía querer estallar en cualquier momento.

—¿Alicia? ¿Estás aquí? —la voz de Rusia junto a unos toques sobre la madera se oyó desde afuera de su habitación, el baño estaba justo alado de la puerta por lo que podía oírlo claramente.

Pronto el sonido de las voces hablando conjuntamente, el dolor punzante sobre sus ojos, las imágenes que se reproducían frente a ella, el chillido agudo y el dolor de su cabeza siendo aplastada por una prensa metálica se disiparon de forma instantánea como si lo hubiesen apagado con un control remoto. Su cuerpo se sintió súbitamente ligero y flácido, su cabeza continuaba girándole como si fuese consciente de la rotación de la tierra. Sintió la puerta de la habitación abrirse y el cuerpo de Rusia asomándose con cuidado desde el marco se dejó ver. El cuerpo de Alicia cedió, cayendo inconveniente sobre el piso y llamando la atención de Rusia.

—¡Alicia!

Rusia corrió hacia ella, quien estaba inconsciente sobre el suelo. Se agachó a su lado y trató de acomodar su cuerpo para colocarlo sobre su regazo para así poder verle mejor. Notó su nariz con un hilo de sangre reciente que se deslizaba desde su barbilla y había manchado ligeramente su suéter. Sus mejillas estaban empapadas de agua salada debido a las lágrimas. Miró todo su cuerpo buscando heridas más graves, pero no las halló a simple vista. Sus ojos captaron como su cuello poseía un circulo negro y su tez pálida se había vuelto blanca como la nieve. Observó su rostro con detalle y pudo notar rastros de un boceto tatuado sobre su piel, no estaba seguro qué figura se estaba formando, pero podía darse una idea. Nunca había visto que las transformaciones fuesen así de brutales en una persona, ni en una organización. Pero ella sí lo estaba presentando, como si su propio cuerpo rechazara esa forma a toda costa y se negara rotundamente aceptar aquella célula impuesta por Santiago. Pronto las manchas negras y el color blanco comenzaban a desaparecer frente a sus ojos y devolviéndole el color crema.

Tal vez su acción más prudente era llevarla al hospital para que le ayudasen y le dijeran qué le sucedía exactamente, pero Alicia había mostrado indicios de intentar evolucionar a Anonymous. No podía arriesgarse a que ella comenzara nuevamente a transformase estando en una habitación de hospital. De tan solo pensarlo no tenía ni idea qué sería lo que pasaría después.

Agarró el cuerpo de Alicia colocándolo sobre sus brazos y con cuidado se levantó del suelo para caminar en dirección a la cama de la habitación. Recostó su cuerpo con cuidado sobre el colchón y acomodo su cabeza sobre la almohada mientras volvía al baño con pasos rápido para limpiar la sangre que había en su rostro. Tomó su teléfono celular y rápidamente marcó llamando a USA. Colocó su teléfono en su oreja mientras lo sujetaba con una mano y con la restante abría el botiquín para tomar el alcohol y algodón.

FBI no estaba en casa aún, y no iba a llamar a OMS ni ONU sobre esto. Estaba muy seguro que ellos la sacarían de rusia antes de que Alicia fuese capaz de despertar. Con suerte podía confiar en FBI y aun así seguía teniendo varias dudas y continuaba desconfiando del federal. USA había visto la evolución de muchas de las organizaciones que él había fundado por lo cual tendría experiencia y sabría qué hacer en una situación como ahora. Era el más indicado en poder ayudar y guiar a Rusia con el problema de Alicia buscando evolucionar a Anonymous y que su propio cuerpo rechace aquello como si fuese una alergia.

don't speak with Russianshave a good evening. (No hablo con rusos, tenga buena tarde.) —la voz del americano salió del parlante.














 

Capitulo editado.


Espero que les haya gustado de ser así no olviden dejar un like o comentario. Me ayudaría muchísimo a continuar escribiendo.

Nos vemos.

—Homicidal_Bloody

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